martes, 28 de marzo de 2006

"Me estás diciendo que has construido una máquina del tiempo... ¿En un DeLorean?"

El regalo de Myrian por nuestro segundo aniversario fue como una sorpresa de consternación y ‘shock’ acojonante.
La frase “¿Carreteras? A donde vamos no hay carreteras…” escrita en inglés en una caja con una fuente de letra familiar y colores extraídos directamente de 1985 hizo que una lagrimilla de felicidad y nostalgia asomara por mi párpado inferior.
Allí delante, como un viaje al pasado infantil, tenía el legendario DeLorean, la única y genuina máquina del tiempo del Dr. Emmet “Doc” Browm en una reproducción que alcanza cotas de imposible perfección. En mis manos, como una entelequia recuperada después de más de dos décadas, como en un viaje mental al pasado disfruté por momentos de mi sueño hecho realidad ante la mirada de satisfacción de Myrian que ha logrado sorprenderme más que nunca.
En su interior todo aquello que conocía tan bien estaba allí; los botones, las luces, el cuadro de mandos, un pequeño volante, cinturones de seguridad, circuitos de tiempo, visores de destino temporal, el condensador de fluzo e incluso el dispositivo Mr. Fusion de la segunda parte de la saga de Robert Zemeckis.
Tan sólo falta un perro Einstein en miniatura con un pequeño reloj que marcase la 1:19 AM .
El coche es una fantasía en miniatura a escala 1:18 de la marca ‘Sun Star Toys’. Una auténtica maravilla para mitómanos que, desde ayer, tiene una posición de privilegio en mi saturada habitación.
Como decían Huey Lewis & the News en su canción “That’s power of love…”.

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