jueves, 16 de marzo de 2006

Felicity Huffman, en estado de gracia

No deja de ser curioso hasta qué punto la interpretación de una actriz se puede convertir en el cimiento más sólido de una película independiente como ‘Transamérica’, cinta que no reúne los suficientes atractivos como para considerarla al menos, de calidad media. Una obra que responde al acto de amor de un hombre de cine como William H. Macy (el productor ejecutivo) por proporcionarle a su esposa el papel definitivo que la consolide como la gran actriz que siempre ha sido.
Felicity Huffman recrea con ímpetu y sensibilidad a ese hombre que desea ser mujer y que aprende, en el camino, a ser padre/madre, superando con ello las condiciones adversas de sus dudas. La actriz de ‘Mujeres desesperadas’ consigue aportar cierto patetismo y simpatía a un personaje difícil que empatiza con el espectador a través de su torpe andar, de su inocencia, de una volubilidad humana acentuada por el magistral hacer de una intérprete en estado de gracia que transmite, con un sus miradas, gestos y su continúa aptitud interpretativa, la trágica soledad de un personaje memorable.
El trabajo de Huffman es tan colosal en todos los aspectos que se sitúa más allá del elogio. Una muestra de talento inconmensurable que plantea la duda más rotunda de los recientes Oscar: ¿Cómo Reese Whiterspoon con una actuación poco más que correcta pudo ganarle injustamente la estatuilla a esta gran aportación actoral de Huffman?
Por lo demás, ‘Transamérica’, de Duncan Tucker, se establece como una sencilla ‘road-movie’, estereotipada en su doble trayecto vital y geográfico, que delega su fuerza argumental en un descompensado manifiesto sobre las identidades sexuales heterodoxas desde una perspectiva cálida y amarga, con momentos valientes y arriesgados que se ven desequilibrados en el estereotipado contexto telefílmico al que se reduce su logro narrativo.
El doble camino que Bree emprende hacia la autoaceptación de sí misma y en la custodia de un hijo que no entraba en sus planes está muy por debajo de lo que uno puede esperar de una película con alguna aspiración más seria que la de magnificar la actuación de su protagonista.

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