El arte vanguardista no conoce límites materiales. Cuando todo parecía concebido, fuera de las bases del color, la ruptura de las normas, la experimentación con la composición de la obra o la intencionalidad de un renovado lenguaje estético, llega una nueva forma de arte: el “quesismo”, que asienta sus fundamentos en moldear esculturas realizadas a base de ganchitos de queso.
Lo sé. Es que estoy de un vago...
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