La Sexta iniciará en marzo su emisión en otro conato de convidar a la audiencia a una cadena con flamantes contenidos catódicos y por la lucha del ‘share’ que amplia sus antagonistas en un desafío televisivo como nunca antes se había visto. Una televisión generalista y digital que abogará, según dicen, por la ficción, esa mefítica ficción española que no logra captar el mínimo interés y que se consume con extenuante apatía por el televidente acostumbrado al crepúsculo de ocio.
Cuatroº ya ha demostrado que los principios de una nueva cadena son difíciles, que el teleespectador no es tonto y que si no ofreces un ente de calidad te acabas dando de bruces en la procelosa indiferencia. Algo, que le ha sucedido a muchos de los programas de la nueva cadena.
Tendremos que esperar. Y en ese tránsito de expectativa, las noticias de La Sexta empiezan a germinar curiosidad alentadora; que si primero Wyoming (con la lección aprendida en el desastre una azotea) con un novedoso formato ajustado a su innegable carisma de presentador… Y ahora, Florentino Fernández, que augura un programa que recuperará el sarcástico y nostálgico espíritu de aquel mito televisivo que fue ‘El Informal’.
En cualquier caso, no hay que olvidar que una nueva cadena generalista, a estas alturas, responde más a una estrategia para que unos pocos se forren que a una verdadera intención por crear una televisión digna con identidad propia.
Veremos qué nos depara el futuro en el sinuoso orbe de la caja tonta.
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