viernes, 9 de junio de 2006

Ya está aquí...

182 tamborileros folclóricos alemanes han inaugurado, junto al desfile de 158 campeones del mundo a lo largo de la historia, este acto previo al partido entre Alemania y Costa Rica, país anfitrión que disputa un partido inaugural desde 1974, ya que desde entonces era la vigente campeona la encargada de dar comienzo al campeonato.
32 equipos, 64 partidos, 23 árbitros, 52 asistentes, 12 sedes, 30 días de fútbol, 2.000 millones de espectadores en todo el mundo...
Hoy comienza la XVIII Copa Mundial de la FIFA.
Hoy arranca el Mundial de Fútbol 2006 en Alemania y el fútbol será, durante un mes, el constante protagonista de las vidas de aquellos que viven y aman la magia este deporte.

'Junebug', deliciosa independencia

‘Junebug’, de Phil Morrison es una de esas películas que, por activa o por pasiva, cautivan por su falta de ambición, por la carencia de pretensiones que reúne una historia simple (que no simplista) y por su espíritu de obligada independencia. ‘Junebug’ revela, sin embargo, que tras su transparencia se esconden unos preceptos mucho más complejos que los se intuyen bajo la humildad de su historia, la de una exitosa marchante de arte (Embeth Davidtz) recién casada con un hombre pluscuamperfecto que viaja al Sur para conseguir exponer en su galería la obra de un ‘redneck’ con dotes artísticos algo ‘naif’ basados en la Guerra de Secesión. Aprovechando el viaje, la marchante conocerá a la familia de su marido, una representación perfecta y muy humana de la América Profunda.
Choque entre dos universos divergentes y de formas de entender la vida se entremezclan en una extraña y disfuncional comedia agridulce que transita por una rutina de normalidad realista, en la que ‘Junebug’ presenta acciones donde sucede absolutamente nada, pero que incrementan la sensación de realidad y exprime psicológicamene a todos sus personajes con pequeños retazos. Un filme que transmite emociones, reacciones y cotidianidad en la convivencia de unos padres aburridos y amargados, en los enfrentamientos entre dos hermanos que son el reverso de la misma moneda, un ganador de éxito triste y un perdedor de exiguas aspiraciones que no aprecia el gran tesoro que tiene; la joya de la corona, una mujer parlanchina e inocente que es la envidia utópica de todo hombre y que abre los ojos al mundo con una trágica desgracia existencial que salpica a todos.
‘Junebug’ es una historia pequeña que se circunscribe al equilibrio que existe entre el amor y la incomunicación, donde Morrison explora y disecciona todas las aristas de sus criaturas desde diversas perspectivas, enfrentándolas a situaciones reveladoras de su verdadera de condición humana. Una tragicomedia tierna y agridulce en la que destaca su excelente elenco, sobre todo esa actriz de magnetismo especial que es Amy Adams (nominada como secundaria por esta película).

jueves, 8 de junio de 2006

Crónica Final del 'Fictional Lounge', una velada inolvidable

Con el último suspiro, la energía a unos niveles de indigencia espeluznantes, exhausto hasta unos límites de agotamiento delirantes, recordando todos los grandes momentos de unas horas para el recuerdo, el ‘Fictional Lounge (Salón de Casa Inventado)’ del Festival Internacional de las Artes de Castilla y León fue un auténtico éxito, a niveles de público y de satisfacción.
Nacho Vigalondo, Koldo Serra, Borja Crespo y M.Á. Martín trascendieron la epopeya en un par de horas de protagonismo, convirtiéndose por momentos en incuestionables emblemas totémicos. La diversión, el desenfado, las anécdotas, la ironía y las risas se sucedieron entre copas y cerveza que fueron cayendo a un ritmo vertiginoso a lo largo de la charla. Con un comienzo incierto (debido a la falta de un guión preestablecido) y mal moderado por mi parte (era mi primera vez), estos cuatro invitados de lujo fueron tomando las riendas del encuentro, soltándose en sus comentarios, encaminando con humor y brillantez sus maravillosas narraciones, experiencias y reflexiones que terminaron por condensar alguna que otra realidad de significación universal dentro del mundo del cine y del cómic. La gran ventaja de este ‘Fictional Lounge’ fue el ambiente de comodidad que reinó en ese salón alejado de cualquier tópico, creado para la ocasión y donde el esparcimiento fue apoderándose de todos los allí presentes.
Repaso insólito por las fantásticas personalidades de unos artistas, genios en definitiva, con los que los asistentes pudieron disfrutar, instruirse con pequeñas lecciones, historias inenarrables, experiencias, reflexiones, pero sobre todo con ese toque de comedia que aunó aplausos espontáneos y risas continuas. Vigalondo recordó sus comienzos, habló de ‘Los Cronocrímenes’, de sus cortos, de sus anuncios, de sí mismo, de los demás y contó gran variedad de sucesos e incidentes divertidísimos con Alejandro Tejería y acólitos, sobre su infancia en Cabezón de la Sal… y para finalizar se arrancó a petición popular a cantar, con baile incluido, el ‘7:35 de la mañana’. La perspicacia elocuente de Koldo Serra también dejó un puñado de anécdotas de gran interés (incluido su trabajo con Gary Oldman), dando una visión genérica de su pasión por el cine, de su afabilidad, erudición y de su dominio de todos y cada uno de los campos que ha tocado este prolífico cineasta.
Borja Crespo, como siempre, lúcido y reflexivo, apuntó también sus dardos críticos y acertadas opiniones hacia la televisión, el videoclip, el cine, los fanzines y el cómic, sazonando con prudente humor su sugerente universo de pensamiento. Y qué decir de M. Á. Martín, demiurgo del Noveno Arte y figura a reverenciar, increpando, renegando y jurando en hebreo con incontestable razón, gnosis y conocimiento absoluto e intuitivo, contra realidades del orbe cinematográfico y exponiendo, con socarronería y razón lúcida, auténticas perlas en forma de frases en todas sus indagaciones a lo largo del evento. Al terminar, medio soplados y corrompidos por tanta diversión, vimos el trailer de esa película que será ‘The Backwoods’. Magnífico punto final a la charla, pero sólo el principio de la demonológica noche de la Bestia.
La velada se extendió con una copiosa cena carnívora, regado con deliciosos néctares de lúpulo y un recorrido por los lugares más carismáticos, caóticos y/o absurdos de la ciudad, donde fuimos incrementando el nivel de diversión hasta límites insospechados, casi incomprensibles. Gracias a la cordialidad del gran "Zama", que abrió el mítico bar ‘Ciao’ para nosotros, acabamos por los suelos, riendo y hablando sin moderación, exceptuando al Sr. Crespo, que tenía que madrugar por motivos profesionales y se retiró horas antes. Por supuesto, hay anécdotas varias que pasarán a formar parte de la mitología de este ‘Wild Bunch’, pero que deben quedar para la privacidad por respeto a los invitados.
Ayer, más de lo mismo. Suculenta comida con Martín, Vigalondo, Eli (qué gran trabajo el de este incansable amigo) y el videoartista y ‘performancer’ Luan Mart. Comida donde, como no podía ser de otro modo, la creación espontánea de ideas en la cabeza del proverbial Vigalounge le llevó a crear ficticios y delirantes programas televisivos de éxito e historias demenciales apoyadas en el privilegiado raciocinio de Miguel Á. Martín.
Os dejo alguna foto y un pequeño vídeo de paupérrima calidad (una pena que se oiga y se vea tan mal) para que os hagáis una idea de cómo fue el tema.
Insisto, MÍTICO.

martes, 6 de junio de 2006

666, the Number of The Beast

El incontrolable poder de SATANÁS
Hoy, el día 6/6/6, se vuelve a poner en primera línea la temida figura del Maligno, todo un género dentro del Séptimo Arte.
La figura del Demonio, como icono de todo un subgénero en el cine de terror, ha gozado desde el origen del cinematógrafo de una constante revisitación situada en el Averno, como analogía de la aparición del Señor del Mal en la tradición religiosa, donde el Ángel Caído representa para los humanos el señuelo para impedir el acercamiento entre Dios y los hombres. Satanás, ese ente polimorfo, sugerente y fascinante, ha servido para estimular la imaginación del ser humano, atraído por el lado más oscuro del Mal, intentando a su vez, mediante el cine, descifrar sus formas, su recóndita personalidad y la extraña persuasión que despierta en el hombre. Desde que Murnau estudiará la figura del Maligno en la célebre adaptación del ‘Fausto’, de Goethe, (y su prosecución en ‘Nosferatu’), el Séptimo Arte se ha visto invadido por cientos de Beliales personalizados en diversas historias en las que el Mal ha sido la constante por la que se mueve un género creado a su imagen y semejanza.
El tormento vital y la angustia del inconformismo han servido en distintas versiones de ‘Fausto’ para ofrecer el pacto con un Demonio convertido a funcionario de la destrucción en películas como ‘El ojo del Diablo’, de Bergman, ‘El hombre que vendió su alma’, de W. Dieterle, ‘Faustina’, de Sáenz de Heredia, la japonesa ‘Kuroneko’ y la obra maestra ‘La noche del Demonio’, de Tourneur. En estos casos, la tentación se expone en términos de libertad para elegir, para vender el alma a Satán, para servir al Señor de los Infiernos de modo ascético, gracias a la concesión de las más diversas pretensiones llevadas por la avaricia, como en ‘El misterioso Dr. Capris’, donde lo que se vende es la, nada más y nada menos, que la sombra. Otra visión del Maligno está en ‘Häsan’, de Ben Christenesen una de las primeras visiones de la relación del hombre y Mefistófeles, a las que siguieron por esta derivación ‘artística-filosófica’ los clásicos ‘El diablo dijo no’, de Lubitsch, ‘El diablo, probablemente’, de Bresson y ‘Poder Maléfico’, de Oliver Hellman, entre otros.
Precisamente ésa tentación, ésa forma de seducción que atrae hacia lo más profundo del Báratro fue magníficamente reflejada por el maestro Buñuel en ‘Simón del desierto’, mostrando a un Sammael maligno de forma poliforme, desde una lasciva niña lolitesca hasta una oscura personificación de Dios. Espléndido ejercicio de estilo y precepto indispensable de posteriores versiones sobre este inquietante tema. Es innegable la aceptación del Demonio, del interés que despierta su figura. Su Historia y su oscura incitación, buscando el lado más perverso de la sociedad, han llevado a ésta al deseo de verlo e imaginarlo. Y el cine (como antes otros artes) le ha proporcionado este deseo. Por ello, el género de terror (habitualmente) ha mostrado poderosos aliados de la sombra, cuerpos inocentes que han servido a Belcebú para manifestarse ante los ojos del mundo.
La bestia ya no era el monstruo, no tenía cuernos, ni tridente. Satán era el propio ser humano poseído por su espíritu. Filmes de culto como la imborrable ‘El exorcista’ (I, II, III y IV)', de Friedkin, y sus secuelas, mostraron el horror en su expresión más cruda, en las que se incluía un mensaje apocalíptico, en forma de augurio que anunciaba la llegada del Anticristo. Así como en ‘La profecía’, de Richard Donner o en la secta que utiliza el primer vientre de alquiler del cine encarnado por la dulce Mia Farrow en la angustiante ‘Rosemary’s baby’, de Polanski que más tarde vería la jugada satánica repetida en ‘Satán, mon amour’, de Paul Wendkos.
Desde entonces, el Demonio ha tomado diversas caracterizaciones en el Séptimo Arte. Lo que antes era intuido por el espectador, pasó a materializarse en las más espeluznantes bestias. La posibilidad de enseñar al monstruo, al Mal como engendro del Infierno que vive entre nosotros, nos dio Diablos tan enormes y podersos como el Tim Curry de ‘Legend’, el de ‘Secta Siniestra’, de Steve McCoy, los monstruos de ‘El reflejo del Mal’, incluso en el sempiterno vampiro del ‘Drácula’ de Coppola. Incluso en un imprevisible camión (el ‘deux ex machina’) en ‘Duel’, de Spielberg. Si bien es cierto que la tradición satánica ha cambiado mucho desde los tiempos demonológicos del ‘Malleus Maleficarum’, los textos de Urban Grandier o Eliphas Levi y se han transformado de forma peligrosa en el cine, tampoco hay que olvidar las nuevas formas maléficas que ha tomado la figura de Lucifer en el sentido de nuestra propia percepción.
Así, en el ‘Resplandor’ y en ‘El Corazón del Ángel’, todo el Mal deviene de la locura como método de manipulación, de los miedos internos que atormentan a los más débiles. Algo así como si los ‘psycho-killers’ fueran los siervos más entusiastas del propio Satán. O como catarsis existencial a la pregunta “¿qué terrible es la sabiduría que no aporta beneficios a los sabios?”, incluyendo ésta entre líneas la ambición humana y sed de triunfo como nexo de unión entre el hombre y el Diablo, entre la Oscuridad y la Vida, como en ‘Covsekkoga treba ubiti’, de Veljko Bulajic o ‘Pactar con el Diablo’, de Taylor Hackford.
Pero no siempre el cine ha visto a Arimán de forma temible y apocalíptica, ya que existen comedias que no se tomaron muy en serio la tradición demoníaca. Claro ejemplo de ello son ‘El gato negro’, la horrible 'Repossessed' e incluso el perpetuo antihéroe italiano Totto en ‘Totto all’ Inferno’. Curiosa es la versión de Claude Autant sobre el género en ‘Margarita de noche’, mostrando una historia a medio camino entre el terror y el romanticismo. Satanás no podía ser ajeno a nuestro (desconocidísimo) cine español de terror, con clásicos que forman parte del satánico en celuloide y que marcaron época. Es el caso de películas de la talla de ‘Cartas de amor de una monja portuguesa’, de Jesús Franco, ‘La barca del pescador’, de José M. Forn, ‘Las 5 advertencias de Satanás’ (con dos versiones) o la ignorada ‘Macario’, magnífica pieza mexicana de Roberto Gavaldón. Sin olvidar, por supuesto, ‘Más allá del río Miño’, de Klimovski. A toda esta tradición ibérica mesiánica se añade por derecho propio la idea de Álex de la Iglesia de un Satán cotidiano, que nos asedia y nos hace inmunes a la violencia que nos rodea, como demostró en ‘El día de la Bestia’ y la que hay que unir ‘Memorias del Ángel Caído’.
Un siniestro y apasionante itinerario en el que se puede olvidar el ‘giallo’ italiano y sus versiones sobre el mito de Luzbel en obras sangrientas y terribles como ‘Suspiria’, de Dario Argento y ‘El medallón ensangrentado’, de Massimo Dallamano. Todas con el fondo satánico de un fondo reflexivo que hace preguntas sin respuesta para nuestro quehacer diario. Con la llegada de esta década en curso, las cábalas que se manejaron acerca del Apocalipsis y el Fin de Mundo, el cine se centre en el tema con la avalancha de películas milenaristas condensadas en ‘El fin de los días’, ‘Stigmata’, ‘Poseídos’ o ‘La Bendición’. Últimamente el Señor del Mal se ha dejado ver en algunos filmes que adolecen, quizás, de un cercamiento terrorífico eficaz y espeluznante, en filmes que no despiertan el necesario aliento para aterrar; así, ‘The Exorcist: The begining’ (ya sea la de Harlin o la más acertada de Schrader), ‘Constantine’, ‘La Pasión de Cristo’ o ‘El Exorcismo de Emily Rose’ parecen sugerir que el hombre actual no le tiene mucho miedo al Demonio, ridiculizándolo con sorna en películas como ‘Little Nicky’ o ‘Al Diablo con el Diablo’.
Llegados estos tiempos de involución, de estupidez retrospectiva y de una sonada acultura, no es extraño que la Hecatombe, la sangre, la redención y los aforismos teologales acerca del Ángel Caído sean elementos inherentes a un género de terror, cada vez más aleccionador, utilizando la máxima expresión del terror y el Mal de tal manera, que ha acabado por dar a la cinematografía un subgénero propio en el que Lucifer reina como Dios en las películas de Santos. No hay escapatoria, es inalterable, la llegada del Anticristo es perentoria, tratad de ganaos un sitio en el Reino del Señor porque el Juicio Final está cerca. Tal vez hoy, día 6 del sexto mes de 2006. Al menos, Hollywood así nos lo hace ver recuperando, de un modo desigual, el género por el que muchos han rezado: el terror. Preparaos para pasar miedo, porque hoy nace el Anticristo, y no en la nueva versión de ‘La Profecía’, de John Moore, sino que en algún lugar del mundo, un pequeño vástago esconde en su nuca el número de la Bestia y espera su momento...

sábado, 3 de junio de 2006

'The Wild Bunch' en Salamanca

Con esfuerzo y tesón se ha conseguido para la semana que viene una reunión de esas que huelen a legendaria a la legua. El próximo martes día 6, en el Café Moderno de Salamanca (Gran Vía, 73), tendrá lugar uno de los eventos más importantes del año en cuanto a cine y cómic se refiere para esta ciudad. Encuadrada dentro del 2 Festival Internacional de las Artes de Castilla y León (que hay que ver qué festivo y multitudinario está el orbe charro), se celebra ‘Fictional Lounge (Salón inventado de Casa)’, original encuentro a modo de charla-coloquio donde ser conversará en una insólita mesa redonda sobre diversos temas relacionados con el mundo del cine y del tebeo.
Nada más y nada menos que los inigualables Nacho Vigalondo, Borja Crespo, Koldo Serra (es decir, medio ‘Arsénico Producciones’) y el legendario dibujante de cómics M.Á. Martín serán los ilustres invitados de este primer ‘Fictional Lounge’, que se ha creado con el propósito de reunir en un decorado que simboliza un salón de una casa cualquiera a tres destacados representantes de la nueva generación de cineastas españoles dispuestos a redefinir con calidad, ilusión y heterogeneidad el cine que se hace en España, junto a una de las figuras más importantes del mundo del tebeo de nuestro país (y fuera de él).
Cuatro prolíficos artistas, con distintas carreras y logros que departirán sobre sus filmografías, sobre el cine, el cómic, sobre su trabajo, las dificultades que conlleva sacar adelante sus proyectos y analizar desde distintas perspectivas, y de forma coloquial y con jugosos anécdotas, los distintos ámbitos que rodeen el Séptimo y el Noveno Arte en un encuentro donde la espontaneidad y el divertimento serán la tónica de una reunión irrepetible entre estas cuatro personalidades que prometen una renovación en la decadente situación del cine español. Un póker de ases en toda regla. Como anfitriones, el acto contará, inevitablemente, con un servidor (gran culpable del evento) junto al cortometrajista salmantino, gran amigo y mejor persona humana, Eli Martín, que moderarán e interactuarán como contertulios en esta jornada dedicada al cine y al tebeo.
‘Fictional Lounge’ tendrá lugar a partir de las 20 horas en el Café Moderno. Un encuentro mítico del que habrá que dar buena cuenta en este vuestro Abismo.
Un ‘Wild Bunch’ en Salamanca
NACHO VIGALONDO
Qué contar que no se sepa ya de este demiurgo todoterreno. Nacho Vigalondo compaginó sus proyectos cinematográficos con la realización publicitaria y diversas tareas de guión e interpretación en teatro, radio y televisión. Acumuló varios premios nacionales conseguidos principalmente gracias a tres obras en vídeo: ‘Snuff Movie’, ‘Una lección de cine’ y ‘Tomar algo por ahí y eso’. Fue guionista de la segunda edición de ‘Gran Hermano’ y actor en ‘Un pasaje del terror’.
La trilogía de ciencia ficción ‘Código 7’ y el guión de ‘El tren de la bruja’, de Koldo Serra, son otros de sus trabajos más destacados. Su corto '7:35 de la mañana', que escribió, dirigió y protagonizó fue todo un fenómeno y obtuvo una nominación en los premios de la Academia Europea y otra en los Oscar de Hollywood en 2004. Su último corto ‘Choque’ precede a su esperado debut en el largometraje, ‘Los cronocrímenes’, una comedia de ciencia ficción. ‘No sé si esto es significativo’ es su más que conocida blog.
KOLDO SERRA
El bilbaíno Koldo Serra comenzó su andadura en el mundo del cortometraje con ‘Sick of you’, pieza en vídeo con la que ganó el Cinema Jove en el año 1993. Después de algunos trabajos audiovisuales y cortometrajes varios (entre los que destaca ‘Amor de madre’), Serra firmó su trabajo más reconocido, ‘El Tren de la Bruja’, con el que logró en Sitges el Méliès de Oro al Mejor Cortometraje Europeo de cine Fantástico.
Además de varios videoclips, el joven cineasta es diseñador gráfico y dibujante de cómics y ‘story-boards’. Acaba de terminar su primer y esperado largometraje, ‘The Backwoods’, una producción internacional protagonizada por Gary Oldman, Paddy Considine, Aitana Sánchez-Gijón y Virginie Ledoyen que supondrá uno de los estrenos más importantes del cine español en 2006.
BORJA CRESPO
Crespo es toda una personalidad dentro del mundo de la escritura cinematográfica. Formó parte del equipo fundador de Quatermass y ha trabajado, entre muchos otros, en publicaciones como ‘La Comictiva’. Colabora habitualmente en diversos medios, escribiendo sobre cine, cómic y tendencias (El Correo, Grupo Vocento, El Mundo, Travelling, La Guía del Cómic y un largo etcétera...). Además del imprescindible libro ‘El infierno que camina’ sobre la película 'La noche de los muertos vivientes', de George A. Romero, Crespo ha publicado como dibujante tres cómics y dirigió la editorial independiente Subterfuge Comix.
Hasta hace unos pocos meses fue director del Festival Internacional de Cine de Comedia de Peñíscola y coordina el Salón del Cómic de Getxo. Tras varios cortometrajes de culto y la realización de varios videoclips, su corto más significativo y trascendente es, de momento, ‘Snuff 2000’, rodado en cine y basado en el cómic homónimo del reputado artista Miguel Á. Martín. Podéis disfrutar de un viaje a la enloquecida mente de este gran hombre en su weblog de referencia ‘Filias y fobias de un fanzineroso’.
M.Á. MARTÍN
El leonés Miguel Ángel Martín obtuvo en 1992 el premio Autor Revelación del Salón Internacional del Cómic de Barcelona y el prestigioso Yellow Kid al Mejor Dibujante Europeo. Su personal trabajo ha podido verse en multitud de publicaciones como Totem, Makoki, RockDeLux, Factory, El País, GQ y la revista El Víbora. Puede presumir de ser uno de los artistas más prolíficos y respetados de nuestra geografía, habiendo editado algunas de sus obras fuera de España.
Con una estética gráfica y colorista y temática muy personal y polémica, es uno de los autores más prolíficos y respetados en el panorama internacional. ‘Keibol Black’, ‘Kyrie’, ‘Big Whack’, ‘Brian the Brain’, ‘Rubber Flesh’ y ‘Psychopathia Sexualis’ son sólo algunos de sus obras más reconocidas. En 1995 la edición italiana de este último cómic fue secuestrada en imprenta por la Procura de Cremona bajo la acusación de “inducción al homicidio, el suicidio y la pederastia”.

jueves, 1 de junio de 2006

'The Descent', asfixiante claustrofobia

Con cierta reticencia debido al desapego que tengo por ‘Dog Soldiers’, filme que logró aburrirme hasta el paroxismo, me acerqué a ‘The Descent’, de Neil Marshall, debido a las grandes críticas de amigos ‘bloggers’ y medios especializados y a la inesperada sorpresa que despertó este filme en medio mundo. Y tengo que reconocer que, a pesar del vínculo con su predecesora en lo que se refiere a planteamientos temáticos e intencionales, ‘The Descent’ es una efectiva muestra de terror que provoca en muchos momentos una lograda claustrofobia nerviosa, llegando a alcanzar instantes de una ansiedad insoportable por ese terrorífico itinerario de galerías, túneles y cavernas subterráneas que siguen las protagonistas de un filme descompensado por el enflaquecimiento de su mejor arma, el juego con los distintos caracteres enfrentados por la supervivencia en un desconocido y escarpado entorno que sólo puede ser superado con la habilidad física y mental de unas chicas atrapadas en una angustiosa pesadilla.
A medio camino entre el terror espeleológico y el cine de monstruos, ‘The descent’ se depaupera bruscamente con la aparición de unos desagradables quirópteros humanos (de asombroso parecido al asesino de ‘Creep’, de Christopher Smith) que postergan el desafío psicológico de sus audaces féminas para proporcionar un festival de ‘splatter’ sanguinolento que hace las delicias de los ‘gore hounds’ con ataques, desmembramientos y muertes a manos de unas enloquecidas bestias bajo la oscuridad y el desazón de las y oscuras insondables grutas. Marshall, demasiado autocomplaciente, se centra demasiado en este atroz juego de sangre y horror, dejando de lado la opresión psíquica y física de sus atrevidas supervivientes. Y eso, termina por pasar factura en la segunda mitad de la película.
No obstante, el ritmo es imponderable, aunque se malogre el contexto dramático y asfixiante para hemoglobinizar en exceso. Una obra de perfecto engranaje que siempre responde a las expectativas que crea en su proceso narrativo, generando la duda de si los monstruitos existen o son producto mental por la falta de oxígeno de los bajos fondos terráqueos. ‘The Descent’, deja así la sensación de que podía haber sido una película fascinante, pero no lo es. Y en parte es culpa de los giros finales, de un epílogo malogrado por la búsqueda de sopresas y efectismos innecesarios. Aún así, lo que no se le puede negar a Marshall es la perpetua sensación de ahogo que consigue captar en todo el metraje.

Ha muerto Rocío Jurado

1944-2006
Con bandadas de periodistas custodiando los alrededores de su casa de Madrid, como buitres carroñeros aguardando su momento, esperando poder emitir la noticia, todos esos especiales que han ido confeccionando a lo largo de los días.
De nuevo, la prensa ha encontrado ese filón con el que encarnizarse y prolongar hasta la extenuación su vehemencia informativa.
Ya tienen la noticia que esperaban.
Rocío Jurado ha fallecido y con ella se ha ido una de las voces más portentosas e importantes que ha tenido España en toda su historia musical.
D.E.P.

miércoles, 31 de mayo de 2006

Andrés Montes y La Sexta, una incógnita

Hay algo que me preocupa de cara al Mundial de Alemania que se avecina y que, lógicamente como todo amante del deporte rey, voy a tragarme en su totalidad. Esta inquietud llega a través de las ondas catódicas. No por la calidad de la imagen, ya que tras dos meses de lucha se ha sintonizado en mi edificio la cadena de Milikito para que se perciba la señal perfectamente, sino por el proceder narrativo de los fichajes Andrés Montes y sus acólitos mundialistas, Antonio Esteva y Oscar Robot, para retransmitir los partidos amistosos que se están emitiendo antes de la cita mundialista.
No niego la valía del original locutor, la patentada eficacia en la demostración profesional gracias a sus innegables aptitudes de ‘showman’ en los partidos de la NBA, así como en otros programas como ‘Generación +’ y ‘ACB +’. Como comentarista es un ‘jugón’, como él mismo diría. Pero sacado de la parcela baloncestística y sin Daimiel al lado, el señor Montes se pierde con sus colegas de narración.
Dialogan sin medida, especulan sobre los equipos, repasan las carreras deportivas de los jugadores, sobre las estrategias, cuentan anécdotas y departen amigablemente con el partido de fondo, como si con ellos no fuera mucho el tema. De hecho, hay goles que se marcan en el mismo instante en que discuten sobre algún crack del balón, sin percatarse mucho de la jugada en cuestión. No hay, en definitiva, dinamismo.
“Recupera la selección de Brasil…”, “Toca y toca Brasil” y su habitual coletilla después de cada frase, “¿no?”, son la máxima diligencia que le impone Montes a sus diálogos. Esteva hace lo que puede, pero también se embelesa en largas conversaciones futbolísticas. Todos esperamos que el bueno de Montes empiece a poner motes a los jugadores y le dé esa celeridad charlista a la que estamos acostumbrados en la NBA.
Ya digo, en plan irónico, que al final echaremos de menos a José Ángel de la Casa y a Michel, el gran ilustrado de las estúpidas frases geniales.

martes, 30 de mayo de 2006

'Palindromes', el último exceso de Solondz

Todd Solondz, extravagante cineasta de oscuro fondo que se ha caracterizado por basar sus argucias argumentales en una brusca mordacidad, a veces de repelente crudeza sarcástica junto a un pesimismo más agrio que dulce, deja atrás la grandeza de sus primeras películas y se centra para su último trabajo en las bases de la irregular ‘Storytelling’; es decir, en un exacerbado hipnotismo por la deformación moral impregnada de la literatura de gente como Philip Roth o Allegra Goodman, visualizados a través de Solondz como una dialéctica iconoclasta de irritante perversidad.
‘Palindromes’ es un exceso brutal, pasado de vueltas, que subyuga y provoca (como no podía ser de otro modo) al espectador con su extraña historia fragmentada y episódica que utiliza distintas actrices para un mismo personaje (según sea su destino), la poco virginal Aviva, enfrentada a la pérdida de la inocencia infantil, a las ganas de procrear en un mundo envilecido por la incomprensión de los que piensan de forma distinta, donde no falta el fanatismo religioso, el freakismo llevado al extremo, abortos irreversibles, grandes dosis de psicología enfermiza e incluso pedofilia descontrolada (y anal).
Solondz ya había metido el dedo en la llaga con sus dos perversas primeras obras de polémica infecta, de supuración irónica hiriente en su incorrección política. Si con ‘Bienvenidos a la casa de muñecas’ y ‘Happiness’ había conseguido hostigar los fantasmas de la hipocresía bienquista, con su anterior filme, ‘Storytelling’, este ex catedrático de psiquiatría reventó los cánones de la incontinencia irónica y derrumbó con su original y despiadada mala hostia lo poco que le quedaba de digno a la peligrosa ignorancia del ‘happy way of life’ americano, explorando con profusión la falsedad de la decencia social de ciertos sectores acomodados en Estados Unidos.
El habitual humor de Solondz (que en varios instantes no tiene ni puta gracia) alcanza cotas de una maldad catastróficamente diletante, inhumana, sin concesiones a cualquier atisbo de moralina o normas de fábula típicamente yanqui. Un universo lleno de ‘freaks’ que constatan su propia estupidez por medio de la autoaceptación. 'Palindromes' divide, molesta, defrauda, transgrede o entusiama, según quien la vea. Es una película que no puede dejar indiferente a nadie.
Sin embargo, lo que sí es evidente es que el producto se le va de las manos, superándose a sí mismo en su mórbida enfermedad disfuncional y fílmica con este particular descenso a los infiernos del cine más enrarecido, demencial e incluso desagradable que se ha tenido la oportunidad de ver últimamente. Solondz es el verdadero y genuino heredero de John Waters. Para bien y para mal. Lo que no se entiende es cómo y dónde encuentra financiación este heterogéneo contador de historias.

¿Iron Man abstemio?

Es del todo absurda la noticia aparecida en Dark Horizons, que apunta a una casi segura adaptación de ‘Iron Man’ con la figura de un Tony Stark como un alter ego del héroe no alcohólico, con lo que desvirtúan y adulteran completamente al hedonista personaje del cómic.
Jon Favreau, que tomó el proyecto después de que Nick Cassavetes lo abandonara, se une a una ridícula y lamentable querencia por lo políticamente correcto que, incomprensiblemente, acaba colándose en el Hollywood más conservador.
Pero esto... se veía venir desde hace mucho tiempo.