jueves, 2 de marzo de 2006

El mito Hasselhoff

Los seguidores de este hombretón de pelo en pecho están de enhorabuena.
David Hasselhoff, el mito, el actor ochentero y televisivo por antonomasia, el icono bisexual, Michael Knight, Mitch Buchannon, el Bertin Osborne yanqui, es el ilustre reclamo de una famosa bebida refrescante (Pepsi, porqué no decirlo) en Australia, donde es toda una celebridad musical desde aquel inolvidable álbum ‘Night rocker’ en 1985. Que vale, sí, fue un batacazo en Estados Unidos, pero todo un descubrimiento de éxito infrenable en el viejo continente y en Australia.
Desde entonces, nunca un ‘Nick Furia’ fue tan especialmente ‘freak’ en la piel de un actor que ha sabido someter a una elaboración muy personal tanto el mundo de la interpretación como el de la música.
Pepsi le dedica, a modo de ofrenda, una sección de fantásticos ‘wallpapers’ que decorarán, a buen seguro, la pantalla de tu ordenador. Y es que hay que reconocer que con un fondo de escritorio de este calibre, la vida se percibe con mucho más optimismo y despreocupación al contemplar el porte de este vigoroso y bien plantado ‘pecholobo’.
Para consumar esta nostálgica invocación al mito catódico, podéis descargaros a Hasselhoff cantando un clásico de la canción americana en uno de los videoclips más apabullantes de la historia. Además, también podéis jugar a depilarle esa frondosidad capilar que siempre ha lucido en su gallardo torso el irrepetible ‘actor-cantante’.
Porque él lo vale.

'Superman' se acerca... con juego incluido

Este verano de 2006 parece que será el verano de ‘Superman’, la nueva versión que ha llevado a cabo Bryan Singer del personaje creado por Joe Shuster y Jerry Siegel.
De momento, además de avances sobre el filme en pequeñas dosis, se puede ver un trailer de lo que será el inevitable videojuego creado por EA Games, Warner y DC, que evidencia una espectacularidad fuera de lo común y que gana enteros con las inolvidables notas de John Williams de fondo para uno de los iconos más indestructibles e imperecederos de la cultura pop.

miércoles, 1 de marzo de 2006

Las mentiras del Photoshop

Todos sabemos que la magia del Photoshop tergiversa la realidad, encubre los defectos, enmascara la mediocridad física y defectuosa de muchas celebridades que exhiben orgullosos su rostro y su cuerpo camuflados en la adulteración falseada de un programa que hace maravillas.
Aquí tenéis algunos interesantes ejemplos interactivos del proceso de restauración de algunos famosillos internacionales. En ‘Fluideffect’ podemos apreciar la carne fláccida de Daryl Hannah, el enorme trasero de Jessica Biel, el depauperado rostro de Denise Richards o lo poco que vale en realidad Eva Longoria.

martes, 28 de febrero de 2006

'El límite', esta noche, en Madrid

Amigos madrileños que aún no hayáis visto ‘El límite’.
Hoy tendréis una fantástica oportunidad de subsanar este débito abismal con una pieza de culto en el circuito cortometrajístico.
‘El plaza en corto’, la muestra que organiza semanalmente (con el empeño y el esfuerzo de Daniel Romero) todos los martes a las 21:00 horas el bar El Plaza (C/ Martín de los Heros. Metro: Plaza de España) proyecta hoy nuestro corto (por tercera vez a lo largo de su mínima historia capitalina).
Además, la muestra contará con el pase de ‘Escarnio’, el excelente trabajo de Raúl Cerezo y de ‘Paisa’, de Enrique Bocanegra.
Mi presencia en el evento se ha puesto muy complicada, así que representando ‘El límite’ estará el gran Amable Pérez Oliva, amigo del alma y coproductor, ayudante de dirección y montador de este cortometraje que estará muy pronto en la red, cuando se estrene www.refoyo.com a principios de abril. Prometido queda.
Así que, si tenéis un rato y vivís en Madrid, acercaos al Plaza y disfrutad de esta velada cinematográfica. Aunque sea en pequeñas porciones.

lunes, 27 de febrero de 2006

A journey to 'Donnie Darko' (I)

Viaje existencial y temporal al fin del mundo
Desde su estreno se ha convertido en una inextinguible ‘cult movie’. El debut de Richard Kelly supuso un apasionante viaje a través de la oscuridad vital.
Pocas veces una ‘ópera prima’ resultó tan envolvente, madura y fascinante como ‘Donnie Darko’, debut del joven Richard Kelly, que acometió, no sin un comprometido riesgo, un plausible intento por dignificar y vivificar un infranqueable género que camina (casi siempre erradamente) entre el terror, el cine fantástico y el ‘thriller’. Han pasado ya cinco años desde su estreno y dos desde ese 'Director's Cut' (que se vio en España en el Festival de cine fantástico de Calle 13) y se puede asegurar Kelly lo logró. Tal acrobacia narrativa no sólo evitó caer en el efectismo y la simpleza pretenciosa a la que estamos habituados, sino que estableció su primera cinta como una obra ambiciosa, llena de múltiples lecturas existenciales, de una profundidad lírica y tenebrosa.
El jovencísimo autor llevó a cabo su visión del ‘thriller’ fantástico, apoyado en un soberbio guión expuesto a modo de anagrama, donde no faltan todo tipo de interpelaciones, en el que la consistencia de sus argumentos y la excelente trascendencia de sus personajes se solidarizan en una temeraria propuesta llena de audacia, excediendo en todo momento la trasgresión y demostrando un afán manifiesto por alcanzar una originalidad que presupone este premonitorio clásico moderno. Kelly utilizó para ello una compleja trama con designios de puzzle y emplazó así al espectador a participar como pieza activa en un asombroso juego de reflexión. Lo más fascinante de este peliculón es cómo el propio público forma parte del proceso narrativo.
‘Donnie Darko’ es un oscuro y lóbrego paseo por la mente de un imaginativo y rebelde adolescente que vive en los años 80, en una zona residencial, en la diatriba familiar que cualquier chaval de su edad encuentra en su cotidianidad. Pero con una excepción. Cada día se despierta en un lugar diferente a causa de los medicamentos que toma para paliar sus aparentes problemas mentales. La rutina se rompe cuando un motor de avión cae en su habitación y un conejo imaginario llamado Frank salva la vida del joven (anti)héroe urbano. Es el principio de una pesadilla, de un extraño trayecto vital en el que las dimensiones temporales en las que Donnie se mueve sirven para descubrir una quimera de puniciones, historias de amor y venganza que se desarrollan en un espacio alternativo, producto de un posible viaje en el tiempo.
El director utiliza el recurso temporal para desgranar las bases de la progresiva hipocresía social (ya no sólo americana, sino la universal, aquélla que nos hace necios y sumisos) que tuvieron su apogeo a finales de los años 80 y que han terminado por extenderse a lo largo y ancho del mundo hasta nuestros días. La sencillez con la que Kelly plantea su difícil historia sobre una adolescencia distinguida por la heterogeneidad, por la peculiaridad de su protagonista, por la enfermedad que hace diferente a Donnie, se contrapone con una inusual y atrayente predisposición a abandonar líneas argumentales a la subversión de una intriga envolvente, pero milimétricamente intencional, desarrollada bajo los designios de la entelequia.
Así, este impresionante debut se cristalizó en espléndida indagación del destino, del tiempo y del espacio, imbuyéndose en las decisiones que pueden cambiar el rumbo de muchas vidas, de los pequeños momentos de reflexión que permutan el porvenir. ‘Donnie Darko’ es, en su fondo, una metáfora sobre una adolescencia sin futuro, en el que la confusión juvenil se manifiesta en la actitud provocadora de Donnie, la reencarnación del héroe atormentado que recuerda al Holden Caulfield de J.D. Salinger en su desequilibrio y su postura de rechazo a la superficialidad de las cosas.
El insondable personaje creado por Kelly (uno de los más intensos vistos en los últimos años y al cual dota de una insuperable credibilidad el por entonces desconocido Jake Gyllenhaal) es un héroe guiado por una tendencia que se rebela contra la falsedad que le rodea, actuando de una forma radical, en la que tanto tiene que ver el libro ‘The destructors’, de Graham Greeme, que forma parte de una de las muchas claves para entender el complejo cuento que es ‘Donnie Darko’. Un filme que cobra su fundamento principal en su extraordinaria mixtura de cine de ciencia Ficción y drama emocional, que fusiona con la misma importancia la vida cotidiana y familiar de Donnie con la frenética aventura que vivimos desde la percepción del protagonista.
La confusión, el miedo y el interés despertado en la humanidad por los viajes en el tiempo son utilizados por Richard Kelly para exponer un reflejo nostálgico de una generación que creció albergada por las fantasías erigidas por Steven Spielberg y Robert Zemeckis pero que, además, vivió en su adolescencia los cambios de un época que alteraría el modo de vida del mundo occidental. Esta indudable ‘cult movie’ entronizó la herencia de los años 80 con melancolía, determinando sus conceptos en un automatismo familiar, cercano y respetuoso con una década añorada, superando a su vez la tendencia del homenaje para respirar vida propia, para resultar superior incluso a muchas de sus referencias.
‘Donnie Darko’ sería así una proposición desidealizada en el que la distopía melancólica de los 80 se observa en momentos mágicos de recuerdos comunes. En ésa precisión reverente a la hora de recordar una inolvidable noche de Halloween, el instituto de aquellos estupendos años, el primer amor verdadero, las bicis como medio de transporte, los aires terroríficos de ‘Poltergeist’, el eterno DeLorean de ‘Regreso al futuro’ o la mejor y más añorada literatura de Stephen King. Richard Kelly manejó en esta humilde, pero inmensa creación cinematográfica, una inusitada y particular atmósfera que subrayó un talento innegable a la hora de dotar con personalidad específica las imágenes y el tempo narrativo, pero al mismo tiempo otorgando una impresionante utilización del contexto temporal con la inserción de la excelente antología de canciones de la época para los momentos más notables de la cinta. Sin olvidar todo tipo de alusiones estéticas e históricas, cuidadas al mínimo detalle, como las dobles sesiones de cine, la extravagante dilucidación sobre el mundo de los Pitufos, así como la imprevista (por el escaso presupuesto) perfección en los efectos especiales con la utilización del ‘first rate’ o los logrados cielos apocalípticos.
Con un legado directo a Lewis Carroll como inicio del impetuoso enigma de ambivalencia emocional en el que se ve envuelto Donnie, la película establece un compendio de precisión desconcertante, donde en juego de tiempos y la inserción del ente fantasmal de Frank suscitan una inquietante postura hacia la subjetividad del espectador, hacia su propia conclusión. Si bien su epílogo niega con vehemencia el reduccionismo narrativo en el que se explica la convicción de las subtramas y que la fórmula de Capra y su contrapuesta representación de conciencia simbolizada en el misterioso conejo Frank no lleguen a desvelarse, ‘Donnie Darko’ llenó su incierta respuesta con imágenes, símbolos y su inalterable originalidad que dejaron la sensación de estar ante una película que se puede ver y disfrutar una y otra vez hasta la extenuación. La ‘ópera prima’ de Richard Kelly fue y es, hasta el momento y sin duda alguna, una de las películas más sorprendentes de la última década y que, desde el momento de su estreno, se ha convertido en una pequeña joya destinada a llevar consigo el peso que confiere el designio de futura ‘obra maestra’.
Continuará… porque, amigos del Abismo, esto no ha hecho más que empezar.

domingo, 26 de febrero de 2006

Manías absurdas

El amigo David F.F., de ‘Aquí huele a azufre’, me emplazaba hace poco a seguir una de esas inagotables cadenas que suceden improbables respuestas por parte de quienes responden y atienden a este pasatiempo ideal para momentos de ocio lúdico. Como hoy domingo, por ejemplo.
Se trata de ‘5 manías ocultas’ representativas de aspectos recónditos y, porqué no decirlo, bastante superfluos, que envuelven cualquier personalidad. Manías que, en mi caso, como no podía ser de otro modo, carecen de lógica y van contra de cualquier regla y doctrina habida y por haber.
Mis nada extravagantes manías pensadas de forma inmediata son las siguientes:
1.- Leer mientras cago
Sí, amigos. Esta extraña e ibérica afición de praxis lectora en el excusado no responde a una manía ‘literaria-escatológica’, si no al énfasis educativo que me lleva a devorar libros, revistas, cómics e incluso catálogos de venta de grandes centros comerciales en cuanto tengo un lapso de tiempo libre. Puede resultar desagradable, pero es que es así. No puedo defecar si no leo. Qué le voy a hacer.
2.- Camisas de cuadros / camisetas negras
Es la más reconocida característica dentro de mi anacrónica vestimenta. En mi armario se acopian todo tipo de camisas de cuadros, de colores, estilos y condición. Las camisetas negras, con motivos de culto o carteles de películas o cómics es otra de esas filias que he ido desarrollando a lo largo de los años. Anclado en los 80, mi atuendo ha seguido inmutable resistiendo a las efímeras modas de tonalidades y estilos. Qué triste.
3.- Carnet de conducir
No tengo carnet de conducir. Y tampoco, rebasada ya la treintena, veo la necesidad y/o posibilidad de sacármelo. Hitchcock decía que no conducía porque así evitaba tener ningún tipo de contacto con agentes de policía. En mi caso se dio coincidencia en un veredicto cabalista en distintas épocas por parte de dos presuntos leedores de cartas que se empeñaron en jugar a la quiromancia conmigo y llegaron a la conclusión, en plan oráculo absurdo, de que yo moriría conduciendo un coche. Menos mal que nunca me ha llamado la atención el mudo automovilístico.
4.- El frío
Adoro el frío. Me encanta la sensación de aterimiento gélido, el vaho que se exhala en los helados días de invierno, la sensación térmica que provoca témpanos de hielo con cada gota de agua. Desde pequeño me ha gustado el frío, la niebla, la precipitación en forma de temporal. No sé porqué extraña razón. La única ventaja que le veo al verano y el calor en contra del invierno es la posibilidad de ir a todos los sitios en pantalón corto. Otra de esas prendas que me fascina.
5.- Demencia cinematográfica
Últimamente me he descubierto, con estupefacción, pensando introspectivamente en medio de algunas de las películas que veo, cómo filmaría yo algunas de las secuencias que pasan por mis ojos durante la proyección; “Esto lo filmaría de tal manera”, “una grúa aquí sería resolutiva” o “yo eliminaría ese plano e introduciría un travelling con ‘steady’”… son algo normal en mi desvarío cinematográfico. También llevo años apuntando en un cuaderno planos y secuencias que me llaman la atención de clásicos y no-clásicos. Es incoherente y absurdo. Como yo mismo.
Ahora se supone que debería elegir cinco personas con blog para seguir con esta cadena. Pero os voy a ahorrar el trago.

sábado, 25 de febrero de 2006

El fútbol llora la pérdida de una gran leyenda histórica

1921-2005
Desconectado de todo un par de días y el mundo cambia. Con tristeza, me entero con demora de que Telmo Zarra ha fallecido.
Junto a Rafael Moreno Aranzadi, conocido como “Pichichi”, Zarra ha sido una de las grandes leyendas goleadoras del deporte rey en España. Un jugador de los que hoy en día es imposible encontrar, que será recordado en la memoria colectiva por ser el adalid de la mítica línea de ataque del epopéyico Athletic de Bilbao compuesta por el mismo Zarra, Iriondo, Venancio, Panizo y Gainza.
La historia del fútbol español no sería la misma sin este tótem del club bilbaíno e imprescindible figura del balompié mundial. Aquel gol que marcó a Inglaterra en el proverbial Maracaná, durante el campeonato del mundo de Brasil de 1950, quedará como una gesta imposible de olvidar, con su frío y certero remate ante el portero Bert Williams que clasificó a España para las semifinales de aquel mundial. Un hito que no se ha vuelto a repetir y, por lo que hemos visto desde entonces, parece ser que no se logrará.
La Catedral se rindió siempre ante sus remates de cabeza, ante sus goles, ante su talento, ante su persona… Se ha ido para siempre, con 85 años, uno de los delanteros más prolíficos del fútbol español.
Zarra, adorable hombre de bondad y humildad carismática, consiguió 38 goles en una sola temporada, marcando un hito histórico y en las catorce temporadas que perteneció al Athletic logró 253 goles, siendo el jugador que más veces ha obtenido el Pichichi (en seis ocasiones) hasta la fecha.
Descanse en paz el gran maestro.

Oscuro 'teaser-poster' de 'Spiderman 3'

Tras un fugaz y productivo viaje a Madrid (con sugestivas reuniones de amistad infinita y memorables reencuentros de carácter muy mítico –de ahí que no haya escrito nada en este lapso de tiempo-), descubro, seguro que con retraso, la primera imagen promocional de la nueva entrega de ‘Spiderman 3’.
Lo primero que llama la atención es esa tonalidad fuliginosa, sombría en su esencia cromática, que sugiere el advenimiento de Venom en la continuación del arácnido dirigida de nuevo por Sam Raimi.
¿Metafórica imagen o simple insinuación de oscurecimiento narrativo? Posiblemente, ambas cosas.
En mayo de 2007, lo sabremos.

jueves, 23 de febrero de 2006

Indy 4: Ya se acerca...

En unas declaraciones a un medio israelí, Steven Spielberg (muy aludido e idolatrado en este Abismo) ha expuesto las siguientes declaraciones:
“No he dejado de hacer películas de entrenamiento, pero durante la última década es cierto que me he involucrado en algunas películas que expresan el respeto que tengo por historia”.
“Estoy a punto de hacer a ‘Indiana Jones 4’, que es, en cuanto a mí respecta, el postre a la dureza de una cinta tan amarga como ‘Munich’.
Paulatinamente se va oficializando la nueva película protagonizada por Harrison Ford y que reunirá, después de tantos años, a Spielberg y George Lucas.
La noticia la ha confirmado Harry Knowles y en la ‘fansite’ del director de ‘E.T.’.
¿Empezamos a celebrarlo?

miércoles, 22 de febrero de 2006

La Caza de Brujas: histórica pesadilla del Hollywood Clásico

La intransigencia histórica del oscuro ‘mccarthysmo’
‘Buenas noches, y buena suerte’, la segunda película como director del actor George Clooney después de la estupenda ‘Confesiones de una mente peligrosa’ vuelve a centrarse en la historia de la televisión, ésta vez repasando uno de los episodios más oscuros y lamentables de la historia de los Estados Unidos y capítulo de advertencia histórica dentro de los fastos del S. XX. Se trata de la denominada ‘caza de brujas’ o ‘mccarthysmo’, una tramoya política impulsada por el senador republicano Joseph R. McCarthy que tuvo su origen en el origen de la Guerra Fría, con la división entre dos bloques; el capitalista, liderado por los Estados Unidos, y el comunista, encabezado por la Unión Soviética, iniciada tras el final de la Segunda Guerra Mundial, pero en realidad un ejemplo de contención ideológica y represión de libertad propugnada por el ‘New Deal’ de Harry Delano Roosvelt.
A finales de los años 40, la influencia del minúsculo partido comunista americano había despertado el temor de los intelectuales ideólogos de la época, así como en el mundo del cine, haciendo creer que dentro del movimiento se ejercían oscuros trámites ilegales, como aceptación de sabotajes, terrorismo, espionaje… El comunismo era un ignominia aterradora que había que combatir por todos los medios y eliminar la tendencia prosoviética que empezaba a proliferar en el mundo del cine, con películas ‘Days of glory’, de Jacques Tourneur o ‘Mission to Moscow’, de Michael Curtiz (centrado en las purgas de Stalin entre 1937 y 1938).
Para frenar la filiación comunista y la amenaza roja se creó la House of Un-American Activities Committee (Comité sobre Actividades Antiamericanas –HUAC-) en la Cámara de Representantes del Congreso, tutelado por el congresista Martin Dies, que proporcionó con su restricción de libertades un clima de sos¬pecha alimentado por la difamación y los rumores con la confección de las listas negras que propiciaron una terrible pesadilla de delaciones, pérdidas de empleo y hasta de la propia identidad que descubrió a unos pocos culpables en prejuicio de muchos inocentes, destruyendo la vida personal y profesional de miles de personas por el simple hecho de tener contactos con conocidos supuestamente vinculados al comunismo. Un clima de tensión patriótica y rasgos alusivos a la censura totalitarista y fascista que culminaría con la llegada del senador Joseph MacCarthy al frente del Comité de Actividades Antiamericanas, urdiendo un implacable y despótico sistema inquisitorial que vulneraba los derechos individuales en su obstinada persecución de la incursión comunista en Estados Unidos.
Antes del apogeo del ‘mccarthysmo’ (que tuvo su esplendor entre 1950 y 1953), uno de los episodios más célebres y funestos llevados a cabo por la HUAC fue la ‘caza de brujas’ que se llevó a cabo en Hollywood, donde el Comité sobre Actividades Antiamericanas presidida por J. Parnell Thomas obligó a firmar declaraciones juradas, produciéndose oscuras afirmaciones arbitrarias y dudosas delaciones de gentes atemorizadas por la supuesta 'amenaza global' del comunismo. Hollywood se dividió, creándose la Alianza para la preservación de los valores americanos, con una primera reunión en el Beverly Wilshire Hotel. Actores como John Wayne, James Stewart, Gary Cooper, Clark Gable, Ronald Reagan, Barbara Stanwyck, Ginger Rogers o directores como Leo McCarey, Cecil B. De Mille, Victor Fleming, Frank Capra o Walt Disney apoyaron la iniciativa anticomunista, mientras que otros, como Edgard G. Robinson, junto a Humprey Bogart y Lauren Bacall, promovieron el Comité para la Primera Enmienda para posicionarse en contra del HUAC, siendo acusados de rebeldía por parte de Parnell Thomas y un joven arribista llamado Richard Nixon.
En este caos de inculpaciones, aparecieron delatores que ofrecían nombres de simpatizantes comunistas. Jack L. Warner, Robert Taylor y Adolphe Menjou, Gary Cooper, Elia Kazan, Lee J. Cobb, Leo Towsend, cobardes soplones o simplemente amedrantados amigos del fascismo, hirieron gravemente al cine de la época con sus acusaciones, muchas veces infundadas, que llevaron a que diez miembros de Hollywood se negaran a declarar, por sus conexiones con la ideología comunista (los conocidos como ‘Los 10 de Hollywood’); el director Edgard Dmytrk, Adrian Scott (productor), los guionistas Alvah Bessie, Herbert Biberman, Lester Cole, Albert Maltz, Ring Lardner Jr., John H. Lawson, Samuel Ornitz y el director Dalton Trumbo, fueron repudiados por la industria y encarcelados durante meses. Incluso otros varios sospechosos como Dashiell Hammet, Robert Rossen, Joseph Losey, Jules Dassin, Charles Chaplin, John Huston, Orson Welles o Fritz Lang tuvieron que expatriarse a Europa o desaparecer hasta el final del ‘mccarthysmo’ por miedo a represalias políticas. Hasta 1953, más de 2.000 personas relacionadas con el mundo del arte, el cine, los medios de comunicación, la literatura y la ciencia fueron condenadas al ostracismo social y profesional. También destaca trágicamente la muerte de un derruido John Garfield a causa de la depresión que este evento histórico provocó por su postura izquierdista con sólo 39 años.
La cinta de Clooney ‘Buenas noches y buena suerte’ se centra, no obstante, en la caída de McCarthy, en el derrocamiento de la bestia totalitaria que abogó por la represión ideológica y la censura de la libertad democrática. Cuando en 1954, la provocación desafiante de un grupo de periodistas televisivos de la CBS encabezados por Edward R. Murrow en el programa ‘See It Now’ (junto a los históricos Fred Friendly y Joe Wershba), pusieron en duda la legitimidad de los métodos del senador y lograron destrozar la imagen pública de McCarthy presentándole cada día como “el hombre que atemorizaba a América”. George Clooney recupera una figura histórica algo postergada en la memoria que, a través de su reconocido riesgo por salvaguardar los ideales democráticos y priorizar la libertad de expresión hizo frente a las presiones corporativas y publicitarias para destapar las mentiras y las repugnantes tácticas falsarias perpetradas por McCarthy durante su ‘caza de brujas’ anticomunista que, tras dirigir sus acusaciones al Ejército durante el mandato de Eisenhower, fue destituido y repudiado a pesar de mantener el escaño político.
En su camino, el guionista de cine Martín Berkeley denunció a 162 compañeros, un antiguo alto cargo del Departamento de Estado, Alfred Hiss, fue acusado de ser un espía soviético y el matrimonio Julius y Ethel Rosenberg fueron imputados por pasar secretos atómicos a Rusia y, declarados culpables sin pruebas suficientes, condenados a muerte y ejecutados. Además de la HUAC, también colaboraban en desmantelar la acción comunista tres antiguos miembros del FBI y el periodista Vincent Harnett, fundador de los ‘red channels’, que destaparon 151 nombres más de personas involucradas en actividades subversivas o comunistas. Un ejemplo histórico de poder inquebrantable gracias al miedo sembrado de un lapso histórico que hay que rememorar para evitar caer en el tremendismo que aflora en la actualidad en Estados Unidos y que Clooney se ha encargado de revivir con una película nominada a seis Oscar de la Academia.
Y la semana que viene, la crítica, que por estos lares se acaba de estrenar esta película y no me ha dado tiempo a verla.