jueves, 10 de noviembre de 2005

Review 'Broken Flowers'

El existencial viaje de un Don Juan caduco
Jim Jarmusch ofrece su mejor trabajo en años con una intimista introspección en la verdad de un aburrido y viejo seductor enfrentado a su pasado.
El cine de Jim Jarmusch, desasido pero a su vez dentro de la esencia independiente del cine contemporáneo, ha tenido siempre como finalidad (buscada o no) un discurso autorreflexivo y cogitabundo que se dilata más allá de la historia que esté contando. Jarmusch está acostumbrado a disertaciones aparentemente vaporosas, pero en realidad cargada de profusa mordacidad y austero sentido consecuente con sus historias. En ‘Broken Flowers’, el cineasta norteamericano se sumerge en un terreno que responde a sus expectativas fílmicas, ya que a pesar de tratarse comedia agridulce, es ideal para desplegar su característica estructura narrativa que procede de una elaboración estética reconocible y constante, apoyada en todo momento en un determinismo minimalista que utiliza, a su vez, los espacios, las miradas cruzadas y los largos silencios como contrafuerte medular de un filme que, más allá de su trama argumental, en este caso, se descubre como poético y amargo.
La desconcertante y seductora ‘Broken Flowers’ narra la vida de Don Johnston, un circunspecto mujeriego entrado ya en los cincuenta, propenso a la depresión y al estoicismo ante la vida y sus conflictos (su joven novia acaba de dejarle) que un buen día recibe una misteriosa misiva de color rosa sin remitente notificándole la existencia de un hijo desconocido concebido hace más de dos décadas. Debido a la persistente insistencia de un vecino aficionado a la resolución de casos criminales, Don es obligado a repasar su vida a través de su currículum sentimental, de las mujeres con las que compartió su vida casi veinte años atrás. Un reencuentro con el pasado formulado como sardónica visión de una temática cultural americana tan enraizada a la tradición cinéfila como es el género de ‘road movies’, un viaje de búsqueda (también iniciático, en un plano moral) que tiene como soterrado objetivo el hallazgo de la verdadera identidad existencial del sujeto que lo realiza.
Antes de encaminarse a la gran aventura de conocer la verdad sobre su posible hijo, empujado por su vecino y por las circunstancias, Don es un hombre que pulula por su casa en chándal, que ve películas antiguas hasta altas horas de la mañana y puede estar en silencio escuchando un réquiem de Gabriel Fauré mientras bebe una botella de champán, ensimismado en su propia apatía frente a la soltería y a la aversión que siente hacia el compromiso, percibiendo que su misantropía es lo que conoce como verdadero hogar. La perplejidad de la existencia es la clave que Jarmusch ofrece al espectador como punto de partida de una travesía nostálgica y agraviante por el pasado de un individuo al que le han colgado la etiqueta de Don Juan (muy enfatizada en su inicio) y que ha acabado por creérselo, pero que aún así permanece escéptico ante el devenir de los acontecimientos. Cansado de su vida y atormentado por la inconsistencia de sus amores pretéritos y actuales, aburrido por la rutina que le abate diariamente, decide emprender ese esperpéntico escrutinio a su pasado sentimental, esperando encontrar una respuesta al sentido de su vida. Para ello, Jarmusch no traiciona sus hábitos fílmicos, dotando a la imagen de un mutismo que prepondera por encima de lo que se está contando, conformando la acción de esta deliciosa película en sutiles planos que realzan la contemplación de cada viaje (gravitando sobre las notas de una portentosa selección de canciones), deteniéndose en las seductoras mujeres que quisieron en algún momento de su vida al protagonista, respondiendo o eludiendo la recurrente cuestión capital de la cinta, aceptando un ramo de flores y reviviendo todas ellas, por instantes, el amor transformado en recuerdo, lástima u odio que sintieron o sienten por Don.
La gran baza de ‘Broken Flowers’, en su ilusoria trama detectivesca, es que no se aportan indicios o pistas que lleven una verdad que incluso puede ser incierta, ni subrepticias explicaciones que aporten la certeza al espectador de que lo que contiene esa carta rosa es cierto. Jarmusch prefiere reconstruir el largo trayecto de Don como una silenciosa travesía hacia su devenir, a la aceptación de su fracaso como persona, de la negligencia vital que ha perpetuado a lo largo de veinte de años reflejada, de diversas formas, en esas flores rotas que simbolizan las mujeres que ha ido dejando y a la semilla perdida que supuestamente dejó diseminada en alguna de ellas. Un efecto que derivará en melancolía, devenida en añoranza, cuando Don visite a una amante ya fallecida que, sin ningún tipo de prosopopeya, deja ver que era a la mujer que más amó (justo después de visitar a la única que le guarda rencor) o, tal vez, en el momento en que asume que su vida no ha sido más que un espejismo de lo que el consideró como ideal, elevado a eterno amante, como el Don Juan incapaz de reconocerse en una madurez aburrida y cotidiana. Es entonces cuando Jarmusch identifica a su personaje con el desengaño de reconocer que todas esas mujeres significaron bien poco para su protagonista y que éstas, en cierto modo, también viven engañadas en esa misma espiral de ostracismo.
Para que todo esto resulte eficaz, no sólo basta con el virtuosismo de su director para dotar de credibilidad un guión que, en su estructura, es bastante sucinto y sobrio, sino que Jarmusch halla en sus intérpretes el elucidario para que todo funcione a la perfección en su intimista visión de la madurez, empezando por un Bill Murray (que aunque recuerde a su Bob Harris de ‘Lost in Translation’) esconde bajo ese hieratismo y gravedad de todo, una imperceptible expresividad que palpita vehemencia emocional, con un dominio del gesto adusto, aparentemente perdido, para obtener un hilarante resultado de regusto melancólico, así como el elogio colectivo que merecen las cuatro flores rotas: Sharon Stone, Frances Conroy, Jessica Lange y Tilda Swinton, que hacen de sus breves apariciones excelentes composiciones interpretativas.
‘Broken Flowers’ es, en consecuencia, una hermosa fábula de un antihéroe que recibe el triste encontronazo con el abatimiento que provoca la incertidumbre y la soledad que acarrea la madurez en un final dotado de filosofía existencial nada gratuita y sí muy reflexiva, donde Don se ampara en la posibilidad de una verdad que ya no existe, en un fantasma sin rostro que puede ser cualquier joven que transite por su perdido pueblo, a un muchacho que tal vez busque un padre que podría ser él mismo, que Jarmusch dibuja en un travelling circular de poderoso sentido cinematográfico. Una historia suficientemente escéptica como para aguantar con lucidez y perplejidad ese desarreglo emocional al que somete al espectador el mejor Jarmusch de los últimos años.
Miguel Á. Refoyo © 2005

miércoles, 9 de noviembre de 2005

Lo barato sale caro

Estoy bastante indignado.
Los de Adsense, al observar cómo mis beneficios obtenidos por todos los que habéis pinchado en su publicidad (que ascendía ya a más de 40$), han decidido quedarse con todo lo acumulado por el Abismo. Así, como suena, con mi consiguiente cara de gilipollas ante el desgraciado escamoteo.
Me han mandado el siguiente mail, que leído y releído con estupefacción:
“Hemos detectado que se han producido clics no válidos en los anuncios Google de sus páginas web. Por consiguiente, hemos inhabilitado su cuenta de AdSense de Google. Por favor, comprenda que esta medida se ha tomado con el fin de proteger los intereses de los anunciantes de AdWords.
El sitio de un editor no puede tener clics no válidos en ninguno de sus anuncios, incluidos, entre otros, los clics generados por:
- un editor en sus propias páginas web
- un editor incitando a terceros a hacer clics en sus anuncios
- programas que generan clics automáticamente o cualquier otro software engañoso
- un editor que modifica cualquier parte del código de anuncios o altera la disposición, funcionamiento, orientación, o publicación de los anuncios por cualquier razón.
Los editores con cuentas inhabilitadas por clics no válidos no pueden volver a participar en el programa, ni reciben más pagos de AdSense. Los ingresos de su cuenta serán debidamente devueltos a los anunciantes afectados.
Atentamente, El equipo AdSense de Google”.
No sé si ha sido por este post o por un incauto y desafortunado mail comunitario emplazando a mis amigos a echar un vistazo a los anuncios que aparecen en la página. Tampoco he utilizado ningún programa generador de clicks, ni dado a la publicidad más de la cuenta en mis propios posts. Tan sólo cuando quería saber qué edictos publicitarios se daban cita en esta página (también tengo derecho a saber lo que se divulga entre mis contenidos –entre ellos, el blog de una puta, nada menos o la venta de armas de defensa explícitamente prohibidas por las Fuerzas de Orden Público-). Tampoco tengo la culpa de que algún lector cliqueé varias veces con inocentes intenciones benévolas hacia mi persona y me haya perjudicado.
La verdad es que su política está clara y supongo que habré infringido sus normas de alguna manera. Hay que asumir esta perorata legal y aceptar los cánones impuestos que ellos saben manejar tan eficientemente (que para eso es una de las potencias económicas mundiales –ahora sabemos cuál es una de sus fuentes de ingreso, el robo-). Igual les ha parecido que tenían que soltar más de la cuenta y que ellos no se quedaban lo suficiente, por lo que me han decidido inhabilitarme en esta fórmula publicitaria. Sea como fuere, todo esto es positivo, amigos. No os dejéis engañar. Ya sabéis que este tipo de traspiés conllevan consigo una moraleja final: “Venderse barato, sale caro”. He aquí en mí, un claro ejemplo. Este tipo de cosas te hacen persona (como diría el Neng), te curten, como me han dicho siempre. Yo llevo más de una década curtiéndome y recibiendo palos. Que os sirva de ejemplo a vosotros que estáis a tiempo.
Ya sabéis, si queréis desagraviaros en forma de venganza venial con alguien que os caiga mal y sepáis de la utilización de este tipo de publicidad en su página, sólo tenéis que entrar en su web y pinchar varias veces al día para que el Equipo de Adsense le sustraiga lo acumulado.

martes, 8 de noviembre de 2005

Noche de estrenos televisivos

CUATROº empezó con mucha suntuosidad alrededor, bastante apariencia y contenidos que, a priori, no anuncian nada nuevo que lo ofrendando a la audiencia por las restantes televisiones generalistas. Iñaki Gabilondo apareció rodeado de todos los rostros de la nueva cadena, que sonreían como si alguien les estuviera apuntando con un arma automática. Todo lo contrario que el célebre periodista que, muy serio en todo momento, fue pasando el testigo a Raquel Sánchez-Silva (y su flequillo), Boris Izaquirre o Michael Robinson, entre otros. Todo bastante fingido, producto de los nervios, posiblemente. Eso sí, las cabeceras y los logos de CUATROº siguen siendo tan simples y mohínos que resultan de lo más cutre. Mala imagen de lanzamiento para la pretendida idea innovadora de esta etapa catódica en la televisión nacional.
Gabilondo abrió la programación con su informativo nocturno, demostrando que es hombre de radio, que la tele no es su entorno natural. Permaneció hierático y agarrotado, con excesiva austeridad y exceso de protagonismo, sumido en un plató titánico que empequeñece al periodista, sentado en una descomunal mesa en la que se ubica tras haber ofrecido los contenidos delante de una gran pantalla que proyecta pésima infografía y presentaciones a lo ‘powerpoint’. A esto, se sumaron varias disgregaciones subjetivas por gente especializada (algo que, subjetivamente, siempre he odiado) sobre diversos temas de actualidad, un reportaje de investigación llevado a cabo por el propio Gabilongo ( que se fue a Francia, nada menos) y muchas cuestiones sin resolver lanzadas al espectador con la pretensión de hacerle partícipe del informativo. Fueron las pautas que tuvieron como puntilla, primero, a la Ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, como reportera de campo (con micrófono y desplazada al lugar de los hechos ¡y en directo!) y, después, una entrevista de lo más surreal e inacabada a Pascual Maragall y Esperanza Aguirre.
La posterior gala dejó una desigual interpretación de lo que serán los programas que van a componer la parrilla de la nueva cadena; cutrez disfrazada de ‘glamour’ y esnobismo en el hediondo ‘Channel 4’ de Boris (que con guión está perdido), una irritante Siñeriz y el reiterativo pero brillante Juan Carlos Ortega, el humor improcedente y cogido con pinzas de Carlos Latre en ‘Maracana 5.0’, donde está excluido de las opiniones deportivas de Paco González y Michael Robinson, con imitaciones que no vienen a cuento y que sólo entorpecen el espacio ayer avanzando (aunque si algo sobra es esa mujer con apariencia de madura calentorra llamada Connie Quintero), el augurio de arriesgada variedad por parte de la siempre estimulante Raquel Sánchez-Silva en la noche de los viernes con ‘Noche Cuatro’, una esperpéntica serie que, bajo el título de ‘Suárez y Mariscal, caso cerrado’, aporta una temeraria originalidad en forma de investigación criminal con dos funcionarios de policía en excedencia y algún que otro espacio que deberá divulgar esa frescura y compromiso jovial del que tanto se ha hecho gala en su lanzamiento. Adjetivos que no aportarán ‘Rompecorazones’ (que estoy viendo en estos momentos y deja mucho que desear), conducido por Deboarh Ombres, el imposible remedo de ‘Locos por la tele’ que llevará Nico Abad con ‘Soy el que más sabe de TV. del mundo’ o la manida fórmula de ‘Pack 6’, con varios jóvenes intentando consumar proezas urbanas, como colgar un cartel en pleno centro de Madrid.
La esperanza, no obstante, se reserva para algún que otro evento televisivo como ‘Noche Hache’ que, por lo menos ayer, prevaleció en interés sobre sus acólitos programas de emisión. La duda está en saber si Eva Hache, excelente colaboradora y mejor humorista, podrá soportar sobre sus hombros un ‘late night’ con ella como maestra de ceremonia. Esta noche, lo sabremos. También siembra interés la actualidad en manos de un todoterreno del cinismo como es Pablo Carbonell, que estará al frente de ‘1 equipo’, con Antonio Muñoz de Mesa, Antonia Moreno y Maria Julia Oliván y sus cuatro formas de encontrar una noticia.
Todo son especulaciones. Aunque ‘Cuatroesfera’, presentado Manuela Velasco, Víctor Masán, Kira Miró, Frank Blanco y Johann Wald despide un aroma rancio de fárrago bastante pernicioso y chungo, una miscelánea entre ‘Club Megatrix’, ‘Los 40 principales’, ‘Nosolomúsica’… y cualquier programa ya visto dedicado a las series, la música y las nuevas tendencias. De ésos en los que tienes que soportar las chorradas impuestas por sus petulantes protagonistas si quieres ver un espacio medianamente interesante. Ayer prometieron todo lo mítico que ofrendaba CUATROº. La contrariedad se cristaliza en que, para volver a disfrutar de ‘Comando G', ‘La Pantera Rosa’, ‘South Park’, ‘Treinta y tantos’, ‘Más allá del límite’, ‘Los Roper’, ‘Twin Peaks’ o ‘El gran héroe americano’ hay que madrugar a las 7:30 de la mañana y trasnochar hasta las 4:00. Y, por si fuera poco, aguantar a unos presentadores con ganas de hacerse los graciosos y destacar. En cuanto a series en horario “normal”, muchas reposiciones (‘Friends’, ‘Buffy’ o ‘Alias’), alguna novedad llamativa (‘Alerta Cobra’, ‘Anatomía de Grey’ o la comprometida ‘Matrioshki’) y esa ‘Medium’ protagonizada por Patricia Arquette que ya avanzaba Woed como algo destacable.
Habrá que darle tiempo, como a todo.
Mientras tanto, Carolina Ferré, la que fuera novia de Buenafuente, colocada estratégicamente la noche de los lunes para no coincidir con su ex-maromo (que también produce con El Terrat), intentaba solazar al personal como bien podía a la (me temo) poca audiencia que tuvo su estreno de su nuevo ‘Plan C’, que incluyó una alicaída mesa de debate con invitados que, extrañamente, en vez de insultarse y hacer el ridículo, hablaron de actualidad con discreta corrección. Juan Luis Cano (lo mejor, como siempre), Rosario Pardo, Pedro Reyes y la menos trascendental Esther Arroyo fueron los protagonistas. Aún así, sus disquisiciones tampoco fueron nada del otro mundo.
Luego, una entrevista a Miguel Bosé, un clásico dentro de un programa de estreno, en una sección llamada ‘El preguntón’ y a seguir aguantando ‘sketchs’ chabacanos y sin gracia que tuvieron su punto nefastamente álgido en ‘El dossier’, donde una impasible colaboradora sin gracia (de la que ni me molesté en quedarme con su nombre) presentó un reportaje donde se llamó Anticristo al jugador del Barça Eto’o bajo una supuestamente teoría cómica apocalíptica. El programa acabó, con nocturnidad, descubriendo a un famoso ‘tunneado’, en esta ocasión la modelo Martina Klein disfrazada de pirata. Todo muy pobre y sin refulgencia de ningún tipo.
Un deficiente comienzo en su nueva oportunidad televisiva de esta presentadora tan insulsa como postiza.

Positivo por EPO de Roberto Heras en la última Vuelta Ciclista a España

"La RFEC lamenta cualquier caso de estos por los efectos negativos que causan al ciclismo y al deporte en general, pero no podemos entrar en más valoraciones. Hay que aplicar las normas y esperar a ver qué pasa", ha señalado Eugenio Bermúdez, secretario general de la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC).
Triste noticia, sin duda alguna.
La pregunta es: ¿Quién en su sano juicio se atrevería a doparse en la etapa entre Guadalajara y Alacalá de Henares, penúltima de la carrera, con la Vuelta a España ya en el bolsillo?
Por el bien del ciclismo, espero que se trate de un error.

lunes, 7 de noviembre de 2005

20:44

Es la hora elegida por ‘Cuatro’ (con un logo corporativo que hace daño a la vista) para comenzar su emisión esta noche en su apertura dentro de la historia moderna de la televisión española.
De momento avanzan que hoy no estrenan programas, si no que emitirán un especial en el que se dará a conocer las producciones propias y las series que constituirán su nueva programación. Por lo que habrá que esperar a mañana para saber por dónde van a ir los tiros de esta cadena blandida por los 'capos' mediáticos Polanco y Gabilondo.
Así, de entrada, a mí la apuesta fuerte de la cadena, el magacine presentado por Boris y la Siñeriz me huele a una pretendida sofisticación y ‘glam-show’ que tira para atrás. Sólo ese melifluo título, ‘Channel Nº 4’ (¿el perfume al que alude María Isabel en su célebre canción?), da bastante grima. Lo demás, tiene buena pinta.
Lo que no comprendo es cómo han podido liquidar ‘Lo + Plus’ de la parrilla catódica, uno de los eventos televisivos más veteranos y dignos que había en la televisión.
Veremos lo que ofrece PRISA en su conquista por la audiencia.

domingo, 6 de noviembre de 2005

La acuática web de Paco Cavero

Poco más puedo decir de Paco Cavero en el Abismo que no haya dicho ya.
Sin embargo, vuelvo a hacerme eco de su talento ya que acaba de lanzar su página web personal, divulgando, una vez más, el ingenio y la originalidad de un creador con un universo gráfico en el que su habilidad para el inconfundible dibujo, un vital diseño gráfico y el sosegado color ajustado a las exigencias de sus trabajos son elementos básicos para dar forma al estilo característico de este gran ilustrador e ilusionista del dibujo.
Un refrescante y acuático viaje por la imaginativa mente del Sr. Cavero, el hombre que creó el ya mítico RefoToon.

Historia de las Ferias

“La diversión no supone el gran objetivo de la vida, pero aporta entusiasmo y establece una solemne mejora en la calidad humana”.
(Phineas Taylor Barnum, empresario de espectáculos estadounidense).
Animación desordenada, verborrea en boca de vociferantes maestros de ceremonias, paraninfos con espectaculares neones, atracciones de feria, fascinaciones sociales en forma de ocio extravagante, centros vacacionales de playa o pabellones de baile atrajeron a gran parte de la población estadounidense en la América de 1880, periplo en la que la inacción era aprovechada para compartir nuevas formas del ocio y relativizar nuevas relaciones sociales de un modo desenfadado y atrevido.
Hoteles de lujo, enormes ferrys, carreras de camellos (¡avanti a tutti!), las célebres ‘Sutro Baths’, impresionantes toboganes de raíles, bailes de concurso, el ‘Infierno de Dante’, salones de espejos deformantes, norias, atracciones…
Todo ello se puede ver en la exposición de abrumante interés histórico ‘Amusing America’. Una pena que sea en San Francisco.

viernes, 4 de noviembre de 2005

Acojona ¿eh?

Es la nueva fisonomía de un jugador destinado a grandes gestas, el nuevo rostro de un deportista en constante progresión, sin límites. De esta guisa un tanto conminatoria, con esa barba poblada y gesto adusto, Pau Gasol debutó en al NBA con unos números que denotan su ascensión imparable. Eso si, los Grizzlies cayeron contra Miami Heat, que se apoyó en los infalibles Antoine Walker, Dwyane Wade y Shaquille O'Neal (que se ha lesionado esta pasada madrugada).
No es más que el comienzo de su estabilidad como estrella consolidada, como elemento clave de un equipo que se está formando a su alrededor. Ahora Gasol, convertido en uno de los referentes mediáticos de la NBA por la prensa y los aficionados, POW ha desarrollado una mentalidad ganadora que, unida a su intelecto, parece no tener fronteras.
De ser un jugador criticado en sus principios por su falta de carácter y escuálido, el nuevo Pau que hemos visto en su debut de esta temporada ha crecido fisícamente, incrementando el desarrollo de su envergadura, acentuadamente prolongada a las exigencias de un pívot nato, que es la posición a la Gasol siempre ha aspirado. Parece que ahora empieza a reunir las características físicas perfectas para llegar a ser uno de los mejores.
Seguiremos su evolución, porque todos apuntan a que este año, Gasol subirá un peldaño más en su meteórica carrera deportiva en una de las ligas deportivas más importantes del mundo.

Miserias abismales por una irrisoria cuestación

Me he vendido, amigos. Como lo oís. Cual vulgar meretriz de baja estofa que ha caído en la venal perogrullada de doblegarse al mercantilismo barato, a la soez actividad de la divulgación publicitaria para terceros, he traficado conmigo mismo. Y me avergüenzo, como se puede ver en la foto.
Lo cierto es que no era mi intención hacerlo, quería seguir el principio deontológico que me llevó a abrir el Abismo: la diversión, la actualización constante, el regocijo de redactar, evolucionando en mi lento aprendizaje de redacción. Pero dado que no tengo recursos monetarios suficientes para rehusar de esta idea tan noble y debido a sempiterno desempleo sin futuro, he tenido que recurrir a este denigrante y nimio cambalache para extraer algo provechoso de todas las horas que me paso delante del ordenador mejorando y creando el contenido del Abismo.
No es una cuestión de lucro, ya que no ganaré mucho. Más bien, todo lo contrario, seguiré mi penosa trayectoria en el beneficio laboral, habituado a estas alturas a la escasez y al ridículo cuando se trata de cobrar honorarios por mi trabajo periodístico. Ni siquiera estoy seguro de si lograré algún beneficio, ya que he optado por la forma más sutil e inapreciable a la hora de introducir algo de publicidad en el weblog. No quería nada escandaloso, ni que perturbara el funcionamiento ni la estética del blog, tampoco quería banners que proporcionaran cuantiosas sumas (alguna oferta simpática he recibido –pero rechazada por el contenido de las mismas-), y mucho menos que agrediera el gusto del lector. Había pocas opciones, por lo que he optado por el pulido ascetismo del Adsense de Google, alterable en su funcionamiento y diseño para adaptarlo al entorno del Abismo sin que llame la atención en ningún momento. Esto no es excusa, por eso no me extraña, por tanto, que uno de los primeros enlaces que ha pasado por mi Adsense haya tenido que ver con la profesión más antigua del mundo.
Por eso, mi actitud de bagasa barriobajera no responde más que a un mínimo acicate más en el maravilloso mundo del Abismo y la satisfacción personal que me produce ir incrementando la historia de esta pequeña página surgida, como he dicho más de una vez, de un impulso. Por mi carestía de peculio, apelo a vuestra buena voluntad y pido que, de vez en cuando, pinchéis en alguno de los anuncios que veréis en la columna de la izquierda (en la parte de abajo, para no importunar) y estaréis colaborando así en la supervivencia de esta web y en su progresiva mejora de contenidos.
Muchas gracias a todos y perdón por las molestias que esta pequeña inclusión pueda ocasionaros.
PD: Pero clickear ¿eh? Que esto es mucho más honesto que hacer publicidad a publicaciones digitales que se sirven nuestras webs como escaparate de lanzamiento organizando concursos de weblogs amañados y con ganadores asignados a dedo (es decir, los de siempre). Además, cuando instalé el Haloscan, ya di mi brazo a torcer a la publicidad gratuita (como muchos de vosotros), por lo que no es nada nuevo.

jueves, 3 de noviembre de 2005

Rememorando injusticias

Ayer por la noche, a estas horas más o menos, Eduard Punset, ese cultivado y erudito presentador, antes eurodiputado, se cuestionaba junto a Robert M. Sapolsky, profesor de neurología de la Universidad de Stanford, sobre los agentes causantes del estrés, los mecanismos de placer y de recompensa y las consecuencias que tienen en nuestra vida.
En un brillante ensimismamiento reflexivo, nuestro Punset, con la acentuación catalana tan arreciada que le identifica, le contaba a Sapolsky que el ganador de un Oscar en los Premios de la Academia de Hollywood vive casi cuatro años más que los demás nominados. Ante esto e inmediatamente, me vino a la memoria cómo Sean Penn, muy hipócrita al fingir su postizo semblante de niño arrepentido, le robaba injustamente ese lapso de tiempo indicado a Bill Murray cuando se llevó el asexuado galardón como mejor actor por ‘Mistic River’.
Tras esto, seguí las cavilaciones en forma de complejas preguntas realizadas por Punset para inquirir en las claves de la existencia dentro de un ámbito multidisciplinar y la búsqueda de cuestiones que verifiquen que la genética y el entorno o los individuos modifican la propia biología del ser humano, sin dejar de pensar en la cara de decepción que puso Murray en los Oscar del año pasado.