miércoles, 29 de diciembre de 2004

El conflicto del Archivo Histórico es bien sencillo

Ante tanto hablar del tema. Ante tanta polémica. Ante tanto desconocimiento de lo que sucede alrededor del usurpo catalán de los Archivos históricos de Salamanca, no me queda más remedio de tocar la cuestión, aunque sea de una forma transversal, sin profundizar demasiado, dando unas pequeñas pautas subjetivas de algo que, si os digo la verdad, es importante, pero no tanto, o sí. No sé.
Todo viene de lejos, y era más que previsible que esto que está pasando sucediera, porque a lo largo de muchos años ha venido siendo una trama habitual entre políticos de cualquier partido y la Historia como tal. La polémica del Archivo General de la Guerra Civil lleva más de quince años dando que hablar. Pongámonos en situación y sepamos qué es lo que pasa: existe una cantidad determinada de papeles históricos, todos relativos a la Guerra Civil, que la Generalidad de Cataluña cree suyos y por contra, con una aplastante lógica cartesiana, los responsables del Archivo de Salamanca no comparten posturas, ya que consideran que forman parte del patrimonio histórico de todos los españoles.
Al Archivo se le dio carácter general hace muy poco tiempo, en 1999. Al contrario de lo que se pueda pensar no está compuesto por legajos de la Guerra Civil, sino la documentación referente a partidos políticos, sindicatos y ayuntamientos. Y no es sólo en Salamanca, hay muchos más repartidos por toda España, como en Ávila, donde hay varios correspondientes al ejército republicano, por lo que empiecen a temblar los abulenses. El Archivo como tal está dispuesto no como posesión de una ciudad, ni como privilegio cultural, sino como un recinto abierto que desempeña pautas funcionales pensadas para el uso de estudiosos e historiadores.
El problema en sí, lo que no es de recibo en un tema como este, es que la disputa no llega por el hecho del Archivo en sí, sino que es producto de una disputa política. Y es que la Generalidad catalana, apoyada en su fervor nacionalista, considera estos archivos como la consecución de un robo, de un expolio, la delirante idea de que la contienda fratricida desvalijó su Nación durante la guerra. Por supuesto, se trata de una interpretación nacionalista y no hay más vuelta de hoja. Considerar los legajos ubicados aquí como un triunfo de guerra es, categóricamente, una gilipollez.
Me hace gracia que el gobierno haya nombrado una comisión de ‘expertos’ vendidos al mejor postor, perteneciendo a la lucha activa de la recuperación injusta del gobierno de Maragall. Ahora, con la decisión de llevárselo, cualquier Comunidad Autónoma podrá llevarse su ración, por lo que el archivo desaparecería. Y eso ya sí que es grave. Una auténtica demencia de estupidez extrema. Decía el otro día uno de los mejores historiadores foráneos que el hecho de que Salamanca pierda el Archivo es impensable en un entorno de historia moderna, ya que para él “es más que extraño que documentos históricos puedan pertenecer a ciertas entidades políticas”. Y ahí está la clave, amigos. Los archivos pertenecen a España como nación, no al gobierno catalán, ni al central, ni a nadie. Son patrimonio de todos y su objeto es permanecer bien atendidos y conservados para que los historiadores puedan estudiarlos.
Salamanca los acogió desde sus inicios, recopilándolos con gran esfuerzo para que se mantuvieran unidos y fomentando su expansión. Treinta personas, profesionales del historicismo (no como los que ha designado Carmen Calvo) lo atienden, manteniéndolo y cuidándolo para la investigación de la Guerra Civil, tiempo pasado al que se le está perdiendo el respeto, cagándose en su existencia con esta actitud de poder, de ‘a ver quién es más fuerte’, de capricho, en definitiva.
Y no es una postura de defensa salmantina. Os aseguro que me da igual, pero entiendo a los historiadores que, como es lógico, no están a favor de esta pantomima. Si se los llevan, estarán desmantelando una realidad histórica, se estará rompiendo un pasado que simboliza la maquinaria represora de aquellos años. Por eso debería mantenerse íntegra, como homenaje a la memoria de las víctimas de la Guerra, que parece no importar a nadie con este traslado absurdo. La Historia se ha escrito por todo ese tipo de expolios, latrocinios y robos, por lo que ponerse a disgregar todos los legajos repartidos por España supondría la puerta abierta a seguir con este despropósito. Vamos a ver: exponiendo las ridículas bases expuestas por los catalanes ¿Por qué no traer a Salamanca las más de 120 obras de arte que se expoliaron y robaron a lo largo de la historia y que permanecen en Cataluña? ¿Por qué no nos las devuelven? Son nuestras también ¿O no? Pues lo mismo. O imaginad que el Islam quisiera recuperar su arte arquitectónica robada durante la Reconquista.
Y lo que más me molesta de todo este entramado: el apoyo del ciudadano que se posiciona sin conocimiento de causa. Si soy catalán, me supedito a la frivolidad políticas de turno, pues reclamo también sólo por inercia. O en el ámbito contrario, en Salamanca, dedicarse a insultar a Cataluña cuando no saben muy bien qué coño conforma los puñeteros archivos, aunque vayan con más razón, a ciegas. Eso demuestra la precaria condición del intelectual español, del ciudadano de a pie, de todos nosotros.

El pancartismo que tanto se ha dado en esta ciudad y que es totalemente baladí.
Ya os digo que a mí me da igual que se lo lleven, pero me jode. Y mucho, porque no es normal que por ideales actualizadamente totalitaristas, se empiece a destruir la historia por empeñadas bufonadas nacionalistas o de cualquier otro signo político. Hay tantísimas cosas más importantes en Salamanca que por unos míseros papeles de la Guerra Civil que no vale la pena lamentarse. Es un pequeño granito de arena cultural en un vasto imperio. Así que por mí, que se los lleven. Aunque no es lógico ni normal, eso queda fuera de toda duda. Eso sí, si empezamos con esta ridícula postura de niños enfurruñados, que nos empiecen a restituir nuestra cultura charra repartida por toda España para que luzca en los museos e iglesias de aquí, de esta ciudad, capital cultural de Europa.

4 comentarios :

  1. Anónimo8:14 p. m.

    Estoy pácticamente con todo lo expresado por el autor del blog, salvo con el insultillo a la ministra.
    "no como los que ha designado la ‘ratita’ Carmen Calvo".
    Me pregunto qué quiere insinuar.
    ¿Es más rechazable su postura por ser mujer?
    Da la impresión de ser un comentario machista.
    Me recuerda los comentarios sobre Pilar Manjón "esa señora llorosa", según Fraga, una "brujita", según
    F.Umbral.
    Señores, se les ve el plumero.

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  2. Tiene usted razón. No debería haber adjetivado a la señora ministra Carmen Calvo, a la que debo todo el respeto. Está fuera de lugar. Pero en absoluta denota una posición machista, ya que ni siquiera sé qué me ha llevado a tildarla de 'ratita'. Tal vez su aspecto de 'ratita presumida' (como en el famoso cuento), ya acicalada y siempre sonriente ella, que no me inspira mucha confianza.

    Eso sí, vayan mis perdones a quien le haya podido sentar mal este calificativo. Pero no hay dobles lecturas políticas ni de cualquier otro ámbito dentro de ellas. De hecho, lo he editado para subsanar mi error.

    En cuanto al artículo, he dado una serie de datos objetivos y si he utilizado alguna expersión que conlleve a ver posiciones que se creen recíprocas por parte de los afectados, tengo que ratificar mi postura: ME DA EXACTAMENTE LO MISMO QUE SE LO LLEVEN. Y no me contradigo, porque hay cosas más importante para un Ayuntamiento y una ciudad (como la creación de empleo, la mafia que ha creado en torno a las fiestas universitarias o el elevado precio de las viviendas) que unos legajos que no le importan a nadie y que han instrumentalizado para confrontar a dos partes que siguen el asunto como si se les fuera la vida en ello.

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  3. Anónimo6:53 p. m.

    Feliz Año:

    Como aprendiz de historiador y profesor de Historia de secundaria estoy basicamente contigo en el planteamiento de tu articulo. Mi defensa de la pemanencia del archivo no es tanto politica como de historiador. Es mas, pienso que igual el archivo se tendria que desplazar a otro lugar para que no se le critique su origen, del cual Torrente Ballester creo recordar que dijo, que se establecio por derecho de conquista. Pero lo que nunca se puede hacer es despiezarlo y menos por simples intereses politicos.

    Aprovecho para invitarte a visitar mis bitacoras Reflexiones de un Modernista (http://blogs.ya.com/modernista/)donde trato temas de opinion principalmente como el del Archoivo y La Torre Atalaya (http://tavira.bitacoras.com/)diseñada para asuntos mas tecnicos y culturales.

    Wallenstein77

    Feliz Año

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