domingo, 11 de mayo de 2014

Francois Dourlen y la integración

El fotógrafo francés Francois Dourlen presenta una serie de curiosas fotografías realizadas con su iPhone en las que superpone instantes cinematográficos, televisivos o imágenes recurrentes e identificativas de la cultura popular para integrarlas dentro de la cotidianidad que le rodea. El efecto consiste en una unificación perfecta de ficción y realidad, cuidando todos los detalles de la perspectiva combinativa de estos dos factores.
Más de esta divertida técnica en su página de FaceBook y cuenta de Instagram.

viernes, 9 de mayo de 2014

"Pásame una birra" o el malabarismo cervecero de los Almost Twins

“Pásame una birra” es una frase que todos hemos dicho alguna vez (algunos hasta el infinito) y que no resulta nada extravagante o inusual. Todo lo contrario. Cuando esto sucede, alguien se acerca al frigorífico amablemente y te trae una lata o una botella bien fresquita. Ahí acaba el propósito de esta acción. Sin embargo, para Jack Packard y Tim Higgins, en su sección de ‘Almost Twins’ de la exitosa web de humor ‘Funny or Die’, eso sería muy fácil ¿Por qué no complicarlo un poco más? Lo divertido de pasar una birra se condiciona a múltiples y creativos estilos con el mismo objetivo: que el receptor acaba abriendo la lata. En 2012 ya iniciaron esta particular afición a arrojar la cerveza de un modo rocambolesco, rozando lo malabarístico.
Pues bien, acaban de presentar la secuela de este absurdo ‘Hey, Pass Me A Beer’ también con la marca de cerveza Old Milwaukee como promotora de la idea. Eso sí, aplicando el más difícil todavía, ejerciendo de auténticos Globetrotters de la cerveza.
La próxima vez que alguien os pida una cerveza, recordad: lanzadla de forma creativa, al estilo Packard y Higgins. A ver si el receptor está a la altura de la expectativas de estos dos vídeos.

jueves, 8 de mayo de 2014

Especial 'El Exorcista (The Exorcist)', de William Friedkin (II)

La oscura leyenda de un rodaje infernal
Siguiendo con el especial abierto el pasado día 21 de abril sobre este clásico del cine de terror, uno de los aspectos que se ha destacado siempre que se habla de ‘El exorcista’ ha sido el maleficio que cayó sobre el equipo técnico por tratar de un modo documental un escabroso tema como es el Mal, su aparición física en nuestro día a día y la posesión paranormal. A pesar de que el departamento de prensa aseguró, una vez estrenada la película, que se trataba de una argucia comercial para vender un filme que no necesitaba mucha propagación de noticias para convertirse en un éxito de taquilla, los mitómanos recurren a la veracidad de ciertos hechos que acaecieron en varias de las localizaciones donde tuvo lugar la filmación de este clásico. Mucho se ha escrito y hablado sobre los efectos posteriores del filme acerca de una presumible condena maléfica que sufrieron los participantes en la mítica cinta de culto. Pero también es cierto que dado lo áspero de la trama, lo ideal era concebir una especie de leyenda negra en torno al rodaje y sus supuestas consecuencias fatales.
Si bien es cierto que la carrera de William Friedkin (que estaba llamado a ser uno de los mejores directores del cine contemporáneo) no volvió a levantar el vuelo tras esta obra maestra, obras posteriores como ‘Carga maldita’, ‘El salario del miedo’ o ‘Vivir y morir en Los Ángeles’ (injustamente hundidas por crítica y público) o títulos mediocres como ‘Blue Chips’, ‘Jade’ o ‘The Hunted’ son una muestra clara para pensar ¿en qué punto del camino malogró toda su fama y talento Friedkin? La respuesta puede ser más sencilla si afirmamos que no supo elegir sus películas, ya que ‘A la caza’ (1979) estuvo a punto de volver a situarle en lo más alto. Durante años estuvo sumido en el ostracismo, con pequeños conatos por regresar a un primer nivel, como ‘Jade’ o ‘Las reglas del compromiso’. Sin embargo, en los últimos años ha encontrado un hueco en el circuito comercial gracias a dos pequeñas producciones que han resucitado su talento y poder narrativo; ‘Bug’ y, sobre todo, ‘Killer Joe’.
La historia de uno de sus productores, Noel Marshall, es mucho más inquietante. Se empeñó en sacar adelante un proyecto en 1981, ‘El gran rugido (Roar)', junto a su familia de ensueño: Tippi Hedren y la hija de ésta, una jovencísima Melanie Griffith. El rodaje duró tres años y el resultado fueron los más de cincuenta puntos en la cabeza de la actriz fetiche de Hitchcock por un accidente y una prematura cirugía estética a la pobre Melanie debida a una dentellada de león, hechos que configuraron a la película como uno de los rodajes más escabrosos que se recuerdan. Ni que decir tiene que tanto sufrimiento no valió para nada, pues la cinta supuso un sonado fracaso. Tanto, que casi ni vio distribución. A su vez, William P. Blatty quiso ser director. Y aunque escribió alguna comedia de éxito para Blake Edwards o la desacertada adaptación de 'Soy leyenda' con 'El último hombre vivo', de Boris Sagal; fue ignorado por completo para participar en ‘El exorcista II: El hereje’ (1977), de John Boorman. Su deseo era llevar al cine “la verdadera secuela de ‘El exorcista’”, la adaptación de una novela homónima bajo el título ‘Legión’, que él mismo había escrito para la gran pantalla. Sucedió lo mismo, ya que supuso un fiasco que seguiría sumando números a su éxito editorial: 'El exorcista III', en 1992. Antes, se había estrenado como director con la importuna ‘La novena configuración (The Night Configuration)’, otro fracaso. Una carrera sin pena ni gloria que ha acabó a la fea costumbre de reincidir en los temidos ‘director’s cuts’, volviendo a lanzar una y otra este clásico en 2000 y en sucesivas ediciones para DVD y BluRay, con nuevas secuencias, más documentales sobre el rodaje, efectos especiales y filmaciones inéditas, que dieron algo de brío a sus arcas. Lo último fue la participación en el guión de ‘The Exorcist: the beginning’, viéndose envuelto en una polémica de directores que fueron y vinieron como Renny Harlin y Paul Schrader y que, en efecto, también supuso un nuevo desacierto en una carrera aciaga que remite a aquélla maldición generada por el efecto de su clásico más recordado.
Pueden parecer coincidencia, mala suerte, pero no fue así. También la pobre Linda Blair no consiguió que su carrera despegara en ningún instante. El éxito de sólo una película la convirtió en un juguete roto de forma prematura, fue detenida en varias ocasiones por posesión de drogas, aunque su peor consecuencia por el supuesto golpe maléfico fue caerse de un caballo con tan mala fortuna de quedar infecunda para el resto de su vida. Hace algunos años, volvió a la palestra con unas polémicas declaraciones contra el fallecido Christopher Reeve, cuando afirmó que la culpa del terrible accidente que le dejó tetraplégico al protagonista de ‘Superman’ fue únicamente suya, no del caballo o la mala suerte. Muy despiadada (pero no sin falta de razón) declaró que el actor, que era muy alto y por entonces pesaba una barbaridad, no encontraba caballos a su medida, perjudicando gravemente a muchos equinos y probándolos para seguir montando. Otro hecho real que concernió a este estilema maligno fue, por ejemplo, pequeños matices personales, como el de Paul Bateson, un técnico de rayos X de la NYU Medical Center y que aparece en el filme en la secuencia de arteriografíade Regan. Pues bien, este sujeto resultó ser un asesino en serie que dedicaba su tiempo libre acudiendo a bares de ambiente gay, donde seducía a sus víctimas para desmembrarlos posteriormente. Uno de ellos, fue el crítico de cine Addison Verrill.
Las leyendas que vertebran esta evocación satánica sobre el rodaje infunden más interés a una película que permanecerá por siempre en nuestro más oscuro recuerdo. Se cuenta que durante la filmación (que comenzó en agosto de 1972) se unieron a una lista de desgracias de producción, hechos que obligaron a retrasar el rodaje (y aumentar, de paso, el ya de por sí elevado presupuesto), como la pérdida de la escultura del prólogo de la película (precisamente el símbolo de Pazuzu). Otra, apunta a un incendio de parte de un estudio atribuido a fuerzas sobrenaturales y que la única estancia que quedó indemne fue el set de la habitación de la niña; rollos velados, cámaras estropeadas, accidentes inexplicables (un par de técnicos perdieron alguna falange) y miembros del equipo con gripe crónica a causa de las secuencias del exorcismo (debido al frío y no a la presencia del Maligno, como lo vendieron) fueron algunas de las historias que se contaron y que forman hoy en día un misterio sobre su veracidad. Todo un suplicio que Thomas Bermingham, sacerdote por entonces, se negó a seguir, sin creer en los miedos paranormales, y no santificó todos los días el estudio para evitar males mayores. Uno de los hijos de Jason Miller fue atropellado por una moto en el lapso del rodaje, aunque alejado de la ubicación de la filmación de 'El Exorcista'.
Sin embargo, la psicosis colectiva se engrandeció hasta consecuencias tétricas y morbosas cuando uno de los actores principales, Jack McGrowan, murió prematuramente de influenza antes de que el rodaje concluyera. Al igual que la constatación del fallecimiento del bebé a punto de nacer de uno de los auxiliares de cámara y un vigilante nocturno. Sucesos que acabaron por crear un auténtico desequilibrio general entre los miembros de un equipo sometido a la neurosis perfeccionista de Friedkin, convencido de estar haciendo una especie de ‘El Padrino’ del género de terror, obsesionado cada día que pasaba, por evitar caer en la utilización excesiva de efectos especiales y repitiendo tomas y tomas hasta conseguir la adecuada. Dick Smith (el maquillador de ‘Taxi Driver’, otro de los clásicos a venerar) recuerda: “era demoledor, quería una perfección que nos obligó a pensar en cada mínimo detalle. Tanto, que llegué a pensar que aquel trabajo era lo mejor que había hecho jamás. Recuerdo que trabajamos casi un mes con Macel Vercoutere en la cabeza que giraba 360º sobre un cuerpo de poliester para una de los planos más terroríficos del filme”.
Pero no todo fue malo, Mike Oldfield obtuvo pingües beneficios con su ‘Tubular Bells’ (tema principal de la película), el maquillador Dick Smith sigue siendo un tótem dentro de la profesión, Ellen Burstyn ganaría el Oscar como mejor actriz principal años más tarde con ‘Alicia ya no vive aquí’ (1975), de Scorsese o su soberbia interpretación de ‘Providence’ (1976), de Alan Resmais.Además, actualmente trabaja como una de las mejores profesoras del prestigioso Actor’s Studios y ha permanecido activa con grandes interpretaciones como en 'The Yards', 'Requiem for a dream', 'The Fountain', éstas dos últimas a las órdenes de Darren Aronofsky. Fue ella la que dijo hace algunos años, durante una rueda de prensa, en el Festival de Cannes: “he leído toda clase de historias sobre lo que sucedió a raíz del rodaje y el estreno, pero mucho de todo eso es falso. Es verdad que algunos de los acontecimientos que tuvieron lugar allí son inexplicables, que había un ambiente enrarecido y que todos tuvimos mucho miedo, pero se ha exagerado la historia hasta límites insospechados”.
El descubrimiento de un mito de doce años
Sin duda alguna, aparte de la perfección narrativa, de la labor de un equipo que se dejó la piel en el rodaje y del global de todo lo que supuso en la época una película como ‘El exorcista’, el filme de Friedkin descubrió a la única actriz infantil capaz de conferir todos los estados por los que atraviesa el personaje de Regan MacNeil. Y con ello, una interpretación  para la posteridad. La pequeña Linda Blair tampoco era ajena a la dureza del rodaje, aunque todos coincidieron en que siempre respondía al director con una sonrisa. Al casting se presentaron más de 500 niñas. Pudieron ser más, porque lo normal es que las madres que intentan colocar a sus pequeñas en el 'star system' hubieran aceptado de buenas a primeras que sus hijitas se metieran en la piel de una niña poseída por Satanás. Cuando Friedkin vio a Blair, se encendió la clarividencia que otrora le caracterizara. La joven allí presente había nacido en Connecticut, el 22 de enero de 1959, es decir, que tenía 12 años, y había trabajado en pequeños roles de películas como ‘The way we live now’ (1970), de Barry Brown y sobre todo ejerciendo como sonriente rostro para anuncios televisivos. En la entrevista final, nadie podía creer que aquella señorita fuera tan madura para una niña de su edad. Aseguró haberse leído el guión dos veces, aprendiéndose los pasajes más escabrosos del mismo. Blatty y Friedkin fueron más allá y le preguntaron sobre el argumento.
Blair, sin ninguna vergüenza o recelo aseveró “...sobre una posesión diabólica. Sobre una niña poseída a la que le pasan cosas malas por tener el Diablo dentro...” o del estilo de “yo creo que es una deliberada exposición de la pérdida de la Fe en la actualidad...”. Esto puede llevar a la reflexión sobre cuál era el grado de aprendizaje que la madre imponía en los monólogos que le pasaban a su hija en los ‘castings’. Pero cuando Friedkin le preguntó acerca de la secuencia del crucifijo, la pequeña Blair le miró a los ojos y le concretó “¿la de la masturbación?...”. Friedkin atónito le replicó “¿sabes lo que es masturbarse?”, la actriz dijo “Oh, claro, se hace para llegar al orgasmo”. Blatty batió su puntilla al inquirir “¿y tú te masturbas?” A lo que Blair aseveró ganándose a ambos con su personalidad abrumadora al responder “Por supuesto ¿y tú?”.
Linda Blair iba a componer una de las mejores interpretaciones infantiles que se recuerden en la Historia del Cine. Durmiendo cuatro o cinco horas al día ante la exigente actitud de Friedkin, la pequeña nunca se mostró cansada o caprichosa. En la secuencia en que la cama se tambalea por primera vez, el movimiento era tan brusco y doloroso en la espalda de la niña que gritó "haz que pare, haz que pare...". Los técnicos, creyendo que era el guión, siguieron un buen rato, ante las lágrimas reales de Blair producidas por el sufrimiento. Jamás se quejó. Recuerdan que un día, tras 17 horas de rodaje, Linda no pudo más y cayó dormida, siendo luego recriminada por Friedkin. En seguida, la actriz le dio una de las mejores tomas de la película. La profesionalidad que mostró en todo momento era incomprensible para una actriz de su edad. Ellen Burstyn la recuerda como “un cielo de persona. Trabajar con ella fue lo mejor de un rodaje brutal. No sé cómo aguantó, siempre con aquella sonrisa angelical”.
Producción le asignó un psicólogo a Blair. Pero en vez de trabajar con la niña, tuvo que atender a los demás miembros del equipo porque a ella no le hacía falta. Incluso embutida en el pesado maquillaje de Dick Smith y profanando toda clase de improperios y barrabasadas, Linda afirmaba: “es el papel que interpreto, Regan no es ella, es el Demonio y éste actuaría así”. El aguante que toleró la actriz no se vio recompensado con el Oscar al que fue nominada en 1974 por su labor como actriz secundaria. Paradójicamente lo perdió frente a Tatum O’Neall por ‘Luna de Papel’, de Peter Bogdanovich. O’Neall tenía 11 años. “Me lo merecía más, pero ha sido maravilloso. Otra vez será” respondió a los medios de comunicación tras la entrega de las estatuillas.
Pero nada iba a estar más lejos de la realidad. Como se ha mencionado antes, sus futuras películas no fueron ni mucho menos exitosas, todo lo contrario. Su meteórico estrellato le hizo caer en el lado oscuro del éxito a edad temprana. Con 20 años fue acusada de tenencia de estupefacientes y nunca más volvió a levantar el vuelo. Filmes como ‘Nacida Salvaje’, ‘Sarah T. Portrait of a Teenage Alcoholic’ (una semibiografía de su carrera cinematográfica), ‘Stranger in the House’ o breves papeles en películas como ‘Aeropuerto 75’ o ‘Victoria en Tenbee’ no sirvieron para devolverla al estrellato que se había ganado con sólo doce años. De hecho, cuando en 1977 Boorman la llamó para hacer un papel secundario en la archimaldita (pero reivindicable) ‘El Exorcista II: El hereje’, Blair era ya una casi una mujer. En cualquier caso, su trayectoria profesional nunca sería en exceso destacable.
Nunca se pudo quitar de encima un personaje que, a pesar de darle la fama, también coartó para siempre una carrera con posibilidades. Convertida en actriz de culto la pudimos ver haciendo cameos autoparódicos en la primera parte de la saga ‘Scream’ de Wes Craven y en ‘The Blair Witch Project’ y protagonizando telefilmes (donde es una de las reinas norteamericanas) o multitud de series televisivas o TV movies. Eso sí, nunca falta a ninguna convención sobre 'El Exorcista' o la presentación de nuevos montajes o lanzamientos en DVD o BluRay. Al fin y al cabo, siempre será nuestra niña poseida favorita, la inmortal Regan MacNeil.
CONTINUARÁ...

martes, 6 de mayo de 2014

Bill Murray multiplicado

Como bien sabéis, Bill Murray es uno de los tótems de este blog y es algo sistematizado que su figura sea mencionada por estos lares. En este caso, el dibujante de cómics y periodista canadiense Steve Murray (también conocido como "Chip Zdarsky") ha creado un fascinante collage de ilustraciones titulado ‘The many faces of Bill Murray’ que recoge, a modo de compilación, todos sus personajes; desde 'Los incorregibles albóndigas (Meatballs)' hasta ‘Grand hotel Budapest’. Tan sólo hay dos excepciones que corresponden a una etapa anterior a la mencionada cinta dirigida por Ivan Reitman; en sendas cintas de animación a las que puso voz como un reportero (‘Shame of the jungle’) y como un dragón (‘B.C. Rock’) respectivamente.
Es un trabajo para el National Post que podéis ver en su totalidad en la página del diario online. En este mismo link encontraréis un  un vídeo en el que se define cada representación de los personajes que integran los variados rostros de uno de los actores más carismáticos y eternos del cine contemporáneo.

lunes, 5 de mayo de 2014

El 5 de mayo de 1984 y el último título del Athletic

Un 5 de mayo de hace tres décadas se disputó la final de la Copa del Rey entre el F.C. Barcelona y Athletic de Bilbao. El Barça venía de ganar a Las Palmas y el club rojiblanco se desprendió de un Real Madrid en pleno apogeo después de una emocionante tanda de penalties. A las 20:15 arrancaba una final polémica, salpicada de controvertidas declaraciones cruzadas a largo de toda la temporada, sobre todo entre Diego Armando Maradona, que entonces era el buque insignia del club blaugrana, y el técnico Javier Clemente. La tensión tenía su origen en la lesión sufrida por Maradona en aquel duro lance del juego provocado por una entrada de Andoni Goikoetxea que ya había encendido los ánimos entre las respectivas aficiones y cuerpos técnicos. El 29 de abril de aquel mismo año, el equipo ‘zurigorri’ se había proclamado por octava vez en su historia en un derdy antológico contra Real Sociedad y un doblete de “Rocky” Liceranzu, en un cruce de resultados que llegó a poner como campeones de liga al Barça y el Real Madrid en diversos momentos de los respectivos encuentros de liga.
Aquel Athletic personificaba una fuerza que no entendía de especulaciones, que comenzaba sus partidos con una intensidad fuera de lo normal, fustigando al contrario desde que el esférico echaba a rodar por el césped. Y así se plantó en la capital, dispuesto a hacer efectiva esta tendencia frontal. El once titular; Zubizarreta, Urkiaga, Liceranzu, Goikoetxea, Núñez, Patxi Salinas, De Andrés, Urtubi, Dani, Endika y Argote. Por parte del club blaugrana que dirigía César Luis Menotti; Urruti, Sánchez, Migueli, Alexanco, Julio Alberto, Víctor, Schuster, Rojo, Marcos, Maradona y Carrasco. El Bernabéu parecía San Mamés. El color rojiblanco inundaba las gradas y la afición ‘athleticzale’ hizo suyo el estadio suponiendo un 80% de la entrada total de aquella tarde, apoyando y gritando con fervor cada toque de balón de su equipo. La alegría no tardaría en llegar. Corría el minuto trece cuando, tras un córner botado por Argote era despejado por Schuster hacia la posición del jugador del Athletic, que colocaría el balón en la frontal del área donde Endika controlaría con el pecho para enviar con un zurdazo a la red.
El delirio pareció apoderarse de un ambiente que se empezó a encender dentro y fuera del campo. Con el comienzo de la segunda parte, el partido no tuvo más historia que la gran presión defensiva de De Andrés, Salinas y Urtubi, anulando a un rival que tuvo un par de oportunidades sin importancia. Se pasó a un cúmulo de patadas y juego duro por parte de los dos conjuntos después de una entrada Schuster a Urkiaga. Patadas, piscinazos, la devolución de objetos lanzados al campo por parte del jugador alemán y poco juego que quedará como una final deslucida en cuanto a lo deportivo, pero que será recordada cuando el colegiado Franco Martínez pitó el final del encuentro.
Fue entonces cuando Maradona, frustrado por la derrota, impulsó la batalla campal llena de furia y violencia que dejó un triste recuerdo del título rojiblanco. “El Pelusa” propinó un rodillazo en la boca de Miguel Ángel Sola, que tuvo que ser retirado en camilla, lo que encendió los ánimos encrespados de los jugadores que fueron a increpar y agredir al argentino, de nuevo en un enfrentamiento con Goikoetxea y Sarabia, transformándose en una tangana colectiva en la que Migueli lanzó una patada voladora a De Andrés y Schuster intentaba repartir todo tipo de puñetazos y golpes, Clos a Patxi Salinas, Dani había dado lo suyo a Sánchez, que fue retirado del campo... Incidentes que no lograron deslucir un hecho histórico por parte del Athletic. Con el capitán Dani levantando la Copa de campeones (la vigesimocuarta de su historia), el Athletic había conseguido el triplete (Supercopa incluida) y convertir así el sueño en realidad que hizo que una generación entera de aficionados volviera a cantar de nuevo el tan propiamente vizcaíno “alirón”.
Las celebraciones posteriores también forman parte de la historia del Athletic y del Botxo, cuando más de un millón de bilbaínos se reunieron para dar la bienvenida en masa a los héroes deportivos en un acontecimiento que marca la evocación y la herencia del amor incondicional por un equipo único. La Gabarra surcando las aguas del Nervión flanqueada por innumerables embarcaciones que la escoltaron hacia el puente de Deusto representa una imagen simbólica de ese orgullo hacia unos colores que conllevan la inculcación de valores éticos y deportivos de concepción excepcional. Fue el último título del Athletic hasta el momento, pero también el fin de una era futbolística que transformaría el deporte rey hacia otra dimensión que, exceptuada por casos puntuales, ha definido lo que viene siendo la rutina binomial, pues tras aquella liga el F.C. Barcelona y el Real Madrid se repartirían los once títulos siguientes.

domingo, 4 de mayo de 2014

Sam Fuller y la bandera

“Al decir “No me nombre la mierda de la bandera”, Edgar Hoover lo rechazó en mi presencia, en casa de Romannoff y con Zanuck. Negaba que un americano dijese, en plena guerra Fría con Rusia, “no me nombre la mierda de la bandera. Y Zanuck me dijo “tiene razón, quitaremos lo de mierda” Hoover se enfadó muchísimo: “sabes perfectamente bien que no es eso a lo que me refiero”. Y Zanuck se explicó de manera sencilla. Era su amigo, lo conocía. “Es un personaje el que habla y a ese personaje le importa una mierda la bandera. A él no le dice nada ¡Ninguna bandera! Tiene que ser ese personaje. De lo contrario lo que haremos será una película propagandística y nosotros no hacemos esa clase de películas”.
Samuel Fuller, sobre ‘Manos peligrosas’ (1989).

viernes, 2 de mayo de 2014

Bairon Rivera y la levitación

La acción de levitar significa el hecho de que una persona o cosa se eleve en el espacio sin intervención de agentes físicos conocidos. Existen distintas tipologías de levitación; la electrostática (como la gota de aceite creada por Robert Millikan), la magnética (debida a la superconductividad por causa del efecto Meissner), la aerodinámica, la acústica (debida a los efectos no lineales de las ondas sonoras de gran intensidad), la óptica y la antigravedad. Pero la pregunta es… ¿pueden levitar las personas? Sigue siendo un misterio que se remonta a siglos atrás, donde ya se hablaba de este proceso de suspensión de un cuerpo humano en el aire, desde los efectos sacros relacionados con la liturgia católica de apariencia milagrosa, como los casos de San José de Copertino o Santa Teresa de Ávila que se convierten en derivaciones de brujería y ritos de satanismo vinculados al Demonio cuando no se le reza al Santo Padre, como los hechos que llevaron a celebrarse el Juicio de los Demonios de Loudun, el espiritista Daniel Dunglas Home, los “hombres pájaro” del Tíbet o el yogui indio Subbayah Pullavar. En cualquier caso, el mundo del ilusionismo y la magia también ha tenido en sus números de fascinación este truco de levitar en el aire, desde Colin Evans hasta David Cooperfield. La histeria colectiva, la sugestión o el engaño podrían ser algunas de las explicaciones de este fenómeno que desafía a la ley de la gravedad de Newton.
La levitación es tema al que el fotógrafo conceptual Bairon Rivera le dedica una serie de instantáneas que reproducen, con todo tipo de detalles, esa sensación de ingravidez, mostrando varias personas flotando, emergiendo del suelo o a punto de caer a él. La brillantez imaginativa de la detención del tiempo y el espacio y la sensación que transmite es de lo más intrigante. Empapadas de un lirismo triste y surrealista, definen acciones como montar en bicicleta en el aire, deslizarse hacia la copa de un árbol, la suspensión en el vacío en diversos escenarios y hacia varias posiciones. Analiza de este modo una perspectiva sobre la volubilidad humana, acerca de lo frágil de los cuerpos, del estudio de los movimientos en contacto con la nada donde el control de la gravedad desaparece. Como si se tratara de una realidad alternativa que opera contra de las leyes de la naturaleza, Rivera propone esta espectacular galería fotográfica de personas y flotando con un título muy acorde a lo expuesto: ‘Levitation?’.
- Aquí tenéis la galería antigravitatoria de este artista de Maryland.
- También podéis ver su obra en Flickr.
- O seguirle a través de su Facebook.

jueves, 1 de mayo de 2014

El mundo del cómic dice adiós a Al Feldstein

(1925-2014)
Con la muerte ayer de Al Feldstein se va una de las mentes más privilegiadas dentro del mundo del cómic y una figura trascendental a la hora de valorar el humor y el cinismo de una época revolucionaria, uno de los pioneros de la mordacidad gráfica que supieron trascender barreras cuando se trató de agitar el panorama del noveno arte, de crear los llamados 'entertaining comics' o al ridiculizar a Estados Unidos, sus estratos social, política y cultural. A través de su incorporación a la mítica EC Comics de la mano de Bill Gaines, y junto a Harvey Kurtzman, fue todo un revulsivo del mundo editorial del tebeo en los años 40 y 50, con sus dibujos y unos guiones que asentarían las bases de generaciones posteriores que vieron en él un referente y paradigma en la orientación temática del tebeo.
Cómics tan prolíficos y de distintos géneros como ‘Tales From the Crypt’, ‘The Vault of Horror’, ‘Weird Fantasy’, ‘Weird Science’, ‘Frontline Combat’ o ‘Crime SuspenStories’ dispusieron una orientación lúdica, pero a la vez de atrevida exhortación intertextual de dobles juegos, como arma de reinvención radiográfica de la realidad, constituyendo un estilo desde el hábil manejo de la ironía distanciada de los formalismos, apelando a la inteligencia y a la conciencia del lector y orientándolo muchas veces y de forma soterrada hacia el desafío contra el racismo, el antisemitismo o la intolerancia. Sin embargo, la editorial sufrió su ocaso con la censura promovida por la instauración del Comics Code Authority, código regulador del contenido violento y político que impusieron los senadores Robert Hendrickson y Estes Kefauver.
Regresó en 1956 como editor de la revista de humor MAD, que siempre se vinculó con una constante metamorfosis de vanguardia, de cambio e innovación, con la influencia e importancia que alcanzó un éxito inmediato, revelándose como una necesaria publicación de cómic humorístico más allá de los superhéroes o del target infantil. Abanderada con la caricatura tópica de esa imagen hilarante del personaje icónico Alfred E. Neuman, un rostro popularizado en todas las portadas de la revista, durante tres décadas la revista ha supuesto una ventana a la reflexión desde la risa y la provocación, pasando por lo surreal y los característicos anuncios paródicos, sin perder el sentido crítico y codificando bajo su aparente banalidad sus guiños universales hacia temas políticos y sociales mediante dibujantes, guionistas y escritores de la talla de Don Martin, Antonio Prohias, Mort Drucker o George Woodbridge.
Estructurada en una corriente de pensamiento intencional camuflado en el absurdo, MAD siempre tuvo una inspiración con un claro propósito didáctico encaminado siempre a la finalidad de lo satírico, explorando los límites y batiendo récords de ventas, como en 1974, que llegó a distribuir más de 2,8 millones de copias. Feldstein supo orientar el éxito de la revista desde un carácter eutrapélico a otro mucho más mordaz y nada benevolente, atributo que convirtió a MAD en un emblema de la cultura pop.

miércoles, 30 de abril de 2014

Jeremy Mann: Del realismo urbanita a la intimidad impresionista

La obra del artista de San Francisco Jeremy Mann se efectúa sobre varios géneros que denotan un talento fuera de lo común, completamente genuino, concentrando en sus lienzos una miscelánea de misteriosa personalidad y perspectiva de captación sublime a la hora de iluminar con su arte ese universo de texturas en su prolífica obra. Dentro de ella abarca desde paisajes, estudios figurativos y, sobre todo, ese trazo vigoroso y distintivo a la hora de captar la vida en las grandes y emblemáticas ciudades con la riqueza atmosférica de un horizonte urbano despojado de clichés o reiteraciones paisajísticas. En sus cuadros, la disposición de las formas, a veces diluida en la lluvia o las luces de la noche, emerge un equilibrio lineal que captura la realidad sin pretender categorizarla, dejando que sea una belleza tranquila la que transmita, bajo sus formas abstractas y de claroscuros, un todo que evoque la vida urbanita en la que esconden miles de historias perdidas en el colectivo ajetreo y el bullicio de la ciudad iluminada por sus luces de neón.
Una forma de ver el mundo sin límites de un arte que no necesita pinceles para ilustrar su estilo, con tinturas, disolventes aplicados o efectos pedregosos definidos en el uso concreto del rodillo. En la complejidad dinámica de cada óleo, logra esa perfección en la caracterización visual de la vida en las grandes ciudades o del drama inquieto y solitario que despierta un retrato. Mann tiene la virtud de reflejar un estado de ánimo, contextualizar una expresión o un ambiente acuoso a través de la evanescencia intangible de lo que expresa. Un artista que diversifica su obra entre el realismo y el impresionismo y cuyas pinceladas evocan la cotidianidad de una ciudad o un instante captado en la intimidad de un tocador.
Os animo a que os adentréis en su página web y descubráis a este portento del arte moderno.

lunes, 28 de abril de 2014

Lunes de Aguas, tradición popular salmantina

Fiesta, jarana, algaraza y una buena cuota de zambra como evasiva para no trabajar. Absentismo español por excelencia elevado a la categoría de costumbre. Hoy se celebra en Salamanca un extraño gaudeamus bajo la denominación de Lunes de Aguas. ¿Qué es el Lunes de aguas? os preguntaréis algunos. Pues se trata de una celebración pagana (como no podía ser de otro modo) cuyas raíces históricas se encuentran en el siglo XVI y que actualmente se presenta convertida como fiesta única y exclusiva de esta bella ciudad charra.
El 12 de noviembre de 1543 Felipe II, con tan sólo dieciséis años, llegó a Salamanca para a desposarse con la princesa María de Portugal. En esta celebración católica y austera, la ciudad aprovechó el enlace y sus celebraciones de un modo excedente, llegando al cúlmen de la bacanal, el ocio y la diversión sin límites, dándose cita una plétora de vicios en la ciudad del Tormes en aquellos días posteriores. Fue entonces cuando Felipe II comprobó que la ciudad luminaria del cristianismo europeo, el dogma y la palabra se había convertido también el mayor burdel de Europa y la Sodoma y Gomorra occidental. En aquellos tiempos, además de las escuelas mayores, las bibliotecas, los patios de lectura y el ambiente cultural y académico que ha caracterizado al orbe salmantino desde tiempos immemoriales, coexistían insanas tabernas, bares de beodos sin cierre, lujuriosas casas de putas y un submundo de amancebamiento de toda índole. Un tiempo de ocultistas, buhoneros y feriantes, lavanderas, amas de llaves, ciegos enviciados, alcahuetas, de estudiantes noctámbulos, de ricos herederos y, por encima de todos, el mejor foco de prostitución del país.
Ante tanto libertinaje e impudicia, el estirado Felipe II dictó unas ordenanzas según las cuales las libidinosas mujeres públicas de moral distraída que habitaban en la Casa de Mancebía de Salamanca, debían ser trasladadas, durante la Cuaresma, fuera de los confines de la ciudad. A partir del Miércoles de Ceniza, las prostitutas eran obligadas a abandonar su residencia habitual y reasentadas al otro lado del Tormes. El Padre Putas, un clérigo muy famoso en la ciudad por su inmoralidad irreverente, era el encargado de amparar, custodiar y atender a estas mujeres de vida alegre, siendo el responsable de éstas. A partir de este edicto, las prostitutas de Salamanca dejaban la ciudad antes de comenzar el período del tiempo litúrgico de recogimiento y desaparecían de manera temporal, recogiéndose en algún lugar al otro lado del río. Pasada la Semana Santa, y con ella el periodo establecido, las rameras volvían a la ciudad una semana después de la celebración del lunes de Pascua. Este mítico día era una jornada de expectación por parte de la ciudad, que comenzó a celebrarlo como una tradición arraigada a la ciudad, ya que los estudiantes disponían una fiesta descomunal, en la que el alcohol en sus diversas variantes y la alegría que éste produce en el cuerpo hacían que todos salieran a recibirlas a la ribera del Tormes con gran júbilo y ansias carnales inhibidas durante las prohibiciones impuestas por la Iglesia. El Padre Putas (que se llamaba Lucas y que actualmente se ha convertido en el cabezudo más célebre de las fiestas charras) era el encargado de concertar el momento del advenimiento lúbrico y lascivo entre los estudiantes y las doctoras de la cátedra del placer.
Lo más insólito y significativo de todo el proceso es que, en cuanto llegaban las meretrices exiliadas, el descontrol, derivado del éxtasis etílico junto a la liviandad carnal y el sexo sin control, hacía que los estudiantes acometieran ‘in situ’ todo lo que sus cohibidos instintos necesitaban. En efecto, amigos, la celebración abandonaba la modreación y pasaba a ser inmensa orgía (con ‘gang bangs’ y ‘bukakes’ incluidos) a orillas del río Tormes que culminaba con un baño colectivo, todos ebrios, por supuesto.
Lamentablemente hoy en día no ejercemos esta entrañable y sana costumbre, pero seguimos celebrando el día en comuna, reuniéndonos con amigos y/o familiares, habitualmente en un entorno rural, compartiendo un “día de campo” y comiendo el típico hornazo salmantino, titánico nutriente condimentado a base de huevos, aceite, harina, levadura para la masa y un relleno de jamón, chorizo, lomo adobado y huevos cocidos, una de las exquisiteces tradicionales y exclusivas de esta ciudad que aportan una buena dosis de colesterol y ayuda a atenuar las excesivas ebriedades que se producen en un día como hoy. En definitiva, es una hermosa excusa perfecta para emborracharse y divertirse con los amigos abrazando la paganía y el sacrilegio. Como debe ser.
Y a eso hay que dedicar el día, queridos amigos del Abismo. Como cada año, esta tarde me dispondré a disfrutar uno de esos hornazos como el que aparece en la instantánea superior y que pertenece al arte culinario materno y a engullir varias cervezas como celebración de una festividad que acarrea el exceso como memoria a esta absurda tradición que no debemos perder.