jueves, 2 de junio de 2005

27 veces quiero ser tu perro

“La Iguana” de Detroit, el bestial Iggy Pop, y los hermanos Asheton formaron, como todos sabemos, un grupo revolucionario, mítico, clave y absoluto en el desarrollo de la música moderna.
Una de sus canciones más conmemoradas e imperecederas es ‘I Wanna be your dog’, una sediciosa copla llena de furia e irreverencia que simbolizó el movimiento ‘punkie’ de los 70.
Integrada en el primer disco del grupo, titulado ‘Stooges’, en 1969, bajo producción del Velvet Underground John Cale (aunque la primera elección de Iggy fue Jerry Ragovoy, el productor de Dusty Springfield), podemos disfrutarla en la espectacular Amaste.com con 27 versiones (todas disponibles en mp3) de tan glorificada canción.

¿Los mejores directores de la Historia? Esto...

Otra de esas prosaicas y loadoras listas que se perpetran bajo la denominación 'Top 10' y que abundan como musgo en temporada lluviosa la acaba de hacer pública la BBC siguiendo las directrices de la revista Empire Magazine.
1. Steven Spielberg
2. Alfred Hitchcock
3. Martin Scorsese
4. Stanley Kubrick
5. Ridley Scott
6. Akira Kurosawa
7. Peter Jackson
8. Quentin Tarantino
9. Orson Welles
10. Woody Allen
Se trata de la enésima selección de ‘Los mejores directores de la Historia del Cine’. Como se puede apreciar esta lista es ilógica dada su carencia de incuestionables clásicos del cine y risible si atendemos a alguno de los cineastas incluidos en esta pantomima barata. Una lista más acorde con una elección de los espectadores de la MTV o de ignaros principiantes en el mundo cinéfilo.
¿Infame clasificación? ¿Ignorancia? ¿Ambas cosas?
Post del todo pueril, reconozcámoslo, pero qué queréis, me acabo de levantar.

miércoles, 1 de junio de 2005

Blogger's Music Chain

Nuestros queridos amigos Spaulding (mencionado por Fotogramas como "un mito en el mundo de los weblogeros"), al que incontables lectores de su espléndida weblog perseveran en conferirle una analogía física con el progenitor de ‘Padre de familia’ y el inefable Dr. Zito me han lanzando un reto, a modo de cadena, que ya ha perdido su origen y continúa extendiéndose a lo largo y ancho de la red.
Menos mal que, echándole un vistazo, es aparentemente fácil de rellenar.
Así que voy a ello:
1.- Tamaño total de archivos de música en tu ordenador:
Pues además de los más de 200 cd’s que tengo (casi todo bandas sonoras apiladas), ahora mismo, en mi nuevo disco duro conviven aguardando una correcta ordenación en la carpeta de bandas sonoras, 4’95 gigas y en el resto de música (álbumes de diversa índole) 4’46 gigas.
Como alegato a mi favor tengo cientos de cd’s originales e incluso atesoro con nostalgia multitud de casetes también originales (qué tiempos).
2.- Último disco que te compraste:
La banda sonora de ‘Crimen Ferpecto’, del genial Roque Baños.
3.- Canción que estás escuchando en este momento:
En este momento, en mis oídos suena la fragosa estridencia de Disturbed con la canción ‘Dehumanized’, de su último disco ‘Music as a weapon’.
4.- Cinco canciones que escuchas mucho y que, por tanto, tienen significado para ti:
Esta es una pregunta francamente compleja. Así que dada la celeridad con la que estoy escribiendo estas líneas optaré por elegir cinco temas que me cautivan, pero a los que no etiquetaría como favoritas porque si me paro a meditarlo con calma seleccionaría otras cinco y posiblemente mañana serían otras tantas.
.- ‘One’, de Metallica. Canción y vídeoclip que pasarán a la historia por su claroscuro y su letra que evoca tanto en historia como en imágenes, a la obra maestra de Dalton Trumbo ‘Johnny cogió su fusil’.
.- ‘Jumping the line’, de Harry Belafonte. Mi canción predilecta para esos funestos momentos de bajón.
.- ‘Love’, de Nat King Cole. Otro de mis clásicos favoritos.
.- ‘Rockin In The Free World’, de Neil Young.
.- ‘London calling’, de los Clash. Claro que sí.
Ya me estoy arrepintiendo por haber dejado de citar títulos recurrentes de necesidad vital, así que mejor dejo estos, que son los primeros que me han venido a la cabeza.
5.- Cinco señores (o pardillos, como dice Zito) a los que les pasas el turno:
A Félix 'Ruina de la familia', J. de ‘El mundo de J.’, Javier de ‘Are you talking to me?’, Noel de ‘El emperador de los helados’ y a J+MC de ‘Asco de vida’. Más que nada porque estoy viendo que casi todos los bloggers ya han contestado esta cadena que yo tampoco iba a romper.
Y ya está.

Fotos de una familia desconocida que tenía una licorería, probablemente

Houseplant Picture Studio presenta… ‘Photos of a unknown family who probably owned a liquor store’, un extraño y minucioso viaje a la abisal memoria fotográfica de una familia característica de la América Profunda.
Con todo lujo de detalles; piscinas, sonrisas, timbas de póker, viajes a Europa, moda setentera, cardados capilares, ornato y vestimenta floral, patillas y bigotes imposibles, un primogénito 'Hippie'...
Lo sé.
A mí también me acojona, pero algún día inventaré una historia para esta entrañable familia.

Review 'Gerry'

Soporífero desierto sin fin
Van Sant propone un letárgico producto sobre la búsqueda de identidad a modo de terrible pasquín experimental que yerra en sus designios debido a su anodina lentitud.
‘Gerry’, la última obra estrenada en España del imprudente Gus Van Sant, es en realidad precedente a ‘Elephant’, filme con el que el cineasta ganara hace dos años la Palma de Oro en el Festival de Cannes. La trama es la siguiente: dos amigos que van de excursión con un coche deciden dejar la autopista y lanzarse campo a través en busca de algo que sólo ellos conocen. Con el desierto por delante, estos dos 'Gerrys´ (que significa algo así como gilipollas) se lanzan a un viaje sin retorno que les llevará a perderse en el desierto para que uno de los dos mate al otro al final de la película.
Evidentemente es un atroz ‘spoiler’, pero como la película de Van Sant es de lo más previsible, e incluso soporífera, no se desentraña nada. Al igual que en ‘Elephant’, el director de la maravillosa ‘My Idaho privado’ expone sus planteamientos desde el siempre dificultoso experimentalismo, en varios niveles, ya que la cinta no tiene ninguna construcción dramática para relacionar un esquema lógico, obviando de este modo las causas y los efectos. Por supuesto, el aburrido viaje que se sostiene en la ‘no-acción’ es una metáfora de la búsqueda de la identidad, de la pérdida de valores y el indicativo del desconcierto de la juventud en un entorno desconocido donde, por supuesto, habrá una comunión lógica entre lo violento y lo hermoso. Con las sutiles notas de Arvo Pärt de fondo, Cassey Affleck y Matt Damon (que figuran como guionistas de la película porque lo que hacen es improvisar los pocos diálogos que se escuchan a lo largo del metraje) protagonizan una historia donde las coordenadas de espacio y tiempo se agolpan en un punto de fuga que Van Sant ni siquiera se molesta en explicar. Sólo importa soslayar lo tópico o preestablecido para enfatizar en lo experimental del asunto, sin percatarse de lo plomizo que resulta todo.
La arquitectura de ‘Gerry’ es una tomadura de pelo minimalista de Van Sant que ostenta en su somnífero ejercicio empírico una sucesión de largos travellings, de bellas panorámicas paisajísticas, de la utilización excesiva de la ‘stedy cam’. Directriz que se deriva en una duración de los planos que van más allá de lo aceptable. Un filme que muy bien podrían haber rodado Andy Warhol o Michael Snow y que pivota en su desfachatez mantenida en una carencia de explicación racional capaz de dar sentido a las situaciones que se ven en pantalla y que tan bien funcionaron en ‘Elephant’, dado que en aquélla había un estallido de violencia final descarnada y lacónica. Algo que que pierde su sentido en ‘Gerry’, fundamentalmente por la desmotivación que provoca la insuperable desazón que imbuye al relato, la misma que sienten los tediosos protagonistas, perdidos en un desierto que les enfrentará a sí mismos y donde sólo el más fuerte será capaz de sobrevivir. Una opción que tal vez el realizador se haya planteado, la de exhibir mediante imágenes la desorientación y pesadumbre de dos personas perdidas en una estéril estepa sin fin.
Hay quien dice que esto es un homenaje al ‘western’ debido a los paisajes, a su recurrente espíritu vocacional. Deliberación hilarante, sin duda alguna. ‘Gerry’ no es más que la manifestación de que Van Sant ha pasado de poner la mano para contar el dinero del ‘remake’ de ‘Psicosis’ a agredir con sus pretenciosas y fatuas debilidades experimentales sin ningún pudor.
Miguel Á. Refoyo © 2005
PD: Por si fuera poco, he oído que ‘Last Days’ (presentada en Cannes recientemente) sigue esta misma táctica de planificación aleatoria y ensayo fílmico, por lo que Van Sant tiene un espectador menos para presenciar los últimos días de Kurt Cobain.

martes, 31 de mayo de 2005

Siniestro Mundo Publicitario (IX): Cecilia y sus compresas

Recuperando una de las secciones más abandonadas del Abismo, el SMP (el último análisis fue el de Melendi) vuelvo a la carga con una nueva entrega de este apartado de estúpido análisis televisivo.
No entiendo muy bien el último anuncio de la conocida marca de compresas EVAX. Consideremos la situación: de una charca, como las ranas, emerge nada más y nada menos, que Cecilia Roth, refiriéndonos con su 'españolizada' voz en off a lo de todas las actrices y modelos que proporcionan su imagen para estos ‘spots’, que con estas compresas una chica alcanza, casi como quien dice, la plena felicidad en forma de despreocupación.
No voy a entrar a valorizar el fondo y la forma del anuncio comercial. La cuestión que me inquieta es: ¿Por qué no se puntualiza que el anuncio hace referencia a la línea de EVAX que sigue los pasos de INDASEC, ese ‘salvaslips’ para pérdidas leves que protagonizaba Concha Velasco?
¿Por qué no se detalla? Si la menopausia es una forma natural del hipogonadismo. Y la Roth ya es muy mayorcita como para proclamarse una madurita. Digo yo.
¿Acaso no debería tener el ‘spot’ un perfil estético menos juvenil y sin tanto boato adolescente para vender un producto elaborado para subsanar la incontinencia y la pérdida de estrógeno y progesterona?
A menos de que me equivoque y el anuncio no concierna a este tema. Algo que sería aún más denigrante para la actriz argentina.
Que alguien me lo explique.

Ofrendas cartelísticas

Nuestro gran amigo Woed estaba en lo cierto.
El cartel de la secuela de ‘La matanza de Texas’, de Tobe Hooper, sigue con divertida simetría el original perteneciente al de ‘The Breakfast Club’.
Una curiosa dedicatoria la de Hooper a John Hughes que, al menos yo, desconocía.

Review 'Tapas'

La humildad de unas vidas cruzadas
Jose Cobracho y Juan Cruz aportan con su obra debut una diáfana mirada a unos personajes urdidos bajo una tierna y honesta mirada.
No hace falta ser ni ser escéptico ni pesimista para determinar lo mal que anda el cine español últimamente, identificable en la falta (o carencia, mejor dicho) de buenos títulos en un aciago año en el que la cinematografía nacional ha perdido una inconcebible parte de su audiencia. Nuestro cine está en una profunda crisis. Bien merecida, por otra parte. Es una triste realidad, dada la falta de aptitudes de las películas españolas que se estrenan. Por eso, con la llegada de un filme como ‘Tapas’, que sin ser una obra de esplendorosa sí está a la altura de las circunstancias, es de recibo elogiar la magnífica labor de Jose Corbacho y Juan Cruz al plantearle al espectador una película tan natural y sencilla como comprometida con sus humildes propósitos. Los premios y el reconocimiento acopiados en el reciente festival de cine español de Málaga no son más que la equidad unánime a un filme que, sin grandes alardes de ningún tipo, reúne la calidad suficiente como para merecer ser el mejor filme español en lo que va de este apático 2005, lo cual también trasluce el adverso estado del cine patrio.
Muy al contrario de lo que se pueda pensar debido a la procedencia televisiva de sus directores, ambos procedentes del Terrat, un lenitivo de ocio catódico con sus programas ‘Buenafuente’ y ‘Homo Zapping’, ‘Tapas’ se aleja del humor en forma de ‘gag’ para adentrarse desde su prólogo en el naturalismo urbano, en la realidad de un barrio cualquiera (en este caso L'Hospitalet, distrito común de sus creadores) durante un verano sin definir. A lo largo de su armonioso metraje se entrelazan la vida de siete personas que viven como pueden sus contrariedades, ambiciones, recelos y temores. El dueño del bar de la esquina que se ve abandonado por su mujer, los jóvenes desorientados con ganas de vivir, una torturada alma solitaria necesitada de afecto y una pareja de jubilados que se enfrenta a la muerte reciben por parte de Corbacho y Cruz una necesaria dosis de autenticidad y humanidad que dispensa un agradecido efugio del tópico con el que han sido construidos. La gran virtud de esta ‘opera prima’ reside así en la facilidad de empatía que se establece entre caracteres y público, por encima de cualquier grandilocuencia, de la sencillez de la propuesta sin más pretensión que la de narrar con una equilibrada armonía una historia que sabe fusionar los códigos del drama y la comedia, amparados ambos géneros en un entorno de melancolía, extensivo a su logrado espíritu de fábula agridulce y suburbana.
‘Tapas’ es una íntima aproximación a la sensibilidad de unos personajes creados con sabiduría, con la manifestación realista apuntada en sus diálogos y situaciones, brindando emociones devenidas en el humor, la ternura o el melodrama de animales heridos que sufren y padecen la soledad, la esperanza, el amor o la muerte. Para ello, Cruz y Corbacho modulan bajo la reposada lentitud de los pequeños instantes de estas vidas cruzadas, un ritmo sosegado, paliativo, sin desavenencias formales de ningún tipo, dejando cualquier presunción al margen y consiguiendo en último término que todo fluya en un cauce de cierta esplendidez cinematográfica. Una sencillez expositiva que cuenta con la confabulación de unos intérpretes en estado de gracia; desde la portentosa efectividad de Ángel de Andrés, pasando por la lección de temple de esa magnífica e ignorada actriz como Elvira Mínguez (posiblemente la mejor intérprete española desde hace más de una década), la insuperable calidad de la pareja de veteranos formada por María Galiana y Alberto de Mendoza, llegando a la frescura de Darío Paso, Rubén Ochandiano y Alberto Jo Lee.
Todos los elementos parecen concordar para el éxito de esta pequeña comedia que, si bien tiene algún que otro error (incluir excesivos y reconocibles ‘cameos’ televisivos que distraen la atención del espectador o los habituales y justificables en un debut), desde la simplicidad y la honestidad de su escasa ambición, alcanza la finalidad de llegar al público mediante la valiosa recreación de las preocupaciones e ilusiones de unos personajes con vida que comparten un espacio y ansiedades de distinta tipografía.
Miguel Á. Refoyo © 2005

domingo, 29 de mayo de 2005

¿El regreso de Rambo?

Imaginad por un momento a John Rambo, el ex boina verde estigmatizado por la Guerra de Vietnam y que tan bien simbolizó la doctrina de la Era Reagan durante los 80, readaptado a la sociedad, en la América actual. Rambo tendría una familia. Una mujer y una hija incluso. A pesar de estar retirado de la vida militar, su condición de versado combatiente a un nivel sobrehumano le implica a una colaboración esporádica con el Ejército.
Alejado en las afueras de las grandes ciudades, un buen día Rambo se ve obligado a volver a la lucha, cuando un grupo de racistas cismáticos secuestran a la hija de un Indio Navajo a la que deberá rescatar, imponiendo su ley e impartiendo la justicia como sólo él sabe hacerlo.
Podría ser el ‘plotline’, el argumento, vaya, de la cuarta parte de ‘Rambo’, uno de los proyectos que Silvester Stallone lleva manejando hace años.