martes, 4 de enero de 2005

El mundo del cómic está de luto


Primero Artie Shaw, después Frank Kelly Freas y hoy toca hacer homenaje póstumo en este extraño obituario artístico en que se está convirtiendo 2005 al gran Will Eisner, un maestro de maestros, un clásico reverencial que dominaba el dibujo, la atmósfera del cómic imposible de superar, la narración y el lenguaje narrativo a unos niveles realmente increíbles e inalcanzables. La leyenda viva del cómic mundial murió ayer a los 87 años dejando tras de sí un áurea mitológica a la altura de los grandes creadores del cómic de la historia. Un hombre que, dentro de su trabajo, se ha convertido en un mito, al igual que Winsor McCay, Breccia, Bourgeon, Moebius, Tezuka o el dúo Stan Lee y Jack Kirby.
Comenzó en la DeWitt Clinton High School, donde colaboró con Bob Kane (el padre de ‘Batman’) en la publicación de la escuela, tras lo cual realizaría las series de ‘Captain Scott Dalton’, una de piratas titulada ‘The Flame’ o las hazañas del agente secreto Harry Karry’. Junto a Jerry Iger produjo algunos de los mejores cómics distribuidos en el extranjero, como ‘Hawks of the Seas’. Debutaría con el segundo número de ‘Features Funnies’, a lo que seguiría ‘Sheena’, la aguerrida tarzánida dibujada por Mort Meskin que todos conocemos de la pequeña pantalla gracias a Sam Raimi. Series como ‘K-51’, ‘Muss' Em Up Donovan’, un justiciero, 'The Brothers Three’, el western 'Wild Tex Martin’ serían algunos trabajos destacables.
En los años 40 creó para la prensa el que es su cómic más célebre ‘The Spirit’, un personaje con el que ya empezó a experimentar e introducir innovaciones narrativas y a hacer de su progresión evolutiva un ejemplo paradigmático de maestría absoluta. Con el justiciero enmascarado de índole humana, Eisner incluiría constantes descubrimientos de lenguaje del cómic, con un acertado y sutil retrato crítico de la sociedad de su tiempo y sus bucólicas fantasías. ‘The Spirit’ se convirtió en una de las obras maestras de la historia por narrar, con una disposición novedosa en su narración tradicional, historias cercanas, donde los seres humanos y sus sentimientos trascendían las páginas del cómic y sus propias aventuras, adentrándose en lo más profundo de la esperanza, del prisma positivo con el que mirar la vida.
Tiene razón el gran Paco Cavero cuando afirma que tal vez gente como Alan Moore y Frank Miller estén excesivamente sobrevalorados ante la figura (inexplicablemente desconocida para muchos) de un tótem como Eisner. Y es que este genio lo es en todos los sentidos, empezando por sus composiciones de página rayano en el más puro arte pictórico y inspirándose muchas veces en el cine negro de aquella época. Como gran maestrol, Eisner ha dedicado gran parte de su vida a ejercer como preceptor en las finalidades educativas, campo en el que estaba interesado desarrollar el potencial del cómic y que progresivamente iba siendo evidente en ‘The Spirit Section’.
La revista P.S. Magazine, su paso por la School of Visual Arts de Nueva York (ejerciendo su labor docente) y su apogeo con ‘Contrato con Dios’, una obra ésta que es considerada como la primera en acuñase como lo que hoy conocemos como ‘novel gráfica’, le convirtieron en paladín del cómic ‘de autor’, rebasando el entretenimiento infantil o juvenil de diversión vacua para incluir en las páginas de sus cómics aspectos (del cine y la literatura –a los que influiría con sus cómics-) hasta entonces inexplorados por ningún autor del Noveno Arte. Obras como ‘Crepúsculo en Sunshine City’, la historia de corte autobiográfico ‘El soñador’, ‘El edificio’, la soberbia autobiografía ‘El Corazón de la tormenta’ extendida en un compendio de historias cortas y anécdotas basadas en historias reales vividas por Eisner bajo el título de El último día en Vietnam’ y sus últimos trabajos ‘Pequeños Milagros’ y ‘Las reglas del juego’ que apuntalaron su extraordinaria obra con las recopilaciones 'Will Eisner's Shop Talk’ y ‘El cómic y el arte secuencial’ y su continuación ‘La narración gráfica’, dos libros teóricos imprescindibles para cualquier amante del mundo del cómic.
Eisner, inspiración y maestro de muchos guionistas y dibujantes de cómics ha dejado un hueco muy grande en un universo que hoy llora su muerte.

Una pequeña recomendación cinematográfica

Una breve recomendación para empezar bien el año, amigos de la blogsfera: 'Whisky’, de Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella, uno de esos largometrajes destinados a permanecer en la memoria colectiva del público y hacerse un pequeño hueco en la historiografía cinematográfica uruguaya vista en nuestro país (que, no nos engañemos, aquí es difícil ver) con su pequeña historia contenida sobre la incomunicación en la que sus tres personajes viven en sí mismos, cerrados en la cotidianidad aburrida y aplastante que les devora.
Historias íntimas cargadas de pesimismo, que se abren a lo imprevisible con un mínimo viaje a un hotel cerca de la playa. Esta magnífica película mira con angustia y desespero la vida, consecuente con la lentitud con que ésta avanza, aportando sorpresas inesperadas. A través de los ojos de unos personajes lacónicos e hieráticos, Stoll y Rebella indagan en una farsa que se destapa cómicamente brillante, que se encamina, paradójicamente, a detallar la vida de unos caracteres que se consumen complacidos al aburrimiento y a lo ordinario.
‘Whisky’ posee un lustroso sentido cinematográfico, de sosegada e introspectiva narrativa cinematográfica, con una planificación aquietada que profundiza perfectamente en los sentimientos y personalidad del trío protagonista, donde los pequeños detalles, aparentemente insignificantes, se magnifican al excavar con sutileza en la exposición psicológica, aprovechando sus escasos espacios, valiéndose de la iteración expositiva como reflejo de la rutina cotidiana de sus protagonistas, a los que dan vida con inmensa grandeza Andrés Pazos, Jorge Bolani y, sobre todo, la lacónica Mirella Pascual. Todos efectúan unas interpretaciones excelentes.
Se trata de un drama melancólico, humilde y tierno, que contiene en su fondo pequeños trazos de triste humor. Una mezcla genérica que aporta, con una simpleza desarmante, la realidad de una historia honesta, sin mayor complejidad que la que se deriva de una situación tan patética como la vida misma, la que vivimos todos nosotros cada día del año.

¿Adicción a internet o simple gilipollez?

A lo que llega la gente asumiendo que está exprimida por la onda expansiva del furor informático. Acabo de leer que informático chino totalmente viciado a navegar en Internet ha solicitado en el registro civil que su hijo reciba el nombre de “.com”. El padre, programador de oficio y apellidado Zhao, indicó que había decidido que el apelativo completo de su hijo fuera zhao.com (en China, el apellido va delante del nombre), similar al de una página web. Para colmo, no es la primera vez que un chino intenta poner un nombre relacionado con Internet a su vástago, ya que el pasado octubre otro registro civil del país rechazó la solicitud de un padre de llamar a su hijo con el símbolo informático "@" (arroba). El creador del software informático libre Linux, el finlandés Linus Torvalds, puso en el nombre oficial de su hija Patricia el sufijo "v2.0" (segunda versión), como si la chavalita fuera un robot.
En todo este desmadre, cada uno tiene sus razones ¿Por qué un jardinero puede ponerle Rosa a su hija o Jacinto a su hijo? ¿Por qué una depresiva crónica no tiene el derecho de que su hija se llame Angustias? ¿Por qué Fernando Trueba tiene un primogénito llamado Groucho? Yo respeto las decisiones. A mí, cuya mayor afición es comer en ingentes cantidades ¿me dejarían ponerle a mi hija ‘Panceta’ o a mi hijo ‘Pincho Moruno’? El nombre que antecede al patronímico es importante, pero nunca hemos pensado hasta qué punto es importante. Por eso ahora Madonna se llama Esther, Prince ya no tiene ni apelativo, Jennifer López reniega del apellido y se quiere llamar sólo Jennifer, a secas. Nunca me he parado a pensar cuál sería el nombre que elegiría si pudiera cambiarme el que tengo.
En otro orden de cosas, y volviendo a la locura colectiva por la red de redes, a veces me pregunto si tengo verdaderamente una imperiosa necesidad de conectarme a Internet, de compartir la red con otros empanados como yo, delante de la pantalla, leyendo blogs, cliqueando el ratón como una cobaya ansiosa, yendo de página a página, escrutando cada rincón de Internet mientras varios libros reposan iniciados con un separador encima de mi mesilla de noche, tristes, reclamando algo de atención. Kavalier y Clay están definitivamente enfadados conmigo. El problema no creo que sea ningún tipo de adicción (lo curioso del tema es que la adicción a Internet no figura en el DSM, el manual más utilizado para el diagnóstico de desórdenes mentales), sino que la cuestión reside en si no estaré restando tiempo necesario a otros aspectos de su vida que también son importantes. La solución: tengo que aprender a distribuir mejor mi tiempo si no quiero acabar teniendo un hijo que se llame Abismo o cosas peores.

lunes, 3 de enero de 2005

El cine que vendrá en 2005

Cine 2005: Un año muy bélico y galáctico
‘Star War. Episodio III’, de George Lucas y ‘La Guerra de los Mundos’, de Steven Spielberg las propuestas más atractivas de un 2005 que traerá muchos grandes títulos.
Como cada año, además de promover las listas con lo mejor y lo peor del pasado año, suele afrontarse la nueva temporada esperando algún que otro título que marque las expectativas de títulos que, por diversas razones, atraigan la atención de los medios y del público, esperanzado por ver grandes superproducciones apoyadas en impresionantes campañas de publicidad y marketing que empiezan varios meses antes de que el celuloide vea la luz. Películas que esperan su lugar en una nueva temporada que repartirá su posición con ecuanimidad (o no) en lotes de películas llegadas de Hollywood y del resto del mundo en este avance en el que destacamos algunas de estas películas que se aguardan con atención.
Como constatación del último reclamo de Hollywood, este 2005 será un año marcado por dos modas que consolidan la estrepitosa carencia de ideas que existe en un entorno infectado por la falta de originalidad en sus grandes productos. Así, el grado de renovación a golpe de cheque de antiguas cintas, más conocido por todos como ‘remake’, proporcionará un nuevo torrente ‘nuevas versiones’: Comenzando por las dos modernas visiones de los clásicos de John Carpenter ‘Asalto a la comisaría del distrito 13’ y ‘La Niebla’, ‘Embrujada’, dirigida por Nora Ephron adaptación del éxito de la televisión de los 60 con Nicole Kidman y Will Ferrell, ‘Oliver Twist’, recomposición del clásico literario llevado al cine por, nada más y nada menos, que Roman Polanski, ‘The cincerella man’, de Ron Howard con Russell Crowe o la innecesaria revisitación al icono del Inspector Closseau en ‘The Pink Panter’, de Shawn Levy con Steve Martin haciendo las veces del inigualable Peter Sellers.
Por otra parte y, como viene siendo habitual, la adaptación de todo tipo de cómics se está transformando en un ejercicio de inversión segura por parte de las grandes productoras que, poco a poco, está fagocitando todo el universo del Noveno Arte y destrozando, en casi todos sus casos, las viñetas tan adoradas por los seguidores del cómic de turno. De los muchísimos venideros, algunos de ellos son ‘Los 4 fantásticos’, el legendario cómic de Stan Lee es llevado a personajes de carne y hueso por Tim Store, ‘Constantine’, de Francis Lawrence desmenuzando el gran cómic creado por Garth Ennis y protagonizado por Keanu Reeves, ‘Elektra', recuperando a Jennifer Garner en su papel de ‘Daredevil’ y, sobre todo, el esperadísimo ‘Sin City’, dirigido por Robert Rodríguez y por el genio, padre de la criatura tebeística, Frank Miller, que aportarán una estética innovadora y revolucionaria.
Entre la ceremonia celebrada a finales de febrero en el Kodak Theather, más allá del Oscar que se pueda llevar Amenábar con ‘Mar Adentro’ a la mejor película extranjera, lo interesante suele ser la aportación de un buen puñado de títulos que se destacarán como lo mejor del año. Algunas cintas suenan fuerte apoyadas en la gran acogida de la crítica especializada y los premios orientativos que preceden a las nominaciones. ‘Ray’, de Taylor Hackford tiene casi asegurada varias nominaciones, entre las que es casi segura la de Jaime Foxx como actor principal por su recreación de Ray Charles. Otra, podría ser ‘Closer’, del veterano Mike Nichols que cuenta con cuarteto de lujo como Jude Law, Julia Roberts, Clive Owen y Natalie Portman y, finalmente, ‘Million Dollar Baby’ o la última gran apuesta de Clint Eastwood con Hillary Swank y el reencuentro de Eastwood y Morgan Freeman después de ‘Sin perdón’ hace doce años.
Pero hay otras muchas películas pendientes de estreno que saben que desde su estreno pueden llevarse a sus arcas cifras millonarias. Cintas históricas, como ‘El mercader de Venecia’, de Michael Radford con Al Pacino y Jeremy Irons o ‘Kingdom of Heaven’, filme con Orlando Bloom rodada en España por Ridley Scott. Comedias de todo tipo, desde la gamberrada parida por los creadores de ‘South Park’, Trey Parker y Matt Stone, ‘Team America: World Police’ protagonizada por marionetas, la secuela de ‘Los padres de ella’, ‘Meet the Fockers’, de Jay Roach con Ben Stiller, Robert De Niro y Dustin Hoffmann o la más políticamente correcta y romántica ‘Spanglish’, de James L. Brooks con Paz Vega, Tea Leoni y Adam Sandler. Acción y espectáculo en la adaptación del violento juego ‘Doom’, que propondrá Andrezj Bartkowiak, ‘Mr. and Mrs. Smith’, la imposible reunión por parte de Doug Liman de una comercial pareja compuesta por Brad Pitt y Angelina Jolie y ‘La leyenda del Zorro’, segunda parte de las aventuras de Antonio Banderas y Catherine Zeta Jones dirigidos de nuevo por Martin Campbell o 'The Island', el nuevo mastodonte cinematográfico de Michael Bay. También otras películas que se esperan con bastantes ganas son ‘Alfie’, de Charles Shyer y la ratificación como actor de moda y ‘sex symbol’ de Jude Law o la fastuosa ‘Memorias de una geisha’, de Rob Marshall. ‘El Código Da Vinci’, de Ron Howard con Tom Hanks y la tercera parte de ‘Misión Imposible’ serán proyectos que condensarán las noticias sobre rodajes con vistas a estrenarse a finales de año o en 2006.
En cuanto al cine español, la cuota de pantalla verá su filón en una sola película que competirá sin ningún tipo de problema con cualquier superproducción que se ponga por delante. Esta proeza sólo puede tener un nombre dentro de la apagada y ridícula situación de cine español: Santiago Segura. ‘Torrente 3’, será (tristemente) la opción que juega sobre seguro en la taquilla nacional. Un panorama nefastamente oscuro que, intentará emprender la primera superproducción nacional en años con la esperada ‘El capitán Alatriste’, de Agustín Díaz Yanes en su carísima adaptación de los ‘best sellers’ de Pérez Reverte.
Pero si por algo este 2005 está llamado a dar grandes títulos son, como avance, por estos diez títulos que destacamos a continuación. Todas ellas, películas que están dando que hablar desde hace mucho tiempo y que las he situado al azar, sin ningún orden concreto.
'Alexander', de Oliver Stone.
Primera gran superproducción que se estrena pasado mañana y que tiene como gran atractivo un reparto encabezado por Colin Farrell, Angelina Jolie, Anthony Hopkins y Rosario Dawnson. En Estados Unidos ha sido un fracaso estrepitoso. Oliver Stone sigue apostando por su particular estilo arriesgado y combativo y parece ser que la historia épica que se narra no ha convecido mucho a nadie. Habrá que ver cómo funciona en nuestro país. En cualquier caso, es la primera gran película de 2005.
'The Aviator', de Martin Scorsese.
Uno de los proyectos más esperados que, si hacemos caso a las quinielas, será una de las grandes nominadas a los Oscar. Scorsese, ajeno al oropel, brinda su maestría clásica en una historia sobre la vida de Howard Hughes que tiene como señuelo comercial al siempre carismático Leonardo Di Caprio en la que, como ha dicho el gran maestro Scorsese, será la última gran superproducción de este clásico de la Historia del Cine.
'The Birthday', de Eugenio Mira.
La gran apuesta de nuestro maltrecho cine español. Una producción nacional rodada al más puro estilo norteamericano. Filme arriesgado y oscuro que mezcla géneros en un tributo que el alicantino (acompañado en el guión por Mikel Alvariño) ha otorgado al cine de los 80. A la cabeza del reparto está Corey Feldman, actor de culto protagonista de filmes como ‘Los Goonies’, ‘Cuenta Conmigo’ y ‘Papá Cadillac’.
'Star Wars: Episode III - Revenge of the Sith', de George Lucas.
Sin duda alguna 2005 tiene en la finalización de la segunda saga galáctica de Lucas su filón comercial. La transformación de Anakin en Darth Vader y la curiosidad de todo el público mundial por saber cómo acaba esta fantasía de ciencia ficción le concede el primer puesto en la lista de películas para ver en la nueva temporada. Es posible que sea la película más taquillera de este año que acaba de empezar. Aunque también es posible que no lo sea.
‘La Guerra de los Mundos’, de Steven Spielberg.
Será el único en hacerle sombra a su amigo Lucas. Una superproducción de 200 millones de dólares para adaptar la obra maestra de H.G. Welles y el protagonismo de Tom Cruise parecen ser suficiente para que la nueva odisea de efectos especiales del ‘Rey Midas’ acaparen la atención del público. Otra apuesta segura que cualquier aficionado al cine está esperando ver.
‘Finding Neverland’, de Marc Forster.
A priori es un título que no ha sonado mucho como gran película comercial, pero la pareja formada por Johnny Depp y Kate Winslet en la nueva película del director de ‘Monster’s Ball’ en una película de fantasía que recrea la vida de J.M. Barrie, el creador de ‘Peter Pan’, parece suficientemente atractivo como para apostar por ella.
‘Sideways’, de Alexander Payne.
Paladín de la nueva comedia independiente americana, la nueva cinta de Payne, autor de ‘Election’ y ‘About Scmichtd’, es una de las que más suena para llevarse algún Oscar en la próxima edición. La historia de dos hombres de mediana edad sin trabajo interpretados por Paul Giamatti y Thomas Haden Church en un viaje a lo largo de California puede estar entre o más selecto del año.
‘La vida acuática con Steve Zissou’, de Wes Anderson.
Tras ‘Academia Rushmore’ y ‘Los Tenenbauns’, la última cinta de Wes Anderson tiene cualquier tipo de preferencia ante los restantes títulos. Su humor negro y brillante se une esta vez a unos destacados efectos especiales bajo el agua. El reparto es la gran atracción de uno de los mejores directores del cine contemporáneo: Bill Murray, Owen Wilson, Cate Blanchett, Anjelica Huston y Willem Dafoe.
'King Kong', de Peter Jackson.
Tras la trilogía de ‘El Señor Anillos’, el director neozelandés Peter Jackson acomete un arriesgado ‘remake’ dirigido en los años 30 por Ernest B. Schoedsack y Merian C. Cooper en otra superproducción de esas que no necesitan mucha campaña para arrasar en taquilla. Las incógnitas: saber si estará a la altura de las circunstancias y qué aspecto tendrá en enorme simio.
'Batman Begins', de Christopher Nolan.
Mucho se está hablando de esta cuarta entrega de ‘Batman’ en la era moderna. Alejado del ‘kistch’ de Joel Schumacher, el superhéroe alado recupera su decencia y oscuridad encarnado en el rostro de Christian Bale. El director de ‘Memento’ promete una reactualización a mejor con otro plantel envidiable de intrérpretes: Michael Caine, Liam Neeson, Morgan Freeman, Gary Oldman y Katie Holmes.
‘Charlie y la fábrica de chocolate’, de Tim Burton.
Johnny Deep vuelve a trabajar con Burton, esta vez en una adaptación de Roal Dahl. La fantástica historia de Willy Wonka, propietario de una gran fábrica de chocolates que organiza un concurso escondiendo cinco papeles dorados en cinco chocolatinas y los ganadores podrán visitar su fábrica. De todos ellos sólo uno conseguirá un suministro de chocolate para toda su vida. Muy Burton.

Murió FRANK KELLY FREAS


1922-2005
"Con el más profundo pesar informamos que Kelly dejó este mundo mientras dormía tranquilamente a las 4: 46 a.m. el 2 de enero de 2005. Para aquellos que vivan cerca de Los Angeles y deseen dar su último adiós, el entierro tendrá lugar el lunes, 3 de enero de 2005: A las 14:00 horas en Memorial park de Oakwood (22601 Lassen C/Chatsworth CA818-341-0344)".
Con estas escuetas palabras se despiden en la web oficial de Frank Kelly Freas, uno de los ilustradores de ciencia ficción más importantes de la historia. Comenzó su trabajo en las revistas ‘pulp’ ‘Weird Tales’ y ‘Planet Stories’. Posteriormente Kelly Freas empezó su colaboración con John W. Campbell y las revistas ‘Astounding Science Fiction /Analog’ desde 1953 hasta el 2001. Más de 48 años de trabajo para la misma publicación.
Destacó, además de por un dominio innato para el dibujo y la creatividad sin límite, por un sentido del humor y la habilidad de dotar a los individuos retratados de una personalidad definida, con un estilo inconfundible y exclusivo. Supo dejar una huella definitoria con ilustraciones admirables y refulgentes, protagonizadas por alienígenas casi siempre afables, desolados robots y sensuales mujeres.
Freas es uno de los ilustradores de Ciencia Ficción mas galardonados de todos los tiempos. Ha sido nominado en una veintena de ocasiones al premio Hugo (los Oscar de la Ciencia Ficción Internacional), obteniéndolo en diez ediciones. También ha obtenido numerosos premios de otros géneros como el ‘National Association of Trade and Technical Schools' Hall of Fame’ en 1991.
Ha trabajado para portadas de novelas de Isaac Asimov, Robert Heinlein, Arthur C. Clarke, A. E. Van Vogt, Poul Anderson y Frederik Pohl. También trabajó para la famosa revista MAD que utilizó varias de sus portadas desde 1955 a 1962 y para trabajos corporativos de la NASA.
Algunos de sus trabajos recopilatorios más importantes son ‘Astounding Fifties’ y, sobre todo, su obra maestra ‘Frank Kelly Freas - The Art of Science Fiction’, un libro imprescindible para cualquier amante del género.

SMP (V): Deliciosa Charlize publicitaria

Mucho se ha comentado el anuncio de Chanel Nº 5 dirigido por Baz Luhrmann y protagonizado por la diva Nicole Kidman en el que se dice que ha sido el 'spot' publicitario más caro de la historia. No está mal el glamour, la visualidad, la fotografía y puesta en escena del anuncio de marras. He de reconocer que el australiano ha facturado un más que curioso cuento de hadas moderno. Una microhistoria que se empeñan en vendernos como una pequeña joya cinematográfica, con una historia de amor romántica, profusos vestidos creados especialmente para esta ocasión por Karl Lagerfeld, el 'Claro de luna' de Debussy como música de fondo y con una actriz divina como ninguna.
Pero esta Navidad han emitido uno que, sin tanto boato ni suntuosidad, ha hecho las delicias de estos ojos acostumbrados a ver publicidad en grandes cantidades. Se trata de esa pequeña pieza de 45 segundos de 'J'adore' de Dior, donde esa diosa de la belleza que es Charlize Theron es la protagonista. Tras el embrujo de la inimitable voz de Nina Simone cantando 'Don't Let Me Be Misunderstood', la última ganadora del Oscar se revuelve sensualmente bajo el satén dorado que marca su estilizada figura. Dirigido por Nick Knight y creado por el diseñador gibraltareño John Galliano no es tan pretencioso como el de Luhrmann y es más eficaz. En la sencillez, muchas veces (la mayoría) reside la calidad.
Aunque todo sea cuestión de gustos.

domingo, 2 de enero de 2005

Batacazo de 'Joey'

Pues definitivamente ‘Joey', el ‘spin-off’ de ‘Friends' con Matt Le Blanc repitiendo su personaje como protagonista está empezando a ser un auténtico fracaso para la NBC. La noche de los jueves no está siguiendo las expectativas que se habían creado alrededor del producto. Es una serie que ha quedado por debajo de cualquier perspectiva positiva, con cifras que se sitúan más de la mitad por debajo de la audiencia de la cadena líder, que en este caso es la CBS. Tres veces menos de gente es el porcentaje de los que veían ‘Friends’, que ahora no están por la labor de seguir las aventuras cotidianas del actor Joey Tribianni .
La ‘sitcom’ no llega a las cifras de espectadores de ‘CSI’. Incluso ‘Sin rastro’ y ‘Urgencias’ le arrebatan cualquier posibilidad de alzarse con una pequeña tajada de la audiencia. Su desastrosa experiencia televisiva se está saldando con el ‘share’ más bajo de una telecomedia en horario de ‘prime time’ (y en un día talismán en USA). Los 20 millones de espectadores que siguieron el episodio piloto han perdido el interés de una serie que se esperaba como la gran atracción televisiva de la temporada. Ni que decir tiene que Joey tiene los capítulos contados, aunque la NBC espera recuperar sus buenos resultados para que no se quede en un proyecto maldito. Drea De Matteo, Andrea Anders, Paulo Constanzo y las ocasionales apariciones de Kelly Preston no son suficientes para que el enloquecido Joey sume las cotas catódicas que con sus inolvidables ‘amigos’.
Habrá que ver cuándo la estrenan aquí para dar el veredicto.

The greatest player that ever lived had been ARTIE SHAW

Me he levantado conociendo la primera mala noticia de este 2005 recién comenzado. El gran Artie Shaw, clarinetista y director de banda cuya grabación de ‘Begin the Beguine’ simbolizó la era del ‘swing’, ha muerto a los 94 años. Hace ya muchos años recuerdo haber descubierto a Shaw cuando me volví adicto a este género musical profundamente afroamericano, la era de los primeros compases con pie siguiendo el ritmo de las Big Bands, de Benny Goodman, de Count Basie y Duke Ellington, la enfurecida cadencia rítmica de Glenn Miller, mis primeras experiencias auditivas en un mundo en el que pianistas como Art Tatum y Teddy Wilson y los trompetistas Roy Eldrige y Bunny Berigan me enseñaron que había una nueva forma de exhumar estilos alternativos. Y por aquel entonces (yo tendría unos 12 años) descubrí a Artie Shaw, siempre se definió como un perfeccionista, recordado como ‘el rey del swing’, muy por encima de Goodman.
Ambos fueron las figuras más populares de la música de finales de la década de los 30, cuando el citado tema 'Begin the Beguine' (José Luis Garci seguro que también ha lamentado profundamente su muerte) se convirtió en la marca de identidad de Shaw o, como él llegó a asegurar, en su estorbo. Shaw también fue un innovador, respetado como uno de los primeros directores de grandes orquestas que contrató artistas negros para tocar juntos.
Nació en mayo de 1910 en Nueva York, y aprendió a tocar el saxófono a los 15 años antes de decidirse del todo por el clarinete e iniciar posteriormente una carrera como director de la orquesta de jazz Big Bands. Durante la Segunda Guerra Mundial, con toda su orquesta, se alistó en la Marina estadounidense. La lista de mujeres de este hombre fue envidiable, ya que llegó a casarse con las actrices Ava Gardner, Lana Turner y Evelyn Keyes.
La última vez que le vi en televisión fue este año pasado, cuando recibió Grammy por toda su carrera artística. En su apogeo en las décadas del 30 y el 40, Shaw ganaba sueldos de decenas de miles de dólares a la semana y se encontraba en el pedestal con Benny Goodman, Tommy Dorsey y Glenn Miller como los reyes del swing. Pero en los años 50 abandonó la música y dedicó la segunda mitad de su vida a escribir y otras aficiones.
Otros éxitos, con su banda o con su quinteto The Gramercy Five fueron: ‘Frenesí’, ‘Dancing in the Dark’, ‘Nightmare’, ‘Back Bay Shuffle’, ‘Accent-tchu-ate the Positive’, ‘Traffic Jam’, ‘They Say’, ‘Moonglow’, ‘Polvo de estrellas’, ‘Thanks for Everything’, ‘Summit Ridge Drive’ y ‘My Little Nest of Heavenly Blue’. Trabajó con leyendas del jazz como Buddy Rich, Mel Torme, Gordon Jenkins y, en una época en que la mayoría de los directores de banda blancos se negaban a contratar a negros, la gran cantante, mi diosa musical, la mejor, la incomparable Billie Holiday.
Ha muerto una leyenda paradójicamente inmortal gracias a su música.
D.E.P. maestro.

Empieza un nuevo año

Bueno, pues ya está. Ya ha pasado 2004 y toca acometer como bien se pueda un 2005 cargado de incógnitas ¿Será este nuestro año de la suerte? Evidentemente si llevamos toda la vida esperando que las cosas se encaucen hacia un merecido bienestar donde podamos disfrutar de un trabajo en el que disfrutemos, encontremos el amor de nuestra vida y haya salud, la respuesta es, lógicamente, que no. 2005 será como los demás años; un cúmulo de aciertos y despropósitos en un entorno de claroscuros, en un mundo diseñado de por Mac Reinhardt. La vida misma.
Hay gente que, durante la despedida del año, tiene como ridícula liturgia escribir tres deseos en un papel que posteriormente queman esperando que alguno se cumpla. Y dentro de esta espiral de acuciosa imbecilidad egoísta existen tópicos que aleccionan sobre lo que hay que pedir (1. Ser realista, 2. Si no piensas cumplirlos, no los pidas, 3. Recuerda que los días pueden ser año nuevo… y demás chorradas). Yo, por mi parte, me limito a esperar a ver qué pasa. Así me va.
Tras este inútil silogismo, el abismo vuelve a su cauce tras dos noches de alcohol y diversión, de excesos y resacas. Todos gritamos unánimemente la rima sodomita del año que trajo, procuramos condicionar nuestro hígado a un sometimiento de libertinaje y exceso etílico, comemos más de la cuenta, tenemos una vida social más activa y eso que sólo es el principio. Pues sea dicho ¡¡FELIZ 2005 y...!!! Un apunte: ¿Cómo es que una rima tan ancestral y pasada de moda ha tenido tanta repercusión este año? ¿Alguien recuerda un hecho similar en 1995?
Por cierto, y a propósito de la imagen: ¿Por qué en las tabernas y bares tienen una especie de concurso inconfeso para ver quién crea el calendario del año más hortera y estúpido? La cultura de los bares, sin duda alguna, sigue siendo una fuente inagotable de historias y tradición decididamente ‘freak’.

viernes, 31 de diciembre de 2004

Resumen del año 2004 desde el ABISMO

El año que ha terminado deja, como cada temporada, un extenso muestrario de todo tipo de cine. Es, durante estos últimos días de 2004 y los primeros del (casi) recién inaugurado 2005, cuando llega la hora de hacer cábalas, cuando se propaga la reflexión personal sobre el balance y el análisis de otro año que ha dejado claro un tema palmario: el ridículo estado de nuestro cine español frente a un cine extranjero (la mayor parte, norteamericano) que ha superado a la material fílmica española en términos monetarios y de calidad.
he aquí un extenso balance de lo mejor y peor, siempre en cuanto a cine se refiere.
TOP 10 – 2004
10.- 'La joven de la Perla', de Peter Webber.
El debutante Peter Webber, prestigioso documentalista, lleva a imagen el libro de Tracy Chevalier para develar el misterio que se esconde detrás este cuadro de Vermeer. La grandeza del filme proviene, sin embargo del fotógrafo Eduardo Serra, que sigue los postulados artísticos de Steen, Potter o los hermanos Van Ostade, obsequia al espectador con una película de frágil sensibilidad, donde la puesta en escena simboliza un universo pictórico de tonalidades y perspectivas sobre el fondo, hacia planos medios y más allá en la distancia, llenos de efectos de luz reflejados con sutileza, delicadeza y pureza de color. Un cosmos de arte y luz que el cineasta aprovecha para contar la historia a través de un mundo en que las cosas no se dicen pero se captan, como extraídas de la atmósfera doméstica evocadora del estilo genérico de Pietr de Hooch, otro maestro de la época.
9.- 'Los Increíbles', de Brad Bird.
Brad Bird consigue para la Pixar su mejor filme hasta el momento basando su potencial en una perfección técnica absoluta y en el épico homenaje al cómic de los 50, invocando también a una reflexión sobre la anormalidad, la heterogeneidad a la conlleva ser un héroe y el rechazo que casi siempre la sociedad tiene ante esto. Pixar que arriesga con sutilidad e ingenio en un cine mucho más adulto, en un cine donde los protagonistas adquieren una perfección absoluta, no sólo a nivel técnico (extraordinaria, teniendo en cuenta sus atributos no demasiado naturalistas de la realidad) sino a nivel narrativo. Suntuosa obra de arte y artesanía, una fiesta de cine de animación clásico, Bird demuestra su devoción por el clasicismo de los años 50 y la estética retrofuturista, apostando en todo momento con un toque ‘pulp’ sesentero, donde no falta en ‘pop art’ estético y el ‘High Tech’ con un sincero homenaje a la serie de ‘James Bond’.
8.- 'Secretary', de Steven Shainberg.
En ‘Secretary’, lo que para muchos resulta desagradable e intolerable, señal de hipocresía e intransigencia, es en realidad una muestra de belleza sensible en estado puro de dos personas que edifican, poco a poco, una personal y casi perfecta felicidad. Una cinta que reflexiona acerca de lo fácil que resulta que el placer y el dolor del castigo sexual y la zozobra amorosa se confundan, máxime cuando dos personas establecen una relación laboral cimentada en la práctica y la aceptación del poder. Los juegos de faltas y correctivos, de humillaciones y escarmientos son representados con absoluta taumaturgia por James Spader y Maggie Gyllenhaal.
7.- 'Etre er Avoir', de Nicolas Philibert.
Es ‘Ser y tener’ una galería de pequeños fragmentos de vida, narrada de forma magistral por una mirada que se sitúa con bastante distancia para resultar cercano, paradoja ésta que le permite a Philibert explorar y contemplar al profesor y a los niños desde un prisma realista y a su vez nada complaciente. Un recorrido por la importancia de enseñar, inquiriendo en la esencia del fenómeno educativo, una oda al acto de amor que es iniciar al más pequeño en el proceso de aprender y crecer. Ése compromiso es tratado en todo momento con delicadeza y sensibilidad, mostrado con un perfecto montaje que se compromete con la emoción, pero que elude por completo la sensiblería.
6.- 'Amanecer de los muertos', de Zack Snyder.
El debutante Zack Snyder recupera la pureza más genérica del ‘gore’ en un ‘remake’ que supera, con mucho, al original de George A. Romero. Una plétora de habilidades en la que predomina un intuitivo sentido visual que consigue con su perfecta planificación aprovechar al máximo el impacto de las múltiples escenas de acción a unos niveles de estética y violencia pocas veces apreciables del género. La gran virtud que convierte esta versión en una ‘rara avis’ dentro del cine de terror actual es su alto componente radical, disoluto y respetuoso con los dispositivos genéricos ricos en lecturas y camuflados en la sangre fácil y la acción de infrenable ritmo que arranca con uno de los más feroces y enérgicos prólogos vistos en muchos años y que concluye con uno de esos epílogos que dejan al espectador anclado en la butaca.
5.- 'Antes del atardecer', de Richard Linklater.
Nueve años después de ‘Antes del amanecer’, Richard Linklater retoma su mejor película para continuar una de las historias más bellas y románticas de la historia del cine contemporáneo. La libertad y la inspiración confluyen en un necesario estilo de acercamiento a la pareja, donde el fluir temporal que añora un tiempo no vivido, llena su vacío con diálogos, reflexiones y sueños que cubren la ausencia de ambos en sus respectivas vidas. Una preciosa oda al amor que consta de un engranaje conceptual detallado en la delicadeza de sus frases, de sus réplicas, de sus silencios, de lo latente que empieza en las percepciones abstractas avanzando hacia las respuestas que tanto los personajes como el espectador quieren conocer.
4.- '2046', de Wong Kar Way.
Wong Kar-Wai aborda una compleja historia sobre el amor no correspondido, sobre la memoria y el recuerdo, donde su dolor se produce en un futuro que retrocede al pasado. La multiplicidad de sentimientos, de juego con los tiempos y de pretendida confusión por parte del cineasta hacen de esta película una pieza excepcional, colmada de una especial belleza de indomable y lírica elocuencia, en búsqueda constante de una perfecta puesta en escena, donde los planos ralentizados, la hermosa fotografía y la adecuada utilización dramática de la música juegan un papel fundamental para su discurso reflexivo y substancialmente onírico. Lírica obra de talla excepcional, prodigio de composición musical de la imagen, su gran capacidad de hipnotismo convierten a esta joya en un filme de sensaciones.
3.- 'Eternal sunshine of the spotless mind', de Michel Gondry.
Charlie Kaufman y Michel Gondry componen una magistral y compleja fábula romántica que tiene en el juego de tiempos su mayor virtud narrativa. Su gran probidad reside en que, en su intención no está la originalidad sino el propósito de contar una historia que muestra la verdadera naturaleza del amor, concibiendo su destino e inevitabilidad, su sentido de la injusticia y la predestinación. Es ‘Eternal Sunshine…’ una película de muchas lecturas que apela a continuidad espontánea a medida que la historia profundiza en su complejidad. Y es que nunca fue tan cierto que el sentido de una película está en los ojos del que mira, del que siente de una manera u otra lo que está viendo. Una película dedicada al eterno brillo de las mentes inmaculadas (las que evoca el título original), aquéllas que entenderán que no se puede esquivar el amor, aunque no se recuerde ni siquiera de quién se está enamorado o por qué se quiere estarlo.
2.- 'Kill Bill (Vol. 1 y 2)', de Quentin Tarantino.
Tarantino ha realizado con su cuarta película la proeza de aleccionar sobre la dirección, la absorción de referencias y la composición de un salvaje chute de adrenalina. Cine libre en estado puro, un preciso y contundente cocktel de referencias temáticas sobre las que el cineasta es un experto conocedor. Los clásicos de serie B, los dogmas populares, las cintas orientales y sus expresiones genéricas más estandarizadas (como el ‘wuxia pian’, los filmes de yakuzas, el ‘anime’) o el ‘western’ (en sus versiones clásicas y ‘spaghetti’) desfilan en un imposible combinado genérico donde la fuerza del impacto y las analogías temáticas no sólo evocan simplemente el exceso y los aspectos más determinantes del cine de género, sino que esconden tras su apariencia un impresionante espíritu de rebelión subversiva que le confiere una intensidad emocional y un poder de fascinación infinitos.
1.- 'Lost in translation', de Sofía Coppola.
La segunda película como directora de Sofia Coppola supone una obra maestra sobre las amistades no duraderas pero imborrables. Es tan extraordinaria debido a las reflexiones vertidas en esta prodigiosa película en torno a la soledad, la decadencia y el paso del tiempo en un viaje a la vida de dos personajes imposible de olvidar e interpretados por Bill Murray Y Scarlette Johansson. Coppola libera sus creaciones en una terminante y reconocible verdad, diáfana y sugestiva, que manifiesta en su fondo y forma un sincero alegato al romanticismo, al amor y las inquietudes de unos roles que viven por sí solos y que se necesitan para poder comprender un periplo de dudas existenciales, de crisis iniciáticas o maduras, ambas adultas, equiparables en sus preguntas sobre la vida y la felicidad.
Y además...
MEJOR DIRECTOR
QUENTIN TARANTINO por el díptico ‘Kill Bill’.
Por ofrecer una asombrosa lección de estilo, un riguroso catálogo de material popular y un festival de guiños, homenajes, devociones y conmemoraciones cinéfilas. Lo de Tarantino no es, por tanto, una acomodaticia concepción del cine, sino un intenso ritual fruto de una convicción que es la columna vertebral de toda su obra: una fusión armónica entre cine y vida.
MEJOR ACTOR
BILL MURRAY por ‘Lost in Translation’.
Murray ha demostrado un estado de gracia imposible de superar, comedido en un papel en el que podría haber explotado su vena histriónica, pero que sutiliza a favor de la emotividad y ternura necesaria, aprovecha con ello su gran oportunidad de reivindicarse como lo que siempre ha sido, uno de los mejores actores modernos.
JIM CARREY por ‘Eternal Sunshine of the spotlees mind’.
Con un embrujo fuera de lo común un Jim Carrey vuelve a demostrar su pulso dramático, su contención de gestos y muecas, para ofrecer una lección de interpretación, como ya lo hiciera en ‘The Majestic’ y ‘The Truman Show’.
MEJOR ACTRIZ
SCARLETT JOHANSSON por ‘Lost in translation’ y ‘La joven de la perla’.
Scarlett Johansson, es una asombrosa actriz de talento inalcanzable y voz perturbadora, que indetermina una capacidad soberbia en papeles dotados de una madurez memorable. Pese a su juventud, Scarlett es un prodigio que sublima su talento con una emocionante galería de miradas comedidas, de poderosos mutismos adaptados a sus inmensos personajes que la actriz sabe moldear con interpretaciones (por lo menos estas dos) inalcanzables.
UMA THURMAN por ‘Kill Hill Vol. 1 y 2’.
Hay que destacar como lo mejor del año a la oda de amor de Tarantino a una actriz, a Uma Thurman (retrasando el proyecto cuando la actriz estuvo embarazada), que realiza no sólo un verdadero y plausible maratón físico, sino que sabe combinar este rasgo tan poco valorado con una intensidad actoral mostrada en esa escena en que La Novia cree haber perdido a su bebé manifestado en un llanto desgarrador. Thurman está increíble.
PELÍCULAS DESTACADAS
.- ‘Fahrenheit 9/11’, de Michael Moore.
.- ‘Peter Pan’, de P.J. Hogan.
.- ‘Hero’, de Zhang Yimou.
.- ‘The kid stays in the picture’, de Breit Morgen y Manette Burstein.
.- ‘The station agent’, de Tom McCarthy.
.- ‘Seabiscuit’, de Gary Ross.
.- ‘Big Fish’, de Tim Burton.
.- ‘Hellboy’, de Guillermo del Toro.
.- ‘Cold Mountain’, de Anthony Mingella.
.- ‘Como una imagen’, de Agnès Jaoui.
PELÍCULAS ESPAÑOLAS
.- ‘Crimen Ferpecto’, de Álex de la Iglesia.
.- ‘Inconscientes’, de Joaquín Oristrell.
.- ‘El 7º día’, de Carlos Saura.
.- ‘Héctor’, de Gracia Querejeta.
PEORES PELÍCULAS
.- ‘Blueberry’, de Jan Kounen.
.- ‘Cold Creek Manor’, de Mike Figgis.
.- ‘Secret Window’, de David Koepp.
.- ‘Cellular’, de David R. Evans.
.- ‘Bridget Jones 2’, de Beeban Kidron.
.- ‘La asombrosa aventura de Borjamari y Pocholo’, de Enrique Lavigne y Juan Cabestany.
PELÍCULAS MALDITAS (futuras ‘cult movies’)
.- ‘Confessions of a dangerous mind’, de George Clooney.
.- ‘The machinist’, de Brad Anderson.
.- ‘The cooler’, de Wayne Kramer.
.- ‘Stepford Wives', de Frank Oz.
.- ‘Romasanta’, de Paco Plaza.