domingo, 24 de octubre de 2004

10 años sin Raúl

Justo hoy, hace una década que nos quedamos sin Raúl Juliá, uno de esos actores que ha dejado una huella imborable en el cine contemporáneo. Fue Orson Bean quien motivó al actor de origen puertoriqueño a que probara suerte en USA.
Suguiendo este consejo Raúl llegó a ser muy reconocido en Broadway. 'The Cuban Thing', Othello (con la participó en el Festival de Shakespeare de Nueva York a lo largo de 16 años), la comedia 'Two Gentlemen of Verona', con la que en 1971 obtuvo su primera nominación al premio Tony. 'Where's Charlie?', 'The Threepenny Ophera' y 'Nine' fueron sus trabajos más aplaudidos en las tablas.
Pero todos le recordaremos por su gran éxito en1985 cuando interpretó a Valentin Arregui en la película 'El Beso de la Mujer Araña', de Héctor Babenco, junto a William Hurt, Sonia Braga, José Lewgoy, Milton Gonçalves y Miriam Pires.
'Corazonada', de Coppola, 'Conexión Tequila', de Robert Towne (una de mis película malditas más adoradas), 'El principiante', de Eastwood, 'La Peste' o su papel más comercial como Gomez Addams en las dos partes de 'La familia Adams' fueron algunos de sus trabajos más conocidos.
Por otra parte, su contribución a causas humanitarias fue invaluable. Juliá tenía la firme convicción de que el hambre podía exterminarse en el mundo y eso le impulsó a apoyar organizaciones como The Hunger Project.

Absurdas sumas de parecidos (I)


Latre, J.T. Walsh y Rickman
Tumbado el en sofá con resaca abundante y pocas ganas de hacer nada, he zapeado y he visto un buen rato 'El negociador', la entretenida película de F. Gary Gray.
Pues bien, me he dado cuenta de que uno de esos secundarios de lujo, J.T. Walsh (que murió hace ya seis años) sumado al parecido que tiene a un Carlos Latre cada vez más gordo, son iguales al otro secundario e impresionante actor Alan Rickman.
¿No?
PD: Lo sé, lo sé. Es una chorrada.

Ñam, ñam...

Acabo de leer que tras 34 años de minucioso trabajo, científicos de la más prestigiosa universidad agraria de Perú han dedicido, por consenso común, imagino, crear una nueva opción culinaria para la exportación que esperan conquistará al mundo: el súper conejillo de indias.
Cuando yo era pequeño iba a un parque llamado Alamedilla a darle 'Gusanitos' a estos pequeños y tiernos animalillos y nunca pensé que fuera un 'petit grand plat'.
Y es que parece ser que apesar de que en casi todo el mundo los conejillos de indias sólo se usan como mascotas de niños tipo Heidi (con coleretes montañeros incluidos) o crueles experimentos famacéuticos y de vivisección, en las montañas de Perú los campesinos los crían desde tiempos inmemoriales para servir como aquí comemos pollo.
Se calcula que unos 65 millones de los peludos y simpáticos animalillos van a parar anualmente, sin pelos pero a veces sí con patas y cabeza, a las mesas peruanas. Y ya unos mil súper conejillos, llamados 'cuy' en Perú, se están exportando semanalmente a Estados Unidos, Japón y algunos países europeos donde hay grandes concentraciones de emigrantes peruanos.
A mí me han entrado ganas de comer un bicho de estos. Precisamente, el otro día en La 2 vi un documental de estos en el que una rubia atractiva recorre el mundo en busca de nuevas culturas y abrir una ventana al conocimiento de otros lugares (parezco Kay Rush en 'Nosolomusica') y el 'cuy' era como un manjar, con una pinta más que apetitosa y con su salsa y todo.
Será cuestión de cogerles el gusto. Los nuevos animales son casi dos veces más grandes que los hamsters a los que estamos acostumbrados y pesan poco más de un kilo de jugosa carne, con un alto contenido de proteínas y es baja en grasas y colesterol.
También he leido, documéntandome sobre el tema, of course, que tener uno de estos animales como mascota significa contar con un amigo tranquilo y cariñoso. Aunque al principio se suele mostrar tímido e incluso reacio al contacto con las personas, en cuanto coge confianza es muy sociable. Para ganar su confianza es aconsejable que al menos durante las primeras semanas, sea siempre una misma persona quien lo cuide. Después, cuando esté bien cebado y le hayas cogido cariño, le asestas un cuchillazo en el cuello, lo pelas, lo sazonas y a la cazuela.
Así de fácil.
¡Bon apetit!

sábado, 23 de octubre de 2004

Fumar nunca fue tan desagradable

La Comisión Europea inició ayer su campaña antitabaco de mayor impacto con la presentación de una selección de 42 fotografías de choque para incorporar a las cajetillas de cigarrillos. Más cerca del ultragore, la náusea, el impacto desapacible, de una frialdad heladora, las fotos muestran espantosos tumores de garganta, dentaduras carcomidas, pulmones devastados, pacientes entubados, cadáveres en la morgue, operaciones a corazón abierto, niños con respiración asistida y pieles cancerígenas. Y no sólo eso, sino que van acompañadas de mensajes como "los fumadores mueren prematuramente", "fumar puede provocar una muerte lenta y dolorosa" y "fumar causa cáncer mortal de pulmón".
Ya era hora de mostrarles a los que fuman de qué manera actúa el tabaco en sus vidas. El fumar no es el símbolo de un vaquero en la estepa yanqui mientras unas reses corretean alrededor de su caballo. No. Fumar provoca el envejecimiento de la piel, enfermedades crónicas y la muerte.
¿Qué se va a dejar de consumir tabaco? Claro que no. Pero el hecho es que las imágenes acojonan por sí solas.
Lo malo de esta campaña es que a España, de momento, no llega porque Ministerio de Sanidad, regentado por Elena Salgado dice que la medida será objeto de debate dentro de la estrategia global del Gobierno contra el tabaquismo, que culminará con una norma, a mediados del 2005.
A ver si va a ser ‘politicamente incorrecto’.

Y por fin se estrenó...

Sí, amigos. Por fin llegó el esperado estreno de 'Crimen Ferpecto', posiblemente, la mejor película española de este año y una de las mejores realizadas por el gran y magnánimo Álex de la Iglesia.
Podréis volver a leer la crítica que escribí cuando vi la película en 'Fotofilm' en Madrid el pasado 1 de septiembre. pichando aquí, especialmente editada para la ocasión.
"...En un magistral retrato de la condición humana, la superficialidad, la sociedad de consumo, la belleza y la maldad, Álex de la Iglesia hace que las situaciones más normales se vayan transformando, irremediablemente, en surreales pesadillas. Pesadillas salpicadas de imágenes oníricas y alucinógenas (fantasma incluido) que avanzan en la desesperación de un hombre que tiene en la venganza la única salida...".
Por cierto, 'Crimen Ferpecto' supone mi estreno, mi primera experiencia, en el maravilloso (y fatigante) mundo del 'extra cinematográfico', esos humanoides que, en pequeños retazos visuales, llenan y hacen bulto detrás de los protagonistas. Una lección empírica de cómo sufrir la peor de las borracheras engarzadas a la peor de las rescacas. Sin dormir, empalmando una de las noches más divertidas y amiguetiles del año, me maquillaron ante la supervisión de Pepe Quetglás y me uní al 'Foro de la Bestia' para pasar uno de los calvarios más hilarantes, absurdos y divertidos que he tenido la ocasión de sufrir. Inolvidable. Sobre todo, la gran y mítica frase que, en boca del increíble Adolfo 'Orvil', en medio del fragor de 'clowns', dejó un momento para enmarcar: "¡Queremos ver a Kresta!".
De esta guisa aparezco en el último plano, en una panorámica ascendente de grúa que cierra la película. Fijaos bien en el payaso de amarillo que más baila, que más vivaz parece y que más saltos da. Ése soy yo. Entre el cuadro 'clown' que hacen una fila doble como paseillo para Lourdes (genial Mónica Cervera), cuando Rafael (el personaje de Willy Toledo) se encamina hacia la alfombra rojo en la Calle Preciados. Seguro que me distinguís.
Mi recomendación es evidente y palmaria: ¡Id a ver esta película!
Podeís disfrutar de una entrevista a Álex de la Iglesia y un dossier del mítico cineasta publicados en El Mundo.

viernes, 22 de octubre de 2004

Me cago en los guapos y en la perfección

Ayer se vivió uno de los momentos más vergonzantes que yo he tenido la desgracia de presenciar en televisión. Me dispuse a ver 'Lo + Plus’ con la intención de disfrutar de la promoción en del carismático y tomético Álex de la Iglesia y Guillermo Toledo con motivo del estreno hoy mismo en toda España de su nueva y maravillosa comedia ‘Crimen Ferpecto’. Pues bien, los chicos ‘pluseros’ tuvieron a bien conceder una miserable entrevista de tan sólo 15 minutos, una de las más cortas que yo recuerde cuando han llevado a un cineasta de peso (y no lo digo por Álex) para vender su última película.
Es algo que parece normal en esta nueva temporada, tan dada a diversificar contenidos, como ya hicieran en una de las primeras etapas, cuando todavía estaba el nunca bien ponderado Máximo Pradera y que supone un paso atrás debido a lo errático y descompensado con se materializa el experimento. Sin embargo, resulta bastante paradójico, que la entrevista que le hicieron a Amenábar, Bardem y la Rueda supusiera el total del programa, como si hasta entonces nadie supiera muy bien que se estrenaba la película sobre Ramón Sanpedro. Más que nada por las dos semanas incesantes de bombardeo mediático que hicieron que hasta la abuela que no iba al cine desde los tiempos de Paco Martínez Soria desempolvara su monedero para descubrir que el cine es en color y ‘muy original’ en manos de Alejandrito (de ahí que esté
Las preguntas son: ¿alguien ha visto o se enterado de esa más que correcta película de terror que es ‘Hipnos’? ¿Alguien sabe que es el debut tras las cámaras del joven David Carreras? ¿Cristina Brondo, increíble actriz –la revelación del año-, ha tenido las mismas oportunidades del imperfecto trabajo de Belén Rueda para darse a conocer al público? Es más ¿se le está dando promoción al cine español? La respuesta es evidente; Si no eres Pedro Almodóvar o Amenábar (curioso el cariño que ambos se tienen), no.
Lo peor de todo no ha sido la sonrojante deflación temporal a la que se han visto sometidos Álex y Willy, ambos poseedores de unas intachables carreras cinematográficas, con experiencias que compartir, anécdotas divertidas que narrar y dictámenes prácticos sobre su profesión, como digo, en un tono solaz e instructivo que estaba siendo de lo más divertido. Lo más vergonzoso, la mayor de las soflamas demostradas por esta tendencia absurda hacia la futilidad catódica, ha sido comprobar a aquellos a los que le han dedicado el resto (casi la gran parte) del programa: me refiero a los supuestamente ‘guapos’ Pablo Martín y Jorge Fernández, dos individuos que lo máximo que han hecho en sus intrascendentes vidas ha sido resultar atractivos a un grupo de mujeres de mentalidad baladí que gustan de la superficialidad más chabacana. Dos tipos ridículos, nulos, cuyo único logro en esta vida ha sido ser elegidos Mister España, importantísimo título que otorga un trabajo de por vida. Dos mindunis, en definitiva, que únicamente por posar y cultivar su imagen se han ganado un puesto en una profesión de la que muchos tenemos el título y una brillante formación, pero seguimos en Paro viendo como estos mugrientos especimenes siguen abarrotando programas de televisión con una sonrisa fingida de gigoló de lujo. Ya sé que estos pobres diablos no tienen la culpa de haber reducido el tiempo del director y el actor de ‘Crimen Ferpecto’, sino la elección ha sido de los responsable de ‘Lo + Plus’.
Lo más triste de todo esto fue, que a lo largo de la extensa entrevista, los dos ex misters no aportaron nada interesante, ningún punto de vista válido, ni siquiera algo que mereciera la pena escuchar. Se dedicaron a arengar sobre su condición de ‘metrosexual’ (uno de los temas más profundamente trascendentales del último año), del ejercicio y el tiempo que invertían para tener su abdomen como una tabla de planchar, de las cremas que se echaban para estar más atractivos, de las melindres que colman en sus frondosas cabelleras y chorradas de este calibre. Por si fuera poco, tuvieron a bien intentar resultar ingeniosos y perspicaces comparando la imagen del presidente Zapatero con la de Garbamel (qué triste reflexión). Eso sí, hablando con una perfecta dicción de clase particular. También dejaron joyas acerca de que en su infancia, ambos querían ser indios (sic.). Perfectos ellos en su exterior, fatuos y vanidosos en el fondo, ostentando que bajo su cara bonita se esconde un cerebro que está rodeado por una fina membrana de mierda e imbecilidad.
Ello, oye, me hizo pensar en lo desagradable que resulta ser perfecto. Lo mucho que odio seguir las imbecilidades de miles de idiotas que se creen la voz de la sociedad a favor de la imagen y la estética. No quiero hacer ejercicio o llevar una vida sana. No quiero estar al servicio de la apariencia de esta nueva moda inscrita en la subnormalidad moldeada a través de un narcisismo galopante y escandaloso. Odio la perfección. Quiero estar gordo, quiero emborracharme, quiero ser libre y no estar atado a la imagen. Quiero quedarme calvo y disfrutar como un cosaco de la vida. Hay que tener muchos defectos para ser humanos, ya que las virtudes forman parte de la pequeña bondad de los errores que se cometen. Sólo así se aprende a ser humilde. En conclusión: quiero ser feliz, aunque no pueda ni sepa cómo.
A todo esto, saco a colación el tema más polémico de la semana, el que más hojas ha llenado los periódicos, más palabras se han escupido por los expertos tertulianos que dicen saber de todo y no tienen ni puta idea de nada y que más reportajes ha emitido la televisión: es, como no podía ser de otra manera, la polémica de las ‘mujeres florero’ que Hugo Boos ha utilizado vilmente en el ‘Masters Series de Madrid’ como escaparate de su marca, disponiendo de modelos para un beneficio de lucro y comercial. Ha sido bastante ridículo ver a tías explosivas correr torpemente detrás de las pelotas de tenis, más preocupadas no llamar la atención que por hacer bien un trabajo que se les queda grande y para el que no están preparadas.
Estoy de acuerdo con Ángeles Álvarez y Soledad Murillo cuando han afirmado que estas chicas tan monas ofrecen una visión discriminatoria de las mujeres, que aparecen como simples objetos de decoración y divertimento. Claro que sí. Las modelos se deberían dedicar al siempre controvertible mundo de la moda, a lucir los trajes y tendencias. Ése es su trabajo y es lo que mejor hacen, porque se han preparado para ello y sacrifican su vida en pos de una labor sufrida y pocas veces reconocida. Hay que defenderlas en su terreno, pero no cuando pretenden acaparar, usurparles el puesto a los chavales que se dejan la infancia y el dinero en su sueño de llegar a dedicarse al mundo del tenis. Las madres de los niños recogepelotas están indignadas. Y no es para menos. Y que nadie me venga con que, por ejemplo (como se ha llegado a oír) las ‘Cheerleaders’ también son vejadas por su utilización degradante porque NO. Son bailarinas profesionales que entrenan sus coreografías tanto o más que cualquier jugador de la NBA.
Lo que hay que procurar es que cada uno se dedique a lo suyo y dejarse de rollos estéticos.
O si no ¿vosotros creéis que a mí me darían una oportunidad para desfilar con ropa Calvin Klein? Pues entonces.
Ya está bien de tanto intrusismo.

jueves, 21 de octubre de 2004

El nuevo presentador de los Oscar © goes to...

Gil Cates será el encargado de dirigir la próxima 77ª ceremonia de los Oscar© que tendrá lugar el 27 de Febrero de 2005 en el Kodak Theatre.
Él mismo ha sido el encargado de anunciar que el cómico Chris Rock será el presentador de la ceremonia. Gates ha dicho "Siempre me hace reír y siempre tiene algo interesante que decir. Chris representa lo mejor de la nueva generación de comediantes". Y yo me pregunto que dónde está la puta gracia de este cómico tan sobreactuado y autocomplaciente con sus gilipolleces.
Billy Crystal vuelve a dejarnos con las ganas de volver a disfrutar de su 'show'.
Mala suerte para los que estamos ya desencantados con esta ceremonia tan futil y absurda. Pero he de reconocer que siempre pico y me la trago.

miércoles, 20 de octubre de 2004

La píldora para borrar los recuerdos dolorosos

Como muchas veces en esta vida, la realidad supera o iguala a la ficción. De eso, no cabe duda.
El último ejemplo, se da en la película 'Eternal Sunshine of The Spotless Mind', de Michel Gondry, ya que ha aparecido algo que muchos podrían llamar 'acojonante'. La noticia tiene que ver con una nueva y revolucionaria píldora que borra recuerdos. La misma se traga inmediatamente después de sufrir una experiencia aterradora, y el efecto de la pastilla logra reducir el riesgo de sufrir lo que se conoce como estrés post traumático.
El estudio forma parte de un promisorio pero controvertido campo de investigaciones que busca modificar, o borrar de ser posible, el impacto de los recuerdos dolorosos, concepto bautizado "olvido terapéutico". Los investigadores aseguran que pastillas de este tipo podrían prevenir o servir para tratar a soldados que deben hacer frente a los horrores de la guerra, víctimas de la tortura en recuperación y otros que hayan vivido experiencias graves, devastadoras desde el punto de vista psicológico.
Roger Pitman, profesor de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de Harvard, estudia esta droga llamada propranolol, que bloquea la acción de las hormonas del estrés que graban recuerdos en el cerebro. Los resultados fueron tan promisorios como para que los investigadores ya estén pensando en realizar más estudios en otros países, como Canadá e Israel.
De todos modos, hasta ahora, las investigaciones mostraron que los efectos emocionales de los recuerdos se pueden mitigar pero no borrar.
Yo eliminaría de mis recuerdos el día que la chica que me gustaba Cristina Alegre prefirió un aparato de vídeo a salir conmigo, o la zorra de Silvia, o a Mayte... No sé por qué pero ahora sólo recuerdo los malos momentos con féminas que me han puteado.
¿Por qué será que estos temas son los menos trascendentales, pero a su vez los que más nos marcan?
¿Vosotros qué borrariáis?

Review HELLBOY

Entre el espectáculo comercial y la artesanía autoral
Guillermo del Toro ha conseguido lo impensable: adaptar un cómic a una superproducción sin perder su constante estilo ‘artesanal’.
Al contrario que Marvel y DC Comics, la Dark Horse Comics ha confiado siempre en historias algo más arriesgadas y oscuras, ofreciendo al lector nuevos enfoques en las aventuras de superhéroes. El respeto de esta importante editorial por los derechos de los creadores es ya una leyenda en el Noveno Arte, y por ello procura atraer a los mayores talentos de la industria que no quieren ver su trabajo diluido o prostituido por las grandes firmas. En este sentido, resulta sorprendente que esta iniciativa tan loable y deferente con el autor haya tenido una extraña concordancia con la traslación del cómic a la gran pantalla en ‘Hellboy’, debido, en su totalidad, al respeto de Guillermo del Toro por el personaje y por su trabajo codo a codo con el creador de la criatura, el mítico Mike Mignola.
La sumisión ante el espíritu del cómic por la película se ha llevado con una escrupulosidad intachable, no sólo en el apartado estético y gráfico, sino en el argumental y narrativo, al acatar la personalidad de sus extravagantes personajes y sus relaciones humanas en un mundo apocalíptico e insondable. Un aspecto éste último en el que, al igual que en las páginas tebeísticas, la melancolía característica de los cómics de Mignola se cimienta en lo oculto y lóbrego, pero también en la sensibilidad y tristeza moderada por un humor socarrón que identifican al demonio rojo.
Sin embargo, la mayor virtud de ‘Hellboy’, paradójicamente, es que su aproximación al mito creado por Mignola es menos ultraortodoxa de lo que se podría haber esperado. Y es ahí donde entra el potencial avasallador y cinematográfico de Guillermo del Toro, el mejor exponente de ‘autor’ moderno dentro de un género fantaterrorífico que abusa de la caótica y funcional directriz de los efectos especiales como reclamo, buscando el efecto comercial más que el artístico, donde sólo Bryan Singer y Sam Raimi han salido indemnes de la maquinaria lucrativa de las grandes productoras que han abordado la adaptación de un cómic.
En contraste con la última moda por ver estas publicaciones llevadas a la gran pantalla, convertidas en un constante prototipo endémico que se fragmenta bajo la inmutable negligencia de los directores y guionistas que lo llevan a cabo, ‘Hellboy’ puede considerarse una excepción, fundamentalmente porque Del Toro es, por méritos propios, uno de los escasos realizadores postmodernos capacitados para conjugar la línea lúdica y aparentemente superficial de la ‘serie B’ con un sorprendente nivel de autoría en una superproducción de Hollywood. Todo, porque el cineasta mexicano ha equiparado de forma constante y valientemente la homogeneidad entre el cine de autor y el cine de género. De esta reflexión se extrae la dinámica e impetuosa percepción visual y narrativa de un realizador capaz de cultivar con un gran talento de artesano una mezcla ‘kamikaze’ de cine fantástico, terror gótico y ciencia ficción, jugando con estos conceptos que adquieren su mayor potencial cuando se consuma con referencias a la cultura popular, al ‘pulp’, a la órbita del gótico y a los cómics de aventuras.
En ‘Hellboy’, Del Toro equilibra con precisión esas exigencias que impone el cine comercial y masivo adoptando una personal mirada con sello de autoría y control sobre el producto. Algo inimaginable en la industria hollywoodiense, con la excepción de Peter Jackson. Si bien es cierto que el cómic de Mignola es más oscuro, terrorífico y depresivo, Del Toro recoge en su película lo mejor de este antihéroe que no es más que un sardónico cúmulo de tradiciones genéricas; como la temática de la literatura fantástica, la serie B de terror, los relatos de ‘mad doctors’ y una visión gótica de la vida. En este sentido, tanto Del Toro como Mignola han dejado claro un entendimiento afín por el buen resultado de la adaptación del cómic.
Para ello, en ‘Hellboy’, todo está estudiado al milímetro, ya que la ambientación, la estética atenuada (y en contraposición, de vivos colores), la luz, el vestuario y la narrativa del realizador azteca se corresponden con cualquier viñeta del dibujante americano. La accesibilidad de los conceptos de Mignola, la energía de sus personajes cinematográficos y el entusiasmo de la dirección hacen no sólo hacen que esta película vaya más allá del ambicioso encargo hollywoodiense, sino que se convierte en una atmosférica y apasionante experiencia circunscrita al cine de aventuras creado con brillantez, divertimento y con una falta de pretensiones que acrecienta una película que se revela como la mejor adaptación de un cómic en una era de tediosos formulismos.
Ya desde el prólogo, extraído de la serie ‘Semilla de destrucción’ de ‘Hellboy’, en la neblinosa Escocia, donde los nazis convocan las monstruosas entidades Ogdru Jahad, los siete Dioses del Caos, para el apocalíptico nacimiento de una bestia que ayude a Hitler pero que termina cayendo en manos de los aliados, Del Toro asume totalmente la condición de una adaptación ‘tebeística’ diferente y propia. Aunque resulte espectacular, el desenlace de esta pequeña pieza de artesanía y su encadenamiento con el comienzo de la historia, ya situado en la actualidad, hace percibir una quietud y un equilibrio enfocado más al tono ambiental y a la profundización de los personajes que al abuso de los efectos especiales o secuencias de acción y lucha. Y eso es de agradecer, porque los seguidores del cómic saben que ‘Hellboy’ no es un tebeo de acción y para su adaptación al cine se han sacrificado ciertos elementos de frenetismo y ritmo típicos del género para centrarse en cosas más importantes.
Con estos elementos, la cinta se debate permanentemente entre dos corrientes contrapuestas que adquieren una conseguida armonía; la de la mejor tradición del cine de ciencia ficción y aventuras y la del melodrama romántico de personajes que luchan contra el destino, donde una extraña historia de amor presenta a una pareja a la que les une la necesidad de ser aceptados y que se sienten solos e incomprendidos, pero que aman pasionalmente y sufren con la pérdida de seres queridos. La índole de constante contradicción de antihéroes que no se aceptan así mismos como mutantes, ya no por su aspecto físico, sino por los defectos internos que poseen (Hellboy no se admite físicamente, Abe Sapiens es torpe pese a su inteligencia y Liz vive angustiada por su peligrosa condición), conlleva a una reflexión sobre la anormalidad y el rechazo que la sociedad tiene ante ellos.
Un hecho que, si bien tiene su reciente paradigma en las dos partes de ‘X-Men’ de Bryan Singer, en ‘Hellboy’ resulta más sutil, más cercano. Y pese en ésta se apele en algunos instantes a resoluciones esquemáticas, no hay que olvidar nunca que se trata de un cómic que, como casi todos, se sustenta en una historia básica pero efectiva: enamoramiento, traumas no resueltos, ataques de celos, sarcásticos comentarios y una confrontación homérica entre el Bien y el Mal, dualidad antagónica en la que si se recurre a la naturaleza del propio personaje de Mignola, resulta mucho más interesante si cabe.
Es ‘Hellboy’ asimismo un filme de gran belleza estética que mezcla el goticismo más oscuro y tradicional con el cómic y la pintura oscurantista, fotografiada espléndidamente por Guillermo Navarro, que da a la película un tono taciturno, pero a la vez de una fuerte viveza visual. En este apasionante universo donde la pátina cotidiana (y a veces humorística), el terror y la encontrada trascendencia argumental, es donde Guillermo del Toro se granjea la admiración del público con su impronta personal, transformando cualquier tópico del género en su más enérgica arma para su objetivo final: un sólido producto de entretenimiento de calidad. Además, Del Toro sosiega el terror y la violencia referencial de H.P Lovecraft, presente como gran influencia en el cómic de Mike Mignola, a la hora de inspirar los monstruos y fenómenos paranormales que recuerdan a los célebres ‘Mitos de Cthulhu’, para adaptarlos a su mundo idiosincrásico, al cosmos ‘deltoriano’, inundando de correlativos guiños a su obra: insectos, mutantes, barrocos mecanismos de relojería, entes flotando en botes de formol y la inquebrantable disposición a desarrollar las acciones en mundos subterráneos, donde no podía faltar una secuencia en el metro.
Hay que destacar también en ‘Hellboy’, de entre sus múltiples logros, la energética y socarrona labor de Ron Perlman como protagonista, el esplendido trabajo de John Hurt como el profesor Broom y, sobre todo, la apagada belleza de una Selma Blair que demuestra su vena más dramática y loable, digna de las mejores actrices del momento. Adjetivos ponderativos que se extienden a la prodigiosa partitura de Marco Beltrami, digno heredero de Jerry Goldsmith, que ha conseguido un ‘score’ muy por encima de lo que estamos acostumbrados a escuchar en este tipo de películas de aventuras.
Por último, a pesar de ser un espectáculo comercial enfocado a satisfacer las exigencias de un determinado tipo de público acostumbrado a otro tipo de adaptaciones de cómics, así como al espectador con ganas de entretenimiento en estado puro, ‘Hellboy’ es una fantástica película erigida como ejemplo a seguir a la hora de llevar a cabo esta inagotable moda por la traslación de héroes del cómic a la pantalla. Del Toro ha conseguido, pese a sus algunos mínimos defectos (el excesivo metraje y unos malignos secundarios un tanto abandonados), empatar perfectamente sus obsesiones personales de autor comprometido con su obra con el universo mágico del mejor ‘Hellboy’ de Mignola.
Miguel Á. Refoyo © 2004

martes, 19 de octubre de 2004

Jolie, la más sexy del mundo

La revista estadounidense Esquire publica este mes su clasificación anual de las mujeres vivas más sensuales, que en esta ocasión está encabezada por la actriz Angelina Jolie, de 29 años. Y es que es normal.
Esos labios cárnicos y empalagosos, edulcorados, llamativos, reales y llenos de sugerente sexualidad, esos ojos felinos verdes e intensos y esa figura de diosa mitológica han sido motivos suficientes para haberla convertido en una mujer inalcanzable. La pequeña Angie sigue estando ahí, con su colección de cuchillos, sus escandalosos tatuajes, manías improcedentes y una filiación altruista por ayudar a los más desfavorecidos.
Ayyy... Angelina, Angelina, Angelina...
Tras ella figuran la también actriz Halle Berry y la zorrilla, que diga... la cantante, Britney Spears (no sé porqué razón), según informa la cadena de noticias CNN.
Otras favoritas han sido Charlize Theron, Jennifer Aniston y Beyoncè.
Los tiempos cambian, pero yo sigo estando enamorado de Michelle Pfeiffer y de Jennifer Beals. Ya véis cómo son las cosas.