Los héroes desarraigados defienden con una tenacidad en ocasiones suicida causas a menudo perdidas. La opacidad de sus personajes, la oscuridad de sus motivaciones, lo arbitrario de sus pasiones, manifiestan todo juicio moral: “los hombres están dominados por fuerzas más impetuosas que ellos mismos”, nos decía ya el hombre-leopardo. Para el más secreto y taciturno de los hombres, el corazón humano oculta tantos misterios como la vida del más allá.
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