“Oye, te he dicho que no soy judío”.
“Me importa un bledo lo que seas," se giró hacia mí, increpándome con sus con sus oscuros ojos. -Hablas como un judío”.
“¿A qué te refieres?” dije conteniendo la risa -¿Cómo habla un judío?”.
“Ellos hablan como tú, amigo”.
-John Berryman, “El judío imaginario”.
‘The Kenyon Review’, vol. 7, No. 4, otoño de 1945.
‘The Kenyon Review’, vol. 7, No. 4, otoño de 1945.
No hay comentarios :
Publicar un comentario