Muchas veces lo he pensado. Pero nunca lo digo debido a que suena a una actitud derrotista y de víctima. Hoy es diferente y lanzo la pregunta que tanto me martiriza: ¿De qué me vale escribir? A veces creo que de y para nada.
Considero que intentar evolucionar, mejorar y adquirir un estilo es tan difícil y sufrido que, en casi todas las ocasiones, no es justificable tanto esfuerzo. Y no lo es porque para la mayoría de la gente no es más que algo inapreciable. No se valora un trabajo bien hecho. Les da igual. He tenido que oír cosas como que al no recibir remuneración económica por mi entregado esfuerzo a la escritura 'me estoy tocando los cojones en casa'. Es más, se atreven, osadamente, a sugerirme que deje la holgazanería para trabajar de una vez. Se me levanta la sangre y, de paso, la mala hostia.
Me gustaría ver a todo el que ‘amigablemente’ me da consejos sobre mi vida 6 ó 7 horas delante de la pantalla, tecleando y haciendo un buen trabajo literario. Nadie valora lo que mi cerebro y capacidad crea. Nadie sabe reconocer que llega a ser agotador, que consume energías y que requiere un esfuerzo que no se puede medir de ningún modo. Escribir es uno de los trabajos menos reconocidos (y sumisos) que existe. Y no descubro nada. Si estás en el anonimato trabajando y dejándote la piel en cada palabra, tu vida en cada párrafo y tu esfuerzo en cada diálogo con sus puntos y comas de por medio, da lo mismo que seas bueno, malo, mediocre o trabajes prostituyendo tu talento por escribir para los demás. Rellenar es lo que interesa. Y la rapidez.
Si escribes rápido para alguien mejor que mejor. Total, no van a apreciar su calidad. O si mandas al periódico un texto en el que has invertido seis horas de tu vida y en la redacción tienen a bien cortarlo, lo cortan, sin dar explicación alguna, mutilando tus creaciones para sus intereses efímeros de que cuanto antes esté y menos problemas dé, mejor.
Me dan ganas de cagarme en el periodismo. Bueno, qué coño, que me cago en él.
Pues ni se te ocurra dejarlo, y sigue luchando por hacer lo que te gusta, y además ya te lo he dicho cuando me has dejado alguna de tus cosillas para leer y lo haces muy bien.
ResponderEliminarNo te confundas, quizás los derrotistas somos el resto, porque nos resignamos a hacer algo que no nos gusta y dejamos todo lo que queremos llegar a hacer o ser por cuatro duros.
No te desanimes,
Edwyn
Animo tio, que el que algo quiere, algo le cuesta. El tiempo pondrá a los que merecen la pena en su sitio. Paciencia que todó llegará, ya lo verás.
ResponderEliminarUn saludo
Dani
No, tranquilos, si no voy a dejar de escribir. Sólo reivindico mi posición. Un rollo de autoconfianza en mí mismo.
ResponderEliminarQue me jode que no se valore. Si escribís, sabéis a quéme refiero.
Era sólo (como decía la canción de Manolo Kabezabolo) UN GRITO DE RABIA.
el tema no es que te toques los cojones en casa, que evidentemente no te los tocas, sino que tienes casi 30 años y todavia no eres economicamente independiente. Existen trabajos a media jornada que te permitirian escribir y al mismo tiempo ganarte mas o menos la vida. Ya sabes, telefonista o reponedor. Es triste pero es lo que hay, la escritura no da de comer, reponer tornillos si.
ResponderEliminarJimbo
Lo realmente jodido del asunto es el tema de las edades.Con 30 años empiezan a pasar de uno en todas partes,sólo quieren gente con menos de 25,gente que no piense demasiado y que obedezca como una res.Al final tendremos que engancharnos a una obra o morir de hambre.
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