lunes, 10 de febrero de 2014

XXVIII Premios Goya: La noche de David Trueba... sin Wert

Había cierta incertidumbre por ver esta 28ª edición de los Premios Goya de la Academia. Primero, porque a priori, no había un claro favorito en las apuestas en casi todas las categorías (a excepción de la actriz principal) y eso daba un céfiro de misterio e interés al reparto de estatuillas. Segundo, era la primera vez que el presentador Manel Fuentes se ponía al frente como maestro de ceremonias, lo que había suscitado una incógnita sobre la eficacia humorística del catalán. Sin embargo, lo más importante y lo que subrayó la velada desde hace unos días nada tenía que ver con esto. El componente controvertido que ha dejado (con enésima reincidencia) encendidas dudas sobre la honestidad política de este país era que la de ayer sería la primera gala en la historia de estos premios a la que no acude el ministro de cultura. José Ignacio Wert prefirió inventarse una excusa adulterada antes que asistir como representante gubernamental en apoyo a la cultura, que se supone que es parte de sus funciones. Obviamente, la cobardía y el temor a salir escaldado de la fiesta anual de un sector al que desde su partido tienen arrinconado ganaron la partida. Aunque era algo que todos preveían. Parece ser que cine y política van unidos en este sarao, cuando en realidad lo importante sería disfrutar de la fiesta del cine español y olvidarse de otros aspectos. Parece ser que es una batalla perdida y, hasta cierto punto, entendible. Como que trabajadores de Coca-Cola afectados por el ERE, activistas de 'Stop Desahucios' y figurantes de cine mal pagados se aglutinen en los aledaños a protestar por su situación aprovechando el tirón mediático del evento.
De cualquier modo, anoche en el Centro de Congresos Príncipe Felipe del hotel Auditórium de Madrid se le reconoció su trabajo como profesional del medio a David Trueba que, tras años en las quinielas de los nominados (hasta 11 veces por anteriores trabajos), por fin consiguió convocar el aplauso colectivo por su película 'Vivir es fácil con los ojos cerrados’, que se llevó, además del premio a la mejor película 2013, los Goya al mejor director, mejor guión original, mejor actor protagonista (Javier Cámara, que ya iba siendo hora), mejor actriz revelación (Natalia de Molina) y mejor música original (Pat Metheny). La historia inspirada en Juan Carrión, un profesor de escuela que viaja a Almería a conocer a John Lennon mientras rodaba una película en 1966, fue la gran vencedora de la gala, dejando a otras que sonaban con más fuerza, sobre todo ‘La gran familia española’ como la gran derrotada de la noche. De once candidaturas con las que partía, tan sólo Roberto Álamo (mejor actor de reparto) y mejor canción original fueron la cosecha de premios que logró reunir la cinta de Daniel Sánchez Arévalo. Sin embargo, ‘Las brujas de Zugarramurdi’, de Álex de la Iglesia, casi hizo pleno. Logró ocho de los diez “cabezones” a los que optaba; actriz de reparto para Terele Pávez, maquillaje y peluquería, efectos especiales, dirección de producción, sonido, montaje, diseño de vestuario y dirección artística.
Los comentarios generados por la presentación de Manel Fuentes dieron la razón a los que dudaban de su carisma como presentador de una cita como esta. Una vez que salió evidenció que no iba a ser su mejor noche. Nervioso, en exceso gesticulador y amanerado con aspavientos como si Raphael actuara con su ímpetu artístico, inició la noche con algún chiste atropellado haciendo alusión a Wert, a Montoro, metiéndose con Fernando Trueba y su ojo estrábico, saco un paipái a colación de vete a saber qué razón y siguió con alguna loa aduladora al cine patrio. No se extendió mucho y su presencia pasó desapercibido en las contadas ocasiones en las que regresó. Hubo espacio para un chistecillo de Santiago Segura dando vida a Torrente. Un Torrente venido a menos y escuálido ¿Es la metáfora de la crisis que vive nustro país? Tampoco fueron muy acertados sus vídeos humorísticos de montaje dentro de las películas candidatas a mejor película. Fuentes hizo lo que pudo y dejó una gala bastante desastrosa e irregular. Al menos, no recurrió a imitar al Rey o a Gurruchaga como hace siempre. Aunque, si somos sinceros, las ha habido mucho peores. Aunque ha sido la más apagada de los últimos años. Y la menos vista en el último lustro, por otra parte. Habría que remontarse al año 2000, cuando presentó Antonia San Juan, para rememorar una noche tan poco vistosa para un presentador y para una ceremonia de los Goya. ¿Y la presentación de los cortos? ¿Qué coño sucedió? Alex O'Dogherty recrea una canción ridiculizando estos apartados, aunque acabó como tenía que haber empezado. Por si todo fuera poco que no procedieron ni las formas de comedia a ese importante momento, salen fulanos anónimos y otorgan los premios a los cortometrajistas patrocinados por ADECCO ¿WTF? Una falta de respeto escandalosa. Y si quieren a gente con patrocinio cutre para dar premios, que lo hagan a la hora de dárselo a la mejor ¿O eso no?
Aunque no todo fue una ruina. Afortunadamente hubo instantes que lograron dejar la gala con algunos instantes destacables, como ese momento pletórico de humor que despertaron las sonrisas que no había conseguido comulgar Fuentes. Me refiero, obviamente, a los “chanantes”, capaces de convertir una gala aburrida en una fiesta de risas, parodias e imitaciones que convocó lo más brillante en el sentido humorístico, con Ernesto Sevilla presentando títulos de películas NO rodadas que hicieron que Carlos Areces hiciera de Tejero-Transformer, se jugara con la escatología de la mano de Javier Botet o que Joaquín Reyes apareciera en el escenario disfrazado de FEMEN, gritando: “Subid el IVA” con unas prótesis mamarias de un realismo impactante. De hecho, ellos fueron de los pocos capaces de provocar la risa del respetable. Se llegó a un momento de humor en declive, que hasta la presencia de Alberto Chicote en el ‘sketch’ de ‘Caníbal’ (y posterior plano en su butaca) se tomó como un momento ¿brillante? de la noche. O que anteriores presentadores como Eva Hache, Andreu Buenafuente, Jose Corbacho o la mencionada Antonia San Juan aparecieran para criticar a Fuentes.
Por su parte, Enrique González Macho apabulló con otro de esos discursos larguísimos que, pese a determinar algunos de los problemas que ahogan al cine español, no evitó caer en cierto victimismo aludiendo a una “polarización” y que hizo añorar al mejor presidente que ha tenido la Academia de Cine: Álex de la Iglesia, el hombre aludido cuando Terele Pávez recogió su Goya a la mejor actriz secundaria de manos de un Javier Bardem reivindicativo que no dudó en llamar a Wert “minsitro de anti-cultura”. La veterana actriz emocionó y logró poner en pie a la platea y humedecer los ojos de los presentes con un discurso entrañable y sincero dedicándole el premio a su hijo Carolo allí presente. Otro momento un tanto dadá, pero que marcó la noche con algo inesperado fue a esa historia de señoritas ligera de ropa, soldados, jotas aragonesas y José Luis Borau que se marcó el Goya Honorífico Jaime de Armiñán. “Juro que seré breve…” comenzó diciendo. Obviamente, no le creyó nadie, pero protagonizó el período menos preparado de la noche con su discurso totalmente rocambolesco. Eso sí, acabó gritando: “viva Aragón y viva el cine español. Y se llevó el aplauso general. Cuando llegó el nefasto número musical la cosa no podía ser peor. De ahí que esa coreografía absurda, esos gallos vocales desafinados de Carolina Bang, Dafne Fernández, Lucía Jiménez, Fernando Tejero, Adrián Lastra, Secun de la Rosa unidos al propio Fuentes pusieron el broche de oro al bochorno de este reincidente tema de los Goya: el musical no es el fuerte de este cine. A menos que el objetivo sea hacer el ridículo. Ayer, en este último, acertaron de pleno. El año que viene, casi mejor que prueben con algo más de género chico. Al menos, si tiene que quedar grotesco que sea más nuestro.
Fernando Franco se acordó de su escuela, a la ECAM (Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid), a la hora de recibir el Goya como mejor director novel. De entre lo más destacado a la hora de los agradecimientos; ahí estuvo Marián Álvarez que cerró con este Goya una carrera de premios por su fantástica interpretación en ‘La Herida’, el actor Roberto Álamo, mejor actor de reparto por 'La Gran Familia Española', que empezó metiendo cera a Wert y acabó evocando la memoria de Phillip Seymour Hoffman, el frenesí patriota de los venezolanos que subieron a recoger su premio por 'Azul y no tan rosa' como si se tratara de la celebración por la consecución de la copa del mundo de fútbol o el gran ganador David Trueba, contando una anécdota del rodaje de ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’ en la que un encargado de una gasolinera, referido a la corrupción política instaurada en España, concluyó con esa frase que forma parte de la historia de estos premios: “España es el país más rico del mundo, 400 años robando y todavía no se ha acabado”.
Sin duda alguna esta gala se recordará por el desplante de Wert, pero no por lo esplendoroso de su contenido. Fue algo imprevista en sí el hecho que hasta lo más serio a la hora de ponerse reivindicativo y crítico rozase la parodia, en una noche que se desdobló en esas vertiente de cine como arte y una industria a desagraviar y la actitud de denuncia. Motivos hay para ello; el tipo reducido del 8% para los espectáculos culturales al general del 21% ha provocado una escisión no sólo en el mundo del cine, sino en otros sectores vinculados a la cultura. Lo ideal sería una recuperación de los cauces que normalicen esta relación entre cine y política. Cuando esto suceda y deje a un lado la controversia entre ambas partes y el séptimo arte que se hace en este país sea el único protagonista de esta noche de entrega de los Goya incluso se puede dar la eventualidad de que salga una gala esplendorosa. Hasta entonces, habrá que esperar.
LO MEJOR
- La historia del viaje francés con banderas rojas y vodevil de Jaime de Armiñán. Puro delirio improvisado.
- Terele Pávez, lo más emotivo de la noche.
- Que el papel de Manel Fuentes se limitara a dos o tres apariciones en el escenario. Si no, esto podría haber sido muchísimo más desastroso.
- La sutil frase reivindicativa de cruda crítica contra la ley antiaborto de Natalia de Molina: “No dejes que nadie elija nunca por ti” con la que acabó su discurso de agradecimiento.
- Otra vez, los “chanantes”, que ya han convertido en un clásico con sus apariciones el hecho de levantar la gala con sus ‘sketchs’. Son únicos.
- Este año no ha habido gilipollas que salten al escenario a hacer el imbécil del tipo “El Muletilla” o “Jimmy Jump”. Bien por la seguridad.
- Aitana Sánchez-Gijón.
- Este GIF.
LO PEOR
- El guión de una gala para olvidar.
- Echar tanto de menos a Rosa María Sardá, Eva Hache e incluso a Buenafuente.
- El patético número musical, que hizo que otro de los momentos históricos más vergonzosos de los Goya quedara en el olvido. No aprenden ni a palos.
- Una ETT como Adecco patrocinando los premios a los mejores cortometrajes. Un insulto a los cortometrajistas. Sí que está mal el cine español. Y lo cuidan desde la cuna. Sí, de cojones.
- Los constantes fallos de sonido.
- Los baremos que rigen el Goya de Mejor Actor Revelación. Sin quitarle méritos a un estupendo Javier Pereira por ‘Stockholm’, su carrera como intérprete de cine es dilata y nada nueva.
- Desde la narración en vivo de Bloguionistas por parte del gran Chico Santamao se filtró la noticia de que este año había prohibido el alcohol dentro del recinto. Unos Goya muy sobrios, en todos los sentidos. Así les salió el tema.
- No hubo instante Adriana Ugarte y Carlos Santos. Comentan que este año la habían invitado para hacer un pequeño ‘gag’ sobre el garrafal error del año pasado en la entrega del Goya a la mejor canción y declinó el ofrecimiento.
- Confundir en el IN MEMORIAN a Beatrice Sartori con Nuria Vidal. Es un error imperdonable y negligente. Tremendo.
- Que ’15 años y un día’ o ‘3 bodas de más’ (sobre todo cuando ha sido el éxito taquillero de esta temporada en recaudación nacional) se fueran tan de vacío.
Crónicas de ediciones anteriores
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sábado, 8 de febrero de 2014

El Gran Juego de los Idiomas

¿Tenéis buen oído para los idiomas? ¿Sois de esos que tienen más materia blanca en el área de Heschl del hemisfério izquierdo del cerebro y asimiláis un lenguaje ajeno con gran facilidad? ¿Creéis que podríais distinguir alguna de más de 80 lenguas de todo el mundo propuestas en un sencillo juego?
Es lo que formula El Gran Juego de los Idiomas.
A ver cuántas acertáis, aunque sea a boleo.

viernes, 7 de febrero de 2014

Un pincho llamado "Refo"

Lo normal es que en los bares de confianza te sientas como en casa. Es un espacio propio, idiosincrático, tuyo. Como cuando Norman Peterson entraba en ‘Cheers’ y todo el mundo coreaba su nombre. Pero hay un nivel mucho más identificativo que va más allá de tener largas charlas con amigos y camareros que son amigos. No se trata de que nada más llegar conozcan de antemano lo que vas a pedir. Me refiero a tener un pincho propio. Un pincho que ningún otro bar conozcan, que no sepan ni siquiera qué diablos es y, lo mejor de todo, que te pertenezca y lleve tu nombre. Este pincho de arriba, que consiste en un placer tan sencillo como un cuero, unos boquerones en vinagre y un par de aceitunas, es “un Refo”.
Desde muy pequeño, cuando mis padres me llevaban esporádicamente con ellos a tomar un vermut o una caña, ya me encantaban los boquerones en vinagre. Yo tendría unos seis o siete años. Un día, acompañando la tapa, y como un capricho infantil, pedí un cuero y en seguida surgió aquel absurdo manjar que continúa siendo uno de mis pinchos favoritos. Muchas veces lo pido cuando hay algo de confianza. Me miran raro, porque obviamente es algo que nadie les ha pedido nunca. Pero por esa denominación tan propia lo conocían en aquel mítico EKU, con Miguel y Edu y que se trasladadaron a otro bar mítico de la ciudad: el GEMA (Calle Garrido y Bermejo, 4). Allí si pedís “un Refo” sabrán a qué os referís.
"¿Qué es un cuero?" Diréis algunos. Los oriundos de esta estepa helmántica están familiarizados con ello. Es algo muy típico en Salamanca y que no es más que piel de cerdo seca y deshidratada que se corta en tiras y se vende a granel. Cuando las fríes el resultado es una corteza crujiente con un sabor inconfundible. Habitualmente, los cueros se utilizan en otro pincho muy charro llamado “paloma”, que se rellena con ensaladilla rusa. Hay muchas tipologías de ensaladillas para las palomas… Pero eso ya lo dejamos para cuando esté funcionando el blog gastronómico REFOgones. Un proyecto de muchos que llevamos años intentando sacar adelante. Tampoco os impacientéis, porque va para largo. Si queréis ver alguna de las recetas, las voy colgando a modo de sección con ‘hastag’ todos los viernes en mis redes sociales. Tenéis el catálogo de estos platos cocinados por un servidor en Pinterest.

jueves, 6 de febrero de 2014

Edgar Wright y el arte del 'close-up'

Los planos ‘close-up’ son aquéllos planos muy cerrados a los que se les da un golpe de avance, un ‘travelling optique’, para ejercer todavía más énfasis con una aproximación de la cámara en relación al objeto o personaje encuadrado. Ese primerísimo primer plano es casi tan antiguo como el propio cine, pero a Edgar Wright es un recurso por el que siente una filia rayana en la obsesión. Por eso, en toda su filmografía se aprecia este recurso de forma constante, como un signo de identidad utilizado tanto en la fantástica “Trilogía Cornetto” como en su experiencia americana ‘Scott Pilgrim contra el mundo’.
¿Alguien duda que en su próxima adaptación del cómic ‘Ant-Man’ no vaya a estar presente?
Las razones de su utilización y propósitos dentro de la narración, en este vídeo donde el realizador británico lo explica en un montaje de David Chen.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Centenario de William S. Burroughs: La alucinógena visión de un genio

"La única ética posible es hacer lo que uno quiere"
(William S. Burroughs).
Congénere de Jack Kerouac, Gregory Corso o Allen Ginsberg, William Seward Burroughs fue uno de los máximos exponentes de la ‘Beat Generation’. Amante de las drogas fuertes y psicotrópicas, de las armas, de la subversión, de la rebeldía y del sarcasmo, el autor dejó una impronta de genialidad irrepetible, de personal estilo donde el viaje existencial necesitaba de los alcaloides para explicarlo, mediante sus desvaríos alucinógenos se acercó a la metamorfosis, homosexualidad, pesadillas, delirios poéticos y grandes dosis de perversión malintencionada. Existe un oscuro episodio biográfico de la vida del genio acontecido en México; mientras practicaba puntería a lo Guillermo Tell con una de sus pistolas de su colección privada, mató accidentalmente a su mujer. Se dice que salió indemne de tal terrible contrariedad gracias al dinero de su familia. Hoy Burroughs hubiera cumplido cien años.
En una de sus más representativas obras literarias, 'Yonqui', enfoca el mundo como una necesidad narcótica donde la praxis vital de esta tendencia adictiva es energía y conocimiento, advirtiendo que toda la simbología de toxicomanía acaba estructurándose como un lenguaje discursivo. ‘Yonqui’ sigue siendo hoy en día la mejor ficción que se ha publicado sobre la drogadicción, pero está lejos de lo que Burroughs establecería como creador literario tan corrosivo como trascendente.
El Burroughs trasgresor, destructor de las pautas académicas, revitalizador de los modos lingüísticos más marginales e inventor de términos de imposible coherencia, sin significado, pero de rotundidad verbal, hizo posible la creación de diversos lenguajes y dialectos marginales. La invención de códigos es ineludible a la hora de transmitir nuevas ideas, pero también de suscitar nuevas sensaciones. En ése sentido, muy cerca de las normas de los surrealistas, practicó con vehemencia la escritura automática o el ‘cut-up’ narrativo, seccionando un texto en varios fragmentos y recolocándolo aleatoriamente. Métodos de creación liberándose en los que dejar fluir sus obsesiones hacia un estilo sincopado. Era su forma de utilizar el lenguaje sin ningún condicionante, abrazando la filosofía o la obscenidad llevado por la psicodelia, el jazz, la literatura ‘underground’, el ‘pulp’ o el ‘be-bop’, elementos identificativos del ‘Beat’ que servirían de referencia y postulado para las nuevas generaciones apoyadas en el ‘punk’ y la querencia a quebrantar y violar cualquier precepto, ley o estatuto establecido.
Por supuesto, obras como ‘El almuerzo desnudo’, inspiración reconocida de artistas como David Lynch, Philippe Garrel y llevada a la gran pantalla por David Cronenberg, engarza la demencia onírica y barroca del autor con un lenguaje sexual de sugerente perversión, así como esa mezcla de realidad e imaginación llevada al extremo en la que la adicción a los opiáceos como enfermedad metabólica ejercen de médula dentro de una obra onírica, subversivamente evocadora, donde todos los elementos de la narración se liberan de los convencionalismos.
Su obra fue diversa, prolífica e irregular, pero a su vez reinventó en cada libro la genialidad del autor y el género que acometía; ‘The Soft Machine’, ‘El billete que explotó’, ‘Nova Express’, ‘Exterminador’, ‘Ciudades de la noche roja’, ‘El lugar de los caminos muertos’, ‘Queer’… Todas ellas han convertido a William S. Burroughs en un mito de la contracultura, pero lo que es más importante, en uno de los grandes genios innovadores de la novelística contemporánea.

La roja de Cristiano y el nefasto panorama del periodismo deportivo

Me hace mucha gracia el revuelo que se ha levantado por la sanción a Cristiano Ronaldo. Tres partidos, sí ¿Y qué? Los errores arbitrales son así. Es incuestionable que el portugués deja la mano en el rostro de Gurpegi, tal vez no con tanto énfasis como pueda parecer después de la exageración del rojiblanco, cosa que no voy a defender. Pero arrimarse con intención, se arrima y le golpea en la cara. Esto es así. Es más, cuando Iturraspe entra en defensa de su compañero en el instante de la trifulca, también le agrede de forma sutil (o al menos, existe intención). Con la habitual chulería que le caracteriza ¿es justa o no la tarjeta roja? ¿exagerada?
Vamos a ver… Retrotraigámonos hasta el día 9 de noviembre. Bilbao, minuto 90, el Athletic gana por 2-1 en el marcador al Levante de un viejo conocido por la Catedral, Joaquín Caparrós. El balón sale despejado muy cerca de la línea de córner a favor del Levante, cuando en el mismo momento de sacar, el árbitro pita algo y expulsa con firmeza a Aritz Aduriz. Se monta un revuelo dentro del área y los de Valderde protestan enérgicamente. En la repetición se ve perfectamente la jugada; Simao Mate se acerca al delantero, le pisa y cuando éste le recrimina, sin ni siquiera tocarle, se lanza al suelo en una actuación digna de nominación al Goya. Afortunadamente el juego estaba parado y esto provocó que no fuera penalti (podéis verlo perfectamente  en el vídeo pinchando la imagen de abajo -los de MediaPro siempre poniendo las cosas fáciles-). Pese a lo evidente de las imágenes, a Aduriz no le quitan la roja cuando se alega ante el Comité Deportivo ¿Por qué? Porque le dice al árbitro “es una puta vergüenza que me expulses por esto”. Y lo fue. De forma irrebatible. Que viene a ser lo mismo que el gesto de Cristiano dándose palmadas a la cara, aludiendo a “la jeta del colegiado”, a sus espaldas. Esto es normal, porque a las estrellas de esa calaña les gusta que se les vea en cámara, no dar la cara. En ambos casos se llama menosprecio al árbitro. Así de simple.
http://youtu.be/fq90xe3UrOU
¿El resultado de estas dos acciones con bastantes paralelismos? Aduriz salió a dar una rueda de prensa y explicó que, a pesar de que fue muy injusto la evidencia del teatro que le echa Simao y que se vio fuera del campo cuando ni siquiera le tocó, asumió que el error estuvo en dirigirse a Fernández Borbalán con unos modos improcedentes. Sin embargo, en el Real Madrid se acaparan titulares de protesta encendida, causando asombro e indignación y acumulando todas las iras de los aficionados. Ahí está la diferencia; como cuando el pasado domingo, en vez de ensalzarse el determinativo juego del conjunto del Botxo y su aguerrido recital de fútbol, otra vez ante un rival de complejidad y carisma como es el Real Madrid de Ancelotti, se prefirió concentrar toda la crónica del encuentro en la expulsión del astro luso.
Como explicó en su momento Mónica Planas en su comentado y grandísimo artículo, ahora mismo “…el periodismo deportivo televisado ha desvanecido el valor de la exclusiva. El término que antes resultaba emocionante ahora es visto como una acrobacia para vender nimiedades”. Y quizá tenga razón ¿qué más da el fútbol cuando tienes un titular que venda, una repetición que reproducir hasta la saciedad, una tergiversación que otorgue un ‘share’ esperado o una excusa para que en los focos de verduleras deportivas nocturnas tengan cebo para vociferar estupideces?
Solución: El Athletic ya ha denunciado ante la Comisión Estatal contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte a esos despreciables escupidores de improperios que mancillan con sus absurdas pataletas una profesión tan maravillosa como es la del periodista deportivo.

lunes, 3 de febrero de 2014

XLVIII Super Bowl: Los Seahawks destrozaron a los Broncos de Manning.

La XLVIII Super Bowl de ayer prometía una noche inolvidable para Peyton Manning, el legendario ‘quarterback’ de los Denver Broncos, que partían como favoritos del mayor acontecimiento deportivo del mundo. Pero nadie imaginaba que lo que iba a suceder en el MetLife Stadium de Nueva Jersey, que se llenó hasta la bandera con 82.529 espectadores que disfrutaron de la Superbowl más fría de su historia. Los Seahawks de Seattle salieron desde el comienzo del partido con una disciplina y un planteamiento táctico que descolocó por completo a los hombres del entrenador jefe John Fox, con ‘safety’ nada más empezar debido a un mal centro de Ramírez que Manning no puedo evitar que se le escapara.
Tanto es así, que se registró como la anotación más rápida en la historia de esta final. Las cosas se empezaban a inclinar demasiado pronto para los de Denver y no haría más que ratificar esa superioridad cuando Steven Hauschka contectó un ‘field goal’ de 31 yardas para ampliar la ventaja de los Seahwaks, que mediante el mismo jugador volvería a anotar otro ‘field goal’, esta vez de 33 yardas, después de retaran la jugada en la que parecía ‘fumble’. El marcador se había puesto en un 8-0 en un abrir y cerrar de ojos. El primer cuarto acabó con los Seahawks en la yarda 17 de Broncos. Por si fuera poco, el primer ‘touchdown’ del partido de llega por parte de Marshawn Lynch, que corre para una yarda y logra la anotación. Hauschka puso el punto extra. 15-0. Y no sería el único del segundo cuarto. Malcolm Smith interceptó a Manning, llevando el balón ovoide hasta la zona de diagonales al correr 69 yardas, colocando el marcador en un 22-0. La cara del mítico Manning lo decía todo.
Los de Seattle salieron en el tercer cuarto con el mismo empeño en obstaculizar la ofensiva de los Broncos, sin que éstos pudieran demostrar todas las virtudes de una temporada para el recuerdo. Además, los de Pete Carroll estaban muy crecidos y se dispusieron a demostrar el potencial ofensivo, dejando ver las carencias de la defensa contraria. Percy Harvin retrasó 87 yardas en la entrega de balón del inicio del juego hasta la zona de "touchdown" y amplió todavía más la diferencia a 29-0. La ofensiva de Denver buscaba constantmente revertir la situación, con Manning y Welker como revulsivos. Pero ni con esas. Después de un ‘fumble’ en el que Seattle recuperó su yarda 20 y cuando los Broncos parecían que iban a anotar sus primeros puntos del partido, Russell Wilson conectó un pase de 23 yardas a Jermaine Kearse y acabó en como otro nuevo ‘touchdown’. El correctivo estaba siendo severo. 36-0 empezaba a ser un resultado insalvable. A pesar de que los Broncos, siempre apoyados en la experiencia y la capacidad física de Peyton Manning, lograra un ‘touchdown’ anotando en pase de 14 yardas con Demaryus Thomas y la conversión de dos puntos a Wes Welker, no fue suficiente para recortar la diferencia. El 36-8 que abría una mínima esperanza de remontada se esfumó con la persistencia con la que Seattle se mostraba intratable en el campo, con Zach Miller recuperando el ‘onside kick’ para, en el siguiente drive, Russell Wilson anotó en pase de 10 yardas de Doug Baldwin el quinto y último ‘touchdown’ de la noche.
La nota negativa de la noche fue la lesión de Richard Sherman. Y Chancellor tuvo que salir por molestias en la pierna. Sin embargo, pese a estas bajas en defensa, el resto del partido fue un recital de contención defensiva de los Seahawks, provocando que los Broncos perdieran balones y evidenciaran una total falta de fortaleza. La Seattle había machacado a 43-8 a Denver ofreciendo a todo el mundo una auténtica exhibición de juego, con el tercer marcador más amplio en la historia de la Superbowl. El MVP fue a parar, como no podía ser de otra manera, a un defensa, al ‘linebacker’ Malcolm Smith. Tras la decepción de los Broncos, se volvió a especular con la mentalidad de Manning y sus actuaciones en los grandes eventos, especulando incluso con su hegemonía. En cualquier caso, los Seahwaks obtienen su primer trofeo Vince Lombardi y prometen seguir creciendo con un equipo consolidado en una muy prometedora juventud.
Como cada año, uno de los eventos más seguidos por los telespectadores son esos espectaculares ‘shows’ del ‘half time’, donde artistas de renombre ofrecen lo mejor de sí mismo; en la noche de ayer, el encargado de acaparar todas la miradas fue el cantante hawaiano Bruno Mars, interpretando cinco temas, uno de ellos el mítico 'Give it away', acompañado de los Red Hot Chili Peppers. Además, U2 presentó durante el descanso su nuevo single 'Invisible'. Y lo hizo entre otro de esos reclamos que hacen grande esta cita deportiva, que no es otra que la emisión de los anuncios comerciales más caros del año, una tradición que implica que las visitas al excusado sean mucho más breves y que la gente aguante delante de la pantalla con el mismo interés que genera el mismo partido. Además del estreno de trailers de los próximos ‘blockbusters’ cinematográficos (‘The Amazing Spiderman 2’, ‘Transformers 4’, ‘Captain America: The Winter Soldier’, ‘Age of Extinction’, ‘Pompeya’ o ‘24: Live Another Day’, entre otros), los anuncios de las grandes marcas norteamericanas lanzan su campañas con spots realmente divertidos, como el de la máquina del tiempo Doritos, los perros cabezones de ‘Audi’, el de Morpheus y el homenaje a ‘Matrix’ de KIA, el nostálgico ochentero de ‘RadioShack’, a Arnold Schwarzenegger riéndose de sí mismo para la cerveza Bud Light, el reivindicativo y antibélico de AXE, el de Ford protagonizado por James Franco, a Ben Kingsley poniéndole rostro al de Jaguar, los teleñecos con Toyota, el hipermusculado de GoDaddy con Danica Patrick Stars, uno muy ñoño de Coca-Cola y la entrañable historia entre un perro labrador y un caballo de ‘Budweisser’.
Podéis ver todos los spots de la noche en la Super Bowl Commercials dedicado a esta parte de la Superbowl. así como el termómetro que indica lo más votado por los telespectadores a través de votaciones por Twitter en el mítico ‘Brand Bowl’ anual de Boston.com.
Archivo de artículos abismales de anteriores ediciones

Adiós a Phillip Seymour Hoffman, el mejor actor de su generación

(1967-2014)
La noticia del fallecimiento de Phillip Seymour Hoffman ha sacudido el mundo cinematográfico con la trágica noticia que en la tarde de ayer inundó titulares y se extendió como la pólvora por las redes sociales. Su pérdida constituye la interrupción de una de las carreras interpretativas más brillantes de las últimas décadas. Seymour Hoffman era uno de los mejores actores del mundo, un portento capaz de multiplicar los matices actorales como ningún otro actor de su generación. Su versatilidad y minimalismo a la hora de encarnar personajes aportaron la sutilidad de varios y diferentes códigos que conseguía, con una facilidad deslumbrante, llevándolos hasta el extremo de la genialidad. Su extraordinaria habilidad para metamorfosearse en sus personajes y una voz profunda de personalidad inconfundible hicieron de él un metódico intérprete que llenaba la pantalla con su sola presencia.
El actor fetiche de Paul Thomas Anderson, con el que compartió cinco de sus seis películas como director (‘Sidney’, ‘Boogie Nights’, ‘Magnolia’, ‘Punch Drunk Love’ y ‘The Master’), nos deja memorables trabajos como ‘El talento de Mr. Ripley’, ‘Happiness’, ‘Casi famosos’, ‘Cold Mountain’, ‘Capote’ (cinta por la que ganó el Oscar en 2005), ‘La última noche, ‘Misión: Imposible III’, ‘La duda’, ‘Moneyball’, ‘El gran Lebowski’, ‘Antes de que el diablo sepa que has muerto’ o ‘Synecdoche, New York’, entre otros tantos. Trabajos que hicieron de este actor uno de los más reconocidos y capacitados de Hollywood. Ha sido encontrado muerto en su apartamento de la calle Bethune en el neoyorquino barrio de West Village, con una jeringuilla hipodérmica en el brazo. Una sobredosis de heroína acabó con su vida. La droga se lleva así a otro actor cuyo talento podría haber seguido en un ascenso que parecía no tener fin.

domingo, 2 de febrero de 2014

Día de la Marmota, la célebre predicción del tiempo

Anualmente hay un día que sobresale en el calendario de eventos destacados en este Abismo, un weblog caracterizado por ser contrario y opuesto a la razón. Me refiero, como cada 2 de febrero, al ‘Día de la marmota’, el célebre ‘Groundhog Day’, jornada festiva en la pequeña localidad de Punxsutawney, en Pennsylvania, donde nuestro querido amigo Phil, la marmota, sale de su madriguera, como cada año, para predecir cuánto durará el invierno.
La tradición establece que si Phil ve su sombra al salir, quiere decir que el invierno se alargará durante seis semanas más, por lo que regresará a su guarida para resguardarse de las bajas temperaturas e hibernar un mes y medio más. Si, por el contrario, Phil no ve su sombra y se queda jugueteando junto al presidente William Cooper (el hombre que convoca su presencia), los lugareños dan por comenzada la primavera, sabiendo así cuándo plantar sus cosechas.
Otras suposiciones sobre la predicción del tiempo vienen a decir, que si esa noche el cielo está de color cobrizo por la noche el invierno será más corto. Sin embargo, si es por al amanecer cuando ese cielo rojo, los marineros están advertidos de la duración estacional. La mayoría de los sistemas meteorológicos se mueven de oeste a este y un cielo enrojecido proviene del hecho de que las nubes se producen cuando el sol brilla en su reverso, ya sea en el amanecer o en el atardecer. En estos dos momentos del día, motivado, en parte, porque la luz del sol pasa a un ángulo muy bajo a través de la parte más gruesa de la atmósfera de la tierra, da lugar a la dispersión de la mayoría de los colores con longitudes más cortas del espectro visible (con gamas que pasan del verdoso al azulado) y así la luz del sol pasa a convertirse a una tonalidad rojiza. Si los cielos matutinos son de color rojo, es porque el cielo despejado hacia el este.
A pesar de que las estadísticas refutan la veracidad de este simpático pronóstico (las estadísticas lo dejan en un pobre 39% de acierto según la CNDC), el Día de la Marmota se extiende ya a más de un siglo de celebraciones, ya que es una fiesta ancestral que se remonta a la inmigración alemana en esa zona del país cuando aún era una colonia británica.

sábado, 1 de febrero de 2014

El mundo del fútbol llora la muerte de Luis Aragonés

(1938-2014)
Fue el encargado de destruir los fantasmas del pasado que perpetraban los malos augurios que socavaron durante años la suerte de la selección nacional en las competiciones de élite, el responsable directo de aquella Eurocopa de 2008 que fragmentó tópicos y maldiciones. Fue un sabio del fútbol, “El Sabio de Hortaleza”, un hombre hosco, al viejo estilo que entendía el juego más allá del discernimiento moderno. Siempre fiel a su imagen en los campos, pasaba de la fotogenia y el decoro de ese fútbol de escaparate mediático. Un genio ajeno a los nuevos tiempos que menoscababan el arquetipo brusco y meditado de una perspectiva inteligente como era la suya, centrado en lo fundamental y nunca en cuestiones epidérmicas. Tanto como jugador clásico como entrenador fuera de la norma.
Luis Aragonés era ceñudo, intratable e imprevisible y vivió el fútbol en las pequeñas distancias con sus jugadores, como debe ser. Su característica más controvertida fue la obstinación en decisiones reprochadas que siempre le dieron la razón a la larga, dejando claro que su discernimiento se asentaba en la deliberación meditaba. Y eso le convirtió en un entrenador modélico pese a sus formas, dejando grandes anécdotas, frases trufadas de palabras malsonantes e impertinencias, pero en definitiva, adjudicó un modelo táctico que servirá como legado de nostálgica eficacia en cualquier tiempo. Su herencia de fútbol de toque y su percepción de que el único líder dentro del campo es la colectividad simboliza esa nobleza de un deporte que ha perdido a uno de sus grandes iconos.
Descanse en paz “abuelo” y gracias por todo.