miércoles, 2 de mayo de 2007

Movidas binarias

La vida informática, para los mostrencos sin muchos conocimientos de la materia, como es el caso de un servidor, es un mundo dramático y funesto que gira en torno a lo dantesco y lo cruel cuando se trata de problemas. Hace menos de cuatro meses que tengo un flamante ordenador nuevo. La placidez de la novedad, la sensación de aliento inaugural, el ánimo con el que cada mañana la melodía de Windows suena a través de unos altavoces que parecen transmitir la complacida agitación de un estreno. Vendría a ser como ese insustituible aroma de los coches a estrenar, cuando haces tu primer kilómetro, cuando acaricias por primera vez la tapicería... Pues bien, la semana pasada se inmoló uno de los discos duros de 320 Gigas, donde 275 de ellos, con todos sus archivos… ¿Cómo decirlo? …sus archivos de copias de seguridad compartidos de vídeo, música y otros menesteres. En menos de un segundo, todo mi ocio venidero para los próximos meses había muerto. Dictamen: exánime debido a una incidencia de ceros y unos bajo la denominación de ‘error de smart’, que acabó por emborronar un inicio de puente que prometía ser muy cinematográfico y lleno de novedades. Supongo que tragedias como ésta se celebran cada día en la SGAE, juntos con los demonios que arden en este particular Infierno donde se aprovechan del ciudadano medio. Empero, por otra parte, son cosas que pasan.
Hoy mismo, pasado el trance y disgusto, nueva aventura en la adversidad informática. En mi monitor de 19” LG 1919S Sf ha brotado, de la nada, una línea vertical que atraviesa toda la pantalla en forma de mofa despreciativa. Por supuesto, hechas las diversas pruebas de otros componentes informáticos, la contrariedad procedía de la pantalla LCD. Un TFT puede parecer ligero. Y en los primeros cinco minutos de transporte debajo del brazo lo son. Inmediatamente empieza a pesar como un muerto. Al llegar a la tienda de informática uno lucha por no sucumbir por tanta pesadumbre y malestar. “No podemos hacer nada. El monitor es el único elemento con garantía comercial del fabricante” espeta el dependiente ¿Y eso que significa? Que tengo que acudir, monitor debajo del brazo, a un servicio técnico especializado ubicado exactamente donde Cristo perdió el mechero. Es entonces cuando añoro esa imprecisa sensación del olor de un coche propio que nunca he tenido. Y así, pensando en lo primoroso que sería tener un vehículo donde transportar a mi muerto particular, he seguido caminando varios kilómetros. Cuando he llegado, con el brazo completamente desarticulado, la lengua fuera y varios litros de sudor dibujando extrañas grafías por mi rechoncha complexión, la señora me explica no hacía falta que fuera hasta allí andando, que la garantía incluye servicio ‘in situ’. Es decir, que te lo van a buscar a casa y te lo llevan cuando esté arreglado. Mi rostro, especulativo, tenía una definición escrita en él: “gilipollas”. Por si fuera poco, después de tan lamentable trance, he tenido que cargar con otro monitor que no es TFT y que pesaba como diez veces más que el otro desde casa de mis padres hasta la mía, dejando como secuela una simpática dolencia de espalda de la que estoy disfrutando en soledad, como los hemorroides, con el regocijo, al menos, de poder seguir trabajando en condiciones normales delante de una pantalla de ordenador.
Es lo más parecido al término “absurdo” que me ha sucedido últimamente.
Y de todo esto hay que sacar algunas conclusiones.
1.- Tengan ustedes cuidado cuando compren un monitor TFT (sobre todo, si es de LG).
2.- Asegúrense de que llamar al Servicio Técnico de sus electrodomésticos en garantía para saber las condiciones de la misma.
3.- Cuando vayan obteniendo archivos de películas, tengan cuidado con acumularlos en su disco duro.
4.- Sáquense el carnet de conducir. A veces, es necesario.
5.- Procuren doblar las piernas cuando llevan sobrecarga de peso cuando llamen al ascensor y sujeten el bulto.
6.- No lean este tipo de post que no llevan a ningún sitio. Son más instructivas las ‘reviews’, por eso mañana colgaré la de ‘The Number 23’. Eso sí, no esperen nada bueno del nuevo despropósito de Schumacher.

lunes, 30 de abril de 2007

La secuela

La segunda hija de los príncipes de Asturias se llamará Sofía, en honor de su abuela, la Reina. La pequeña nació ayer por cesárea a las 16.50 horas en la clínica Ruber Internacional de Madrid, cuatro horas y media después de que su madre ingresara en el centro médico con contracciones. Pesó 3.310 gramos y midió 50 centímetros, un poco más delgada que su hermana cuando nació y un poco más alta.

jueves, 26 de abril de 2007

Review 'The Reaping'

‘La Cosecha’, más allá de su argumento, que invoca una extravagante miscelánea de ominoso discurso apocalíptico y esencia de iluminación ‘místicoterrorifíca’, reúne, a priori y sobre el papel, suficientes elementos para resultar, cuanto menos, coherente en su producto final. Veamos; su director es Stephen Hopkins, un cineasta que se ha hecho popular gracias a ser uno de los baluartes de la mediática serie televisiva ‘24’, amén de dirigir algunas producciones de interés (pero sin llevarnos las manos a la cabeza) como ‘Under Suspicion’ o la poco conocida ‘The Life and Death of Peter Sellers’, por otra parte, su actriz, el irrefutable zócalo sobre el que pivota el filme es Hillary Swank, una excepcional intérprete que aglutina en sus vitrinas dos Oscar, pero que, más allá de esa lujosa condición, ha demostrado que es una de las mejores figuras de la cinematografía norteamericana actual. Sin embargo, en la ‘La Cosecha’, ni su realizador ha conseguido aportar ninguna atmósfera que dé al filme una personalidad propia, ni la actriz de ‘Million Dollar Baby’ está a la altura. El primero, carece de cualquier energía onírica o arresto a la hora de llevar a cabo su función, dejando contemplar en contadas escenas alguna escena impactante, cayendo en el error de la profusión artificiosa, de afección descompensada. La segunda, tampoco aporta gran cosa a un personaje sin sustancia. Sólo su presencia, que está muy buena sí, pero también con un buen hacer. Eso sí, sin mucho esfuerzo.
Con estas dos desacertadas piezas de ‘marketing’ para un proyecto de laxo empaque, poco queda decir del resto de un guión endeble, que abusa de los recursos a modo de ungüento genérico en los que cae una y otra vez, sin ideas nuevas que aportar. Esta historia de renacimientos espirituales ostenta una narración donde subyace un recargado maniqueísmo que contrapone dogmas, crisis de fe, raciocinio y ciencia, donde ateos y creyentes se enfrentan con la Biblia, como pauta de juego en el que el Apocalipsis, el bien y el mal y las demoníacas plagas ejercen de alicientes en una película que recurre al ‘flashback’ como lógico modismo para tanto despropósito. Por si fuera poco, su desenlace resulta, además, irrazonable y disparatado. El golpe de efecto como exclusivo procedimiento con el que sobrecoger al espectador tampoco funciona, ya que éste, consciente de los mecanismos del cine de terror tópico (como es el caso) y de sus limitaciones, encuentra antes el letargo que cualquier muestra de estremecimiento, por mucho que los efectos especiales, sin grandes ostentos, cumplan su discreta función (como la secuencia del río de sangre y la estupenda plaga de langostas).
En definitiva, un reiterativo catálogo de ‘sustos’ vendido como un ‘thriller’ sobrenatural que, a pesar de su pretensión mustia disertación sobre los prejuicios y supersticiones de la América Profunda, cae en la indolencia por la asombrosa falta de convicción con la que ha sido confeccionada.

martes, 24 de abril de 2007

Noche de fútbol

Hay instantes en la vida (pocos, casi contados), en los que expresar que te fascina el fútbol es casi una necesidad.
Esta noche ha aflorado esta sensación.

viernes, 20 de abril de 2007

Review 'The Good Shepherd'

La impasible frialdad del espionaje
De Niro escarba en los cimientos de la CIA con un drama de espías que apunta con saña a unos valores americanos dinamitados, paradójicamente, por la apología del patriotismo.
Bien se podría equiparar Calogero, el personaje protagonista del debut de Robert De Niro tras las cámaras ‘Historia del Bronx’, con este hierático y sórdido Edward Bell Wilson de la segunda incursión como realizador que supone ‘El Buen Pastor’. El primero, un joven fascinado por la celebridad de un doctrinario gángster al que salva de ir a la cárcel se equipara al segundo en el deslumbramiento por una jerarquía (la mafia por un lado, la CIA, por el otro) que escapa a la supuesta normalidad de los progenitores de ambos, percibidos como cobardes y débiles ante unas onerosas vidas de otros padres que sustituyen a los consanguíneos, bien sea por dinero y respeto o por lealtad y patriotismo, según convenga. Lo que está claro es que a De Niro le atrae la representación antagónica de dos figuras paternas, la real y la social, enfrentadas en un mundo de creciente crisis, donde el humanismo se relega a un segundo plano en el que los valores humanos, la genealogía y la moral alteran su sentido ante la hegemonía del poder, el dinero, el trabajo o la reputación.
Para su esperado regreso como director tras catorce años alejado de la dirección, De Niro ha escogido, inteligentemente, el libreto de Eric Roth ‘El Buen pastor’, la historia de Edward Wilson (con ecos biográficos del espía James Jesus Angleton), reclutado por la OSS, agencia del gobierno encargada de captar agentes secretos, debido a su clarividencia e indestructible fidelidad a los valores americanos. Una vida desarrollada desde 1939, en los sumideros intelectuales y universitarios de Yale (la logia masónica Skull & Bones), el origen de la todopoderosa CIA estadounidense, hasta 1961, periodo crucial en el panorama internacional para Estados Unidos con la II Guerra Mundial y las tensiones posteriores con la Unión Soviética y el desastre de Bahía Cochinos en Cuba. Un lapso, donde hay que subrayar la pésima caracterización de los personajes en sus diversos tiempos, un escollo imperdonable dentro de la pulcritud con la que De Niro ha mimado cada detalle de su corta obra como cineasta.
A lo largo de 167 minutos, De Niro indaga en la ética instituida única y exclusivamente a la lealtad por los valores patrióticos de un personaje reservado, antipático, hermético y autosuficiente, que es capaz de sacrificar todo aquello que simboliza la felicidad humana para salvaguardar a su país. Desde un prisma desmitificador e impasible con el subgénero de espionaje, Roth y De Niro, presentan, en primera estancia, a un hombre rutinario de aparente vida gris que, en el fondo, está podrido de secretos y mentiras, sumido en un sórdido mundo de apariencias, de archivos secretos e información clasificada. Una vida críptica que logra traspasar la pantalla con solemne frialdad, delimitada a saltos constantes de tiempo que transportan al espectador a la juventud de Wilson y a los años 60, donde la paranoia y obsesión por el trabajo bien hecho le han convertido poco menos que un monstruo sin entrañas de impávida displicencia. De hecho, Matt Damon (que realiza una labor interpretativa encomiable) recuerda considerablemente a su rol Jason Bourne, con la que la película de De Niro tiene algún punto en común, por el carácter sombrío e impasible con el que se enarbola la trama de espionaje dentro del conspirador entorno de la política internacional.
‘El Buen pastor’ se recrea en la terrible composición de un personaje sin alma, frío y calculador, capaz de postergar cualquier tipo de dilema moral y familiar en función del enfrentamiento que surge entre las organizaciones y sus relaciones geopolíticas, encubriendo coacción y violencia. A De Niro le interesa más el drama intimista, pero a la vez sórdido y sucio, de un hombre con un código de honor incorruptible, incapaz de ofrecer reciprocidad a la mujer que ama (una Tammy Blanchard que se sitúa muy por encima de la gran labor de Angelina Jolie, que interpreta a la mujer con la que el agente se casa porque la deja embarazada, respondiendo así a una cuestión de honor) y que labra una única amistad con un agente de la KGB que actúa como confidente. Único estribo donde la verdad hace acto de presencia en la vida de un hombre cuya paranoia y crueldad se acrecienta cuanto más profesional se vuelve.
Cierto es que en muchas partes de la película, De Niro dilata en exceso esa profusión de quietud y parsimonia con la que se narra la historia, deteniéndose en un licencioso detallismo centrado la intimidad del personaje en relación al corrupto mundo que le rodea (sobre todo, en su parte final y en las secuencias de drama familiar y juventud), pero que exige este demorado ritmo, ineludible para que la maquinaria escénica y narrativa mantenga la pauta clasicista y traslúcida del actor y director.
Si bien es verdad que De Niro, bajo el gélido acercamiento a la vida de este impertérrito espía esconde una intención de épica y solemnidad, también lo es su invisibilidad a la hora de ponerse tras la cámara, esquivando cualquier percusión grandilocuente para dejar que la narración se exhiba con su pureza narrativa, manteniendo una agradecida visión hiperrealista de la historia, desde una posición disyuntiva, sin maniqueísmos ni rémoras morales, donde cada personaje (excelentes Alec Baldwin, Michael Gambon, William Hurt, John Turturro, Joe Pesci…), por mínima aparición que tenga, es vital en el transcurso de la historia.
Construida con grandes dosis de eufemismo, ‘El buen pastor’ descubre sus mejores cualidades en esa crudeza inhumana de un discurso que desbarata la jerarquía sobre la que se sustenta ese ente patriótico que es ‘american way of life’ (y más en la época en la que transcurre el filme); la familia, un término arcaico desmantelado y despreciado que no es más que un estorbo dentro de la poderosa organización que simboliza la CIA, el padre protector que sustituye a la figura paterna de un cobarde y débil traidor a la patria cuya poderosa y alargada sombra golpea la conciencia de un personaje que logra eliminar el único recuerdo que humanizaba su persona.
Miguel Á. Refoyo "Refo" © 2007

martes, 17 de abril de 2007

Publicidad inédita

He aquí 50 anuncios publicitarios a modo de 'advertisements' que nunca veremos.
Curioso.

La 2, con el cine de culto

La 2, cautelosa con casi todas sus emisiones, muchas veces pretenciosa y adherida a esa impronta de abogar por el cine de culto, revisó el pasado domingo ‘Donnie Darko’, la obra de referencia de Richard Kelly que aglutina atacantes y valedores a partes iguales.
Y lo hizo de la peor manera en que se puede menospreciar y deslucir un filme. La copia que emitieron fue una de las más escandalosas muestras de negligencia absoluta, pasando la cinta con una ínfima calidad que hicieron que antes que una emisión televisiva pareciese un ‘screener’ mal grabado, con su doblaje castellano espantoso, con colores disipados y una sensación de estigma visual como hace años que no se veía en televisión.
Un acto de incuria de lo más insultante para con los que admiran esta película y para aquellos que se dispusieran a descubrir las bondades de una ‘cult movie’ irrepetible.

viernes, 13 de abril de 2007

Se retrasa 'Zodiac' hasta julio

Me las prometía muy felices cuando, hace algunas semanas, aprecié, en todo su esplendor un enorme ‘display’ (esos cartelones que anuncian un filme de próximo estreno) que anunciaba el estreno de ‘Zodiac’, en el que se subrayaba una fecha concreta: 20 de abril. Haciendo cábalas, mis ansias han ido creciendo con el paso de los días, martirizándome por las ganas de ver el último trabajo de David Fincher.
Pues llega la temible (por otro lado, y no sé porqué, predecible) noticia. Así, en los morros. ¡ZAS! En toda la boca. La adaptación basada en los dos libros del periodista Robert Graysmith, ‘Zodiac’ y ‘Zodiac Unmasked’, que tuvieron como objetivo al Asesino del Zodiaco, un psicópata que frecuentó el área de la bahía de San Francisco cometiendo asesinatos al azar y enviando cartas a la policía y al FBI entre 1966 y 1974 y que, al día de hoy todavía sigue sin cerrarse, tendrá que esperar hasta el 27 de julio. Nada menos. Con todo el calorazo de la canícula.

jueves, 12 de abril de 2007

Primera imagen de 'Iron Man'

Ya hay primera instantánea de ‘Iron Man’, adaptación del cómic creado por los siempre geniales Stan Lee y Jack Kirby en marzo de 1963 para ‘Tales of Suspense’ que llevará al cine el actor y director Jon Favreau. Primera toma de contacto en forma de avance de esta conjunción de hombre y máquina que Paramount estrenará el 2 de mayo de 2008.
Hasta entonces, habrá que ir esperando más demostraciones de marketing dosificado como esta. Los escépticos, como es mi caso, tampoco esperamos gran cosa de esta enésima traslación de un cómic a la gran pantalla. Por mucho que el elenco esté formado por Robert Downey Jr., Terrence Howard, Gwyneth Paltrow, Jeff Bridges, Shaun Toub y Leslie Viv.

miércoles, 11 de abril de 2007

Retransmisión del Valencia - Chelsea: Querer no es poder

A veces, el afán localista por creer en el triunfo a toda costa conlleva una subjetividad que no se corresponde en absoluto con la realidad que acontece.
Min. 50. Comentaristas de A3 (después de mostrarle la tarjeta a Albelda): “…Albelda no podrá jugar la semifinal…”.
Min. 51. Gol de Shevchenko.
Min. 87. Comentaristas de A3: “…ahora sólo queda que el Valencia meta un gol que clasifique al equipo para la semifinal o que vayamos a la prórroga…”.
Min. 89. Gol de Essien.
¿Quién tiene la culpa de todo esto? Por supuesto, el Athletic de Bilbao y Mejuto González.