viernes, 26 de enero de 2007

Review 'The Prestige'

Ambivalencia, venganza e ilusionismo
Christopher Nolan adapta la novela de Chritopher Priest ofreciendo un ‘tour de force’ de venganza, ambición e ilusionismo en un filme muy sobresaliente.
En sus primeras palabras en ‘off’, Cutter, el personaje que interpreta Michael Caine, alecciona sobre los claves de cualquier espectáculo de magia a Jess, una niña que, a la postre, será un personaje silencioso y cardinal dentro de la historia; primero, con la ‘promesa’, como la normalización de la alquimia, mostrar la magia como algo cotidiano. Segundo, ‘el giro’, una alteración imposible de lo ordinario en algo sorprendente y asombroso, como la esencia misma del filme del brillante Christopher Nolan. Por último, como desenlace de la función, llega la parte más importante del truco, ‘el prestigio’, la alucinación que aporta el hipnotismo y la emoción del público, el acto final que arranca el aplauso y deja con la boca abierta.
Por supuesto, esta compilación utilizada como definición de la magia puede situarse como una analogía universal del proceso de la escritura aristotélica, de la narrativa clásica, fraccionada en un ‘know-how’ de sobra conocido (planteamiento, nudo y desenlace). Así, como en la literatura y en el cine, la metodología de la magia no difiere mucho de los propósitos de estos dos artes. No obstante, el ejercicio estructural de Nolan se segmenta y encadena sus mecanismos como subconsciente del ilusionismo aplicado al cine. Al igual que en la restante obra del cineasta, aquí Nolan lleva la experimentación de tiempos, elipsis y puntos de giros al extremo, donde no falta esa magnífica armonía de retroacción y progresión, de cambios de disposiciones, de acción llena de perturbadora inventiva donde la alteración se vuelve primordial.
Por esta razón, ‘The Prestige’ no pierde esa particular sensación oscilante del cine del director, donde el desequilibrio, el juego de tiempos, de voces en ‘off’, de cambios de rumbo narrativo, aportan, paradójicamente, el beneficio de un contrapeso que hace que sus filmes funcionen como juegos de espejos, de dobles identidades, aquí simbolizado en las dos caras de una misma moneda.
Respecto a la novela de Christopher Priest, Christopher y Jonathan Nolan han procedido fielmente en una impecable adaptación de ingeniosa rigurosidad, simplificando la historia del libro, sustrayendo aquello verdaderamente importante para el duplo consanguíneo firmantes del guión: la fábula de obsesión y envidias de dos magos cuyas venganzas no tienen sentido si no es por su sempiterna pugna por mejorar sus respectivos ‘prestigios’. Dos magos antagonistas que desencadenan una vehemente rivalidad que induce al deseo insaciable por desenmascarar los secretos del otro, enfrentando ciencia, clasicismo, amistad, ambición y venganza en un laberinto de oscuras y peligrosas pretensiones.
En este sentido, la película, en sí, es un gran truco de sabio prestidigitador, que maneja sus elementos como efectos de alquimia a muchos niveles, en los que la variabilidad de los tiempos y la modificación a la que somete su narración responde, en cierta medida, a un enigmático y misterioso juego, siguiendo los pasos de sus personajes, para concluir su camino en un final (un ‘prestigio’) que se asemeja a los trucos de los personajes Angier y Borden.
De esta manera, la intriga dramática de ‘The Prestige’ se sostiene sobre una virtuosa capacidad metafórica para la poética fantacientífica, sin enfatizar en sus elementos futuristas (anticipativos en la actualidad –la clonación y sus riesgos-), que dan como consecuencia un auténtico espectáculo de ilusionismo ambientado con gran habilidad en la Inglaterra de finales del siglo XIX, una época en la que la ciencia empezaba a aniquilar la credulidad del espectador, haciendo del ilusionista el último resquicio y propósito para la magia. Una época donde el cine estaba a punto de convertirse en el gran truco final del ilusionismo y en la que inventores como Nikola Tesla y Thomas Edison también se disputaban bajo la envidia y la rivalidad un hueco destacado en la Historia.
‘The prestige’ posee una fascinación especial, de intrincado y elaborado engranaje medular, sustentado en la importancia que sugiere la reiteración de sus claves en su análisis sobre los misterios de la moral humana, que emplea con igual suerte una interesante disertación sobre la ambivalencia humana, la dualidad de dos caracteres contrastados, diferenciados por la clase social a la que pertenecen y por aquello a lo que aspiran, pero asemejados en objetivos y metas profesionales. Pero, a medida que avanza la acción, se comprueba la diferencia que les separa.
Mientras uno ansía la revelación de los trucos de su oponente para ser el mejor mago (memorables los sofisticados ‘gadgets’ de Angier contra la desmedida inventiva y afán de superación de Borden) que le lleva a jugar a ser Dios y tropezando con un cruel destino que le hace fenecer en cada función, el otro terminará luchando por un único objetivo, la pequeña Jess, dejando bajo la manga su ‘as’ escondido, el secreto que un mago jamás puede ni debe revelar y que dará como resultado ese final sorpresivo que es producto de un cálculo medido.
Sin embargo, ‘The Prestige’, a pesar de temporizar todos sus elementos en función de ese inesperado desenlace, funciona como obra escapista donde juega un papel fundamental la omnisciencia de la mano ilusionista del realizador, que descubre su ‘verdad’ final en innumerables ocasiones durante la función, con un proceso intangible y oculto. Todo está a la vista. No hay engaños sin anticipación, porque la verdad es manifestada a lo largo del metraje en varias ocasiones. Incógnitas llenas de respuestas que el filme de Nolan instiga en el espectador una vez acabado el filme. Surtido de matices y sinecuras narrativas, ‘The prestige’ es un filme, en ese aspecto, equivalente (salvando las distancias) a ‘La huella’ de Joseph L. Mankiewicz.
Una película capaz de anular la soberana importancia de unos personajes femeninos (los de Scarlett Johansson, Rebecca Hall y Piper Perabo) que pueden parecer imperceptivos pero que, dentro del relato, tienen una importancia vital para desvelar incógnitas y desenmascarar la entidad y secretos de ese truco final, apoyándose en una narración en primera persona falsificada, la de esos dos personajes que relatan subjetivamente su historia a través de un duelo interpretativo entre unos magníficos Hugh Jackman y Cristian Bale, dominados por una desnivelada rivalidad, donde los secretos mágicos, la ciencia y, sobre todo, el artificio, permiten a Nolan convertir su película en un gran truco, un gran ‘prestigio’ que se sirve de todos los ardides que admite la narración cinematográfica, poniendo en evidencia que éste es todavía un medio para ello.
‘The Prestige’ es, sin lugar a dudas, la primera gran película de 2007.

jueves, 25 de enero de 2007

Las nominaciones de las frambuesas

Con tanta excitación latina de las nominaciones de los Oscar casi nos olvidamos. Si ‘Babel’, ‘The Departed’ o ‘El laberinto del Fauno’ han sido las grandes beneficiadas en la lotería que suponen las nominaciones de los Oscar, también se han dado a conocer los ‘Anti-Oscar’, los célebres Golden Raspberry Awards, más conocidos por todos como ‘razzies’, que castigan con acertada precisión a los peores trabajos cinematográficos del año, con grandes dosis de humor e sarcasmo.
‘Instinto básico 2’ y ‘Pequeño pero matón’ han sido las grandes agraciadas del año en el reverso oscuro y sedicioso de estos malintencionados premios. Como candidatas a peor película han sido nominadas ‘Instinto básico 2’, ‘Bloodrayne’, ‘La joven del agua’, ‘Pequeño pero matón’ y ‘Wicker man’. La reprobación anual ha recaído este año, con bastante saña, en M. Night Shyamalan y su fábula moral de ninfas provenientes de Mundos Azules, al que le han caído menciones como candidato a peor director, guionista y actor de reparto en esta cinta que, siendo coherentes, no tiene nada que hacer contra la segunda parte de la novelista cachonda Catherine Tramell que interpreta, sin mucha fortuna (como todo en el filme), Sharon Stone en ‘Instinto Básico 2’.
He aquí la lista completa.

¿Eastwood en 'Indiana Jones'?

Vale, de momento es sólo un rumor. Pero ¡menudo rumor! También soy consciente de que, a estas alturas, infinidad de blogs que merecen la pena más que este ya se habrán hecho eco del mismo.
La cosa es que la noticia se ha extendido como la pólvora. Ahora que ya sabemos que el rodaje del año es, definitivamente y ningún oponente, la cuarta entrega de Indiana Jones, toda habladuría que salta a la palestra se trascendentaliza como una referencia de atención masiva. Según JoBlo, Sean Connery podría volver a dar vida al Dr. Jones, el entrañable padre de Indy. Hasta ahí, todo bien. Lo sorprendente es la posible participación en esta nueva aventura del célebre arqueólogo interpretado por Harrison Ford del mismísimo Clint Eastwood.
Suena imposible, como un sueño del que cualquier cinéfilo aficionado a la saga no quisiera despertar. Lo cierto es que conociendo el dato que vincula a ambos, dado que Spielberg ha producido el díptico sobre Iwo Jima a Eastwood las conjeturas se han disparado. Soñar es gratis, amigos.
PD: En la foto, sobra un elemento de la ecuación.

martes, 23 de enero de 2007

Nominaciones con acento español

Esta misma tarde se han hecho públicas las nominaciones a los Oscar, los candidatos que, desde hoy, serán aspirantes a la estatuilla dorada diseñada por Cedric Gibbons en 1928. Dentro de lo esperado, ha habido pocas sorpresas. ‘Babel’, ‘Infiltrados’, el filme musical ‘Dreamgirls’, la más independiente ‘Pequeña Miss Sunshine’, ‘Children of Men’ (aunque en categorías menores)… han conseguido que su título haya sido mencionado en varios apartados. La grata sorpresa ha llegado de la mano de ‘El laberinto del Fauno’, de Guillermo del Toro, que ha cosechado la increíble cifra de seis nominaciones para la noche del 25 de febrero (película extranjera, guión original, mejor partitura -excelente reconocimiento al trabajo de Javier Navarrete-, mejor fotografía, mejor dirección artística y mejor maquillaje).
Todas las quinielas apuntaban a ‘Volver’ como indiscutible película aspirante a una categoría en que Pedro Almodóvar ha liderado con alguna de sus últimas películas, con un trabajo que ha rehusado a la transformación y ha reincidido en su temática endogámica; a la nostalgia geográfica, a los vínculos familiares de tres generaciones de mujeres que simbolizan la veneración del director manchego a la femineidad y a la maternidad. Y claro, como es un poco más de lo mismo, la Academia de Hollywood, lejos de la complacencia, ha preferido optar por otros aires en la categoría de mejor película de habla no inglesa y la ha dejado fuera. Ante la decepción del personal y justamente si atendemos a la coherencia.
Un hecho que no es óbice para que ésta haya reconocido el esforzado trabajo de Penélope Cruz en el filme de Almodóvar, siendo nominada a mejor actriz principal, primera vez en la historia del cine español en que una intérprete nacional opta a tan distinguido (y a la vez intrascendente) galardón. Aunque si echamos un vistazo a los premios internacionales y de la crítica, Helen Mirren podría ser la que, como apuntarán erróneamente los parciales medios españoles, “le arrebatará el Oscar a Pe”. Por lo tanto, el cine español está de enhorabuena. Ya no sólo por lo que toca del ‘Fauno’ del Del Toro sino además, por esa doble alegría del cine en pequeño formato, ya que los cortometrajes españoles ‘Binta y la gran idea’, de Javier Fesser y ‘Éramos Pocos’, de Borja Cobeaga, han sido elegidos candidatos en la categoría de mejor cortometraje de ficción. La gala de la 79ª edición de los Oscar que, como cada año, se celebrará en el teatro Kodak de Los Ángeles tendrá, este año más que nunca, un marcado acento hispano. Por cierto, que presentará el acto Ellen DeGeneres y después de la lección de profesionalidad y humor de Jon Stewart lo tiene ciertamente complicado.
De entre las nominaciones destacan, el triplete afroamericano compuesto por Will Smith, por ‘The Pursuit of Happyness’ y Forest Whitaker, por ‘The Last King of Scotland’ en la categoría de mejor actor y Eddie Murphy, como secundario por ‘Dreamgirls’. Este año, como hace cinco entregas, también podría ser una ‘Black Power Night’. Clint Eastwood defiende seis candidaturas con sus dos películas bélicas ‘Cartas desde Iwo Jima’ (cuatro –incluida mejor película y mejor dirección-) y ‘Banderas de nuestros padres’ (dos candidaturas).
¿Será éste el año en que Scorsese gane como mejor director y le den el premio al artefacto creado para estos premios ‘Babel’? ¿Y si gana Guillermo del Toro el premio a la mejor película extranjera y además se lleva el de guión? ¿O será Paul Haggis de nuevo el hijo predilecto y mimado este año en este apartado? Y una pregunta… ¿La Academia española potenciará merecidamente ‘El laberinto del Fauno’ ahora que ‘Volver’ no tiene nada que hacer el los Oscar?

sábado, 20 de enero de 2007

Absurda Suma de Parecidos (VII)

Con ese espantoso look "me ha chupado la cabeza una vaca" y su irritante estilo de humor irónico y sarcástico, Eva Hache, pasada de vueltas en su autocomplaciente humor y algo de prepotencia que tan bien funcionaba en los reportajes de calle para ‘La Noche de Fuentes & Cía.’ pero que no soporta su liderazgo en un ‘late night’, tiene últimamente un fuerte aire lésbico y un tanto varonil que recuerda a la abanderada del ‘gay power’ femenino estadounidense Ellen DeGeneres.
Si a eso, lo unimos a esos ojos de sapo heredados de un mito cómico de la talla de Marty Feldman, tenemos una cierta analogía fisonómica que sirve para recuperar esta absurda sección bastante olvidada en el Abismo.

viernes, 19 de enero de 2007

Cambio climático

En el magnífico documental ‘An Inconvenient Truth’, el ex-vicepresidente norteamericano Al Gore muestra con cierta fortuna un contundente y preocupante retrato de la situación del planeta, que, cada día más, está a merced de los devastadores efectos del cambio climático. Un planeta amenazado por el calentamiento global que provoca las exorbitantes emisiones de CO2 añadidos a otros gases con efecto invernadero por parte de la acción del hombre.
Estudios más recientes indican que en los últimos años se está produciendo una alarmante subida de la temperatura media en la Tierra. Yo, en mi caso, lo noto. Antes los inviernos eran fríos y poco menos que aviesos para una ciudad como Salamanca. Ahora no. Sólo se puede disfrutar del crudo invierno unos pocos días. El problema es preocupante. El riesgo está en que la subida de la temperatura, de la inconstancia atmosférica, más allá de que pueda venir dada por la diversidad de factores que afectan al clima que afectan a la variabilidad natural, proceda, como es el caso, del peligroso aumento del efecto invernadero provocado por la actividad humana.
Y es que la cosa no es motivo de disertaciones baladíes. Como ejemplo de este peligro que se cierne sobre nuestras cabezas sólo hay que echarle un vistazo a estas imágenes para saber cómo está variando el clima, de qué manera donde antes había frío e imágenes invernales en la actualidad los gélidos paisajes se están transformando en demenciales imágenes casi primaverales.
Como diría aquel sabio cortometrajista “quizás deberíamos reflexionar”.

miércoles, 17 de enero de 2007

Review 'Marie Antoinette'

Un capricho excesivamente caro
Tras la magnífica ‘Lost in translation’, Sofia Coppola compone un autocomplaciente antojo sobre las correrías de un personaje tan extravagante como fue María Antonieta en un trabajo tan insípido como olvidable.
Después de su interesante debut adaptando a Jeffrey Eugenides en ‘Las vírgenes suicidas’ y dando una de las películas más entrañables y primorosas de los últimos años con ‘Lost in Translation’, cinta que la catapultó al éxito dejando todas las miradas puestas en su siguiente proyecto, Sofia Coppola ha regresado con ‘María Antonieta’ a sus mundos de soledad, de identificación juvenil con las inquietudes de cualquier adolescente sin importar la época, con la intención de reiterar su (a veces descompensada) armonía sobre lo explícito y lo implícito, tratando de no perder ni un ápice de esa almidonada delicadeza estética que la hijísima de Francis Ford ha venido laqueando en su corta filmografía.
Para su tercer filme, Coppola tenía claro que la ambición de su proyecto tenía que superar las expectativas propias y ajenas, por eso se ha lanzado sin concesiones a adaptar la vida de María Antonieta Josefa Juana de Habsburgo-Lorena, de María Antonieta, personaje histórico incongruente y caprichoso, con el que la propia directora parece identificarse a juzgar por el resultado de este aparatoso proyecto. Casada por las realezas de Austria y Francia con el futuro rey Luis XVI, la ingenua María Antonieta se vio inmersa con 14 años en la lujosa corte francesa, plagada de conspiraciones, decadencia y escándalos, un entorno de hipocresía y banalidad al que la joven se acostumbró en seguida sin intuir el funesto final que le depararía el destino.
Coppola, de una forma consciente e intencional, hace caso omiso a cualquier efemérides de la época, dejando a un lado el historicismo que rodeó al personaje para centrar su visión sobre el símbolo de extravagancia que personificó la delfina y posterior reina de Francia. Para la realizadora y guionista la peculiaridad de este viaje por los aposentos de palacio viene dada por centrarse en el aspecto humano, en la tumultuosa frivolidad de la corte francesa que rodea a María Antonieta y que, a su vez, la aísla, convirtiéndola en un icono de incomprensión, en una inadaptada de su tiempo, a la que sólo parece satisfacer el champán, los pasteles, los zapatos, el lujo y despilfarrar el dinero público en frivolidades de lo más absurdo.
‘María Antonieta’ presenta así un personaje insensible a la realidad política y social, una mujer que vive en una burbuja de superficialidad y que no comprende en ningún momento su posición más allá del lujoso boato de su alrededor. Y es lo que Coppola, sabedora de la insipidez de esta premisa, superpone a su verdadero objetivo, que no es otro que el de hacer ver que el caprichoso personaje no está muy lejos de la juventud actual, como anticipo de lo que sería el siglo XXI, donde trascienden de forma imperante los chismes, la puerilidad de palacio, la crónica rosa, la moda y demás insubstancialidades por encima de la política, la cultura o el arte. Una arriesgada propuesta que marca una, a priori, interesante, pero no consumada, mirada moderna sobre un contexto histórico que tampoco consigue equilibra.
¿Cuál es el problema entonces? Pues que ‘María Antonieta’ además de ser un capricho muy costoso, no cuenta absolutamente nada. Durante hora y media, lo único que parece interesar es si María Antonieta folla o no folla con Luis Augusto y así gratificar a los dos reinos a los que pertenece. Es un filme, por tanto, que podría equipararse a un precioso envoltorio de caramelo muy llamativo en cuyo interior no se esconde más que un decepcionante regusto a ausencia. Este opulento artefacto generado por el antojo de una cineasta acostumbrada a conferir cierta importancia a los miedos adolescentes y el despertar al mundo adulto, logra que su extravagancia no deje de parecer en ningún momento un gran anuncio de ‘salva-slips’, de ilógica y continua celebración, donde, eso sí, la mixtura de rock actual, los matices históricos, las grafías palaciegas y el trasfondo más o menos proporcionado compensen en cierta medida tanto estimulo visual y escenográfico.
Porque si algo destaca este ineficaz y aburridísimo filme es la portentosa puesta en escena, los lujosos vestidos y la delicada estética que Coppola conoce y maneja tan elegantemente. La cineasta pretende, con esa evocación escenográfica de minucioso detalle y parsimonia ambiental, evidenciar de qué modo la gente de la corte de Versalles desconocía el mundo exterior y cómo la soledad decadente de la monarquía francesa irrumpió en forma de masa cabreada que ansiaba guillotinar a los reyes como sublevación a su indisciplina, pero sin ritmo y desarrollo lógico que proponga cierto rédito de interés.
El ímpetu escénico de Coppola por la sobrecarga formal, transformada en esnobista y contagiada de esa actitud de superficialidad, se autocomplace tanto con la fascinación liberal de la época que olvida por completo que hay una historia que narrar, dejando tan sólo intuir la manipulación a la que María Antonieta de estaba sometida por su familia austriaca, pero falseando la historia, sin mostrar los nombramientos ni destituciones de ministros por caprichos de la Reina o sus enfrentamientos con los éstos por sus malversaciones y aires de grandeza, otorgándole, por si fuera poco, un adulterado heroísmo que hace que el personaje, en su primer acto de madurez, siga fiel a su marido para quedarse en Versalles, cuando en realidad la verdadera María Antonieta intentó convencer al Luis XVI para dejar la corte y huir de forma pusilánime. ‘María Antonieta’, en ese aspecto, obvia cualquier compromiso con la historia.
A Coppola sólo le interesa, casi como identificación propia, el carácter antojadizo del rol, la frivolidad, la alegría, las joyas, las infidelidades de alcoba (ridícula subtrama de adulterio con el Conde Von Fersen), la gilipollez y el lujo, que encuentra en la interpretación de Kirsten Dunst una isla de dignidad a tanto melindre barato. ‘María Antonieta’ es, en definitiva, un cóctel de modernidad presuntuosa con afán de trasgresión, tan vacua como estrambótica, que la directora de la maravillosa ‘Lost in Translation’ se podía haber ahorrado.

Refoworld (I)

En el desabrigo de una habitación desnuda de muebles (por ahora) y con algo de eco debido a esta carestía mobiliaria se instala el nuevo centro de operaciones de Refoworld, como una atalaya de M.A.D. particular, una Fortaleza Cloudrunner, un espacio propio donde poder proteger el destino de Eternia y los secretos de este nuevo e ilusionante Castillo Grayskull.
Este es mi despachito, la oficina en la que encontrar el silencio y la concordia necesaria para llevar a cabo mis propósitos creadores y profesionales. Con el tiempo se llenará de libros, cómics, revistas, carpetas, pósters, guiones, aderezos cinematográficos y de otras índoles, documentos y demás objetos necesarios para sobrellevar cualquier operación multimedia con el nuevo equipo proveído de todo lujo de novedades para el trabajo y, porqué no, para el ocio.

martes, 16 de enero de 2007

Nuevas aventuras de Vinalia Trippers

“En 1996, ya a las puertas del nuevo milenio, una cápsula disidente de escritores partimos hacia el espacio exterior en una nave llamada Vinalia Trippers. Durante casi una década sobrevolamos los más oscuros rincones de nuestra galaxia, reclutando aquí y allá, en arriesgados descensos, a muchos hermanos periddos. La tripulación fue creciendo y la nave avanzando, convirtiéndose en un referente de la prensa alternativa del fin de siglo. Ahora, tras diez años de singladura, nuestra nave regresa al planeta tierra cargada de nuevos tripulantes e increíbles aventuras que narrar. Más de 80 autores, escritores, videocreadores, ilustradores, cantautores, diseñadores y poetas, celebran hoy con nosotros este décimo aniversario de Vinalia Trippers, ofreciendo al lector, en forma de relato breve, la posibilidad de conocer los discursos alternativos más sugerentes del país.
Damas y caballeros, aseguren sus equipajes y prepárense para las emociones fuertes.
La tripulación regresa a casa”.
Es el texto que encabeza ‘Tripulantes (Nuevas Aventuras de Vinalia Trppers)’, un libro-disco editado por Vicente Muñoz Álvarez y David González que se puso a la venta ayer mismo, día 15 de enero, y en cuyas páginas se incluyen trabajos de gente que, en cierta medida, ha marcado la forma de pensar y parir algo de arte con calidad y creatividad de alguna que otra generación de notable y destacada influencia; peña como Miguel Ángel Martín (que firma además la portada), Hernán Migoya, Nacho Abad, Antonio Orihuela, José Ángel Barrueco o el ínclito Rubén Lardín, una de las mejores plumas de este país, son algunos de los 80 navegantes que componen esta tripulación.
Lardín aporta con un pequeño escrito (titulado ‘El magnate del pop’) su destacada participación. Desde este Abismo y desde muchos otros, amigo Lardín, regresa de una maldita vez a la blogoesfera con tu mitológica blog ‘El misterio de los intervalos de silencio’. Desde su desaparición, este entorno binario adolece de un adalid que nos muestre el camino del buen hacer.

Los Globitos

Qué enrollada es la prensa extranjera en Hollywood. Qué enrollados los Globos de Oro de Oro de este año.
Cuando la autocomplaciente ‘Babel’ gana el premio a la mejor película de 2006, la mejor serie de comedia o musical en televisión es ‘Betty, la fea’ (en su versión yanqui) y Clint Eastwood es laureado como director de la mejor película de habla no inglesa con ‘Letters form Iwo Jima’, el plantel de premios que se puede dar en los Oscar puede ser de lo más grotesco.
Todo ello, por supuesto, haciendo presagiar el enésimo desaire por parte de la Academia a Scorsese, que ha ganado el Globo a mejor director del año y que, en consecuencia, volverá a estar nominado a la preciada estatuilla, partir como uno de los favoritos e irse a casa con la misma cara de perdedor que todos los años.
La lista, por si a alguien le interesa, aquí.