miércoles, 10 de mayo de 2006

Grandes gestas deportivas: Perfumerías Avenida, campeón de liga

Acostumbrados a las grandes gestas deportivas, siempre delimitamos nuestra atención en aquellos deportes que tienen una repercusión mediática unificada al ‘mainstream’ deportivo. Cuando Fernando Alonso, por ejemplo, se rasca el sobaco u otras partes que no vienen a cuento comentar en este espacio, inmediatamente, tenemos al ínclito (o eso se cree él) Antonio Lobato en Tele 5 asegurando con cierta gravedad en su semblante que “Al campeón le pica algo”. Es así de triste. Y demos gracia a que no nos analicen diariamente la orina del campeón del mundo de F1.
Lo mismo sucede cuando cualquier evento intrascendente que protagonizan efigies endiosadas del Barça o el Real Madrid, actos que encumbran la ignorancia colectiva hasta límites insospechados. Pero… ¿Qué sucede con aquellos pequeños héroes o heroínas que con su esfuerzo y gestas ennoblecen el deporte en cualquiera de sus disciplinas? Pues, obviamente, que terminan siendo absorbidos por el desinterés del público generalista, cayendo en una afrentosa ausencia de atención mediática, eclipsados por cualquier gilipollez protagonizada por las supuestas impuestas estrellas deportivas.
Esto es lo que va a pasar hoy con el título de liga de baloncesto femenino conseguido en la noche de ayer por el conjunto salmantino Perfumerias Avenida, que conquistó la gloria tras derrotar en el cuarto partido de la final al U.B. Barcelona por 57-50 y completar un parcial de 3-1, completando una temporada de fantasía deportiva obteniendo el doblete que supone haber ganado la liga y el título de campeón de la Copa de la Reina. Por eso, desde el Abismo, quiero felicitar a este equipo que dirige José Ignacio Hernández compuesto por figuras como Nuria Martínez, Laura Camps, Elena Tornikidou, Taj McWilliams y demás jugadoras por la consecución del título y por apasionar a una ciudad que tiene en este pequeño equipo de baloncesto su máximo orgullo deportivo.
Pero eso, amigos, da igual. Porque todo esto se perderá como lágrimas en la lluvia.

martes, 9 de mayo de 2006

SMP (XIV): Los cuernos perfectos

“No es lo que parece, cariño. Te lo puedo explicar”.
Es, probablemente, la frase más explotada a la hora de describir una infidelidad en términos cinematográficos, por lo que se extiende a la realidad terrenal y cotidiana, mucho más profusa en este tipo de traiciones sentimentales. Uno de los problemas básicos de la mistificación promiscua es el de buscar una excusa coherente que encubra en engaño.
Parece ficción, y lo es (forma parte de una campaña de la Multinacional Coca-Cola), pero la empresa The Misty Blue, podría haber nacido con un objetivo fundamental: preparando coartadas, jugadas maestras, para que cualquiera pudiera ser infiel sin que la pareja se entere. Así, encontrar la forma de cometer adulterio dejaría de ser un escollo para quedar a escondidas con la amante.
Además, esta empresa ficticia ofrecería la máxima discreción, eficacia y personalización. Incluso pondría a disposición del cliente un servicio de convenciones virtuales para salir de la ciudad sin sospecha alguna o llamadas a horas concretas reclamando tu presencia en otro lugar.
Qué cosas se inventan, oye.

lunes, 8 de mayo de 2006

Podemos respirar tranquilos: A por los 109

Un grito desgarrado con el rostro desencajado, el contenido de una cerveza cayendo por una mesa, producto de un fuerte golpe de rabia y desahogo, la exaltación de unos colores que corren por las venas y la sensación segura de un reconfortante alivio. Emociones encontradas en el mismo momento en que Casas picó, de forma rotunda, un balón de córner lanzado por Yeste (sin duda alguna, uno de los mejores y más completos jugadores que hay en la Liga), que suponía la salvación del Athletic del infierno de Segunda y dejaba que la Historia del club, 108 años después, se siguiera escribiendo en la división de oro. El gol del deportivista Arizmendi había complicado en exceso la tarde, pero de nuevo la reacción llegó y la épica apeló a un final de temporada que deja la inmensa alegría de una victoria trascendental y al club rojiblanco en la competición en la que siempre ha estado.
La victoria del Athletic supone la exultación a una temporada nefasta, en la que el pozo del fracaso siempre ha sido un engorroso aliado. La victoria en los últimos minutos del partido gracias a un penalti por mano de Sergio, tras una falta lanzada por Tiko y que fue transformado por Orbáiz, dejó la gesta histórica de otra de esas inolvidables victorias, pero abren, con la permanencia asegurada, otras cuestiones de cara a la siguiente campaña. En un histórico del fútbol como lo es el Athletic se abre un período para la reflexión. A lo largo del desastroso itinerario de la temporada, muchos han sido los que han coincidido en apuntar a un necesario y profundo análisis de la situación del club y determinar las causas que han provocado una temporada para olvidar.
El Athletic vive un difícil equilibrio entre la tradición inalterable y el posible ‘aggiorgamieto’ de sus planteamientos como club. La nefasta gestión del presidente Lamikiz, la discordia que existe entre algunos aficionados del equipo con la estrategia de Clemente y una división en cuanto a la posibilidad de incorporar jugadores de fuera sobrevuelan el momento actual del Athletic ¿Ha llegado la hora de poner en tela de juicio el viejo modelo del Athletic? Subjetivamente, me aferro a la tradición y a que todo siga como está. Si soy de este equipo es porque tiene unas señas de identidad inquebrantables y nostálgicas. Pero soy consciente de que en la actualidad es imposible pensar en una competición equitativa con posibilidad de títulos importantes en relación a los grandes equipos de la liga española. Tal vez la resistencia sentimental con la historia, con sus mitos y con el estilo de una ciudad refractaria con este tipo de cambios haya llegado a un necesario cuestionamiento que puede llegar en el mismo momento en que el colosal símbolo del Athletic, San Mamés, “La Catedral”, sea sustituida por el nuevo coliseo que sucederá al emblema del club, a un estadio que casi un siglo después ha visto lo mejor y lo peor (esta temporada) de un equipo de tradiciones como es el Athletic Club.
Por ahora, se habla del reemplazo de un cuestionable Javier Clemente que ha cumplido lo que prometió (pero a qué precio) por el fichaje de Miguel Ángel Lotina, una solución improbable. También se habla de cambios y de reflexión. Pero lo que está claro es que ningún aficionado a este club quiere repetir una experiencia tan traumática y desesperanzadora como la vivida en esta campaña. De momento, es hora de celebrar la salvación. Ya veremos lo que sucede el año que viene. Eso sí, como siempre: “¡Aupa Athletic!”, amigos.

sábado, 6 de mayo de 2006

viernes, 5 de mayo de 2006

Review 'V de Vendetta'

La anarquía terrorista como arma contestataria
McTeigue y los Wachowski han mantenido, pese a sus diferencias respecto a la historia original, el espíritu sedicioso y contestatario de la novela gráfica de Moore y Lloyd.
Durante la promoción de ‘V de Vendetta’ el director y equipo artístico de la película insistieron en el habitual error que tiene la sociedad de confundir como identificación directa cualquier disidencia armada con el terrorismo, con los riesgos que esto conlleva. Un delicado argumento como este, el del uso de la violencia en un ámbito de injusticia social como pretensión de derribo de un gobierno totalitario, es un planteamiento que tanto en ‘V de Vendetta’ en su versión cómic, como en su versión cinematográfica (más enfatizado aún) puede conllevar a una sesgada perspectiva maniquea de los términos equidad y libertad si esta violencia no es entendida como respuesta a la limitación represiva, como lucha del individuo contra el Estado en una supuesta ficción donde los ciudadanos pudieran producir la expansión de un posible intervencionismo contestatario. Hay que reflexionar, por tanto, sobre las consecuencias de la tiranía (explícita o subversiva) y acerca de si en situaciones de opresión política o autoritaria es legítimo el recurso de la violencia por parte de los oprimidos.
‘V de Vendetta’, se presentó en forma de novela gráfica hace más de dos décadas como una proclama de acción y reacción, de admonición desafiante a futuras instituciones de coerción y autoridad extrema, hacia las tiranías que intervienen en las economías privadas e internacionales, recordando, en palabras de David Hume, que todos los regímenes tiránicos se sustentan, en última instancia, sobre la aceptación mayoritaria. Por eso, la intención de Alan Moore y David Lloyd fue la de suscitar la reacción del lector, la de provocar reflexiones, siempre ubicados dentro de un contexto histórico y social que no ha perdido, sin embargo, vigencia en los tiempos actuales. Hay que prevenir contra los gobiernos obsesionados por la seguridad, contra los regímenes que acaban utilizando el miedo como arma para erradicar la libertad para oprimir la autonomía individual. Hay que luchar, por ende, contra la ignorancia, la desidia intelectual, la inconsciencia social, el automatismo o la irreflexión. Hay que eliminar la propaganda política que pretende utilizar al pueblo para oscuros intereses.
Por supuesto, una ficción que reúna este tipo de contexto social, con ésa ausencia de libertad y utilización del ciudadano como una propiedad del Estado que determina y manipula con despotismo y abuso de poder, tiene su noción literaria en el entorno de la distopía futurista, subgénero que tiene como pilares ideológicos las novelas ‘1984’, de George Orwell, ‘Un mundo feliz’, de Aldous Huxley y ‘Farenheit 451’, de Ray Bradbury, obras que presentan una rebelión contra estados totalitarios que vigilan todos los aspectos de la vida y pensamiento en un hipotético futuro inminente.
Un subgénero que alude a una condición que provocada por circunstancias de catastrofismo tanto terrenal como humano (proveniente de una guerra, un impacto cósmico, una plaga…), generando una depresión que da como resultado dictaduras totalitarias que subyugan al pueblo llano y lo somete a la dominación y al engaño, a la persecución del que sea diferente o al que se salga de la norma, fundamentando su política en el miedo, en la represión, en la unilateralidad de credos, en la ciencia al servicio del abuso y la experimentación con los más débiles o en la amenaza sistemática.
La ‘V’ cinematográfica
Cuando Moore y Lloyd publicaron ‘V de Vendetta’, el futurismo apagado y tenue procedía de una III Guerra Mundial, dejando a la población aletargada en un Londres que pasaba a ser un estado fascista controlado por un organismo tentacular dividido en fragmentos de poder con la única finalidad de tiranizar al pueblo en su propio beneficio. La Cabeza (término para designar a un líder totalitarista) y sus demás instrumentos políticos; la Boca, el Dedo, la Nariz, los Oídos y la Voz del Destino son términos que el lector del cómic recuerda para evidenciar la indefensión, la brutalidad, el desamparo de todos los personajes, ya sean víctimas o verdugos.
Para su adaptación cinematográfica, ésa a la que el propio Alan Moore ha tachado de ‘porquería’, los hermanos Wachowski, en alianza con James McTeigue (o utilizándole como rostro visible de cara al público y los medios), han llevado con cierta pulcritud la novela a la gran pantalla. Los fascistas británicos siguen teniendo aquí el lema de “Fuerza a través de la unidad, unidad a través de la fe”. Pese a que la novela gráfica sea más atmosférica, psicológica y enriquecedora que esta visión fílmica, se ha logrado mantener parte del espíritu (la más importante), pero reblandeciendo inquietudes propias de aquellos tiempos reflexivos.
¿Era necesario reinterpretar aquella distopía en los tiempos actuales precisamente cuando hoy se viven los años sobre los que se trababan entonces? Difícil incógnita. Pero lo que sí es cierto es que los Wachoswki han sabido actualizar y reubicar el cómic en el presente sin necesidad de enfatizar sus cambios respecto a aquél. ‘V de Vendetta’ (película) se configura desde su origen como la misma crítica feroz a los regímenes imperialistas apoyándose en la necesidad del anarquismo si la autoridad olvida sus principios básicos de salvaguardar a la sociedad. La necesidad de reclamar la competencia sobre sus vidas, lo que no quiere decir que también se ejerza esta responsabilidad sobre los demás. “Desde el principio de la humanidad, un grupo de opresores ha aceptado la responsabilidad de dirigir nuestras vidas. Esa responsabilidad nos pertenecía”, viene a decir el enmascarado protagonista. Es la ideología revolucionaria de V (un imponente Hugo Weaving que deposita su interpretación en su profunda voz), el romántico terrorista sin rostro, oculto bajo la sonriente máscara de Guy Fawkes, personaje revolucionario del siglo XVII que intentó volar el parlamento inglés un 5 de noviembre en la llamada “Conspiración de la Pólvora” en venganza por las leyes penales contra los católicos. Desde entonces dicho día es conocido en Inglaterra como ‘The Bonfire Night’.
En esa esfera de utópico lirismo ideológico y romanticismo político, el hombre sin rostro, la idea de libertad bajo una máscara que representaron El fantasma de la opera, Lagardère o El conde de Montecristo (figura persistente dentro del filme), ‘V de Vendetta’ sigue hablando de un individuo que lucha por sus ideales, que pasa a ser la figura simbólica de un ideal que cobra vida como detonante para que la población descubra el valor de la libertad. V, en ambos terrenos (el cómic y la película) personifica la quimera hecha carne, el promotor del ‘Verwirrung’, el caos de la violencia que desencadenará la libertad y que traerá al mundo el ‘Ordung’, el verdadero y arbitrario orden social.
McTeigue y/o los Wachowski se benefician del buen pulso narrativo de su adaptación cinematográfica y la brillante (y nada grandilocuente) imaginería visual para proponer las mismas preguntas y controvertidas tesis que Moore y Lloyd hace veinte años, invitando al espectador a reflexionar y descodificar a los personajes y asumir el argumento desde una posición de pensamiento para aplicar el mensaje a su voluntad. El V ‘wachowskiano’ sigue representado el honor de ese pueblo que se levanta contra la tiranía y sacude la conciencia colectiva. No es un terrorista, pese a asesinar por venganza a los tiranos que le deshumanizaron en un campo de concentración, sino que puede verse como un agitador de masas que invita con su temeridad a salir al pueblo de la inopia mental. V ejerce el tiranicidio. Los autócratas deben ser eliminados para ratificar la hegemonía de una justicia sustentada sobre los pilares de la libertad. Siguiendo esas directrices de responsabilidad individual liberalistas proferidas por Spencer, Tocqueville, Jefferson o Hayek, la clave del filme sigue siendo la arriesgada propuesta de un hombre (en realidad una idea) que busca la destrucción de los símbolos del fascismo estatal británico cuyo objetivo es movilizar a la sociedad y recordar que los ciudadanos son los auténticos y únicos preceptores de su destino.
Las diferencias de la película con respecto a la obra gráfica de Moore y Lloyd vienen dadas en el énfasis temporal del presente, no del futuro inmediato. En la película no hay rastro de la III Guerra Mundial, sino que la situación política es producto de un ataque con armas biológicas que ha dejado Gran Bretaña bajo el yugo de la autocracia. Todo, con la intención discursiva de demostrar que el dictador Adam Sutler (excesivo John Hurt) perpetró ese ataque para ganar las elecciones y llegar al poder (insinuando, de fondo, cierta equivalencia con la actitud anterior y posterior de George W. Bush en los atentados del 11-S contra las Torres Gemelas). En ese sentido, el ‘V de Vendetta’ cinematográfica acentúa este punto y busca en todo momento reflejar una comparación y segunda lectura con la situación política actual. Algo comprensible, si tenemos en cuenta que, más allá de un producto comercial, la película también contiene la pretensión de mover a la reflexión haciendo un paralelismo de este supuesto mundo alternativo con los gobiernos contemporáneos.
Por otra parte, la remodelación total de Evey Hammond (una sobresaliente Natalie Portman), que aquí no es una joven prostituta maltratada, sino que trabaja en una cadena de televisión y ya no es la frágil y vulnerable aprendiz del comic, tiene una personalidad más consciente de la realidad, ya que sus padres fueron activistas militantes contra el régimen opresor de Sutler, lo que la equipara a la ideología de V, que sólo tiene que despertarla ante la verdad de su condición de esclava socia (social) , por lo que la celeridad y unión de V e Evey se abrevia en la formación del pensamiento insurrecto, pero no en su tortura o en la hermosa historia de amor de Laurie narrada mediante flashbacks.
Sin embargo, en el filme se opta por dar excesiva importancia a una humanización de V, marcada por una historia de amor a la que sucumbe una persona cuya esencia son los propios ideales. Cosa que en la novela gráfica permanecía velado en todo momento. También se ha suprimido mucha de la subtrama de corrupción política, que en el cómic era tan relevante en el raquitismo moral del poder y que aquí se ha condensado todo el odio racial, religioso y sexual en un solo personaje inventado, el de Gordon Dietrich (Stephen Fry), ese director ambiguo, gay y subversivo que guarda una copia del corán como trofeo de rebeldía y que supone el rol menos conseguido de la adaptación cinematográfica.
En cualquier caso, los Wachowski y/o McTeigue lo que sí han logrado es equilibrar la báscula de la honestidad de las acciones de sus personajes en esa atemporal visión del contrafascismo anárquico como negación al totalitarismo. Si, además, se ha respetado el legendario final del cómic, pero convirtiendo los múltiples rostros metafóricos de V solventados en los inocentes que han ido muriendo por la causa del análogo moderno de Guy Fawkes (obviando la innecesaria escena ‘Matrix’ en la lucha que provoca la muerte del antihéroe), ‘V de Vendetta’ es una digna apuesta por la valentía de pensamiento liberal y antiestatista dentro del pávido mundo hollywoodiense.
Y considerando que los tiempos de Bush y Blair no han variado en demasía de los que protagonizaron Reagan y Thatcher, la película de los Wachowski sirve como sutil y ambigua invitación al levantamiento espiritual contra los dictámenes que pretenden homogeneizar y eliminar la individualidad. Y eso, en estos tiempos, es todo un logro.
Miguel Á. Refoyo "Refo" © 2006

jueves, 4 de mayo de 2006

La Trilogía Original, sin aditivos

Hace relativamente poco, me compré el pack con la Trilogia Star Wars que Georgie Lucas y su emporio cinematográfico lanzaron con motivo del estreno de 'Episodio III'. Me las daba muy felices porque tenía en mis manos una epopéyica leyenda. Pero la leyenda no era tal. Como Lucas es un sagaz y poderoso hombre de negocios, aún le quedaba una as en la manga en su inacabable negocio. La noticia, llegada a estos lares a través de la magnífica web ZonaDVD, anuncia que el próximo mes de Septiembre, y en respuesta a una apabullante demanda, Lucasfilm y 20th Century Fox lanzarán en DVD la Trilogía Clásica Original inalterada. Es decir, la que toda una generación vio en una pantalla de cine, con sus muchos defectos y grandes virtudes de la época.
Concretamente, el día 12 de Septiembre se pondrán a la venta en USA (y en fechas similiares para el resto del mundo) 'Star Wars. Episodio IV: Una Nueva Esperanza', 'Star Wars. Episodio V: El Imperio Contraataca' y 'Star Wars VI: El Retorno del Jedi' en nuevas ediciones individuales de 2 discos cada una que incluirán la versión remasterizada de 2004 y como contenido adicional las versiones originales sin retocar tal y como fueron estrenadas en 1977, 1980 y 1983 respectivamente.
Estas nuevas ediciones se pondrán a la venta por tiempo limitado y unicamente estarán a la venta hasta final de año. Sobre las carácteristicas técnicas para las versiones sin retocar, unicamente se conoce que las pistas de audio serán Dolby Digital Surround 2.0

Festival ESCORTO'06: "Mamá, quiero ser Jurado..."

Siempre quise ser Jurado de Festival. Para qué me voy a engañar.
Tantos años asistiendo a este tipo de eventos cinematográficos, primero como turista curioso, luego como enviado especial expectante, después como participante cortometrajista y finalmente como habitual cascarrabias de ácida crítica… me abrieron los ojos a lo que debe ser el verdadero deleite de los festivales: ser miembro del Jurado. Vivir a cuerpo de Rey, ver algunos trabajos para valorarlos con subjetividad, conocer gente, recibir un metódico trato y disfrutar de todo tipo de lujos y atenciones a la vez que tener la potestad de decidir varios premios.
Me contaba hace poco el gran Jorge Guerricaechevarría cómo funcionan internamente los jurados y algunas divertidas anécdotas sobre esta extraña función festivalera y sentí la necesidad de vivir una experiencia de este tipo.
Gracias al empeño y amistad de Raúl Cerezo, voy a ser un segmento del órgano deliberativo (junto a amigos como Iván Sáinz-Pardo o Daniel Sánchez Arévalo) de un festival que nace con ilusión y esperanza, el del I Festival de Cortometrajes de El Escorial (ESCORTO’06), del que a continuación paso a adherir la noticia oficial sobre su promisorio arranque y las bases de participación de dicho festival.
Espero que todos aquellos que tengáis trabajos cortometrajísticos, os animéis a enviarlos, a participar y a visitar el plácido entorno de El Escorial del 14 al 16 de septiembre.
El Ayuntamiento de El Escorial, a través de sus Concejalías de Cultura y Juventud, y Adirce Cortometrajes (Asamblea de directores de cortometrajes españoles), con la colaboración de la Agencia del Cortometraje Español (ACE), crean Escorto: el I Festival de cortometrajes de El Escorial. El evento se celebrará del 14 al 16 de septiembre de 2006.
El fin principal de este festival es valorar la calidad cinematográfica por encima de todo, obviando cualquier tipo de factor externo y siempre trabajando desde la humildad.
Podrán participar todas las obras de menos de 30 minutos de duración, independientemente del formato en que hayan sido filmadas. Paralelamente a esta sección oficial, habrá una sección especial en la que podrá participar cualquier obra de duración límite 180" (3 minutos), de temática libre.
El formato de proyección en el festival será DVD. Las obras se proyectarán en La Casa de Juventud de El Escorial y serán seleccionados 20 trabajos a concurso en sección oficial y las que se crean oportunas en la Sección Especial (dependiendo de las obras qué se reciban).
Para poder participar deberá remitirse con fecha límite de recepción el 21 de Julio:
- Un DVD de cada obra.
- Un CD promocional en el que se incluya: sinopsis, ficha técnico -artística, biofilmografia del director, 2 fotografías de la película (300 dpi), fotografía del director, fotocopia del DNI de la persona o entidad que realiza la inscripción del cortometraje y material informativo del cortometraje (cartel, press-book…).
- La ficha de inscripción Escorto debidamente cumplimentada, indicando en que sección participa se podrá descargar de la web del Festival www.escorto.es
- Cartel del cortometraje impreso (los carteles de los cortometrajes seleccionados se expondrán en el festival). No es obligatorio.
Enviar material a la siguiente dirección:
ESCORTO´06
I Festival de cortometrajes de El Escorial
Casa de la Cultura
28280 El Escorial- Madrid

martes, 2 de mayo de 2006

Pau, de vacaciones

"And so it ends.
After 49 regular season wins, the Grizzlies’ season came to an end Monday night in a 102-76 loss, eliminating them 4-0 by the Dallas Mavericks".
¿Qué quiere decir esto?
Pues que Pau Gasol y los Memphis Grizzlies han caído en primera ronda de los playoff de la NBA por un contundente parcial en las series finales (4-0) ante unos Dallas Mavericks cimentados en el implacable Dirk Nowitzki, por lo que habrá que esperar al año que viene para ver si Gasol y su ‘troupe’ logran consolidarse como un equipo potente dentro de la dura y competitiva NBA.
No obstante, la progresión del jugador de Sant Boi ha sido excepcional durante toda la temporada, por lo que podemos esperar mejores logros en sucesivas temporadas.
Próxima parada: el Mundial de Japón de baloncesto con la selección española como una de las favoritas.

Padre de Familia Vs. Padre Made in USA

Algún día, en este Abismo caótico y desvariado, habrá que analizar pormenorizamente la serie de animación ‘Padre de familia (Family Guy)’, ese imprescindible tratado irónico y disyuntiva de ‘Los Simpsons’ que narra el día a día de una disfuncional familia (los Griffin) de clase media americana que, por medio de su corrosiva ironía y cáustico humor, de sus míticos flashbacks y su cotidianidad algo surreal, descifran los entresijos de la institución familiar yanqui y del absurdo de la sociedad que les rodea. Una producción de Seth McFarlane para 20th Century Fox TV, que ya lanzó interesantes productos como ‘Vaca y Pollo’ o, en menor medida, ‘Jonnhy Bravo’.
McFarlane también es el creador de otra paranoia animada con otra surreal estirpe como protagonista, ‘Padre Made in USA (American Dad)’, con Stan Smith como cabeza de familia republicano, conservador y altamente paranoico y patriótico que trabaja en la CIA y que divide su tiempo entre su trabajo y su familia; su esposa, sus dos hijos adolescentes, un extraterrestre y un pez con el cerebro de un hombre.
Dos series que, antes o después, verán su descriptivo estudio por estos lares (ganas no faltan), pero que, hasta entonces, deben conformarse con una cruenta lucha entre ellos en un divertido juego por cortesía de la 20th Century Fox.

lunes, 1 de mayo de 2006

'El dilema': El pulso del poder mediático

¿Qué nos cuentan los medios de comunicación?
Por mucho que en su día se dijera que con el tiempo sería una obra maestra y hubo gente que incluso le colocara dicha etiqueta, ‘El dilema’ sigue siendo una película irregular, amén de su grandilocuente fondo, pero a su vez excepcional visión, no ya sólo del periodismo cada vez más corrupto y desleal con el receptor de la era actual, sino por la conjetura de distorsión social que generan los ‘mass media’ cuando el poder y el dinero (dualidad generalizada hoy en día) se meten en el juego del supuesto ideal del cuarto poder.
La historia giraba en torno a Jeffrey Wigand (un espantoso -como casi siempre- Russell Crowe de constante mueca forzada), empleado de una gran empresa tabaquera que decide revelar el oscuro secreto que encubre dicha corporativa. Lowell Bergman (un mejor Al Pacino), un probo y veterano periodista, productor de ‘60 minutos’, el programa más visto en Estados Unidos, sabe que es una de las historias más rentables de su carrera y decide entrevistarle delante de las cámaras acusando de la nocividad para la salud pública de la empresa. Por supuesto, la entrevista escuece, complicando la vida de todos los que se ven involucrados.
Apasionada a la vez que anquilosada, ‘El dilema’ fue uno de esos productos profusamente manufacturados que nacieron con vocación de polémica, con la intención de hacer pensar al público, pero que en su final acababa por mostrar una posición ideológica demasiado evidente, excesivamente falsa, terminando por hacerse irreal, forzada y sentimentaloide (el giro en ralentí de la niña de Wigand es todo un cromo de la corrección y buena disposición). Bajo el estilo a veces monótono, pero con el pulso de un artesano de la imagen como Michael Mann, existe un espléndido ‘guión-denuncia’ sobre un tema pocas veces tratado por el cine, que es la vulnerabilidad de la (in)existente ética periodística y las restricciones a las que se pueden ver sometidos los medios cuando se inmiscuyen otros intereses empresariales.
Todo el alegato a la conciencia del informador, al respeto por la veracidad y al honor que tiene el emisor respecto a la fuente, a pesar de su efectividad basada en una segunda parte del filme muy eficaz, es, sin embargo, sobradamente idealista como para que el espectador se trague ése precioso final de cuento social (por mucho caso real que se cuente). ‘El dilema’ supuso, en definitiva, una muy buena muestra de un cine con delación que hasta el momento parecía aletargado en Hollywood, un cine crítico, con posturas claramente evocadoras de la figura de Sidney Lumet a la hora de abordar casos que abran los ojos a la sociedad ante la situación irreal que muchas veces vivimos a través de los medios.
Que ‘El dilema’ cuestionó los entresijos que mueven a las grandes empresas informativas era algo evidente, pero que existan héroes de la integridad y la deontología de Lowell Bergman es una cosa muy distinta. Por eso ese final abierto, alentador, que promete una comunicación basada en el interés social y en que todo sale a la luz pública, puede ser tomado como una creencia vana en la fe por la información pura. Sin embargo la pregunta era: ¿alguien se creyó esa realidad? El derecho fundamental y su verdadero significado parecían tener la palabra... Cuestionándose por lo subversivo del asunto se llegaba a la verdadera clave, cuando la película de Michael Mann encontraba algo de grandeza.