viernes, 5 de mayo de 2006

Review 'V de Vendetta'

La anarquía terrorista como arma contestataria
McTeigue y los Wachowski han mantenido, pese a sus diferencias respecto a la historia original, el espíritu sedicioso y contestatario de la novela gráfica de Moore y Lloyd.
Durante la promoción de ‘V de Vendetta’ el director y equipo artístico de la película insistieron en el habitual error que tiene la sociedad de confundir como identificación directa cualquier disidencia armada con el terrorismo, con los riesgos que esto conlleva. Un delicado argumento como este, el del uso de la violencia en un ámbito de injusticia social como pretensión de derribo de un gobierno totalitario, es un planteamiento que tanto en ‘V de Vendetta’ en su versión cómic, como en su versión cinematográfica (más enfatizado aún) puede conllevar a una sesgada perspectiva maniquea de los términos equidad y libertad si esta violencia no es entendida como respuesta a la limitación represiva, como lucha del individuo contra el Estado en una supuesta ficción donde los ciudadanos pudieran producir la expansión de un posible intervencionismo contestatario. Hay que reflexionar, por tanto, sobre las consecuencias de la tiranía (explícita o subversiva) y acerca de si en situaciones de opresión política o autoritaria es legítimo el recurso de la violencia por parte de los oprimidos.
‘V de Vendetta’, se presentó en forma de novela gráfica hace más de dos décadas como una proclama de acción y reacción, de admonición desafiante a futuras instituciones de coerción y autoridad extrema, hacia las tiranías que intervienen en las economías privadas e internacionales, recordando, en palabras de David Hume, que todos los regímenes tiránicos se sustentan, en última instancia, sobre la aceptación mayoritaria. Por eso, la intención de Alan Moore y David Lloyd fue la de suscitar la reacción del lector, la de provocar reflexiones, siempre ubicados dentro de un contexto histórico y social que no ha perdido, sin embargo, vigencia en los tiempos actuales. Hay que prevenir contra los gobiernos obsesionados por la seguridad, contra los regímenes que acaban utilizando el miedo como arma para erradicar la libertad para oprimir la autonomía individual. Hay que luchar, por ende, contra la ignorancia, la desidia intelectual, la inconsciencia social, el automatismo o la irreflexión. Hay que eliminar la propaganda política que pretende utilizar al pueblo para oscuros intereses.
Por supuesto, una ficción que reúna este tipo de contexto social, con ésa ausencia de libertad y utilización del ciudadano como una propiedad del Estado que determina y manipula con despotismo y abuso de poder, tiene su noción literaria en el entorno de la distopía futurista, subgénero que tiene como pilares ideológicos las novelas ‘1984’, de George Orwell, ‘Un mundo feliz’, de Aldous Huxley y ‘Farenheit 451’, de Ray Bradbury, obras que presentan una rebelión contra estados totalitarios que vigilan todos los aspectos de la vida y pensamiento en un hipotético futuro inminente.
Un subgénero que alude a una condición que provocada por circunstancias de catastrofismo tanto terrenal como humano (proveniente de una guerra, un impacto cósmico, una plaga…), generando una depresión que da como resultado dictaduras totalitarias que subyugan al pueblo llano y lo somete a la dominación y al engaño, a la persecución del que sea diferente o al que se salga de la norma, fundamentando su política en el miedo, en la represión, en la unilateralidad de credos, en la ciencia al servicio del abuso y la experimentación con los más débiles o en la amenaza sistemática.
La ‘V’ cinematográfica
Cuando Moore y Lloyd publicaron ‘V de Vendetta’, el futurismo apagado y tenue procedía de una III Guerra Mundial, dejando a la población aletargada en un Londres que pasaba a ser un estado fascista controlado por un organismo tentacular dividido en fragmentos de poder con la única finalidad de tiranizar al pueblo en su propio beneficio. La Cabeza (término para designar a un líder totalitarista) y sus demás instrumentos políticos; la Boca, el Dedo, la Nariz, los Oídos y la Voz del Destino son términos que el lector del cómic recuerda para evidenciar la indefensión, la brutalidad, el desamparo de todos los personajes, ya sean víctimas o verdugos.
Para su adaptación cinematográfica, ésa a la que el propio Alan Moore ha tachado de ‘porquería’, los hermanos Wachowski, en alianza con James McTeigue (o utilizándole como rostro visible de cara al público y los medios), han llevado con cierta pulcritud la novela a la gran pantalla. Los fascistas británicos siguen teniendo aquí el lema de “Fuerza a través de la unidad, unidad a través de la fe”. Pese a que la novela gráfica sea más atmosférica, psicológica y enriquecedora que esta visión fílmica, se ha logrado mantener parte del espíritu (la más importante), pero reblandeciendo inquietudes propias de aquellos tiempos reflexivos.
¿Era necesario reinterpretar aquella distopía en los tiempos actuales precisamente cuando hoy se viven los años sobre los que se trababan entonces? Difícil incógnita. Pero lo que sí es cierto es que los Wachoswki han sabido actualizar y reubicar el cómic en el presente sin necesidad de enfatizar sus cambios respecto a aquél. ‘V de Vendetta’ (película) se configura desde su origen como la misma crítica feroz a los regímenes imperialistas apoyándose en la necesidad del anarquismo si la autoridad olvida sus principios básicos de salvaguardar a la sociedad. La necesidad de reclamar la competencia sobre sus vidas, lo que no quiere decir que también se ejerza esta responsabilidad sobre los demás. “Desde el principio de la humanidad, un grupo de opresores ha aceptado la responsabilidad de dirigir nuestras vidas. Esa responsabilidad nos pertenecía”, viene a decir el enmascarado protagonista. Es la ideología revolucionaria de V (un imponente Hugo Weaving que deposita su interpretación en su profunda voz), el romántico terrorista sin rostro, oculto bajo la sonriente máscara de Guy Fawkes, personaje revolucionario del siglo XVII que intentó volar el parlamento inglés un 5 de noviembre en la llamada “Conspiración de la Pólvora” en venganza por las leyes penales contra los católicos. Desde entonces dicho día es conocido en Inglaterra como ‘The Bonfire Night’.
En esa esfera de utópico lirismo ideológico y romanticismo político, el hombre sin rostro, la idea de libertad bajo una máscara que representaron El fantasma de la opera, Lagardère o El conde de Montecristo (figura persistente dentro del filme), ‘V de Vendetta’ sigue hablando de un individuo que lucha por sus ideales, que pasa a ser la figura simbólica de un ideal que cobra vida como detonante para que la población descubra el valor de la libertad. V, en ambos terrenos (el cómic y la película) personifica la quimera hecha carne, el promotor del ‘Verwirrung’, el caos de la violencia que desencadenará la libertad y que traerá al mundo el ‘Ordung’, el verdadero y arbitrario orden social.
McTeigue y/o los Wachowski se benefician del buen pulso narrativo de su adaptación cinematográfica y la brillante (y nada grandilocuente) imaginería visual para proponer las mismas preguntas y controvertidas tesis que Moore y Lloyd hace veinte años, invitando al espectador a reflexionar y descodificar a los personajes y asumir el argumento desde una posición de pensamiento para aplicar el mensaje a su voluntad. El V ‘wachowskiano’ sigue representado el honor de ese pueblo que se levanta contra la tiranía y sacude la conciencia colectiva. No es un terrorista, pese a asesinar por venganza a los tiranos que le deshumanizaron en un campo de concentración, sino que puede verse como un agitador de masas que invita con su temeridad a salir al pueblo de la inopia mental. V ejerce el tiranicidio. Los autócratas deben ser eliminados para ratificar la hegemonía de una justicia sustentada sobre los pilares de la libertad. Siguiendo esas directrices de responsabilidad individual liberalistas proferidas por Spencer, Tocqueville, Jefferson o Hayek, la clave del filme sigue siendo la arriesgada propuesta de un hombre (en realidad una idea) que busca la destrucción de los símbolos del fascismo estatal británico cuyo objetivo es movilizar a la sociedad y recordar que los ciudadanos son los auténticos y únicos preceptores de su destino.
Las diferencias de la película con respecto a la obra gráfica de Moore y Lloyd vienen dadas en el énfasis temporal del presente, no del futuro inmediato. En la película no hay rastro de la III Guerra Mundial, sino que la situación política es producto de un ataque con armas biológicas que ha dejado Gran Bretaña bajo el yugo de la autocracia. Todo, con la intención discursiva de demostrar que el dictador Adam Sutler (excesivo John Hurt) perpetró ese ataque para ganar las elecciones y llegar al poder (insinuando, de fondo, cierta equivalencia con la actitud anterior y posterior de George W. Bush en los atentados del 11-S contra las Torres Gemelas). En ese sentido, el ‘V de Vendetta’ cinematográfica acentúa este punto y busca en todo momento reflejar una comparación y segunda lectura con la situación política actual. Algo comprensible, si tenemos en cuenta que, más allá de un producto comercial, la película también contiene la pretensión de mover a la reflexión haciendo un paralelismo de este supuesto mundo alternativo con los gobiernos contemporáneos.
Por otra parte, la remodelación total de Evey Hammond (una sobresaliente Natalie Portman), que aquí no es una joven prostituta maltratada, sino que trabaja en una cadena de televisión y ya no es la frágil y vulnerable aprendiz del comic, tiene una personalidad más consciente de la realidad, ya que sus padres fueron activistas militantes contra el régimen opresor de Sutler, lo que la equipara a la ideología de V, que sólo tiene que despertarla ante la verdad de su condición de esclava socia (social) , por lo que la celeridad y unión de V e Evey se abrevia en la formación del pensamiento insurrecto, pero no en su tortura o en la hermosa historia de amor de Laurie narrada mediante flashbacks.
Sin embargo, en el filme se opta por dar excesiva importancia a una humanización de V, marcada por una historia de amor a la que sucumbe una persona cuya esencia son los propios ideales. Cosa que en la novela gráfica permanecía velado en todo momento. También se ha suprimido mucha de la subtrama de corrupción política, que en el cómic era tan relevante en el raquitismo moral del poder y que aquí se ha condensado todo el odio racial, religioso y sexual en un solo personaje inventado, el de Gordon Dietrich (Stephen Fry), ese director ambiguo, gay y subversivo que guarda una copia del corán como trofeo de rebeldía y que supone el rol menos conseguido de la adaptación cinematográfica.
En cualquier caso, los Wachowski y/o McTeigue lo que sí han logrado es equilibrar la báscula de la honestidad de las acciones de sus personajes en esa atemporal visión del contrafascismo anárquico como negación al totalitarismo. Si, además, se ha respetado el legendario final del cómic, pero convirtiendo los múltiples rostros metafóricos de V solventados en los inocentes que han ido muriendo por la causa del análogo moderno de Guy Fawkes (obviando la innecesaria escena ‘Matrix’ en la lucha que provoca la muerte del antihéroe), ‘V de Vendetta’ es una digna apuesta por la valentía de pensamiento liberal y antiestatista dentro del pávido mundo hollywoodiense.
Y considerando que los tiempos de Bush y Blair no han variado en demasía de los que protagonizaron Reagan y Thatcher, la película de los Wachowski sirve como sutil y ambigua invitación al levantamiento espiritual contra los dictámenes que pretenden homogeneizar y eliminar la individualidad. Y eso, en estos tiempos, es todo un logro.
Miguel Á. Refoyo "Refo" © 2006

jueves, 4 de mayo de 2006

La Trilogía Original, sin aditivos

Hace relativamente poco, me compré el pack con la Trilogia Star Wars que Georgie Lucas y su emporio cinematográfico lanzaron con motivo del estreno de 'Episodio III'. Me las daba muy felices porque tenía en mis manos una epopéyica leyenda. Pero la leyenda no era tal. Como Lucas es un sagaz y poderoso hombre de negocios, aún le quedaba una as en la manga en su inacabable negocio. La noticia, llegada a estos lares a través de la magnífica web ZonaDVD, anuncia que el próximo mes de Septiembre, y en respuesta a una apabullante demanda, Lucasfilm y 20th Century Fox lanzarán en DVD la Trilogía Clásica Original inalterada. Es decir, la que toda una generación vio en una pantalla de cine, con sus muchos defectos y grandes virtudes de la época.
Concretamente, el día 12 de Septiembre se pondrán a la venta en USA (y en fechas similiares para el resto del mundo) 'Star Wars. Episodio IV: Una Nueva Esperanza', 'Star Wars. Episodio V: El Imperio Contraataca' y 'Star Wars VI: El Retorno del Jedi' en nuevas ediciones individuales de 2 discos cada una que incluirán la versión remasterizada de 2004 y como contenido adicional las versiones originales sin retocar tal y como fueron estrenadas en 1977, 1980 y 1983 respectivamente.
Estas nuevas ediciones se pondrán a la venta por tiempo limitado y unicamente estarán a la venta hasta final de año. Sobre las carácteristicas técnicas para las versiones sin retocar, unicamente se conoce que las pistas de audio serán Dolby Digital Surround 2.0

Festival ESCORTO'06: "Mamá, quiero ser Jurado..."

Siempre quise ser Jurado de Festival. Para qué me voy a engañar.
Tantos años asistiendo a este tipo de eventos cinematográficos, primero como turista curioso, luego como enviado especial expectante, después como participante cortometrajista y finalmente como habitual cascarrabias de ácida crítica… me abrieron los ojos a lo que debe ser el verdadero deleite de los festivales: ser miembro del Jurado. Vivir a cuerpo de Rey, ver algunos trabajos para valorarlos con subjetividad, conocer gente, recibir un metódico trato y disfrutar de todo tipo de lujos y atenciones a la vez que tener la potestad de decidir varios premios.
Me contaba hace poco el gran Jorge Guerricaechevarría cómo funcionan internamente los jurados y algunas divertidas anécdotas sobre esta extraña función festivalera y sentí la necesidad de vivir una experiencia de este tipo.
Gracias al empeño y amistad de Raúl Cerezo, voy a ser un segmento del órgano deliberativo (junto a amigos como Iván Sáinz-Pardo o Daniel Sánchez Arévalo) de un festival que nace con ilusión y esperanza, el del I Festival de Cortometrajes de El Escorial (ESCORTO’06), del que a continuación paso a adherir la noticia oficial sobre su promisorio arranque y las bases de participación de dicho festival.
Espero que todos aquellos que tengáis trabajos cortometrajísticos, os animéis a enviarlos, a participar y a visitar el plácido entorno de El Escorial del 14 al 16 de septiembre.
El Ayuntamiento de El Escorial, a través de sus Concejalías de Cultura y Juventud, y Adirce Cortometrajes (Asamblea de directores de cortometrajes españoles), con la colaboración de la Agencia del Cortometraje Español (ACE), crean Escorto: el I Festival de cortometrajes de El Escorial. El evento se celebrará del 14 al 16 de septiembre de 2006.
El fin principal de este festival es valorar la calidad cinematográfica por encima de todo, obviando cualquier tipo de factor externo y siempre trabajando desde la humildad.
Podrán participar todas las obras de menos de 30 minutos de duración, independientemente del formato en que hayan sido filmadas. Paralelamente a esta sección oficial, habrá una sección especial en la que podrá participar cualquier obra de duración límite 180" (3 minutos), de temática libre.
El formato de proyección en el festival será DVD. Las obras se proyectarán en La Casa de Juventud de El Escorial y serán seleccionados 20 trabajos a concurso en sección oficial y las que se crean oportunas en la Sección Especial (dependiendo de las obras qué se reciban).
Para poder participar deberá remitirse con fecha límite de recepción el 21 de Julio:
- Un DVD de cada obra.
- Un CD promocional en el que se incluya: sinopsis, ficha técnico -artística, biofilmografia del director, 2 fotografías de la película (300 dpi), fotografía del director, fotocopia del DNI de la persona o entidad que realiza la inscripción del cortometraje y material informativo del cortometraje (cartel, press-book…).
- La ficha de inscripción Escorto debidamente cumplimentada, indicando en que sección participa se podrá descargar de la web del Festival www.escorto.es
- Cartel del cortometraje impreso (los carteles de los cortometrajes seleccionados se expondrán en el festival). No es obligatorio.
Enviar material a la siguiente dirección:
ESCORTO´06
I Festival de cortometrajes de El Escorial
Casa de la Cultura
28280 El Escorial- Madrid

martes, 2 de mayo de 2006

Pau, de vacaciones

"And so it ends.
After 49 regular season wins, the Grizzlies’ season came to an end Monday night in a 102-76 loss, eliminating them 4-0 by the Dallas Mavericks".
¿Qué quiere decir esto?
Pues que Pau Gasol y los Memphis Grizzlies han caído en primera ronda de los playoff de la NBA por un contundente parcial en las series finales (4-0) ante unos Dallas Mavericks cimentados en el implacable Dirk Nowitzki, por lo que habrá que esperar al año que viene para ver si Gasol y su ‘troupe’ logran consolidarse como un equipo potente dentro de la dura y competitiva NBA.
No obstante, la progresión del jugador de Sant Boi ha sido excepcional durante toda la temporada, por lo que podemos esperar mejores logros en sucesivas temporadas.
Próxima parada: el Mundial de Japón de baloncesto con la selección española como una de las favoritas.

Padre de Familia Vs. Padre Made in USA

Algún día, en este Abismo caótico y desvariado, habrá que analizar pormenorizamente la serie de animación ‘Padre de familia (Family Guy)’, ese imprescindible tratado irónico y disyuntiva de ‘Los Simpsons’ que narra el día a día de una disfuncional familia (los Griffin) de clase media americana que, por medio de su corrosiva ironía y cáustico humor, de sus míticos flashbacks y su cotidianidad algo surreal, descifran los entresijos de la institución familiar yanqui y del absurdo de la sociedad que les rodea. Una producción de Seth McFarlane para 20th Century Fox TV, que ya lanzó interesantes productos como ‘Vaca y Pollo’ o, en menor medida, ‘Jonnhy Bravo’.
McFarlane también es el creador de otra paranoia animada con otra surreal estirpe como protagonista, ‘Padre Made in USA (American Dad)’, con Stan Smith como cabeza de familia republicano, conservador y altamente paranoico y patriótico que trabaja en la CIA y que divide su tiempo entre su trabajo y su familia; su esposa, sus dos hijos adolescentes, un extraterrestre y un pez con el cerebro de un hombre.
Dos series que, antes o después, verán su descriptivo estudio por estos lares (ganas no faltan), pero que, hasta entonces, deben conformarse con una cruenta lucha entre ellos en un divertido juego por cortesía de la 20th Century Fox.

lunes, 1 de mayo de 2006

'El dilema': El pulso del poder mediático

¿Qué nos cuentan los medios de comunicación?
Por mucho que en su día se dijera que con el tiempo sería una obra maestra y hubo gente que incluso le colocara dicha etiqueta, ‘El dilema’ sigue siendo una película irregular, amén de su grandilocuente fondo, pero a su vez excepcional visión, no ya sólo del periodismo cada vez más corrupto y desleal con el receptor de la era actual, sino por la conjetura de distorsión social que generan los ‘mass media’ cuando el poder y el dinero (dualidad generalizada hoy en día) se meten en el juego del supuesto ideal del cuarto poder.
La historia giraba en torno a Jeffrey Wigand (un espantoso -como casi siempre- Russell Crowe de constante mueca forzada), empleado de una gran empresa tabaquera que decide revelar el oscuro secreto que encubre dicha corporativa. Lowell Bergman (un mejor Al Pacino), un probo y veterano periodista, productor de ‘60 minutos’, el programa más visto en Estados Unidos, sabe que es una de las historias más rentables de su carrera y decide entrevistarle delante de las cámaras acusando de la nocividad para la salud pública de la empresa. Por supuesto, la entrevista escuece, complicando la vida de todos los que se ven involucrados.
Apasionada a la vez que anquilosada, ‘El dilema’ fue uno de esos productos profusamente manufacturados que nacieron con vocación de polémica, con la intención de hacer pensar al público, pero que en su final acababa por mostrar una posición ideológica demasiado evidente, excesivamente falsa, terminando por hacerse irreal, forzada y sentimentaloide (el giro en ralentí de la niña de Wigand es todo un cromo de la corrección y buena disposición). Bajo el estilo a veces monótono, pero con el pulso de un artesano de la imagen como Michael Mann, existe un espléndido ‘guión-denuncia’ sobre un tema pocas veces tratado por el cine, que es la vulnerabilidad de la (in)existente ética periodística y las restricciones a las que se pueden ver sometidos los medios cuando se inmiscuyen otros intereses empresariales.
Todo el alegato a la conciencia del informador, al respeto por la veracidad y al honor que tiene el emisor respecto a la fuente, a pesar de su efectividad basada en una segunda parte del filme muy eficaz, es, sin embargo, sobradamente idealista como para que el espectador se trague ése precioso final de cuento social (por mucho caso real que se cuente). ‘El dilema’ supuso, en definitiva, una muy buena muestra de un cine con delación que hasta el momento parecía aletargado en Hollywood, un cine crítico, con posturas claramente evocadoras de la figura de Sidney Lumet a la hora de abordar casos que abran los ojos a la sociedad ante la situación irreal que muchas veces vivimos a través de los medios.
Que ‘El dilema’ cuestionó los entresijos que mueven a las grandes empresas informativas era algo evidente, pero que existan héroes de la integridad y la deontología de Lowell Bergman es una cosa muy distinta. Por eso ese final abierto, alentador, que promete una comunicación basada en el interés social y en que todo sale a la luz pública, puede ser tomado como una creencia vana en la fe por la información pura. Sin embargo la pregunta era: ¿alguien se creyó esa realidad? El derecho fundamental y su verdadero significado parecían tener la palabra... Cuestionándose por lo subversivo del asunto se llegaba a la verdadera clave, cuando la película de Michael Mann encontraba algo de grandeza.

viernes, 28 de abril de 2006

SMP (XIII): 'Golden' y su campaña para solteras

Sexualmente explícita, canalla y gamberra en su espíritu, aquí tenemos la divertida campaña publicitaria de Chippen-Dales del club ‘Golden’, creada por la agencia argentina Vía Creativa.
¿Que qué es un Chippen-Dale?
Pues lo que aquí en España conocemos como una despedida de soltera, con alteradas féminas normalmente ebrias, enardecidas por la vehemencia de un ambiente sexualizado por enormes bigardos de abrillantados cuerpos esculpidos en gimnasios bajo las luces de colores y la música atronadora, siguiendo su ritmo y moviéndose de forma insinuante en un escenario al que invitan a subir a las mujeres para que pierdan la poca dignidad que les quede.

jueves, 27 de abril de 2006

William S. Burroughs: La alucinógena visión de un genio

"La única ética posible es hacer lo que uno quiere hacer".
(William S. Burroughs).
Congénere de Jack Kerouac, Gregory Corso o Allen Ginsberg, William Seward Burroughs fue uno de los máximos exponentes de la ‘Beat Generation’. Amante de las drogas fuertes y psicotrópicas, de las armas, de la subversión, de la rebeldía y del sarcasmo empapado de mala hostia Burroughs dejó una impronta de genialidad irrepetible, de personal estilo donde el viaje existencial necesita de la droga para explicarlo, mediante sus desvaríos alucinógenos, metamórfosis, homosexualidad, pesadillas, delirios poéticos y grandes dosis de perversión malintencionada.
Cuando uno, en su más tierna juventud, descubre 'Yonqui', acaba por darse cuenta de que el mundo necesita de la droga como praxis vital de energía y conocimiento, advirtiendo que toda la simbología de adicción y toxicomanía acaban estructurándose como un lenguaje discursivo. ‘Yonqui’ sigue siendo hoy en día la mejor ficción que se ha publicado sobre la drogadicción, pero está lejos de lo que Burroughs establecería como creador de ciencia ficción.
El Burroughs trasgresor, destructor de las pautas académicas, revitalizador de los modos lingüísticos más marginales, inventor de términos de imposible coherencia sin significado pero de rotundidad verbal, el genio, en definitiva, utilizaba de forma libre el lenguaje, la filosofía o la obscenidad dejándose llevar por la psicodelia adictiva de los narcóticos, el jazz, la literatura ‘underground’, el ‘pulp’ o el ‘be-bop’, elementos del ‘Beat’ que servirían de referencia y postulado para las nuevas generaciones apoyadas en el ‘punk’ y la querencia a quebrantar y violar cualquier precepto, ley o estatuto establecido.
Por supuesto, obras como ‘El almuerzo desnudo’, inspiración reconocida de artistas como David Lynch y llevada a la gran pantalla por David Cronenberg engarza la demencia onírica y barroca de Burroughs con un lenguaje sexual de sugerente perversión, así como esa mezcla de realidad e imaginación llevada al extremo, se unen a una obra diversa, prolífica, que reinventó en cada libro la genialidad de su autor y el género que acometía; ‘The Soft Machine’, ‘El billete que explotó’, ‘Nova Express’, ‘Exterminador’, ‘Ciudades de la noche roja’, ‘El lugar de los caminos muertos’, ‘Queer’… han convertido a William S. Burroughs en un mito de la contracultura, pero lo que es más importantes, en uno de los grandes innovadores de la novelística contemporánea.
Por cierto, que, a modo, personal, siempre me ha trastornado ese episodio biográfico de la vida del genio, amante de las armas que, mientras practicaba puntería con una de sus pistolas de su colección privada, mato accidentalmente a su mujer.
¿Y todo esto a qué viene? A que encontré en la vasta red una selección de portadas/covers de las novelas de Burroughs y me he dicho: “Coño, aprovecho y escribo unas líneas del gran Willie”.
.- Si os interesa este autor os recomiendo el artículo ‘El Universo extremo y delirante de William S. Burroughs’, de Anxo Cuba (dic. 2004).
.- Relato de Burroughs ‘Di no a las drogas’.

miércoles, 26 de abril de 2006

'Stagecoach (La Diligencia)': el origen del 'western' moderno

Fellini dijo una vez de John Ford que era un cineasta sin perjuicios e inmune a las tentaciones del intelectualismo. Antes de ‘La Diligencia’, Ford había dirigido más de una veintena de filmes, pero fue ésta la que marcó el inicio del ‘western’ moderno, donde articularía su evolución hacia el clasicismo americano, hacia el esplendor majestuoso que Ford desarrollaría desde ese clásico del género.
‘La diligencia’ puede considerarse el inicio, aunque no sea cierto, la pionera del genuino ‘western’, la característica impronta con el sello de John Ford (aunque no fuera su primera cinta dentro del género), de la disposición a vampirizar lo mejor de sus obras anteriores, remodelando tipologías, evolucionando en su estilo, encaminando sus temas hacia una dimensión épica sin prescindir de un siempre pétreo humor y subvirtiendo gran parte de su ideología a la vena ‘lincolniana’ que confirió a su filmografía.
‘La diligencia’ constituye un reflejo de lo que sería su cine posterior dentro del género, en su descripción territorial y humana del viaje de una diligencia por el desierto de Arizona, área infestada de indios acechándoles, con el mismísimo Jerónimo a la cabeza. Un sheriff paternalista, un tahúr del Sur, un banquero estafador, un médico alcohólico, un viajante, un dama embarazada, una chica de mala reputación y el hilarante conductor de la diligencia son los personajes que, junto al prófugo pistolero Ringo Kid, sirven como metáfora de la sociedad de la época, como patrones del western posterior en el cine de Ford y de sus predecesores.
Por eso, aquí importa, más que la amenaza exterior que representan los indios, la interrelación entre los personajes, la descripción de sus antagónicas personalidades y los rasgos que distinguen a cada uno de ellos. La tipificación responde a una gran variedad de detalles, a la originalidad de la propuesta siguiendo unos cauces de unión donde se concilian el humor y la aventura, la disposición analítica de las clases sociales y los sentimientos pocas veces vistos antes en el western. Destaca así la capacidad de Ford para narrar varias historias que se entrelazan con armonía, concluidas con clímax en cada una de ellas, como John Wayne como Ringo Kid avanzando hacia Plummer con un sonido de amenazantes timbales según se acerca, el tiroteo final fuera de campo o la persecución de los indios hostigando a la diligencia.
Un western que reúne magia cinematográfica en su proliferación argumental de tiempos mayestáticos, en la evolución del estatismo en movimiento que tanto desarrolló Ford a lo largo de su carrera, en la definición del itinerario antiheróico como constante búsqueda de una identidad por parte de sus personajes, en la expresión emocional y composición artística…
John Ford revolucionó con ella las directrices de los grandes estudios debido a lo asequible de sus producciones, haciendo que a la aventura instaurada en las raíces de la serie B afectara a sus historias de idealismo familiar y cálido con otros temas de gran calado dramático que fraguaron su origen en los bellos parajes de Monument Valley, iconografía pura del western, donde el paisaje se hace tan necesario como cualquiera de sus personajes.
.- 'Centauros del desierto' en el Abismo.

martes, 25 de abril de 2006

MÍTICO fin de semana madrileño

Fin de semana fantástico. Como en el Corte Inglés, pero sustituyendo ofertas y rebajas por un ambiente inmutable de diversión, de buen rollo, de mítico halo que sólo puede darse cuando la compatibilidad de los astros se dispone para que todo salga de forma perfecta. Como si fuera una ecuación que deviene en cuadrada solución, de variables de primer grado Y así ha sido.
Un fin de semana lleno de reencuentros y sorpresas, de descubrimientos, recobrando hábitos que parecía haber perdido, de sensaciones olvidadas que se han condensado en auténticas realidades de mínima significación universal, pero esenciales para el que esto suscribe. Hacía mucho tiempo que un viaje a la capital no resultaba tan constructivo y provechoso, tan completo a un nivel personal y profesional. Desde la típica exaltación de la amistad, fortalecimiento de vínculos amiguetiles, cristalización de nuevos proyectos cinematográficos, positivo afianzamiento de otros… Engranajes existenciales dispuestos para un único fin: la complacencia entusiasta de un pequeño personaje sinsentido como yo que ama Madrid y lo que esta ciudad puede concederle.
Ha habido tiempo para todo; para el reencuentro con Bernie ‘Infernal’ o Rafa ‘Perillas’, para observar perplejo el frenetismo manifestante de un gran número de republicanos en contra de la corona por el centro de Madrid, para ultimar el ‘making of’ del corto de Mikel Alvariño ‘Corrientes Circulares’ y aprovechar, de paso, para disfrutar de la pericia culinaria y la compañía de la dulce Ardi. Para descubrir en Villaviciosa de Odón el bar Las Brasas gracias al gran Raúl Cerezo en mi primer contacto con ese portento blogero que es J.P. Bango, compartiendo con ambos inquietudes, risas y placidez culinaria y existencial extendida horas después al bar de estirpe ‘freak’ Boñar de León, sustituido por la triste imposibilidad de entrar a ver a Beni, que ha puesto un ridículo y roñoso personaje que impide la entrada al legendario bar Gran Vía. También para compartir diálogo y anécdotas con el insustituible fanzineroso Borja Crespo y ver en primicia exclusiva e intransferible varios fragmentos de ‘The Backwoods’, apuntalando confianza y confraternidad mutua con el legendario Koldo Serra.
Abriendo un intencional apartado a esto último, el amigo Koldo ha logrado, a simple vista, lo imposible; llegar a niveles orgásmicos de puro cine, de intenciones genéricas sin concesiones a la gratuidad, de sinceros homenajes que contiene una historia que va a revolucionar el cine español, sin renunciar a él, pero ofreciendo algo irrefutable, cómo se debe hacer cine en este país, con su proceder de impoluta y entusiasta forma de narrar en un insuperable prodigio que supone esta primera obra, acercamiento a la atmósfera violenta de una descripción contextual y ambiental centrada en cuatro vulnerables víctimas de su situación desubicada en un entorno físico y psicológico. Ya podéis ir formando grandes expectativas porque la película lo merece. Desde el Abismo, ya desde este momento le digo que hay que seguir fomentando estos encuentros, amigo Serra. A pesar de estos disgustos deportivos de nuestro Athletic.
Por otro último y más importante, el ambiente entrañable y afectuoso vivido en la tarde de cortometrajes de El foro de la Bestia en la FNAC, ayer, con Álex de la Iglesia como maestro de ceremonias, demostrando su devoción y cariño por nosotros, en un ambiente de comicidad, locura y diversión. ‘El límite’, junto a los restantes cortometrajes allí expuestos, era lo de menos. Importó la cercanía, la amistad, las risas, compartir por enésima vez camaradería con mis adorados “mimebros” del foro junto a Álex y Jorge Guerricaechevarría. Como suele ser habitual, mítico encuentro que se llenó, además de amigos y conocidos como Servan e incluso de presencias blogueras como Txolo. Siento no haber continuado la fiesta con Álex, Giorgio y todos los amigos foreros.
Si a todo esto unimos que vengo de Madrid con un proyecto de cortometraje bajo el brazo que procuraremos rodar en verano, extraña mezcla de comedia y ‘thriller’ psicológico en forma de ‘road movie’, de la cristalización del relegado pero ya inminente rodaje del ‘videoclip’ para los Fistfuck Supershow y la sensación de haber disfrutado como un enano, puede decirse que todo ha sido perfecto o ferpecto, en cualquier caso. Me quedo con ganas de más, pero atiborrado de verdadera fruición vital.
Gracias a todos los que habéis hecho que este largo fin de semana haya sido como un orgiástico sinsentido de eufórico bienestar. Sobre todo, a Jose ‘Jimbo’, Pipe y Gus por acogernos a Myrian y a mí durante estos cuatro días con su hospitalidad dándonos cobijo y cama.
Mañana, sin esta confitada autocomplacencia regresaré a los contenidos habituales del Abismo.
Un saludo a tod@s y Dios bendiga a América.