domingo, 29 de mayo de 2005

¿El regreso de Rambo?

Imaginad por un momento a John Rambo, el ex boina verde estigmatizado por la Guerra de Vietnam y que tan bien simbolizó la doctrina de la Era Reagan durante los 80, readaptado a la sociedad, en la América actual. Rambo tendría una familia. Una mujer y una hija incluso. A pesar de estar retirado de la vida militar, su condición de versado combatiente a un nivel sobrehumano le implica a una colaboración esporádica con el Ejército.
Alejado en las afueras de las grandes ciudades, un buen día Rambo se ve obligado a volver a la lucha, cuando un grupo de racistas cismáticos secuestran a la hija de un Indio Navajo a la que deberá rescatar, imponiendo su ley e impartiendo la justicia como sólo él sabe hacerlo.
Podría ser el ‘plotline’, el argumento, vaya, de la cuarta parte de ‘Rambo’, uno de los proyectos que Silvester Stallone lleva manejando hace años.

David Fincher: Spots Publicitarios (III)

Wieden & Kennedy fue la responsable de este anuncio dirigido por Fincher bajo el título ‘Karma Instant (Versión 1)’, visualización deportiva de la letra de la archiconocida canción de John Lennon para la multinacional ‘Nike’, una de las marcas que más dinero invierte en sus campañas de publicidad, cuidando particularmente sus anuncios televisivos.
De nuevo la estética oscurantista, las panorámicas claustrofóbicas de tonalidades ocres, maceradas de una inquietante acuosidad, es el contrapunto perfecto para enhebrar ese trasfondo deportivo y de superación que se percibe en un anuncio definido por su optimismo sensorial.

sábado, 28 de mayo de 2005

Otro tipo de 'tunning'

Una de las modas más actuales y turbias que han emergido en la civilización moderna, en este espacio social que nos mueve a inventar maneras de simplificar el ostracismo que nos rodea, es el ‘tunning’, esa inextricable afición que se fundamenta en la customización de una de las preciadas posesiones del ser humano: su automóvil.
Una nueva filosofía de vida que supone un peldaño entre el pret-a-porter, la estética hortera y el deseo de expresar la individualidad rayana en el ridículo, personalizando y transformando los vehículos, acción derivada por la fantasía de aquellos enardecidos que buscan una novedosa forma de expresión automovilística.
Lo que muchos no saben, es que más allá de esta incomprensible tendencia a la ornamental chocarrería, hay otro tipo de influencias sobre el movimiento del automóvil entendido incluso como arte contemporáneo, tipificando esta corriente con una excepcional personalidad, creando curiosos coches de museo. Un ‘tunning’ muy disímil al que estamos acostumbrados a ver.

Horroroso

Un programa sin ritmo, sin gracia, de inexistente humor basado en la estulticia de unas pretensiones perdidas en una sucesión de ‘sketchs’ de laxa consistencia.

viernes, 27 de mayo de 2005

Review 'Amanecer de los muertos (Dawn of the Dead)', de Zack Snyder

Una espléndida impronta del mejor ‘gore’.
El, hasta ahora, debutante Zack Snyder recuperó, hace menos de un año, la pureza más genérica del ‘gore’ en un ‘remake’ superando al original de George A. Romero.
Cuando en 1969 George A. Romero se sirvió de las obras literarias ‘Soy leyenda’, de Richard Matheson y de la desconocidísima obra de culto de Sidney Salkow y Ubaldo Ragona ‘The last man on Earth’ para crear la obra maestra ‘La noche de los muertos vivientes’, nadie podía imaginar que aquella cinta se convertiría en una de las películas más influyentes del cine contemporáneo. Y más teniendo en cuenta que originó un género tan difícil como postergado: el ‘gore’, el terror sangriento, el 'splatter’ basado en los efectos de casquería y en el exceso de vísceras. Su planteamiento estético y formal, supuso la destrucción de los expirantes cánones del cine de terror de la época. Una obra maestra que trocó las estructuras vigentes del terror y le dio una nueva perspectiva a este sublime subgénero, haciendo que el propio arte no volviera a ser el mismo jamás. Romero afianzó su propia leyenda cerrando una irregular pero sugestiva trilogía al ofrecer dos películas más como ‘Zombie’ y ‘El día de los muertos’ (a la espera de 'Land of Dead').
Cuando el ‘splatter’ actual se había diezmado a producciones de terror ‘teenager’, compuestas por una laxa propensión al esteticismo del nuevo ‘body count gore’ resucitado por Wes Craven y Kevin Williamson en sus sagas ‘Scream’ y ‘Sé lo que hicisteis el último verano’, por el reajuste ‘soft’ de fórmulas funcionales como en las recientes ‘Jeepers Creepers’, ‘Km. 666’, ‘La casa de los 1.000 cadáveres’, la revisitación del cine de zombies de Danny Boyle en la excelente ‘28 días después’ (con la que ‘Amanecer de los muertos’ comparte unos zombies que corren, son ágiles y atacan con gran ferocidad) y el ‘remake’ de ‘La Matanza de Texas’, se permitió descubrir un evento casi imposible de encontrar en el Séptimo Arte: que uno de estos ‘remakes’ supere con creces la versión original. La segunda parte de la trilogía de Romero ‘Zombie’ es el fundamento sobre el que se basa esta nueva versión titulada ‘Amanecer de los muertos’ que, mucho más allá de la simple clonación, ofrece una de las mejores muestras de cine ‘gore’ de los últimos años, superando a su predecesora y acopiando las mejores virtudes de la primera cinta de la saga de los zombies, fusionándola con la apuesta del mejor cine de acción y terror que se pueda esperar en una película como esta.
Zack Snyder realizó un excelente y prometedor debut que narra cómo una inexplicable plaga ha diezmado la población del planeta, convirtiendo a los muertos en zombies que buscan carne y sangre humana para sobrevivir. En Wisconsin, un grupo de supervivientes compuesto por una enfermera, un estoico policía, un vendedor de equipos electrónicos y un chico duro de la calle con su embarazada esposa busca refugio en una fortaleza típica del final del siglo XX, un centro comercial abandonado donde deberán aprender no sólo a protegerse de las hordas de zombies sino también a coexistir como el último reducto de la humanidad.
Partiendo de esta premisa, dos cosas tiene en común este ‘Amanecer de los muertos’ con la original; la invasión de zombies y la presencia de un gran centro comercial como un alcázar de refugio de los protagonistas, que sigue metaforizando el consumismo y el centro de recreo vacuo e intrascendente de la sociedad moderna. Por lo demás, esta nueva versión del clásico de Romero promueve una situación totalmente infrecuente en el cine comercial de Hollywood. Y ahí basa sus mejores virtudes, en su etiqueta de cinta comercial atípica, como ofrenda al mejor cine ‘gore’, sin excusas ni engaños, brindando una diletante película de género donde el suspense, el terror en estado puro y una abundante dosis de violencia en la que no se escamita la profusión de mutilaciones, vísceras y mucha hemoglobina realizada con un potente estilo visual y sobresaliente capacidad narrativa. La eficacia que convierte esta versión en una ‘rara avis’ dentro del cine de terror actual es su alto componente radical, disoluto y respetuoso con los dispositivos genéricos ricos en lecturas y camuflados en la sangre fácil y la acción de infrenable ritmo que arranca con uno de los más feroces y enérgicos prólogos vistos en muchos años y que concluye con uno de esos epílogos que dejan al espectador anclado en la butaca.
Bajo esa aparente inocuidad, Snyder dignifica su propuesta con una nueva visión del discurso del cine de ‘muertos vivientes’. Si las antecesoras se centraban en una sociedad descompuesta representada en la alienación y deshumanización de un grupo de personas que, bajo presión (las tribus amenazantes), se contagiaban de odio entre ellos convirtiéndolos en su propia amenaza, en esta más que estupenda ‘Amancer de los muertos’ la amenaza real está fuera, como un simbolismo del miedo y terror actual norteamericano. Por eso, no es extraño que las primeras imágenes que ofrece en formato televisivo sean musulmanes rezando o las guerras que asolan nuestra conciencia colectiva. Los protagonistas de esta nueva visión de ‘Zombie’ son héroes que intentan sobrevivir, manteniéndose unidos ante el peligro exterior.
Los tiempos han cambiado y por eso la probidad de esta nueva ‘cult movie’ reside en haber sabido subvertir el género a su propio estilo, dejando que la ilusoria película vital y optimista que se desarrolla no pueda tener un final más inesperado, apocalíptico y descorazonador como el que tiene. Además, la autocrítica sigue siendo la mejor herramienta de este tipo de cine, sabiendo reflejar en todo momento la estupidez yanqui, significada en el egoísta encargado de seguridad que acaba dando su vida por el grupo, en la amante de los animales que pone en peligro a sus compañeros por un estúpido perrito o en la obsesión familiar del cabeza de una nueva familia interracial. Pero si por algo destaca este aspecto cínico de la sociedad de masas es la malévola secuencia en la que, bajo las notas del ‘Down With The Sickness’ de Richard Cheese, se sustituye la felicidad por todo aquello que encuentra el grupo en el centro comercial (sexo, amor, comida, diversión, diálogo y un humorístico e inhumano juego de tiro al blanco) que ejemplifica el vacío de la actual cultura moderna. El centro comercial se convierte así en el máximo representante de la decadencia capitalista. Por ello, no deja de ser irónico que los zombies se encaminen en masa hacia este recinto por “un instinto, ya que este lugar era muy importante en sus vidas”, como dice uno de los protagonistas.
El guionista James Gunn apuesta por inventar más personajes que en la original, algo que dificulta el desarrollo de cada uno de los protagonistas. Y esto, que podría verse como un error que impide esa transformación de los roles, se transforma aquí en acierto al ceñirse exclusivamente a la acción sin pausa, a la frenética cadencia de las situaciones que se encadenan en un ambiente claustrofóbico donde la desesperación y la locura son paliadas con unos personajes que siempre toman decisiones con sentido común. Algo inusual en el cine de terror. Aquí no hay bondad, ni maldad. Hay miedo. Un elemento clave para entender ‘Amanecer de los muertos’. La infección de los zombies no es la deshumanización, sino el pánico que ahonda en nuestras conciencias en esta época de desconfianza y maldad, de guerras y de desatención por parte de Gobiernos infieles y autocráticos que reinan el mundo. Para ello, basta destacar el momento en que se aleja el helicóptero de las fuerzas armadas cuando ven a los desolados protagonistas en lo alto de la azotea del centro comercial. Dejándolos solos y al amparo de su suerte.
Por todo lo demás, ‘Amanecer de los muertos’ es una plétora de habilidades en la que predomina un intuitivo sentido visual que consigue con su perfecta planificación aprovechar al máximo el impacto de las múltiples escenas de acción a unos niveles de estética y violencia pocas veces apreciables en un género que ha resucitado con este ‘remake’ no exento de momentos de humor bastante cínicos y divertidos. Así, se pueden contemplar escenas de vísceras y destrucción de zombies con lujo de detalle y con una gama cromática en la sangre que cambia gradualmente con el avance de la película (roja y fluida para la primera fase, seca y marrón para la segunda, negra y aceitosa para su final).
La capacidad de Snyder como cineasta hace que su debut tras las cámaras sea celebrado como todo un hallazgo que retoma, homenajea y hasta supera aquellas monstruosas producciones de hace décadas. Incluso permitiéndose divertimentos referenciales como los cameos de Ken Foree, Scott H. Reiniger y Tom Savini (quienes aparecieron en la primera versión de la película rodada en 1978) o utilizar de forma astuta el nombre de la actriz original Gaylen Ross como nombre de una tienda. La acertada elección de actores (donde hay que subrayar a la estupendísima Sarah Polley), el impresionante y detallado uso de unos efectos especiales espectaculares, el equilibrio formal y la brillante puesta en escena están soberbiamente ensambladas para componer una sinfonía de sangre y vísceras convertidas en una de las películas mas interesantes del año. Y no sólo para el más exquisito ‘gore-hound’.

Jesucristo es guay

Como si de un homenaje o propio descubrimiento del cineasta Kevin Smith se tratase, aquí llega esta especie del Buddy-Christ de la infravalorada 'Dogma': el Jesucristo colega.
Se trata de unas figuritas que representan diversas acciones enrolladas y fraternas con unos niños que juegan devotamente con el Señor al football americano, al baloncesto, al ‘soccer’ (nuestro fútbol de toda la vida) y al béisbol.
Se acabaron, por tanto, esas rancias cruces del histórico patíbulo con un Cristo mártir, crucificado y doliente.
Cristo mola. Es guay. Y es lo que simbolizan estas pequeñas e ingeniosas esculturas de ornamento católico.

Polémicos Lunnis

Cuando mi generación veía cada tarde ‘Barrio Sésamo’ y descubría a Epi y a Blas discutiendo periódicamente con razonamientos que carecían a menudo de toda lógica, sobre todo en aquellos ‘sketchs’ donde Epi no dejaba dormir a Blas por alguna chorrada, se intuía un fuerte vínculo más allá de la simple amistad. Aunque es posible que sólo los malpensantes se inclinaran hacia esta teoría, no profundizábamos muchos en tal cuestión. Ni siquiera nos lo planteábamos. Nos daba igual.
Pasó lo mismo con el aberrante programa de los ‘Teletubbies’, cuando en 1999 el reverendo Jerry Falwell tildó de gay al personaje de Tinky-Winky por su color, sus ademanes y mohines afeminados. Es algo normal este tipo de suspicacias, sin ir más lejos con Batman y Robin, Smithers y el Señor Burns, algún que otro Pitufo y hace poco al animado Bob Esponja, personajes ficticios que han sido difamados por impulsar conductas homosexuales entre sus espectadores más pequeños.
La discordia se ha suscitado debido a un polémico episodio de la incomprensiblemente exitosa ‘Los Lunnis’, que el pasado 18 de mayo proyectó en la Primera de TVE, a las 08.30 AM, concretamente, cómo dos hombres contraían matrimonio. Eran imágenes de 'Telelunnis', el demencial espacio informativo dedicado a enseñar a los infantes cómo es el mundo de los adultos. Ese día tocaba el embarazoso tema "Bodas diferentes", donde también se vio el enlace entre una española y un chavalón sudanés, como otro ejemplo.
La pregunta ha sido inminente: ¿es necesario que a los menores se les enseñe qué es el matrimonio entre gays?
Desde la tele pública han manifestado que la noticia fue dada con clara intención sociopedagógica “nada agresiva y ni se ha incitado a la homosexualidad, ni se recreaban en ello, ni nada por el estilo, se mencionaba muy de pasada y no tiene ninguna connotación negativa”, pero hay otros sectores que se han llevado las manos a la cabeza porque los niños han visto a dos hombres en un contexto de afectividad amorosa y exponen que por la misma vía habría que ofrecer a un niño imágenes de una paliza de un hombre a una mujer para prevenir de los riesgos del maltrato o de un drogadicto inyectándose heroína y muriendo de sobredosis para advertir sobre el peligro de la droga. Estos últimos en una posición claramente extremista y conservadora.
Lo que no queda claro con todo ello es si en realidad el contenido promueve la tolerancia o se proponen partidistas ideologías como forma de educar instrumentalizando al niño para su mejor adaptación a esta sociedad que nos ha tocado vivir.
La discordia está abierta.
Más peligrosos son para los más pequeños los atentados contra el lenguaje que perpetra el infame Míchel con sus disparatados compilaciones de estolidez verbal. Juzgad esta frase que soltó antes de la final de la Copa de Europa: “Benítez llegó al Liverpool y lo españolizó para construir un sólido equipo y lo ha construido de tal manera que está andando por el techo de sus cimientos, por la buhardilla, como quien dice, haciendo gala de su buen hacer en el equipo inglés”.

jueves, 26 de mayo de 2005

Ambicíón previsora

Ay… venal ambicioso, cuánto banquillo vas tener que chupar, amigo Santiago.
Suerte, en cualquier caso.

Amigos ricos y codiciosos

Parece ser que, según rumores, se solidifica el proyecto de adaptar la exitosa serie ‘Friends’ a la gran pantalla.
El incentivo de los seis actores protagonistas, de todos conocidos, es su avidez por exagerar su ya de por sí inflado patrimonio. Así, en caso de llevarse a cabo tan innecesario proyecto, tanto Schwimmer, Aniston, Cox-Arquette, Kudrow, LeBlanc y Perry percibirían 10 millones de dólares cada uno.
¿Qué sentido tiene recrear las aventuras de ‘Friends’ en formato cine cuando todos y cada uno de ellos han demostrado ser veneno para la taquilla cinematográfica?
Próximamente, en The Digital Spy, que es la fuente de esta etérea noticia de sobremesa.