viernes, 27 de mayo de 2005

Jesucristo es guay

Como si de un homenaje o propio descubrimiento del cineasta Kevin Smith se tratase, aquí llega esta especie del Buddy-Christ de la infravalorada 'Dogma': el Jesucristo colega.
Se trata de unas figuritas que representan diversas acciones enrolladas y fraternas con unos niños que juegan devotamente con el Señor al football americano, al baloncesto, al ‘soccer’ (nuestro fútbol de toda la vida) y al béisbol.
Se acabaron, por tanto, esas rancias cruces del histórico patíbulo con un Cristo mártir, crucificado y doliente.
Cristo mola. Es guay. Y es lo que simbolizan estas pequeñas e ingeniosas esculturas de ornamento católico.

Polémicos Lunnis

Cuando mi generación veía cada tarde ‘Barrio Sésamo’ y descubría a Epi y a Blas discutiendo periódicamente con razonamientos que carecían a menudo de toda lógica, sobre todo en aquellos ‘sketchs’ donde Epi no dejaba dormir a Blas por alguna chorrada, se intuía un fuerte vínculo más allá de la simple amistad. Aunque es posible que sólo los malpensantes se inclinaran hacia esta teoría, no profundizábamos muchos en tal cuestión. Ni siquiera nos lo planteábamos. Nos daba igual.
Pasó lo mismo con el aberrante programa de los ‘Teletubbies’, cuando en 1999 el reverendo Jerry Falwell tildó de gay al personaje de Tinky-Winky por su color, sus ademanes y mohines afeminados. Es algo normal este tipo de suspicacias, sin ir más lejos con Batman y Robin, Smithers y el Señor Burns, algún que otro Pitufo y hace poco al animado Bob Esponja, personajes ficticios que han sido difamados por impulsar conductas homosexuales entre sus espectadores más pequeños.
La discordia se ha suscitado debido a un polémico episodio de la incomprensiblemente exitosa ‘Los Lunnis’, que el pasado 18 de mayo proyectó en la Primera de TVE, a las 08.30 AM, concretamente, cómo dos hombres contraían matrimonio. Eran imágenes de 'Telelunnis', el demencial espacio informativo dedicado a enseñar a los infantes cómo es el mundo de los adultos. Ese día tocaba el embarazoso tema "Bodas diferentes", donde también se vio el enlace entre una española y un chavalón sudanés, como otro ejemplo.
La pregunta ha sido inminente: ¿es necesario que a los menores se les enseñe qué es el matrimonio entre gays?
Desde la tele pública han manifestado que la noticia fue dada con clara intención sociopedagógica “nada agresiva y ni se ha incitado a la homosexualidad, ni se recreaban en ello, ni nada por el estilo, se mencionaba muy de pasada y no tiene ninguna connotación negativa”, pero hay otros sectores que se han llevado las manos a la cabeza porque los niños han visto a dos hombres en un contexto de afectividad amorosa y exponen que por la misma vía habría que ofrecer a un niño imágenes de una paliza de un hombre a una mujer para prevenir de los riesgos del maltrato o de un drogadicto inyectándose heroína y muriendo de sobredosis para advertir sobre el peligro de la droga. Estos últimos en una posición claramente extremista y conservadora.
Lo que no queda claro con todo ello es si en realidad el contenido promueve la tolerancia o se proponen partidistas ideologías como forma de educar instrumentalizando al niño para su mejor adaptación a esta sociedad que nos ha tocado vivir.
La discordia está abierta.
Más peligrosos son para los más pequeños los atentados contra el lenguaje que perpetra el infame Míchel con sus disparatados compilaciones de estolidez verbal. Juzgad esta frase que soltó antes de la final de la Copa de Europa: “Benítez llegó al Liverpool y lo españolizó para construir un sólido equipo y lo ha construido de tal manera que está andando por el techo de sus cimientos, por la buhardilla, como quien dice, haciendo gala de su buen hacer en el equipo inglés”.

jueves, 26 de mayo de 2005

Ambicíón previsora

Ay… venal ambicioso, cuánto banquillo vas tener que chupar, amigo Santiago.
Suerte, en cualquier caso.

Amigos ricos y codiciosos

Parece ser que, según rumores, se solidifica el proyecto de adaptar la exitosa serie ‘Friends’ a la gran pantalla.
El incentivo de los seis actores protagonistas, de todos conocidos, es su avidez por exagerar su ya de por sí inflado patrimonio. Así, en caso de llevarse a cabo tan innecesario proyecto, tanto Schwimmer, Aniston, Cox-Arquette, Kudrow, LeBlanc y Perry percibirían 10 millones de dólares cada uno.
¿Qué sentido tiene recrear las aventuras de ‘Friends’ en formato cine cuando todos y cada uno de ellos han demostrado ser veneno para la taquilla cinematográfica?
Próximamente, en The Digital Spy, que es la fuente de esta etérea noticia de sobremesa.

Anda y que te ondulen...

Phil Spector, célebre productor musical pionero de la revolución musical de los 70 con su sistema de grabación ‘Wall of Sound’, paladín de mitos musicales como George Harrison, Los Ramones y The Beach Boys y uno de los responsables de la ruptura definitiva de The Beatles, ha saltado a las noticias internacionales por su imputación como asesino de la actriz Lana Clarkson.
Su excentricidad y culpabilidad, casi demostrable, quedan patentes aquí.
Significativo o no, no hay que pasar la oportunidad de mostrar uno de los ‘looks’ más innovadores desde que Don King se transformara en un efigie de la moda capilar más que el ‘manager’ pugilístico más célebre de los pesos pesados.
Lo que daría Eduard Punset por esa imagen mezcla de los mejores tiempos de Art Garfunkel y el más puro ‘afro’ de la ‘Baaadassss Cinema’.

La quinta de los 'Reds'

Impresionante partido.
A veces el anodino fútbol brinda intervalos deportivos enfatizados en la memoria del llamado deporte rey. Ha sido un partido oscilante con ráfagas de buen juego en las que se han marcado los seis goles de la disputa de la Copa de Europa. Tres goles, en apenas cinco minutos, de Gerrard, Smicer y Xabi Alonso, han permitido al Liverpool de Rafa Benítez llegar a la prórroga con la suficiente sangre fría para plantarse en los penalties y ganar un partido que ni el más optimista de los ‘reds’ de Anfield podía llegar a soñar.
El equipo del entrenador español ha buscado la gesta en Estambul cuando tenían todo en contra y han devuelto el sueño europeo a un conjunto que se ha merecido la gloria ante un Milan pletórico, que se presentaba con el aroma y el perfil de favorito. Máxime tras los tres goles conseguidos en la primera parte por Maldini y Crespo por partido doble. El equipo de Ancelotti ha bregado como un equipo contrastado, con la obligación de ganar, pero tropezó con un Liverpool que supo explotar unos prodigiosos minutos de inspiración, terminando por igualar un partido que los italianos daban por ganado.
Lo más lúcido ha venido dado por una primera mitad desbordada en el juego de contraataque, con un iluminado Kaká y un Crespo mortífero que hicieron presagiar un absoluto dominio para la escuadra milanista. Pero la garra de los ‘reds’, capitaneados por un colosal Gerrard, le han sabido dar la vuelta a un enfrentamiento que se antojaba poco menos que como una misión imposible. El héroe del partido, sin duda alguna, fue Dudek, no sólo por detener dos penas máximas en la tanda de penaltis, sino por salvar a su equipo con dos paradas inverosímiles a sendos remates de Shevchenko tan sólo un minuto antes de la lotería de los penalties.
Noche de fútbol para recordar, ya que quisiéramos o no, estábamos incentivados por el equipo extranjero más español de Europa de la mano de un Benítez que ha dado al club inglés su quinto título de la máxima competición continental 21 años después de la última vez que levantaron este importante trofeo.
Ahora cabe esperar que la UEFA otorgue la posibilidad de poder defender el título al equipo campeón, una injusticia que podría darse si no se cambian sus arcaicas normas.

miércoles, 25 de mayo de 2005

El símbolo de la fortuna

Tradicionales juglares, arlequines, histriones disfrazados, la providencia del juego en forma de naipe. Es, cómo no, el joker, la carta designada para dar suerte, el comodín trasunto del bromista, del polichinela y resultado quizás en la baraja moderna de la inquietante figura del bufón.
El comodín o joker venimos entendiéndolo como el mágico naipe que reemplaza a cualquier otra carta, pero por ejemplo en el Paigo Poker, el Joker no es un verdadero comodín y tiene reglas específicas, ya que esta carta sólo actúa como comodín para completar una jugada “Straight” o “Flush”si se trata cartas de la misma figura.
En cualquier caso, el Joker, denominación tomada por el esperpéntico y más mortal enemigo de Batman, payaso del crimen que congrega la crueldad del psicópata con el humor negro del histrión que representa, es un símbolo de fortuna, que representa el iconográfico fatum positivo. Todo esto viene a cuento por el propio espacio en la web de esta bufonesca figura, en Dotpattern, con una colección de 75 cartas del preciado comodín.

Una secuencia al azar (VII). 'Annie Hall'. Autopsia de una relación

La secuencia al azar de hoy es una de las más ilustres que se recuerdan en la prodigiosa filmografía de uno de los genios del pensamiento moderno como lo es Allen Stewart Konigsberg. En efecto, Woody Allen, el gran filósofo de la era moderna, que ha logrado con sus satíricas descripciones de neuróticos personajes urbanos, obsesionados por el amor y la muerte, alcanzar un imposible vergel de omnisciencia fílmica y de pensamiento en toda regla.
En ‘Annie Hall’, Alvy Singer, un cómico neoyorquino judío con predilección a psicoanalizarse aguarda en la cola del cine junto a su gran amor, Annie Hall, una joven rebelde algo ‘hippie’ aspirante a cantante y de problemática personalidad. Mientras ambos departen sobre sus problemas de sueño y del egoísmo al que esto conlleva, una conversación de alguien que está detrás de ellos toma un discontinuo protagonismo, percibiendo que el sujeto discurre ampulosamente sobre Fellini y ‘La Estrada’, haciendo una glosa acerca de Julieta Massina y aludiendo al ‘Satiricón’. Alvy no puede evitar escuchar sus observaciones consecutivas sobre Samuel Beckett y Marshall McLuhan, lo que acaba por enervarle ante tanta prosopopeya letrada. Singer termina por perder los nervios e increparle: “¿No le da vergüenza pontificar sobre McLuhan?”, interpela.
El hombre se acredita como ejecutivo que escribe para una revista intelectual, subrayando un carpetovetónico artículo llamado 'Mozart, James Joyce y la sodomía'.
En ese momento, Alvy Singer afierra el brazo del propio Marshall McLuhan en persona y le pregunta si ha atendido a la jactanciosa monserga del individuo sobre él.
McLuhan le desaprueba diciendo “He oído lo que decía y usted no sabe nada sobre mi obra. En su boca mis frases suenan a falacia”.
Singer se dirige a cámara y expone al espectador: “Ojalá la vida siempre fuera así”.
Una de las secuencias más categóricas y geniales en el cine de Woody Allen y la ambición de muchos de nosotros que daríamos lo que fuera por vivir una situación similar con los que pretendidamente creen saberlo todo cuando en realidad no son más que engreídos sabios y culturetas.
‘Annie Hall’ es una de las mejores obras de Allen, autopsia de una relación sentimental e insondable deliberación en clave cómica sobre la naturaleza de las relaciones personales en las que el enamoramiento, la confianza entre la pareja, la convivencia, la dolorosa ruptura y el reencuentro. Una cinta que consiguió cuatro Oscars: mejor película, mejor director, mejor guión original y mejor actriz principal (espléndida Diane Keaton) y que tiene en su estructura narrativa uno de los mejores hallazgos del filme, combinando tiempos y situaciones, realidad e ilusión por medio de esta prodigiosa exploración sentimental, el tránsito que se produce del encanto, la pasión, las dudas, al desencuentro en esta inolvidable relación afectiva.
Una obra de cabecera protagonizada por ese antihéroe torpe y atolondrado que basa sus pilares en el egoísmo, la neurosis, el judaísmo y la vida sexual en pareja.

martes, 24 de mayo de 2005

Casas OVNI 70's

El arquitecto finlandés Matti Suuronen diseñó esta casa OVNI, concebida como vivienda, en 1968, inicialmente para ser empleada como una cabaña o casa de verano de las familias más pudientes, pero progresivamente asequibles a todas las familias del mundo. Hoy en día nos resulta casi grotesca la visión que se tenía por entonces de las décadas circunscritas a partir de 2000. El entonces denominado futuro. Una idea que se esconde detrás del diseño, reflejando el crédulo optimismo de los años 70.
La tecnología como utopía para la felicidad y la moda futurista como signo de lo ‘cool’, un mundo visto desde entonces como una ostentosa época donde el ocio y las comodidades iban a ser la panacea de toda la humanidad, avivadas por escenarios estilizados cuyo contenido visual contenían una irresistible condición ‘pulp’.
Cuando hoy artistas como Mariko Mori reivindican este tipo de ideas como moderno, comprobamos que la innovación sigue siendo una regresión al pasado para trasladar grafías que acaben imponiendo ese término que mueve el mundo: la nostalgia.

Un año sin 'Frasier'

La semana pasada se cumplió un año de la despedida de ‘Friends’, la ‘sitcom’ más exitosa y célebre de los últimos años. Hubo una suntuosa profusión de boato en su despedida, una resonancia estratosférica en un ente mediático que no dudó en calificarla a la ligera como “la mejor comedia de situación de la historia de la televisión”. La memorable serie de los seis amigos neoyorquinos merecía todos esos honores. No obstante, el calificativo tan ponderativo era patrimonial de una ‘sitcom’ como es ‘Frasier’. A modo personal esta serie ha logrado lo que ninguna otra: formar parte de mi vida y sufragarme con su ironía y humor un apoyo inmensurable en varias etapas de mi vida (una prueba de guión de un episodio de esta serie me proporcionó mi primer –y único- trabajo como guionista de televisión). Una serie que alcanza el mito de la magnificencia, la prosapia de una fantasía imposible de igualar, la de las grandes series, aquéllas que permanecen vivas en la memoria colectiva, encomiadas por todo el que echa un vistazo atrás en el tiempo y recuerda con nostalgia un esplendor catódico insuperable.
Evidentemente ‘Friends’ también se circunscribe a esta genealogía, pero sus incondicionales y valedores son tantos y tan heterogéneos que les dejo a ellos las adulaciones ensalzadoras que bien se ha ganado. Sin embargo, el pasado año, por estas mismas fechas, ‘Frasier’ también dio por finalizada su andadura televisiva, sólo una semana después de que lo hiciera la serie creada por David Crane y Marta Kaufman, con medio mundo lamentando su conclusión. No hubo miradas de aflicción para ‘Frasier’. La CBS se gastó un exorbitante dineral en el adiós de David Schwimmer, Matthew Perry, Lisa Kudrow, Courtney Cox, Jennifer Aniston y Matt LeBlanc, mientras que la NBC dispuso apenas de dos anuncios especiales para la clausura de esta mítica serie. La despedida de ‘Frasier’ no fue tan profusamente anunciada como la de ‘Friends’, un hecho que inicialmente enfadó a sus protagonistas pero que posteriormente consideraron y justificaron con la elegancia y la honestidad con la que han liderado la televisión americana durante una década. “No hemos querido dejarnos llevar por nuestras propias emociones. La serie no necesita una gran fiesta para decir adiós porque nos quedamos con el cariño del público que nos echará de menos", declaró el genial David Hyde Pierce.
Durante sus 264 episodios ubicados en 11 temporadas, ‘Frasier’ acumuló un total de 31 premios Emmy y tres Globos de Oro, todo un récord en el azaroso universo de la pequeña pantalla, consecuciones que alzaron a esta imponderable serie a la prestigiosa gloria de los fastos de las 625 líneas. Una cita obligatoria e ineludible para todos los amantes de la televisión inteligente, del genio sin fin, de la lucidez lúdica que en cada episodio definía su propia razón de ser: articular mediante el humor la sofisticación de sus personajes ‘snob’ con situaciones afines a cualquier espectador, desplegando mediante sus ‘gags’ y optimizados argumentos un sólido pero alterable retrato de Frasier Crane, el entrañable urbanita acomodado de mediana edad depositario de una nulidad exacerbada en cuestiones existenciales y familiares, incapaz de resolver sus problemas sin la ayuda de su padre, Martin, su hermano Niles (posiblemente el mejor personaje creado jamás para una teleserie), Daphne, la fisioterapeuta inglesa de su padre y Roz, la amiga y productora del programa radiofónico de Frasier.
‘Frasier’ atesoró durante su existencia un sentido del humor inagotable y estudiado, que la convirtió en la auténtica esencia de su éxito para hacer de ella un clásico de la pequeña pantalla en Estados Unidos y en el resto del mundo, una comedia que durante once años hizo que el 35 % de los estadounidenses no conocieran un mundo sin ‘Frasier’. Como algunos de nosotros, que aún lloran el final de nuestra serie favorita. Hay que reconocer que dos décadas junto a Kelsey Grammer (antes uno de los secundarios habituales de ‘Cheers’ –otra serie de cabecera-) son muchos años. Frasier Crane, ese arrebatador psiquiatra con problemas propios de neurasténico nació en 1984, en la tercera temporada del citado clásico. Uno de los momentos más emotivos que he vivido frente a un televisor fue cuando se produjo esa despedida con el episodio de una hora de duración titulado ‘Adiós Seattle’. Un momento aciago tener que despedirse Grammer, David Hyde Pierce, Jane Leeves, John Mahoney y Peri Gilpin. Así como del revoltoso y entrañable terrier Moose (o Eddie, como queráis).
‘Frasier’ ha sido una serie que puede presumir de haber ofrecido opulencia en su máxima expresión de la refinada ironía, de una particular elegancia sin perder su perfilada perspectiva de la cultura. Frasier y los suyos son algo más que simples personajes televisivos. Frasier y los suyos se convirtieron en aliados de la diversión, en miembros de nuestros mejores recuerdos, en relamidos compañeros a los que nunca olvidaremos.
Sentado en el Café Nervosa, añoro escuchar la KACL y su máxima de cierre: “Que disfruten de una buena salud mental”.
Y eso mismo os deseo.