miércoles, 26 de enero de 2005

Y los Razzies 2004

Pues si ayer había que dedicar un post a las nominaciones de los Oscars, hoy no queda más remedio que hacerse eco de los Razzies, esos premios antagónicos, antitéticos al glamour que reconocen, con gran juicio y acierto, las peores películas del año. Aquéllas que nos han hecho bostezar, dejándonos un residuo visual de mortificación y hastío que se merecen todos los oprobios vertidos sobre ellas.
Y, como no podía ser de otra manera en esta edición, la película que mayor número de candidaturas ha obtenido ha sido ese ímprobo producto de bostezo fílmico que es el desperdicio histórico de ‘Alexander’, de Oliver Stone. Una obscenidad doble si tenemos que esta superproducción ha costado 155 millones de dólares y sus responsables (a los que se les tenía que caer la cara de vergüenza) pretendían, ilusos de ellos, que este infraproducto pudiera haber sido una de las grandes nominadas a los Oscars de este año.
La gran sorpresa, definiendo la línea cínica y sarcástica de estos anti-premios se ha producido en las nominaciones de George W. Bush y Condeeleza Rice por sus patéticas personalidades demostradas en el documental del incendiario Michael Moore ‘Fahrenheit 9/11'. Será la primera y única vez en que tantas nominaciones a peores actores hayan satisfecho tanto a público como a su propio director, ya que son un total elogio a su trabajo.
Bueno, aquí os dejo las candidaturas de este año que son bastante justas, parece ser.
PEOR PELÍCULA
‘Alejandro Magno’ (Warner Bros.)
‘Catwoman’ (Warner Bros.)
‘Los Superbabies (Superbabies: Baby geniuses 2)’ (Triumph Films)
‘Sobreviviendo a la Navidad’ (DreamWorks)
‘Dos rubias de pelo en pecho’ (Columbia/Revolution)
PEOR ACTOR
Ben Affleck por ‘Jersey girl’ & ‘Sobreviviendo a la Navidad’
George W. Bush por ‘Fahrenheit 9/11’
Vin Diesel por ‘Crónicas de Riddick’
Colin Farrell por ‘Alejandro Magno’
Ben Stiller por ‘Y entonces llegó ella (Along came Polly)’, ‘Anchorman’, ‘Dodgeball’, y ‘Envidia’‘Starsky & Hutch’
PEOR ACTRIZ
Halle Berry por ‘Catwoman’
Hilary Duff por ‘Cinderella Story’ y ‘Raise your voice’
Angelina Jolie por ‘Alejandro Magno’ y ‘Vidas ajenas’
Mary-Kate & Ashley Olsen por ‘New York Minute’
Shawn & Marlon (The Wayans Sisters) ‘Dos rubias de pelo en pecho’
PEOR PAREJA EN PANTALLA
Ben Affleck junto a Jennifer Lopez o Liv Tyler en ‘Jersey Girl’
Halle Berry junto a Benjamin Bratt o Sharon Stone en ‘Catwoman’
George W. Bush junto a Condoleeza Rice o su puta mascota Barney en ‘Fahrenheit 9/11’
Mary-Kate junto a su gemela Ashley Olsen por ‘New York Minute’
Los hermanos Wayans travestidos o no en ‘Dos rubias de pelo en pecho’
PEOR ACTRIZ SECUNDARIA
Carmen Electra en ‘Starsky & Hutch’
Jennifer Lopez en ‘Jersey Girl’
Condoleeza Rice en ‘Fahrenheit 9/11’
Britney Spears en ‘Fahrenheit 9/11’
Sharon Stone en ‘Catwoman’
PEOR ACTOR SECUNDARIO
Val Kilmer por ‘Alejandro Magno’
Ah-Nuld Schwarzenegger por ‘La vuelta al mundo en 80 días’
Donald Rumsfeld
por ‘Fahrenheit 9/11’
Jon Voight por ‘Los Superbabies (Superbabies: Baby geniuses 2)’
Lambert Wilson por ‘Catwoman’
PEOR DIRECTOR
Bob Clark por ‘Los Superbabies (Superbabies: Baby geniuses 2)’
Renny Harlin y/o Paul Schrader por ‘El Exorcista 4: El comienzo’
“Pitof” por ‘Catwoman’
Oliver Stone por ‘Alejandro Magno’
Keenan Ivory Wayans por 'Dos rubias de pelo en pecho'
PEOR REMAKE O SECUELA
‘Alien v Predator’ (20th Century-Fox)
‘Anacondas’ (Screen Gems)
‘La vuelta al mundo en 80 días’ (Disney)
‘El Exorcista 4: El comienzo’ (Warner Bros.)
‘Scooby Doo 2’ (Warner Bros.)
PEOR GUIÓN
‘Alejandro Magno’, escrito por Oliver Stone, Christopher Kyle y Laeta Kalogridis.
‘Catwoman’, escrito por Theresa Rebeck y John Brancato & Michael Ferris y John Rogers.
‘Los Superbabies (Superbabies: Baby geniuses 2)’, escrito por Steven Paul y Gregory Poppen.
‘Sobreviviendo a la Navidad’, escrito por Deborah Kaplan y Harry Elfont & Jeffrey Ventimilia y Joshua Sternin.
‘Dos rubias de pelo en pecho’, escrito por Keenan & Shawn & Marlon Wayans and Andy McElfresh, Michael Anthony Snowden and Xavier Cook.

Homenaje: Santo Enmascarado de Plata

La leyenda del héroe azteca
El Santo Enmascarado de Plata es uno de los héroes más importantes del cine y un icono cultural y fenómeno sociológico en México.
Bien es sabido por los conocedores y amantes de los cómics y las leyendas que los superhéroes han encontrado sus raíces en la antigua mitología. Las grandes figuras legendarias, aquellos defensores de la masa popular que velan por la paz y la justicia han pasado a través del noveno arte, la literatura e incluso en la tradición oral a formar parte de la mal llamada cultura de masas, iconos sociales que se han acabado integrando en la erudición más inveterada. Es cierto que son sólo unos pocos son los que pasan con letras de oro a la profusa antología de héroes, mitos, celebridades que se aúnan en la memoria colectiva para traspasar así cualquier papel (ya sea de cómic como de literatura) para consolidarse como iconos en la vida de los que saben justipreciar el noveno arte; léanse los grandes clásicos como Batman, Superman, Iron Man, Spiderman... Seres de apariencia humana, algunos de ellos más humanos que el vecino que compra el periódico cada mañana y lleva una aburrida vida cotidiana, que ejercen una meritoria vocación de protección y defensa de la Humanidad vista eternamente desde una perspectiva idealista, adquiriendo poderes en circunstancias accidentales (cuando una explosión o la ingestión de una droga provocaron extrañas mutaciones en su estructura) o provenían de planetas lejanos.
También es indefectible que hayan sido productos basados en el mensaje subversivo (para bien o para mal) en la viñeta triunfalista instituida en un patriotismo exacerbado (generalmente de los yanquis) para deleite de las inquietas mentes sedientas de aventuras y sergas. Maravilloso, pero escasamente relevante. Por eso, más de cincuenta años después de su nacimiento, hay que reivindicar a uno de los héroes más desconocidos en estas lindes españolas, pero que ha marcado con su sencillez una leyenda en un país tan excepcionalmente atrayente (por su cultura, su gente y su entorno nigromántico) como es México. Un superhéroe que rompe los cánones, que ha sido capaz de delimitar su propio territorio ante la tiranía viñetística americana. Por supuesto, el mítico y poco valorado Santo Enmascarado de Plata, una de las efigies más fundamentales en la idiosincrasia azteca que debería ser conocido como un héroe ecuménico y significativo en cualquier parte del planeta. Nacido de la inspiración de ‘El fantasma’, personaje creado en 1955 por Lee Falk, Santo Enmascarado se ha consolidado como una figura imprescindible, símbolo de una tradición que ha llevado consigo la admiración y furor no sólo de los propios mexicanos, sino de aquellos que saben descubrir hipnóticos emblemas reveladores de otras culturas exóticas, fascinantes, mágicas.
Santo no se parece a los superhéroes a los que estamos acostumbrados a leer, a aquellos dibujos de contornos perfectos surgidos de la pluma de Stan Lee, Jack Kirby o Simon Bisley, sino que (salvando las distancias) está más cerca de los trazos violentos y decididamente bizarros de C.C. Beck e Infantino. Este héroe mexicano encuentra la grandeza que le rodea y le hace más extraordinario que otros ídolos en su nacimiento del pueblo, en la realidad social de la que surge. Santo es original, fundamentalmente, por su procedencia: un campeón de lucha libre que se enfrenta a sus regios enemigos cimentado exclusivamente en sus grandes facultades físicas, en unos poderosos y diestros puños preparados para la lucha y en esa peculiar e incomparable máscara que todo el mundo conoce, aún sin haberle visto nunca. Su mitología se acrecentó (eso sí, con escasa repercusión fuera de sus fronteras) al convertirse en el protagonista de un genial y desagraviado género cinematográfico que se sale de todos los referentes habidos y por haber. Un cine basado en los luchadores mexicanos. Algo que aquí puede sonar indiferente pero que en su tierra asigna una impronta bastante cardinal. Entre 1952 y 1983 Santo ha agrandado su figura a lo largo de medio mundo gracias a más de 150 películas centradas en esta enseña sudamericana.
Antes de que el luchador Rodolfo Guzmán Huerta encarnara al hombre que se ocultaba tras la máscara plateada y diera vida a ese ser fantástico combativo y aguerrido durante más cuarenta y cuatro años consecutivos, los cómics auspiciados por Jesús Lomelín y dibujados por José G. Cruz habían llenado de ocio y mitología una figura de gran envergadura tanto cultural como social, que alcanzó su máximo esplendor en los años 60, sin duda alguna donde residen las mejores películas de este icono mexicano.
La primera aparición de Santo tuvo lugar en 1952, cuando René Cardona adaptó uno de los cómics de G. Cruz y se llevó a cabo ‘El Santo Enmascarado de Plata’, una película de serie B que, a medio camino entre el experimentalismo y la viñeta más zafia, ofrecía la mejor perspectiva del luchador que nunca se plasmó en pantalla, un héroe (casi semidiós) protector de los menos favorecidos económicamente, un superhéroe atómico e invencible, lo más parecido al cómic visto en la gran pantalla que se ha creado en México (y en el fondo extensible a los fastos cinematográficos). El productor Alberto López vislumbró el potencial de aquella efigie de éxito fulminante y firmó un contrató exclusivo con un producto que se convertiría en el más rentable de la historia de México.
Desde su primer filme oficial, bajo el inconfundible sello de la productora de López llegaría ‘Santo contra el cerebro del Mal’, la inolvidable cinta de Joselito Rodríguez, que abrió un auténtico filón engrandeciéndose a continuación con numerosos filmes, entre los que destaca Santo contra los hombres infernales’, autentico génesis de una filmografía que acompañaría a Guzmán Huerta hasta su muerte en 1984. Tras siete filmes (sobresaliendo particularmente ‘Santo contra los zombies’) el luchador del antifaz dejó el cine para dedicarse a su verdadera vocación: la lucha libre. Pero ante el clamor de una enorme nación como es la chicana, volvería en 1962 con ‘Santo contra las mujeres vampiro’, bajo las órdenes del carismático Alfonso Corona Blake, una de las cintas con mejor acabado y guión sobre este personaje. El cine del Santo Enmascarado de Plata es un cine sin pretensiones, divertido, optimista, en la que la cultura mexicana se refleja a modo de radiografía social y convierte al Santo en la representación de una esperanza, de una quimera del México más pobre, del ideal de los estratos sociales más necesitados de héroes como Santo.
Por eso en películas como ‘Profanadores de tumbas’, ‘El hacha diabólica’ o ‘El tesoro de Moctezuma’ Santo siempre es derrotado temporalmente, como signo evidente de afinidad con el pueblo, pero que, en finales apoteósicos de lucha y violencia, el héroe logra vencer de forma indiscutible, con victorias a favor del bien y de los grandes valores occidentales y religiosos. Lo que es, en realidad, el anhelo del vulgo a quien iban dirigidas este tipo de filmes. Además, Santo siempre estuvo rodeado de bellas y exuberantes mujeres, algunas representadas también en inexorables adversarias, como las misteriosas Lorena Velázquez y Ofelia Montesco en ‘Santo vs. las mujeres vampiro’ o las turbadoras Maura Monti y Eva Norvind de ‘Santo contra la invasión de los marcianos’; otras, como las esculturales Elizabeth Campbell o Amedée Chabot fueron subyugadas por el donaire del hombre de la máscara plateada. Pero a todos los que hemos seguido desde nuestra infancia las aventuras de este peculiar héroe quedará en la retina el cuerpazo desnudo de Meche Carreño en los episodios de ‘El barón Brákola’.
Todo un género con su propia tradición. Lucha sin límite de tiempo y sin tregua, en constante actitud beligerante contra el mal, ante su impasible máscara de plata han desfilando los villanos más insospechados de la literatura o el cine: un estrangulador que opera en un teatro de variedades (‘Santo contra el estrangulador’), marcianos invasores (en estética muy hermanada a la de Edward D. Wood Jr.), villanos del ring, cazadores de recompensas, mafiosos terroríficos, momias vengativas (‘Santo contra las momias de Guacajanato’), Frankenstein, Drácula (‘Santo en el tesoro de Drácula’), monstruos, muertos vivientes, asesinos de otros mundos, secuestradores y el ‘asesino de la televisión’ (figura mítica en la cultura catódica mexicana), algunos de los muchos enemigos de este mítico superhéroe que vería su fuerza duplicada con otro mito del cómic mexicano como lo es ‘Blue Demon’ en filmes como ‘Santo y Blue Demon en el mundo de los muertos’ y ‘La Atlántida’.
Muchos fueron los grandes cineastas que compartieron filmografía con Santo, cineastas que con su desparpajo y gran visión de la aventura cinematográfica crearon uno de los géneros dentro del fantástico que muy pocos conocen de verdad y en toda su extensión: el cine ‘psicotrónico’ mexicano. Películas de serie B y Z centradas en los mitos alquímicos provenientes de la religión y creencia azteca que otorgaron creadores de la talla de Gilberto Martínez Solares, René Cardona, Alfredo B. Crevenna, José Díaz Morales o el mencionado Alfonso Corona Blake. Directores de culto que representan el ideal del auténtico sentimiento de lo que es el fantaterrorífico más genuino y valedero.

La 'Scream Queen' del tenis femenino

Ha vuelto a ser noticia. Maria Sharapova está empezando a ejercer de gran musa en muchos dominios dentro del mundo del tenis femenino. Su escultural belleza de elegancia rusa, su tersa piel blanquecina, su mirada felina y su potencial como excelente jugadora en el circuito tenístico la han convertido en la nueva reina, en la chica de moda. Lo tiene todo; es guapa (muchos le han otorgado el reinado de 'la jugadora más sexy' que desde hace años ha tenido Kournikova), alta (1,83), potencialmente progresiva en un juego encandilador y, sobre todo, un elemento privativo que la hace destacar entre sus rivales: sus furiosos y exagerados gritos que resuenan en los campeonatos como auténticos huracanes.
Si habéis visto los telediarios de hoy sabréis a qué me refiero. Esos alaridos surgidos de la potente garganta de Maria Sharapova en un deporte donde el silencio forma parte del juego la han convertido en la emperatriz de los gemidos, en la czarina de unos gritos que, con los ojos cerrados (por lo menos a mí), a uno le da por imaginar con el flanco más lascivo del cerebro y en vez de con una raqueta en la mano, inconscientemente se fantasea con otros menesteres que poco tienen que ver con el deporte del tenis. Ella, tumbada, semidesnuda y expedita a nuevas sensaciones, asiendo fuertemente la sábana mientras… Bueno, dejémoslo ahí.
Escuchándola, la imagen que me viene a la cabeza recuerda, en analogía pura por el sentido auditivo, es Devon, la actriz del cine porno de Vivid también poseedora de un agudísimo baladro cuando aúlla de placer en esas películas deshonestas de las que soy tan seguidor.
Sharapova no sé (supongo que sí) si es consciente del morbo sensorial y sonoro que despierta. Ni siquiera las multas que paga por lo escandaloso del asunto la detienen. Simplemente, tengo que reconocer que cuando grita con fuerza en cada golpe, a mí me pone, amigos.

martes, 25 de enero de 2005

Nominaciones Oscar 2004

O… Candidaturas. Cuando estudiaba Periodismo, uno de los muchos gañanes que tuve como profesores de redacción insistía persistentemente en no utilizar el verbo ‘nominar’ cuando, hipotéticamente, tuviéramos que escribir sobre los Oscars. Yo, por supuesto, saliéndome de la norma, jamás utilicé la palabra candidatura (como era la preferencia del catedrático), sino que perseveré en las familiares nominaciones (ya aceptadas por la Real Academia) y cuando había que utilizar sinónimos empleaba ‘proposiciones’ que, al fin y al cabo, es lo mismo.
En cualquier caso, las nominaciones de este año no han dejado ninguna sorpresa que destacar. Al igual que en los Goya del próximo domingo (donde persisto en decir que la peli e Amenábar ganará, al menos, 12 premios) parece que todo está muy claro en las principales categorías. Empezando por las 11 candidaturas (mira tú por dónde) de ‘The aviator’, de Scorsese a la que siguen ‘Finding neverland’ y ‘Million dollar baby’ con siete cada una y las sendas cinco propuestas de ‘Ray’ y ‘Sideways’.
Si, como todo parece indicar (olvidando que no ha ganado el Globo de Oro), Marty gana el Oscar como mejor director y su cinta sobre Howard Hughes se lleva los premios más importantes, será esta 77 edición de los Oscar la que marcará la reconciliación de Hollywood con Scorsese, a quien la crítica asegura se le debe una estatuilla desde ‘Taxi driver’.
Algunas sorpresas agradables: Catalina Sandino Moreno por ‘María eres llena de gracia’, Jaime Foxx como secundario por ‘Collateral’, que ‘Diario de motocicletas’ sí esté en alguna candidatura importante (mejor guión adaptado), la nominación amejor guión apartado de para Richard Linklater, Kim Krizan, Julie Delpy y Ethan Hawke por ‘Before Sunset’ y que una cinta como ‘Hotel Rwanda’ haya tenido varias nominaciones lo que hace albergar la esperanza de verla por estos lares.
Algunas sorpresas desagradables: que no esté Jim Carrey por ‘Eternal Sunshine of the Spotless Mind’. Que ‘La casa de los puñales voladores’ no esté entre las mejores cintas de habla no inglesa y sí en fotografía, por ejemplo.
Lo que todos sabíamos: que ‘Mar adentro’ estaría nominada y que va a ganar el Oscar. Aunque si la alemana de Oliver Hirschbiegel ‘Contra el muro’ gana el premio no seré yo quien lo lamente. También era previsible, aunque en este país no se quiera reconocer, que Javier Bardem no iba a estar nominado entre los cinco elegidos al Oscar. Para mí es algo de sentido común, no porque no se lo mereciera.
La sorpresa española: No es la absurda nominación de Jo Allen y Manolo García por crear la calva de Bardem en ‘Mar adentro’ (ya se lo dieron hace dos años por crear una nariz a Nicole Kidman en 'Las horas'), sino esa cojonuda noticia de que Nacho Vigalondo esté nominado por su cortometraje ‘7:35 de la mañana’. Es curiosa la trayectoria que tienen los escasos trabajos de corta duración españoles que participan en esta fiesta de boato e intrascendencia. Os explico, el corto de Vigalondo no está nominado a los Goya, a todas luces, de un modo bastante injusto, pero paradójicamente sí está en los Oscar. Ahora la Academia estará apoyando a Vigilando y su corto que ellos verán como un triunfo español. Pero lo curioso es que ‘Esposados’, de Juan Carlos Frenadillo, posiblemente el mejor corto que se haya hecho en este país, no ganó ese merecido Goya (y no recuerdo si estaba nominado o no) el año que estuvo a puntito de llevarse al tío Oscar a casa. Lo que es cierto es que este cántabro puede estar satisfecho porque si no había tenido suficiente repercusión su trabajo (es uno de los cortos más premiados del año), la selección para participar en estos Oscars le abrirá muchas puertas.

lunes, 24 de enero de 2005

'Bésame... bésame muuucho'

Coincidiendo con la muerte de la compositora mexicana Consuelo Velázquez, a todo el mundo se les ha despertado su vena romántica y ha recordado esa hermosa canción que es ‘Bésame mucho’. Unas estrofas que suenan en varias versiones a lo largo de ‘Grandes esperanzas’, para el que esto suscribe la mejor película de Alfonso Cuarón. ‘Grandes Esperanzas’, fue una nueva versión del clásico de David Lean ‘Cadenas Rotas’, ambas basadas en la gran obra del maestro del realismo inglés que es Charles Dickens. La historia de Pip, el niño huérfano que vive de puta pena con su hermana y su marido siempre ha sido una constante referencia en aquellos que pensamos que aún se puede recurrir sin ñoñerías a un título digno cuando se trata de esto tan complejo y turbulento del amor. Es una novela maestra que trata el sentimiento de la pasión de la forma más impresionante y proverbial que podamos llegar a imaginar. El pequeño desgraciado (en realidad la representación ideal de cualquier gilipollas que esté o haya estado enamorado) se embelesa con la bella niña Estela, la protegida de Madame Havisham. En el comienzo de la trama hemos sabido que Pip ayuda a un reo a escapar de la prisión, el rudo Magwitch, que, sin embargo, es atrapado en su huida. No obstante, el reo ha visto cómo por una vez en la vida una única persona que ha hecho algo bueno por él.
La vieja Havisham es uno de los personajes más asombrosos que se hayan creado jamás. Es el Mal, con mayúsculas, el rencor desproporcionado que acojonaría al mísmisimo Darth Vader. La ira y la venganza representadas en una mujer que odia profusamente a los hombres porque su prometido la dejó plantada en el altar horas antes de casarse. Para su siniestro plan, educa a la pequeña Estela en función de un solo objetivo: hacer sufrir a todo aquel que se enamore de ella. Estela putea todo lo que quiere y más a Pip, que a pesar de haberse convertido en un noble gracias a un misterioso benefactor, no puede querer nada más que a la chica. Estela, deshonrada por su marido, se refugia junto a Pip cuando el misterioso del bienhechor que le ha hecho rico resulta ser Magwitch, el presidiario que había ayudado el niño cuando este se había fugado y que es, además, el padre de Estela. Suena a mediocre culebrón. Pero os aseguro que no lo es.
Es una de las novelas que más me marcó cuando la leí en aquella infancia absurda en la que se cree una serie de conceptos vitales que luego, en la edad adulta, se disipan en un brutal escepticismo llegado en forma de hostias existenciales, de mentiras que un día parecieron evidencias esperanzadoras. Como esa representación del amor en estado puro, del condicionamiento al que te lleva estar enamorado sabiendo lo mucho que puedes sufrir con todo eso. La versión de Lean está considerada un clásico del cine. Pero no es mi predilecta. no obstante, la de Alfonso Cuarón es mucho más eficaz, emotiva, tierna y dinámica que la del director de ‘La hija de Ryan’. Pip pasa a ser en esta nueva odisea ‘dickensiana’ Finegan Bell (Ethan Hawke), que también se enamora de una hermosa (y no menos inicua) Estela, convertida en mujer orgullosa y desdeñosa que encarna Gwyneth Paltrow. Anne Bancroft es, en este caso, la Señora Dinsmoor, la vieja Havisham en las anteriores Dickens y Robert de Niro es Lustik, que hace las veces de Abel Magwitch. Cuarón imbuyó a este clásico moderno de un sentimiento inhabitual, adaptando el Londres de la obra al Nueva York más cosmopolita, de la aristocracia adquirida por Pip a la fama como pintor de Fin y la venganza de la señora Dinsmoor en un ahondamiento de su pesar mucho más sincero que el de Lean.
Cuando Fin, roto por el dolor y en la cima del mundo llega a la mansión de Dinsmoor para decirle a Estela que ya está allí, que es rico, que está en la cima del mundo y que todo lo que ha hecho lo ha hecho por ella, el personaje de Bancroft le deja subir y Fin descubre que Estela se ha casado y le ha abandonado, a pesar de quererle. Una gran putada consolidada en el plan más macabro llevado a cabo por un personaje a favor de un objetivo de maldad emocional. Siniestramente oscuro y descorazonador. En la peli de Cuarón, Fin coloca la mano de Dinsmoor en su pecho y recita las mismas frases que la vieja amargada le susurró al principio de la película, cuando era un inocente niño asustado: “¿qué es lo que hay aquí?”, le dice con la mano en su torso, “un corazón roto”. Puede parecer una mariconada de escándalo. Tal vez lo sea y me esté convirtiendo sin saberlo en un Ernesto Sábato de tercera. Pero lo cierto es que 'Grandes Esperanzas', tanto en su faceta literaria como en sus dos adaptaciones cinematográficas, representa muy bien a ese diabólico ser tan complejo que es la mujer y el mundo del corazón en su faceta más trágica y romántica.
Si tenéis oportunidad de verla, hacedlo. Es una de las obras del cine moderno que hará que creáis todavía en las historias de amor bien contadas y que sirve, en cierto modo, como homenaje a la muerte de Consuelo Velázquez, la cual, por cierto, además de escuchar cómo en varias ocasiones y en diferentes versiones se escucha su canción más conocida en este filme, tiene canciones involvidables en películas memorables. Algo que podéis comprobar en su ficha de IMBD.

Dos noticias antes de morirme de cansancio

De lo primero que me he enterado nada más encender esta máquina del Demonio que es Internet es que Johnny Carson, el legendario comediante y presentador de la televisión estadounidense, ha fallecido a los 79 años de edad. Nos hemos quedado, por tanto, sin 'Carnac el magnífico' y tantos otros personajes. Aquella sintonía del ‘Tonight Show’ que daba lugar al posterior grito de Ed McMahon que formulara con su voz inconfundible aquella frase inolvidable: “Heeeeere’s Johnny!” y que se extendió a lo largo de varias décadas en la cadena NBC. Un tipo que sabía qué era una televisión digna, sí señor. Un maestro del que podrían aprender algunos gañanes autodenominados líderes de audiencias aquí, en este circo mediático que es España.
Una pena. Pero como bien establecí hace pocos días, no quiero que este espacio multitemático se convierta en un velatorio de celebridades.
Por otra parte, he leído la siguiente noticia en varios medios de la red: “Los hombres jóvenes e inteligentes tienen menos tendencia a suicidarse”. Elucidaría algo sarcástico sobre este impresionante y sorprendente develamiento científico (hay que ver qué prodigiosos hallazgos, oiga), pero estoy tan cansado que mis dedos ya no pueden teclear ni una sola palabra más. Hasta mañana, amigos del Abismo.

I'm back...

Ya estoy aquí de nuevo, listo para recuperar la frenética actividad del Abismo.
Ahora mismo estoy exhausto, rendido de cansancio. Ha sido un fin de semana totalmente gratificante en muchos aspectos. El viaje a Madrid ha sido uno de los más fructuosos de los últimos años. Por la numerosísima gente maravillosa a la que he conocido -contactos profesionales incluidos-, por esperados reencuentros múltiples, porque al fin he visto ‘The Birthday’ (por cierto, con página web recién estrenada –hablaré largo y tendido de la película del gran Eugenio Mira) y porque nuestro siguiente cortometraje ‘The Encounter’, en 35 mm., ya empieza a dar sus primeras patadas, con una sensación de asistir entusiasmado a una ecografía donde un pequeño microser empieza a tener vida. Hablando de la película de Eugenio, sí, seré uno de los pocos defensores a ultranza de esta extraña y casi suicida producción. Pero daré razones coherentes para declarar mi amor por esta cinta que me ha parecido una de las películas más jodidamente fascinantes que he visto en mucho tiempo.
Mañana me extenderé en todos estos temas y seguiré recuperando la dimensión cinematográfica, de actualidad, cultural y, por supuesto, la esfera personal a la que os estoy malacostumbrando.
Como digo, ahora estoy extenuado, sin energías para seguir tecleando ni una sola línea más.
Me alegro de haber vuelto.
¡Show must go on!

viernes, 21 de enero de 2005

El vicio de la grandeza fílmica

El misterio de los talentos insurrectos
Donatien Alphonso François, el célebre Marqués de Sade ha representado, a lo largo de dos siglos, la personificación del espíritu revolucionario en estado puro, de la grandeza infernal que puede encerrar la mente humana, la filosofía más incorrupta y directa desde Descartes. ‘Quills’, obra depurada y transgresora, delimita y propone un delicioso y amargo viaje a un posible epílogo, posiblemente ficticio, de los últimos días de este controvertido y brutal genio literario del pensamiento humano, a sus últimas lecciones magistrales bajo su reclusión en el asilo Chareston.
De sus postreras doctrinas llenas de ira y maldad sobre los frágiles y pueriles límites que imponen la moral falsamente hipócrita de los conservadores espurios. El filme de Philip Kaufman está destinado pues, a mitigar las falsarias conciencias que inspiran la hipocresía camuflada, muchas veces, en la ética aparente. El cosmos sadiano (que no sádico) impregna la cinta de Kaufman reconstruido a través de la frialdad de unas imágenes coléricas, que solazan mediante las constantes y progresivas situaciones perversas la mente oscura e intencional del genio filosófico, de la rebeldía llevaba al paroxismo de Sade.
Su análisis propone el excelente guión de Doug Wright para desarrollar una pieza cargada de nihilismo, de mala hostia, de violencia oculta, recreando con majestuosidad la figura del intratable Sade, de la época más gloriosa de Francia, crítica manifiesta a la burguesía, a la nobleza, a la medicina y sus métodos pero, sobre todo, levantando las llagas de la religión católica, logrando además que todo ello se extrapole a muchos de los conceptos falsarios que rigen la moral actual. A su vez, 'Quills' exhibe a un escritor humano, capaz de enamorarse y de contener sus instintos destructivos con la fuerza del destino humano. Geoffrey Rush, inmenso y colosal, hace de Sade una extensión de su carácter interpretativo, en estado de gracia, una metamorfosis compleja y titánica del sabio, del monstruo y del hombre que fue este arquetipo del odio benéfico, transformando al prodigio literario en una figura hipnótica. No es ajena a la excepcional calidad actoral del filme la fuerza de una ‘carnal’ Kate Winslet incandescente o las contenidas sobreactuaciones de unos inmejorables Michael Caine y Joaquin Phoenix.
Si ‘Quills’ propone un viaje a los infiernos del mundo sadiano y su contenido filosofal, Kaufman y Wright reinventan la catarsis humana con un fondo consecuentemente distorsionado por una ambigüedad que va más allá de sus intenciones, escondiendo los defectos del relato bajo un guión fascinante que escapa a cualquier tipo de sumisión y énfasis para impregnar, con ironía, dobles sentidos y goticismo, una narración de imponderables dimensiones artísticas. Kaufman aplaca el exceso fácil anteponiendo la sugerencia a la evidencia, haciendo de la perversión sexual y el sadismo una apología conceptual de la personalidad del Marqués de Sade, como ya lo hiciera con polémicos creadores como Henry Miller, Joyce, Kundera o Anaïs Nin.
‘Quills’ es, por tanto, una oda fabulesca que pondera la libertad, la rebeldía y el arte, dilatando su discurso final hasta una actualidad necesitada de personalidades comprometidas con el libertinaje y la sodomía intelectual pervertida por la hipocresía, poniendo de manifiesto estos términos con una elegancia y una puesta en escena encomiables.
Puro vicio de grandeza fílmica.

¡¡Hasta el lunes, amigos del Abismo!!

Pues sí, 'Un mundo desde el abismo' cierra sus puertas durante este fin de semana debido a que me voy a disfrutar de unos días madrileños y del Festival de Cine Fantástico y Ciencia Ficción de Calle 13.
El domingo por la noche adelantaré algo de todo lo que allí suceda y vea. Entre ayer y hoy he dejado algo de material para que no os aburráis ni me echéis de menos. De todos modos, para eso tenéis El fondo del abismo, ese viaje al pasado de esta joven e ilusionante bitácora.
La weblog recuperará su frenética normalidad el próximo lunes. Intentaré disfrutar todo lo que sea posible.
Hasta entonces, sed felices y muy malos.
Un saludo.
REFO

Stan Lee recupera sus derechos

El gran maestro Stan Lee, co-creador de personajes como 'Spider-Man', 'Los Cuatro Fantásticos', 'Hulk' o los 'X-Men', está muy quemado porque desde que sus adaptaciones se han adaptado en aluvión a la gran pantalla, el genio del cómic moderno no está viendo un dólar de toda la maquinaria que mueven las grandes productoras.
Así, se ha hecho pública una sentencia en la que Lee podría recibir un 10% de los beneficios de las producciones para cine y televisión con personajes de la compañía desde noviembre de 1998, así como de los juguetes fabricados y vendidos por la compañía. El dictamen destaca que un jurado determinará si Lee debe recibir una parte de las muy lucrativas asociaciones con Sony Pictures y Universal Studios para la producción de productos derivados de los films de 'Spider-Man' y de 'Hulk'.
La dimensión económica de esta decisión podría ser colosal, teniendo en cuenta el enorme éxito económico de muchas de las películas basadas en personajes de Marvel y de todos los productos relacionados.
Ya iba siendo hora. Al César lo que es del César.
Fuente: El Mundo.