martes, 18 de enero de 2005

Retazos del gran maestro

Esta tarde, haciendo limpieza de VHS’s y mirando el contenido de muchas de mis cintas apiladas en descolocados bloques, he descubierto una joya que creía borrada, extraviada, perdida en la memoria de mi dilatada compilación de cintas en soporte videográfico destinada a extinguirse, pero aún aguantando el tirón del DVD, inmune a la nueva era. Se trata nada más y nada menos que ‘La casa de bambú’, de mi gran tótem, de Samuel Fuller, el pequeño gran Sam, ese Dios cinematográfico al que tanto admiro e idolatro.
En un pequeño retazo memorístico he recopilado mentalmente la historia del sargento Kenner, de cómo en su comienzo intenta amenazar a un pobre japonés para que le pillen y así infiltrarse en la banda de Dawson, un soldado estadounidense desmovilizado en Tokio que dedica a la delincuencia organizada. He sentido con sólo tocar la cinta, la forma en que Fuller contenía una violencia que parece que está a punto de saltar por todos lados. Una violencia seca, sin ningún efectismo, de esa violencia que acojona. Me ha venido a la cabeza la secuencia final en el parque de atracciones (no sólo Hitchcock sabía finalizar sus películas en sitios de altura que pasaran a se legendarios), en la que Dawson muere de un disparo certero. Pero lo que más me gusta de esta película es la relación que se establece entre Keener y Mariko, ella creyendo que es Eddie Spanier, un amigo de su marido. Ese acercamiento entre los dos, esa fidelidad y amor latente es lo mejor de la película. Como la utilización de ese eterno nombre que fluye en toda la filmografía de Fuller: Griff.
Creo que Fuller llegó a decir varias veces de la secuencia de máximo apogeo de violencia entre Kenner y Dawson que se trataba de “una secuencia de violencia y erotismo entre dos hombres”. Y así es. La he puesto como pendiente para verla esta semana y empezar a escribir en este blog del hombre por el que un día decidí dedicarme a escribir historias, aquel por el que quiero llegar algún día a hacer cine, el cineasta que, más allá del célebre autor al que todos empiezan a reconocer, se ha transformado en un mito sin el que el cine no tendría la grandeza que tiene. Sam Fuller ha sido y será para mí el realizador a rezar.
Seguro que esta noche acabo soñando con la II Guerra Mundial, con del periodismo de Park Row, con racismo soterrado de un chucho callejero, con la locura, con el cine, la vida y, por supuesto, con Balzac.
Quedaos con esa cita que religiosamente me viene a la cabeza nada más empezar un guión y que proviene de la sabiduría eterna de Fuller “cuando no notes que con la primera página de tu guión se te pone dura, tíralo inmediatamente a la basura”.
Amén.

lunes, 17 de enero de 2005

Sí, bueno, vale...la edición 62 de los Globos de Oro

Parece que la actualidad me ompone el tema: Alejandro Amenábar ha ganado el Globo de Oro. Enhorabuena a Bovaira y a Ami. Pero esto, no es noticia. No ha tenido la más mínima emoción ¿Acaso alguien dudaba que no iba a ganar? Lo extraño era esa absurda sensación de euforia desmedida que daba a Javier Bardem el galardón también al mejor actor. Siendo extranjero y con una película en otro idioma qué se esperaba. Sólo Benigni y su lacrimógena ‘La vida es bella’ (extrañamente ‘Mar adentro’ tiene mucho de la sobrevalorada cinta italiana) hicieron ver una extraña confabulación de Hollywood con aquella comedia dramática a lo más puro ‘tear jerker’. Por eso, es incomprensible que los medios se sigan obstinando unánimemente en utilizar frases tan prosaicas como Leonardo Di Caprio le ha arrebatado el premio a Bardem” o “La injusticia llegó cuando Di Caprio se llevó la estatuilla que pertenecía al español”. Creedme, lo he oído ¿Tenía Javier el premio en propiedad y se lo han sustraído en un descuido mientras se ha ido a mear? ¡Venga ya! A veces (cada vez más) entiendo menos esta profesión en la cual me licencié para malvivir sin cobrar un euro.
Dato curioso (e intrascendente): Es la segunda ocasión en que Scarlett Johansson entrega un premio a la película española. El primero, la Copa Volpi a Bardem como mejor actor en Venecia. No volveré a insistir en la inmensidad de esta actriz, pero podría.
Otro tema que no puedo dejar pasar por alto es la gran pregunta: ¿Por qué el productor tiene que subir al escenario con el director? ¿Qué sentido tiene ver a Bovaira ahí detrás, haciendo bulto, de vela, estando de más…? Me ha recordado al instante en que Andrés Vicente Gómez agarró a Fernando Trueba del brazo y subió hasta donde se ubicaba Anthony Hopkins para recoger su Oscar en el 93. Siempre me dio la sensación de que, de cara al espectador extranjero que viera la gala, Trueba era un ciego que necesitaba el brazo lazarillo de alguien para poder acceder a su merecido premio.
Estaba muy claro que Ami y su filme sobre Ramón Sampedro iba a llevarse el premio de la crítica extranjera en Los Ángeles. Tanto, como que ganará esos 12-13 Goyas y el Oscar a la mejor película extranjera. Es 'box populi'. Lo que ya no entiendo muy bien es qué coño habrá hecho el pobre Martin Scorsese para que le traten como le tratan. Vale, sí. Alguien me dirá que su ‘The aviator’ se ha llevado tres estauillas esta pasada madrugada, que ya ganó el suyo con la excelente ‘Gangs of New York’, pero este desplante al entregarle el premio a Clint Eastwood (ojo, que no hemos visto ‘Million dolars baby’) ya empieza a anticipar que este año tampoco le van a conceder el Oscar que el maestro italoamericano se merece desde hace tiempo. Y desde esa ecuanimidad, reconocerle como uno de los grandes de la historia del cine, ya que los Oscar son premios tan caprichosos e inconsecuentes, por lo que esta vez podrían hacer justicia histórica y darle uno. Confieso que me ha dado pena observar al pequeño maestro de su rostro cercano, amable, prodigando bondad con sus sonrisas, aplaudiendo a Eastwood recoger su premio de manos de un Ron Howard al que le debe dar vergüenza mirar su Oscar por esa desfachatez que fue ‘Una mente maravillosa’. Por supuesto, no quiero, como he escrito antes, restarle méritos a Eastwood, pero es que uno va envejeciendo y termina encariñándose de unos más que de otros. A pesar de ello Marty puede darse por satisfecho gracias a la película que ha parido.
Tengo que confesar que estos premios cada vez me aburren más. Tanto boato, expectativas compradas, decoro incongruente, sonrisas estudiadas, televisión custodiada al milímetro, con férreos guiones que desvirtúan las inexistentes sorpresas improvisadas que se puedan dar. No me extraña que Billy Cristal esté agobiado de tanta presentación de Oscars. En definitiva, que el sopor y el tedio terminan por ser dos invitados más a este tipo de galas. Resulta mucho más curioso lo irrelevante e impopular que rodea a tanto ornamento, frivolizando en los pequeños destalles que desconocemos, como que este año a los presentadores, la Asociación de la Prensa les ha dispensado unas bolsas de regalos ‘de luxe’, valoradas en 38.390 dólares (ni uno más ni uno menos) que incluían un brazalete, un reloj Chopard, un ineludible MP3, copas de Martini con coctelera a juego y bombones Godiva ¡That's entertaiment, dear friend!
Aunque hay alguna que otra pregunta interesante de cara a los Oscar (gala que, aún clamando a los cuatro vientos su futilidad y bagatela, veré como cada año): ¿Scorsese ganará por fin? ¿Di Caprio habrá olvidado que fue el único pardillo que no fue nominado por ‘Titanic’? ¿La frágil Natalie Portman se llevará uno? ¿Se olvidarán (como han hecho en los GG) de Tom Cruise por su estupendo trabajo en ‘Collateral’? ¿Jaime Foxx (que bien pordría estar nominada como secundario por la cinta de Mann) volverá a entonar gorgoritos a lo ‘Ray’? ¿Habrá sorpresas o Anette celebrará su Oscar? ¿Ganará Howard Shore dos Oscars seguidos? ¿Alguien enseñará un pezón sin aros en forma de sol?
Por cierto, lo mejor de la gala de estos Globos de Oro no han sido los premios, ni siquiera la efervescencia del júbilo por parte de los ganadores. Lo mejor de la noche ha estado en ver a una exuberante, apoteósica, magnánima diría yo, Charlize Theron, todavía con el look de ‘Aeon Flux’, teñida de morena y exultante, entregar el premio a Di Caprio. Si Dios existe es porque imperan mujeres como esta diosa de la belleza. Y lo puedo decir con total y juicioso discernimiento, ya que he tenido a la Theron muy cerca. Y es sencillamente perfecta, absoluta, toda ella.

Una de fotos

Pequeña galería de instantáneas de Scott Bonner.

domingo, 16 de enero de 2005

Lo que me reído, de verdad

Gracias al siempre resolutivo Rafa Gil y su imprescindible weblog Nopodemosmas (es una lástima que no escriba a diario, ya que es un auténtico 'crack') he podido acceder a una weblog que desconocía hasta hoy.
He leído esta recomendación y os aseguro que cuando he terminado se ha producido el primer gran momento de carcajada de 2005.
Esta bitacorilla lleva por título 'Fuckowski, memorias de un programador'. Desconozco quién es el autor, pero lo cierto es que el humor en forma de literatura se hace un hueco con el genial talento de este chavalón.
Sencilla y llanamente: me he descojonado de risa. Mítico.
Gracias Rafa, por estos momentos de hilaridad absurda.

Sonado divorcio en Hollywood

Pues un nuevo divorcio acaba de materializarse en Hollywood. Y no me refiero a uno del tipo Brad Pitt y Jennifer Aniston. Qué va. Revisando la sección profesional de IMDB (lo sé, es sólo para alardear), me ha llamado la atención la desunión que asociaba a dos potencias productivas como la Miramax de los hermanos Weinstein (Bob y Harvey como todos sabéis) y la Walt Disney Co.
En Los Ángeles Times del viernes se informó de que la Disney había aceptado pagar los más de 100 millones de dólares de indemnización que han pedido los hermanos que más nominaciones atesoran de los últimos años por sus películas. Lo que no se sabe aún es cuánto pagarán los hermanos más ricos de Hollywood por los derechos de los proyectos que tienen en común ambas compañías. Disney se queda con el nombre de Miramax, aunque permiten que los Weinsteins se queden con Dimension, la que será a partir de ahora la fuente de la que se originen las películas de estos dos productores.
Primero, la Pixar de John Lasseter y ahora los Weinstein ¿Quiere decir esto que estamos asistiendo al principio del fin de la factoría del tío Walt?

Adiós al genial Agustín


1930-2005
Si me gustara la ópera le dedicaría unas líneas a la muerte de Victoria de los Ángeles, una de las sopranos más importantes del mundo del cante lírico. Pero como en mi vida el cine ocupa una desproporcionada parte, prefiero consagrárselas al gran Agustín González, un actor con un talento para la comedia y el drama que pocos intérpretes han sabido ofrecer de un modo tan honesto y profesional. 'Plácido', 'Atraco a las tres', ‘Tamaño natural’, ‘La regenta’, ‘El nido’, ‘Volver a empezar’, ‘La colmena’, ‘Las bicicletas son para el verano’ y la trilogía nacional de Berlanga fueron algunos de sus trabajos más recordados. Así mismo, Forqué, Saura, Berlanga, Gonzalo Suárez, Prosper, Eceiza, Martínez-Lázaro, Fernando Fernán Gómez, Camus y, sobre todo, José Luis Garci tuvieron la suerte de trabajar con él. Y él de ser una pieza clave en la historia de nuestro cine al participar en cintas firmadas por los más grandes.
De las más de 160 películas en las que intervino me quedo con tres papeles que sempiternamente quedarán grabadas en mi memoria por lo antológico y entrañable de sus imágenes, de la capacidad actoral vertidas en cada uno de sus trabajos. Don Luis, ese cura blasfemo y putero de 'Belle Epoque', de Fernando Trueba, que sólo él podía crear de forma tan irreprochable, el padre de Gabino Diego y Jorge Sanz en ese clásico moderno en que ha terminado por convertirse la excelente ‘Los peores años de nuestra vida’ y, sobre todo, su rostro desencajado, confinado en ‘La cabina’, de Mercero, cruzándose con la mirada de ese otro genio de la interpretación que es José Luis López Vázquez.
Siceramente, me siento mal, porque uno de mis deseos culturales para este año intención era ver en Madrid, en el Teatro Reina Victoria la obra 'Tres hombres y un destino', junto a José Luis López Vázquez y Manuel Alexandre. Su último trabajo.
Se ha ido un maestro.
D.E.P.

Por una Europa unida y libre

Esta mañana me he levantado, además de con la habitual resaca dominguera, con el sentido del deber en este cuerpo serrano que tengo, percibiendo que debía leer 'El tratado por el que se establece una Constitución Europea' que han entregado gratuitamente con los tres periódicos que se compra aquí en mi casa. Y así ponerme al corriente del contenido de este tratado que tanto ha dado que hablar. Tres constituciones, ahí, encima de la mesa, tan azules y editadas con el esfuerzo de unos trabajadores a los que por poco se les jode la Navidad porque estuvieran esta mañana en nuestras casas esperando ser abiertas y leídas. La he mirado y he echado una ojeada al preámbulo, el que habla del rey de los belgas y todos los mandatarios de Europa. Y, de repente, se me han quitado las ganas de seguir, sin ningún motivo aparente.
Supongo que esto mismo que me ha pasado a mí, le habrá pasado a muchos de los españoles que votarán el próximo 20 de febrero. España, país de contradicciones, sí señor. Desde el gobierno se quejan de los españoles están pasivos ante el tema, que deben comprender la importancia que tiene el tratado. Pero a mí me da que mucho votarán que sí por inercia.
Mientras, he preferido leer las gilipolleces de la ministra Carmen Calvo el suplemento regional de 'El Mundo' respecto al polémico Archivo Histórico y la inminente devolución de los eternos legajos catalanes. Eso sí que ha tenido gracia. Y mucha. A ver si se los llevan de una vez y se acaba, de paso, con este ridículo circo en que se está transformando el tema.

sábado, 15 de enero de 2005

El salpicadero de K.I.T.T.

El nunca bien ponderado Chiquito de la Calzada hizo famosa (amén de un lenguaje privativo que arropó a varias generaciones de gente con ganas de divertirse) la frase “Tienes más tonterías que el salpicadero del Coche fantástico”.
Vale. Todos recordamos con nostalgia (unos más que menos) aquella serie que empezaba con la leyenda “El Coche fantástico es una trepidante aventura de un hombre que no existe en un mundo lleno de peligros… Michael Knight, un hombre solitario embarcado en una cruzada para salvar la causa de los inocentes, lo débiles y los indefensos, dentro de un mundo de criminales que operan al margen de la ley…”.
Seguro que la sintonía de la famosa serie de sobremesa suena en vuestras cabezas. Seguro que otros (entre los que yo mismo estaría) están pensando en Bonnie, en Patrica McPherson y un buen revolcón en aquel camión de la ‘Fundación para la Ley y el Orden’ donde hacía la puesta a punto de K.I.T.T. El caso es que esta gran serie protagonizada por un David Hasselhoff adicto al ‘mullet’ y a las chupas de cuero nos ha dado muy buenos momentos televisivos y una iconografía que todos recordamos con añoranza. Por cierto, que ahora que he hablado de Bonnie, me viene a la memoria Rebecca Holden, la rubia actriz de cardados imposibles que daba vida a April Curtis. Umm...
Bueno, a lo que iba. Que lo importante de la serie era el coche, el mítico Pontiac Trans Am de tecnología punta y parlanchín donde los hubiera, con aquélla inmortal luz pendular en el morro, fuente indudable de inspiración para adeptos a ese mal estético disfuncional del motor llamado 'tunnig'.
Volviendo a la frase de Chiquito, podéis ver y seguir un recorrido por el interior del coche que tantas tardes no amenizó cuando éramos jóvenes o niños. Sólo tenéis que ampliarlo y ver dónde estaba cada botón que accionaba las sorprendentes funciones de este singular vehículo. Es algo inédito que he escaneado esta misma tarde procedente de mi base de recortes y demás recuerdos infantiles. Es una chorrada, pero espero que os guste.

viernes, 14 de enero de 2005

'Summer of Sam', recordando un gran 'Spike Lee's Joint'

La más audaz crónica histórica de Spike Lee
Este filme, posiblemente uno de los mejores (si no el que más) del antaño valedor y paladín de los afroamericanos en el cine contemporáneo, Spike Lee se desprendió con ‘Summer of Sam’ de cualquier alegato o embate para ofrecer un aséptico y sobrio ‘thriller’ a modo de arriesgada crónica social en la que las relaciones humanas, las felonías y la lealtad se fusionan en un ambiente de terror claustrofóbico, con los asesinatos del célebre ‘psycho-killer’ David Berkowitz como telón de fondo, para narrar un verano de calor sofocante en una comunidad italoamericana.
Muy cerca en este aspecto de la visión brusca y magistral de Scorsese y su cine ‘de mafia’ en cuanto a un nivel estético y la dificultad de su ritmo narrativo, el director de ‘Malcolm X’ (a modo personal, mi película predilecta de Lee) expuso un escrutinio histórico lleno de matices y referencias que tuvieron lugar en aquel verano del 77 en el barrio neoyorquino del Bronx, intercalando unos personajes creados con la realidad que conmocionó a un país, germen de los propios psicópatas como líderes de los ‘mass-media’. Como una suntuosa miscelánea de los temas ya expuestos por el cineasta a lo largo de su excelente obra, ‘Summer of Sam’ impone un ritmo descriptivo fascinante y diligente, que subsana los fallos de un guión abundante y exagerado con una vitalidad desbordante, llena de virtudes. Algo así como si Lee hubiera querido contar demasiadas cosas en poco tiempo, pero finalmente resuelto con un insólito equilibrio que hacen de este filme un excelente florilegio de la trayectoria de un cineasta afroamericano que no duda en insertar (de modo un tanto subversivo esta vez) alguna puntilla en contra del hombre blanco y de la sociedad que compone, ejemplificado en ese forzoso autocameo que siempre se impone Lee en casi todas sus películas.
La fuerza de esta excelente obra reside en su narración descriptiva, en la fuerza de cada plano, en el vigor de una percepción privilegiada, en saber cómo y cuando situar la cámara, en reflejar cada anécdota real y en definitiva, recrear una historia ficticia en un ámbito histórico real. Dinámicas y expeditas, todas las subtramas que se entremezclan imponen sus propias fronteras, caminando de forma adyacente hacia un magnífico final donde todo lo que compone el grupo de protagonistas y sus relaciones personales (amistades traicionadas al fin y al cabo) se desmoronan en el mismo instante en que ‘El hijo de Sam’ es arrestado y todo parece volver a su cauce. Todo, menos los propios personajes del guión de un profesional y flemático Michael Imperioly que expuso sus mejores roles de ‘losers’ en toda regla, con una cierta distancia, pero valedores para que el espectador vaya conociendo todos sus matices, sin dejar abandonado a ninguno de ellos.
En esta revisión histórica de la crónica negra de los Estados Unidos, destacó, con particular lustre, un Adrien Brody por entonces desconocido, en perfecta sintonía con la dinámica del filme. Al futuro ganador del Oscar, se le unían intérpretes que realizaron sus mejores trabajos hasta la fecha, en especial el siempre efectivo John Leguizamo y la exuberante Mira Sorvino, así como el descubrimiento de una actriz de carácter como es la excepcional Jennifer Esposito. ‘Summer of Sam’ tal vez carezca de un enérgico sentido unitario (como la languidez de alguna de sus historias), pero lo que sí obtiene esta última película de Lee, vista con la distancia de los años, es la solidez y la sutileza que engloban el total de una película que supone unos de los mejores filmes que haya rodado hasta la fecha Spike Lee.

Star Wars: 'coleccionismo freakie'

El Lado Oscuro de la Fuerza pervive incluso en las patatas, una maldad tubércula al alcance de los coleccionistas más 'freakies' de la famosa saga creada por George Lucas. Y es que el Lado Oscuro de los Sith es tan atractivo que hasta Mr. Potato ha optado por pasar a ser Darth Tater, mucho más amenazante, seducido también por la tentación del emperador Palpatine.
Playskool ha lanzado este muñeco actualizado en versión galáctica con todo tipo de complementos, inlucida la espada láser.
(Extraído de aquí)