martes, 30 de noviembre de 2004

¿La prematura muerte del DVD?

Si como todo parecer indicar hacia la afirmación más insultante, el fabricante japonés de productos de alta tecnología Toshiba lanza su nuevo formato de vídeo discos de alta definición 'HD DVD' y los Paramount Pictures, Universal Pictures, New Line Cinema y Warner Brothers se adhieren a la moda, el DVD convencional tiene los días contados. O tal vez no. El nuevo formato estará en el mercado a finales de 2005 y ha sido sido desarrollado por Toshiba junto a otros fabricantes y compite contra el 'Blu-ray Disc', formato rival que promueven firmas como Sony y Matsushita Electric Industrial.
Según la agencia Kyodo, las ventajas en calidad y funcionamiento y protección de derechos de reproducción, son algunos de los factores citados por los estudios para explicar su preferencia por el formato de Toshiba. El grupo de fabricantes del formato ’Blu-ray’, cuenta con el aval de Sony Pictures Entertainment, Metro-Goldwyn Mayer y Twentieth Century Fox Film.
La verdad es que esto huele cada vez más a lo mismo que sucedió en la década de los años ochenta sucedió algo parecido cuando Sony lanzó las cintas y reproductores de vídeo ’Betacam’ que compitieron sin éxito en la llamada 'guerra de los formatos' con el 'VHS' (Video Home System) desarrollado por la también japonesa Victor.
Y qué bien estábamos con el VHS, oye.

Un monstruo marino cincuentón y con estrella

Merecido o no, uno de los monstruos más carismáticos de infancias tan superfluas y machacadas por la cultura audiovisual, el freakismo y la enajenación mental como la mía, un 'lagarto-iguana' reconvertido por una mutación radioactiva en el terrible Godzilla ha sido homenajeado en Hollywood, en el paseo de la fama, con la concesión de la estrella número 2.271 con su nombre grabado en ella. Este icono del catastrofismo más bizarro y oriental, el mito por exelencia del monstruo marino, es una pesadilla surgida de la serie B y Z que ha acometido el cine de terror desde los memorables tiempos del cine catastrófico y fantástico de aquellos 50. A lo largo de la historia del cine, de una categoría tan heterogénea como lo es el cine fantástico han surgido los más extravagantes y terroríficos seres que el hombre haya podido imaginar, pero ninguno ha sido como Godzilla.
El 3 de Noviembre de 1954 se estrenó en Japón 'Godzilla, Japón bajo el terror del monstruo', la primera película de este entrañable ser. Las audiencias niponas fueron testigos en aquel momento del nacimiento de un mito inmortal que ha perdurado en la memoria de miles de personas durante 50 años. Godzilla (o Gojira en su concepción inicial) tuvo su archienemigo comercial en un ser bastante análogo con su aspecto llamado Gamera o su antítesis real en el mostruo de tres cabezas Ghidorah. Godzilla, recibió su nombre de la combinación de las palabras japonesas gorila (gorira) y ballena (kujira) y desde que llegó a las pantallas de cine fue uno de las representaciones visuales más representativos de la cultura pop japonesa y de la cultura fantaterrorífica mundial. Pero lo cierto es que nunca jamás otra mutación nuclear fue tan iconográfica. Godzilla, kaiju por excelencia, o más específicamente un daikaiju, ha sobrevivido gracias la productora japonesa Toho que, para el cumpleaños y celebración de esa estrella en el paseo de la fama ha estrenado 'Godzilla Final Wars', últimas aventuras de Godzilla.
'Godzilla contraataca', 'King Kong Vs. Godzilla', 'Ghidorah, el dragón de tres cabezas', 'Hedorah, la burbuja tóxica', 'Galien, el monstruo de las galaxias ataca la Tierra' o 'Godzilla Vs. Mothra' son algunos de los célebres títulos del enorme reptil marino. La admiración de los fans de Godzilla nos hace añorar y revivir los títulos cutrones y asiáticos que tanto han dado al cine de serie B y Z.

THE ENCOUNTER's Birth

Aquí Refo de nuevo informando cuando son las 18:30.
Estado: Serenidad templada.
Ánimo: Alto, a un nivel aceptable de absurdo optimismo.
Bueno, amigos, pues el cortometraje que tenemos pensado realizar en 35 mm., en cine, en la esencia del Séptimo Arte: en definitiva, celuloide, empieza a dar sus primeros signos de vida.
A falta de comenzar el que será el ‘story definitivo’ con Myrian y ya inmerso en el ‘background’ y memoria del proyecto para que cuando empiecen las reuniones acerca del proyecto con Amable y Quike sean traslúcidas y abiertas, ayer me pasó José Mª Guevara (mi co-guionista y media naranja creativa) los bocetos de los planos que abren el corto y no pude por más que sentir con toda la fuerza del mundo la sensación de que esto se va a hacer, que va a convertirse en una realidad. Sé que suena absurdo, pero después de haber sacado ‘El límite’, todo es posible.
Me he levantado esta mañana pronto con las estruendosas notas de System of a Down de fondo y la energía parece que corroe mi esencia. Una extraña fuerza empieza a apoderarse de mí. Algo que hacia tiempo que no me pasaba. Tengo ‘The Encounter’ montado y planificado en mi cabeza y es francamente bueno. Si conseguimos sacarlo adelante nada podrá salir mal esta vez.
‘The Encounter’ (‘El reencuentro’) nace como respuesta a la incapacidad del cortometraje actual por ofrecer algo nuevo y arriesgado. Su intención es traspasar la línea fronteriza que separa los designios genéricos basados en la innovación de la redundancia temática y su forma de emplear el miedo y la angustia en el cine. Este guión marca su origen en una tierra de nadie en la cual se forja su fascinante y turbulento encanto. El propósito es recuperar el malogrado endurecimiento sensitivo apoyándose en las formas visuales y sonoras que provienen de la maldad, la tensión y la inquietud, sin perder de vista que lo sobrenatural es sólo la excusa para hablar de un drama, en este caso romántico, del realismo explícito en el fondo humano y emocional que todos reconocemos, con el que podemos llegar a identificarnos. Es la historia corta que siempre he querido contar en imágenes, la más personal, la que tengo y debo hacer.

lunes, 29 de noviembre de 2004

Dave McKean, ese gran genio

Dave McKean es una referencia trascendental en la vida cualquier creador visual. Su sombría y tétrica combinación de fotografía, el dibujo y sus célebres 'collages' han hecho de él una figura necesaria en el arte moderno, un demiurgo visual al que recurrir constantemente. Por lo menos yo, cuando dudo, le echo un vistazo a sus ilustraciones.
Su trabajo junto a Neil Gaiman en la serie ‘Sandman’ es lo más conocido de este genio.
Posiblemente sea el diseñador británico más importante de todos los tiempos. Sus trabajos van desde las portadas para discos de Michael Nyman, Tori Amos, Skinny Poppy, diseños para prensa The New Yorker, imágenes publicitarias Kodak, Playstation y varias exposiciones.
Junto a Neil Gaiman ha creado sus mejores logros en cómics como ‘Violent Cases’, ‘Orquídea Negra’, ‘Mr. Punch’ y el mencionado ‘The Sandman’. El ‘Batman’ de Grant Morrison es otro trabajo destacable.

El nuevo clásico de terror incomprendido

Creo que es la película que más he defendido en los últimos años porque parece que nadie parece gustarle. Cuando el terror ha pasado a definir una reactivación de género que fagocita los tópicos de este cine, 'What lies beneath', de Robert Zemeckis, se ignoró y despreció cuando es una digna muestra del mejor homenaje al suspense y al terror.
Hoy la han emitido en Antena 3. Así es como la vi yo hace años y, releyendo lo que escribí, sigo pensando lo mismo ¿Película maldita? Puede ser.

La prodigiosa esencia del terror
Zemeckis obtiene con su taumaturgia visual, apoyado en una Pfeiffer descomunal, una de las mejores obras de terror de los últimos años.
Es inevitable profundizar en un filme como ‘Lo que la verdad esconde’ sin aludir a la figura del que es progenitor de un género taxativo dentro del cine: Alfred Hitchcock. Cierto es que la ofrenda al gran maestro por parte de Robert Zemeckis constituye un compendio definido por las constantes irrepetibles del gran mago del suspense. Pero también lo es el intencionado alejamiento del legendario creador inglés introduciendo, desde su base argumental, conceptos ajenos a la visión ‘hitchcockiana’ al introducir fenómenos paranormales, fantasmas y la tétrica línea que conforma este taquillero filme. Asentada en un argumento eficaz y vigoroso, procedente del mismísimo Spielberg, ‘Lo que la verdad esconde’ fundamenta su gran y aplastante virtud en la majestuosidad visual y narrativa con la que Zemeckis ha sabido dotar al filme, extendiendo a sus secuencias una excepcional puesta en escena y una evolutiva recreación del desasosiego y la angustia psicológica que acaba por atrapar a un espectador trasegado por el genio del cineasta hacia el sobresalto.
Funciona, por tanto, desde su base, la enorme dualidad entre la apariencia de realismo cotidiano y la mezcla de realidad-ficción, su esquema maniqueísta, su ‘tempo’ secuencial que arrolla y estremece, que fascina y sobrecoge. La historia del matrimonio Spencer y su relación vulnerada por la irrupción en su vida por un espíritu le sirve a Zemeckis para convocar una serie de elementos clásicos del cine de terror y llevar al público a la inquietud, a la tribulación que deviene de la emoción simple y violenta, sabiendo convertir la acción cotidiana en una tangible pesadilla donde las sensaciones quedan diluidas.
La portentosa planificación, asentada en la elegancia conceptual, en planos secuencia abrumantes, aprovechando el ‘scope’ hasta la exquisitez, los travellings imposibles, los espejos y la utilización de efectos digitales ajustados a objetivos puntuales convierten la dirección de Zemeckis en un quimérico modelo de megalomanía, sacándose de la chistera impresionantes imágenes, destilando virtuosidad visual a la hora de crear ambientes, engrandecida con la partitura de un Alan Silvestri bajo el influjo de Bernard Herrmann. Es ahí donde ‘Lo que la verdad esconde’ encumbra su resultado a cotas de maestría impenetrable; a la sencillez de los giros, a los golpes de efecto, a la virtuosidad irónica de su médula argumental, plena de excelsitud genérica. A todo ello se une un elemento superlativo como es la interpretación de una Michelle Pfeiffer que vuelve a dar un recital de talento con su omnipotente presencia en pantalla, proporcionando a Claire Spenser la fragilidad etérea necesaria para la identificación del público, al que se une Harrison Ford, que abandona su convencionalismo por la complejidad ambigua de un personaje difícil y oblicuo.
El filme se divide en dos partes. Una primera en la que el terror cotidiano alcanza una cercanía asfixiante, erigiendo el desasosiego de un personaje con el que se conecta inmediatamente, y una segunda en la que se desvela la verdad que subyace, en una perfecta evolución con doble final en el que su espectacularidad alcanza el propósito del director. Es decir, una ilusoria miscelánea de terror, suspense, acción, melodrama y ‘thriller’ acentuado con el tono fantástico que formula el núcleo. ‘Lo que la verdad esconde’ propone una convencional cinta de terror que se alía esta vez con el talento y la calidad para hacer de su tensión psicológica el elemento absoluto, otorgando al cine actual una obra impoluta e intachable con sus objetivos básicos, una de las mejores películas de terror de los últimos tiempos.
Miguel Á. Refoyo © 2000

BSO 'Crimen Ferpecto': Acordes angustiosos

Os muestro mi última adquisición, el ‘score’, la banda sonora, en cristiano, de ‘Crimen Ferpecto’, la última maravilla musical del genio de la música española Roque Baños. Creo que es el primer disco original que me compro en dos años. Sí, qué le voy a hacer, porque con mi módem de 56 ks. y la conexión tan miserable que tengo no es que me baje mucha música de la red que se diga. Como dicen los culpables, pero en esta ocasión ciertamente, “a mí, me la bajan”. La música, me refiero.
A lo que voy, es sorprendente el talento que tiene este compositor jumillano para crear música para bandas sonoras. La composición músico-incidental de Roque es, hasta el momento, mucho más que modélica. Ningún artista hasta el momento (ni siquiera el sobrevalorado Alberto Iglesias) ha tenido esta capacidad de multiplicar registros, la sensibilidad armónica y la exactitud cimentada en una vena prolífica para acomodar la imagen a su música para que ambas se fundan en una comunión inigualable.
Cuando Álex encontró a Roque, el señorDe la Iglesia coincidió con el señor Baños, la dualidad se transformó en irreemplazable, como las grandes parejas de directores-músicos de la historia del cine, muy pareja a las compuestas por O’Selnick y Max Steiner, Hitchcock y Herrmann, Spielberg y Williams, Zemeckis y Silvestri, Cronenberg y Shore o Burton y Elfman.
La música en el cine de Álex es algo tan fundamental como la fuerza impulsiva de sus imágenes. Desde ‘Muertos de Risa’, las notas de Roque se han ensamblado de un modo elemental, como una óptima simbiosis que lleva a través de su combinación a un viaje en el que las emociones de los personajes y la acción narrativa y visual se funden intrínsecamente. Una composición precisa en la lectura de los planos, algo culminante en el acabado de una película.
La banda sonora de ‘Crimen Ferpecto’, el ‘score’ creado para la ocasión es una traducción exacta de la dramática fábula con indicios de comedia, pero en la que se sobrepone el trasfondo de terror atroz y crueldad, de desazón y suspense que late en los propósitos cinéticos de Álex en esta película.
Apoyado, como viene siendo habitual en el más puro estilo clásico, su pentagrama para la nueva película del director más capaza del cine español, es una excepción digna de todos los elogios. Si bien no hay un tema que sirva de ‘leitmotiv’ identificativo, la grandeza de esta banda sonora se sustenta en la habilidad por un surtido variante en la que nunca escuchamos un corte que recuerde al otro. Algo que resulta del todo fascinante.
Ni siquiera hay espacio para el romanticismo edulcorado, ya que en los cortes que se entienden como melódicos y apaciguantes, existe un trasfondo terrorífico, inquietante. Así el corte ‘Affaire en los probadores’, no resulta nada sensible, sino rudo. Sin embargo, la más romántica, en el sentido templado de su casualidad es ‘Somos cómplices’, donde, paradójicamente, más nerviosismo visual se presenta en pantalla.
De nuevo vuelve a ser un homenaje al mejor Bernard Herrmann, clara inspiración en temas como ‘Descuartizando el cadáver’ o ‘La habitación de los horrores’ que, si bien, recuerdan tal vez en exceso a la partitura de ‘La Comunidad’, irradian una sensorial angustia, centrada en las sensaciones más oscuras de la condición humana, pero con una condición lírica que no pierde de vista el pretendido sinfonismo neoclásico de sus temas más oscuros y tenebrosos.
El corte ‘Pelea con el señor Antonio’ se ubica dentro del filme en esa magistral secuencia en la que Rafael sigue los zapatos que ha visto en el probador contiguo en una prodigiosa intranquilidad que va ‘in crescendo’ en una composición de duda e intriga fantástica. Puro suspense que se transmite también en otro magnífico corte como ‘¿Me va a delatar?’, recreación de una desasosegante incertidumbre.
Es esta partitura de ‘Crimen Ferpecto’ una composición de trazos oscuros, opresivos y muy atmosféricos, como esa extraña pieza titulada ‘El demonio existe’, con ecos de música isabelina que manifiesta el desconcierto del protagonista, de su obsesión y su locura, desequilibrio mental expresado como nunca en ‘Boda espontánea’, el cúlmen del enloquecimiento total, del desvarío, de la opacidad psicológica, patética y sórdida existencia que subraya en su final una lírica instrumental de ‘happy end’, todo lo contrario que envuelve este arriesgado ‘score’.
Destaca también un equilibrio sinfónico que en su última parte se decanta por la burla absurda a la que es pareja la película, sin perder el tono de suspense, hacia uno mucho más psicológico demencial, de locura que tiene su éxtasis musical en el tema ‘Nunca te librarás de mí’ y en ‘Todo es Ferpecto’, una oscurísima sinfonía donde los instrumentos de viento, la contundencia de su potencia orquestal basada en los tambores y su voces demoníacas hacen de este corte el más turbador de todo el disco.
El CD se cierra con tres canciones que suenan al final del filme, ‘Summer Struttin’, el tema con el que De la Iglesia presenta, en su prólogo, a Rafael y su objetivación hablando a cámara sobre su mundo perfecto de oropel y éxito. Y dos cortes contagiados por su fondo inequívocamente circense, colorista y alegre, en el absurdo de su epílogo entre saltimbanquis y payasos: ‘Dusty Road’, de Fanfare Ciocarlio y el clásico ‘Moliendo Café’, de José Manzo reactualizado por Piraña Musik Berlín & Asphaltango.

domingo, 28 de noviembre de 2004

Resaca mortal

Siempre he pensado que las resacas están para disfrutarlas, para escuchar el zumbido de los pensamientos que se chocan por su desorden interior. Disfrutar de ese dolor de cabeza que parece provocado por un fuerte golpe del martillo de Thor. Pero lo de hoy no tiene nombre, amigos.
Esto no debe ser bueno. No puedo pensar con claridad, ni escribir, ni coordinar dos palabras seguidas.
Mal.

sábado, 27 de noviembre de 2004

El gran Boyero

No he podido evitar soltar una sonora carcajada al leer (como cada semana, de forma religiosa) uno de los encuentros semanales con ese tótem del cinismo y el sarcasmo que es Carlos Boyero en 'El Mundo', todos los jueves.
Le preguntan:
P: Hola Carlos: que te ha parecido 'Luna de Avellaneda'? Gracias.
Y él responde...
R: Insoportable. Estoy hasta la polla de tanta retórica sensible, de tanto perdedor con dignidad. Campanella me vendió la moto en 'El hijo de la novia'. Pero, me mosqueé con 'El mismo amor, la misma lluvia' y 'Luna de Avellaneda' me pone directamente de los nervios.
Cúan sabio es este crítico al que odio y amo con una pasión incontenible.

viernes, 26 de noviembre de 2004

Dos desagradables experiencias

Hoy he tenido la desgracia de probar un Donut Light. Sí, la versión ligera del Donut rico y esponjoso de toda la vida. El mismo que anuncia Judith Mascó en la televisión.
Pues bien, cuando le he dado el primer muerdo he notado que algo no iba bien. No es como los otros Donuts. Está blando, sin textura, se desinfla, es más pequeño, no sabe nada bien. Además, el glaseado de azucar del original, el pequeño y dulce escudo que lo recubre se ha sustituido por una masa viscosa y transparente que parece algún fluido de Rocco Siffredi más que algo edulcorado. Ha sido una experiencia totalmente decepcionante y algo asquerosa. Os aconsejo que nunca lo probéis. Os arrepentiréis. Es muy desagradable.
Dicen que tiene el 35% menos de calorías. Estar delgado equivale muchas veces a comer cosas que están repugnantes. Y éste es un gran ejemplo.
Por otro lado, otra cuestión casi trascendental es el nuevo Pc Fútbol 2005. Lamentable, amigos. No sabéis hasta qué punto han estropeado todo lo que habían conseguido los chicos de Dinamic. Los de Gaelco ha destrozado el juego. Así de contundente. No hay posibilidades de Pro-manager, fichar requiere ser ingenierio, no puedes contratar ojeadores, el cuadro táctico ha sido sustituido por un galimatías muy triste, la estética es costrosa, todo parece y es muy malo.
Las atractivas funciones del último Pc Fútbol 2001 se han perdido. Ni te puedes crear, no hay la mitad de los escudos de las demás ligas y, lo más importante, no hay un orden con más de un equipo. En palabras de 'fan' absoluto del juego: Pc Fútbol 2005 es una puta mierda. Así de duro. Un insulto al jugador de este mítico juego. Es, directamente, una estafa, una desfachatez asombrosa que hayan sacado este bodrio a la calle y encima a 20 euros. Si hasta el Pc Fútbol que venía en disquetes era muchísimo mejor que esto que han sacado. No tiene nombre.
Razones, por las que, al igual que los Donuts Light, no os dejéis engañar, porque es lo más decepcionante del mundo.
Ambas experiencias han sido comparables a descubrir que, una vez conseguida una imposible cita con Beyoncé Knowles, ésta tiene un enorme miembro como el de Makelele (o eso decían sus 'compis' y 'amiguitos' del Madrid). Más o menos, vamos.

Micro-relato

LUZ
Sabía que un día llegaría. Que la historia de su vida no dejaría que el olvido le hiciera desparecer. No sabía dónde se encontraba. Miraba a su alrededor percibiendo que todo era ajeno a su concepto del mundo.
- Estás fuera.- le dijo una voz de ultratumba.
Recomponiéndose, echó un vistazo a su bolsillo y descubrió bajo su mano una luz pequeña, de incandescencia esperanzadora, surgida de la explosión de dos planetas en el oscuro cosmos. En un instante, una explosión le devolvió al suelo con un fuerte golpe. De nuevo, bajo la inconsciencia del impacto, soñó que era feliz y que la guerra nunca se produjo.
Tal vez todo fue producto de una mala pesadilla. O tal vez no.