martes, 12 de octubre de 2004

'Super Size Me': Cuestión de peso

Hay éxitos que están predestinados a ser un bombazo en la taquilla. Este viernes se estrena ‘Super Size me’, del el ex presentador de la MTV Morgan Spurlock. Un documental de éxito garantizado antes de su realización.
La historia, acorde con los tiempos de experimentación sociológica que corren, apoyados en los ‘realities’ televisivos, comprueba el efecto dinamitador que tiene la comida rápida en la sociedad de consumo moderna. Spurlock se hace examinar por tres especialistas que le declaran totalmente sano. El reto y gran atractivo comercial, de ínfulas de protagonismo y trascendencia, está en ver cómo el propio Spurlock se presta como conejillo de indias para su propio experimento. Así, a lo largo de un mes reducidos a 96 minutos de metraje, el público observa cómo el director convertido en héroe bufonesco e indisciplinado se alimentará única y exclusivamente a base de comida rápida procedente de McDonald's.
Utilizando el cinismo y aparición excesiva en pantalla del Michael Moore de 'Bowling for Columbine' y otras técnicas documentales del orondo cineasta de gorra y barba, como la utilización de microhistorias de dibujos animados y una forma atractiva y vivaz, Spurlock hace partícipe al público de su decadencia física atiborrándose de comida de la cadena de ‘fast food’.
El resultado: doce kilos en un mes, donde los niveles de colesterol del cineasta aumentaron cuantiosamente y su hígado sufrió las devastadoras consecuencias que representa esta comida, también válida como traslación a la expansión nociva de este tipo de restaurantes, de la americanización globalizadora de un país idolatrado y patrono de las modas alimenticias y de cualquier índole.
Para ello, el intrépido realizador, sabedor en todo momento del alcance de su proyecto, bromea y mina con humor un tema que actualmente preocupa demsiado, clarificando puntualmente su tesis sobre la comida basura que viene a afirmar que Estados Unidos es culpable de no ofrecer soluciones a otro problema más. Un país que se escuda en una preponderancia que la hacen intocable y más, en el sector alimenticio que, según reflexiona Spurlock, mueve a las masas más que el mismísimo Gobierno.
Sin embargo, ‘Super Size me’, a pesar de resultar un documental comercial más que divertido, también esconde una maquiavélica manipulación en la que el fin justifica los medios. Por lo que no hay que olvidar que el experimento de Spurlock nació para ganar dinero con su aparente denuncia. Tanto es así, que ya ha recaudado 6,1 millones de dólares, todo un éxito teniendo en cuenta su coste (65.000 dólares) y el hecho de que, durante su estreno, sólo se proyectase en 200 salas. Y como he escuchado a dietistas españoles es muy maniqueo y demagogo ya que a la pregunta ¿qué pasaría si en vez de un McDonald's se recurriera a un típico bar de barrio con suculentos pinchos de chistorra, panceta, croquetas, callos a la madrileñas, bravas y demás?
Pues lo mismo.
Si queréis disfrutar y reíros a mandíbula batiente 'Super Size Me' es la mejor opción. Eso sí, a pesar de su corta duración, el documento de Spurlock, en su final, se hace largo. Aún así, es de lo más recomendable.
Por cierto, con la película le coges asco al McDonald's (yo personalmente sólo encuentro delicioso el helado), pero sales con ganas de comer un buen pincho moruno con una caña bien fría. Reivindicando lo español.

3 comentarios :

  1. Anónimo8:32 p. m.

    Mis colegas dicen que soy mogollon de raro porque no me gustan las hamburguesas.

    De todos modos, supongo que si Spurlock se hubiese atiborrado durante una semana de cocidos, hubiese acabado igualmente como una jodida peonza, y además nos hubiese matado a pedos.

    La ire a ver como entretenimiento, porque a estas alturas... alguien dudaba de que lo que nos dan en el Mac Donalds es mierda?

    Larga vida a la caña y al pincho de tortilla.

    Dani

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  2. Hay una secuencia de dibujos animados (que recuerda mucho a la de LOS BLANQUITOS CON MIEDO de Bowling) en la que explocan que los de McDonald's compran en las granjas a los pollos más viejos, lo mismo hacen con los cerdos y con la vacas que se mueren por la edad. De ahí, es de donde sale la carne con la que hacen las hamburguesas y demás.

    No sé, yo prefiero estar gordo por comer de puta madre que no porque la mierda que se come en estos sitios de comida rápida.

    A mí no me gusta el McDonald's, ni el Burguer King (aunque lo soporto más), ni el rollo ese del Pollo Frito asqueroso o las pizzas (bueno, las pizzas sí). Prefiero restaurantes y bares y tascas con pinchazos del día.

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  3. Anónimo6:26 p. m.

    Lo peor es que los enanos se mueren por ir a comer al McDonalds, para ver al puto payaso ese, que se parece al de "It"...para comer la Chucky-Kids-Meal, o la Freky,Sputnik-Warry Meal.
    _Una de calamares!!-
    _ Oido Cocinaaaaaaa.

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